Cuando entramos al salón, las miradas discretas no existían. Todos, o la mayoría, de los niños y niñas que había ahí, voltearon a vernos cual bichos raros. Hasta se callarón.
La maestra nos dijo que pasaramos y nos acomodaramos en donde quisieramos. En efecto, había espacios vacíos en algunas mesas -son compartidas- pero hasta al fondo unas estaban en desuso, así que corrimos a ellas. Aunque algo pasó en el transcurso de todo esto. Un niño, que digamos no tenía cara de dotado intelectual, sino más bien de imbécil-machote-estoybienbueno tomó el brazo de Kai y le dijo:
—Hey, ¿por qué no te sientas aquí?
—No, gracias— dijo, ignorandolo. Hasta su voz suena femenina, ¿será que él se vió más afectado por esto?
—Oh, vamos. No te pasará nada, lindura.
La cara de Kai se volvió roja, aunque no sé si de cólera o vergüenza. Pero de algo estaba seguro, Kai iba a golpear a ese idiota.
—¡K-Kai!— lo paró Lloyd, bendito seas—, sólo ignoralo y vayamos con los demás.
—¿Y quién eres tú?— preguntó molesto el niño—, ¿su novio?
—¿Y si lo es cuál es el problema, tarado?— dijo Kai, notoriamente molesto. El niño se quedó con la boca abierta, pareciera que en su corta vida alguien lo hubiera rechazado, Kai se sentó en la mesa que estaba al lado de Jayn y Zane, y Lloyd, más rojo que un tomate, se sentó junto a él.
La maestra no se percató de esa mini-pelea, pues estaba de espaldas anotando algo en la pizarra.
—Los chicos y chica— creo que Kai acaba de perder toda razón—, ¿nos harían el favor de presentarse? Empezando por ti, linda.
Kai se paró con un aura oscura a su alrededor, no me extrañaría que platará miedo a todos los presentes.
—Mucho gusto— sonrió resplandeciente—, mi nombre es Kai Smith. Espero que nos llevemos bastante bien.
¿Qué fregados acaba de pasar? ¡Pero si hace un momento estaba que mataba a medio mundo! Supongo que la primera impresión lo es todo.
En seguida Lloyd se pusó de pie, algo nervioso.
—Mucho gusto, yo soy Lloyd Garmadon y, al igual que Kai, espero que nos llevemos bien todos nosotros.
—¡¿Ustedes dos son pareja?!— gritó alguien. Todos se echaron a reír. Lloyd se sentó otra vez, aún más rojo y las ansias asesina de Kai volvieron. La maestra los calló a todos.
Así fue, hasta que llegaron a mí. Y al terminar la clase prosiguió con normalidad.
—Bueno, chicos, es la hora de empezar con la clase de Mates.
Como me esperaba, la mayoría gritaron un aburrido "¡Noooo!", entre ellos Jayn, aunque eso era obvio.
—Venga, no se quejen. Es más, si me resuelven la siguiente multiplicación pasaremos en seguida a la materia de Música, ¿trato hecho?
Ahora todos se unieron para gritar un vivaz "sí", incluyendo otra vez a Jayn. La idea de la clase de Música no me alentaba tanto, considerando el como era mi padre. Es algo así como un trauma, además de que no se tocar un instrumento que no sea un arma, y dudo que alguien de nosotros cinco, a excepción de Zane, que puede programarse para aprender, sepa tocar alguno.
La maestra anotó la multiplicación en la pizarra, y hasta yo me quedé con la boca abierta. 659351x487; no, pues así como.
—¡No se pase maestra!— gritó alguien sentado en una mesa de en medio.
La maestra no hizo otra cosa que reír.
Quien lo resuelva no es normal...
—Trescientos veintiun millones ciento tres mil novecietos treinta y siete— esa voz... Es una broma, ¿cierto?
Todos voltearon a ver a la persona subnormal que había dado la respuesta, pero lo peor de todo esto es que no fue Zane, no. Fue... Kai. ¿Cuándo lo perdimos?
—¡Vaya!— dijo la maestra, que tenía una calculadora en la mano—, es cierto. Felicidades, chicos. Ya podemos ir directo a la clase de Música.
Todos volvieron a gritar, mientras guardaban sus cosas en las mochilas y se ponían de pie a un lado de la mesa. Los imitamos, ¿es que acaso también tienen talleres? Joder, ¿y dónde está la fortaleza pirata o ya de plano en barco volador?
—Kai, ¿cuándo te perdimo que sabes de matemáticas?— preguntó Jayn, riendo.
—Cierra la boca, no es tan sorprendente— dijo, con aire aburrido.
—¿Qué no lo es? ¡Si te adelantaste a Zane!— gritó por lo bajo— Ahora sólo falta que sepas tocar un instrumento, porque si pasa, juro que me mato, llevandote conmigo.
Giró la cabeza hacia otro lado, con un toque carmín en sus mejillas. Oh, mier...
—¿No hablarás en serio, verdad?— ahora pregunté yo. ¿Cómo es que no sabiamos nada de esto, de que es un súper dotado? Ya podríamos llamarlo "nerd".
—Yo no he dicho nada— respondió, encogiéndose de hombros. En serio qué...
—¡Fila de chicos y chicas!— ordenó la maestra. Kai casi se iba a la fila de los chicos, pero recordó la ropa que traía y, con cólera otra vez, se formó en la fila de uniformes rojos, hasta atrás, al igual que nosotros, que nos fuimos al final de la fila— Bien, ya podemos ir al salón, ¡no rompan las filas!
La maestra abrió la puerta y salió, con ambas filas detrás de ellas. Esto es simplemente horrible, ¿cuándo acabará esta tortura? ¿Por qué a nosotros? Diablos... Es irónico el revivir una étapa la cual llegaste a odiar con toda el alma, como en mi caso.
Llegamos al susodicho salón y nos hicieron elegir pareja. Kai, inmediatamente se fue junto a Lloyd, no fuera a pasar lo mismo que en el aula. Jayn se fue con Zane, que no renegó nada y yo, bueno, pues la maestra me pusó con una chica de lentes.
—Como tenemos a unos alumnos nuevos, lo mejor será mantenerlos al corriente...
Dejé de prestar atención, no es algo que quiera escuchar. Miré al techo, inquieto. Menos mal que estamos de nuevo en los bancos del fondo, porque seguramente me hubieran reprendido. ¡Este maldito uniforme da un calor del infierno! Estamos en pleno verano y usamos este traje con complejo de la marina, ¿de quién fue la maravillosa idea? La respuesta es más que obvia... La directora está loca.
Volteé a ver a Zane y a Jayn, que reían por lo bajo. Al parecer ellos se divierten bastante. Luego, a Lloyd y Kai.
Y lo que ví no me pudó dejar más sorprendido.