Me siento en el borde de la cama junto con Lloyd. Sigue pareciendo molesto porque haya aceptado ser la "carnada", por así decirlo. Suspiro y paso mi mano por su cabello. Es tan suave que desearía enrredarme en él, y lo hago. Últimamente me dejo llevar demasiado rápido, aunque no es algo que me moleste demasiado, en realidad, creo que me empiezo a sentir bastante bien. Tan bien al punto de la insatisfacción, algo que no puedo permitir por nada en el mundo; creo que soy bastante egoísta. Voltea a verme, y agarra mi mano.
—¿Sigues molesto, verdad?— le pregunto, sabiendo de sobra la respuesta. Pero quiero escucharlo. Sé que no lo voy a convencer de que me deje hacer esto en su totalidad. Sin embargo, es necesario para los dos... No lo he contado por temor, aunque no debería guardarme información ahora mismo. Justo antes de caer inconsciente en los brazos de Lloyd, escuché a Lord Garmadon gritar furioso, seguramente por la prisa Al y Lloyd no le escucharon. Yo sí. Si no voy con cuidado, terminaré muerto.
—Un poco; sí— me responde, colocando su mano en mi rodilla. Aveces es tan... no quisiera escucharme como colegiala o algo parecido en estos momentos, pero los sentimientos me pueden más, supongo. Tan varonil, a pesar de su corta edad. Seguramente habrá aprendido mucho gracias al entrenamiento a Sensei Wu. Y soy feliz así. Aunque sigue siendo un niño, en el fondo es alguien bastante maduro, sólo que no lo hace ver en todo momento.
—¿Un poco, eh? Yo digo que bastante— le digo, sonriendo de lado.
—¿Se quedarán hasta tarde?— pregunta Cole, acostándose en su cama.
—¿Tú vas a dormir?— lo miro, alzando una ceja. Mira que dormir en una situación así... Bueno, no puedo quejarme. Lloyd y yo hicimos "eso".
—No puedo actuar con el cuerpo adolorido a punto de romperse y hacerse polvo, ¿sabes?— se excusa, cubriéndose con las sábanas.
—¿Al, vas a dormir con Cole?— me sonríe.
—No sé si alguien quiera eso— escuchó un bufido por parte de Cole.
—Ven y deja de quejarte— dice. Al amplia su sonrisa y se acuesta de espaldas a Cole.
También miro a las otras camas; Zane y Jayn están ya dormidos. Vuelvo a suspirar y me pongo de pie, soltando la mano de Lloyd.
—¿A dónde vas?— me pregunta.
—A apagar la luz— digo, una vez presionando el interruptor, haciendo que la habitación quedé totalmente a oscuras. Pero menos oscura como aquél lugar en donde... No. No vale la pena pensar en lo que pudo haber pasado. Camino de regreso al lado de Lloyd, que me toma de la cintura totalmente desprebenido, abrazandome y colocando su cabeza en mi estómago—. No es el momento para volver a hacer eso, ¿sabes?
—Ya lo creo— oigo su voz, para después sentir en mi espalda la suavidad de la cama y sus brazos rodeandome. Si sigue así, me dejaré llevar. No quiero dejarme llevarme. Soy así. Si me acostumbro a algo, pronto lo haré un hábito y, tratándose de Lloyd, en una obsesión. Pega su rostro en mi pecho y llevo mis manos a su nuca. Puedo oler su cabello. Me estoy mareando.
—Lloyd...— lo llamo. Me responde con un "hmn". Sonrio—. Buenas noches.
—Sí. Buenas noches— dice, besando mi pecho a través de la camisa. Bastante astuto. Justo ahora no para de pasear sus manos por mi espalda. Parece que también está como yo. Beso su cabeza, bajando mis manos hasta sus mejillas, levanto su rostro y lo atraigo a mí. Mierda. Ya estoy otra vez. Sus labios son tan suaves y embriagadores. Yo... No creo resistir mucho. Siento su lengua junto a la mía, dándose toques que me hacen estremecer. Me separo de él antes de que sea demasiado tarde. Sin embargo ya estoy en el límite. Lo oigo reír—. ¿Un beso de buenas noches?
—Un beso necesitado— digo sin pensar, para luego arrepentirme como nunca. Me cubro los ojos con mi brazo—. Olvídalo.
—¿Olvidarlo? Imposible— agarra mi otra mano y besa mis nudillos, subiendo por todo mi brazo, llevándose con él la manga de la camisa. Suelto un suspiro. Esta siendo bastante sensible, igual que yo.
—De-detente... Será mejor dormir, no quiero despertar a nadie y mañana estaremos ocupados— evito lo inevitable. Lloyd ignora mis palabras y sigue, ahora descubriendo mi pecho—. Haa...
—Parece que estamos muy ansiosos, ¿no?— vuelve a reír quedamente—. Lo siento. Tienes razón.
—E-está bien...— me siento decepcionado, pero es lo mejor—. Buenas noches, otra vez.
—Sí, buenas noches.
Se baja de mí para colocarse a mi lado, aún abrazandome. Espero mañana estar lo suficientemente preparado para todo... Soy tan egoísta. No lo puedo evitar. Esto ya es una obsesión y no lo puedo negar aunque quiera hacerlo. Tiemblo, no sé si de excitanción, impotencia o enojo conmigo mismo, pero lo hago. Me revuelvo, quedando frente a frente. Lo beso de nuevo, enredando mis piernas con las suyas, rozando la parte inferior. Sonrio. Sí. Somos unos impacientes.
—Hagamoslo— le susurro. Me abraza más fuerte y empieza a lamer mi pecho.