—Estupendo, ¿ahora que hacemos?— preguntó Jayn.
—¿Hacer de qué?— Cole miró a Jayn intrigado.
—¡Pues con lo de Lloyd y Kai! Ya logramos un avance, pero siento que algo falta..
—Yo ya no me metería en todo esto, Jayn. Lo demás debe salir por su cuenta— dijo Zane, tranquilo e ignorando los ojos de furia combinados con un puchero que Jayn le dirigía. Éste suspiró resignado.
—Supongo que tienes razón...— admitió, colocando su cabeza en la mesa.
—No te duermas aquí, será mejor que volvamos al cuarto para quitarnos esto— dijo Zane, señalando el uniforme.
—Por favor— dijo Cole, poniendose de pie, seguido por Zane y luego por Jayn, que estaba soñoliento.
Abrieron la puerta del cuarto lentamente y observaron su alrededor, no había ni un alma ni ningún ruido aparentemente extraño. ¿Era buena o mala señal?
Pasaron con cautela y se dirigieron a sus respectivas camas para quitarse el pesado uniforme y dormir.
—Oh, ¿dónde estaban?— Kai había salido del baño, por su cabello aun goteaba el agua y una toalla cubría su parte inferior.
—Estuvimos paseando— respondió Cole, quitandole importancia—. ¿Y ustedes?
Kai giró su cabeza hacia otro lado, y luego respondió:
—Jugamos.
Y era verdad, esa palabra lo podía describir absolutamente todo.
—¿A qué?— inquirió Jayn.
—A-ahh...
La puerta se abrió de repente, salvando a Kai... Hasta que vio quien era el que había entrado. Se sonrojo y trato de caminar hasta su cama sin exito, se sentía paralizado.
—¡Hey, Lloyd!— saludó Jayn, con una sonrisa.
—Hola— respondió.
Miró a Kai, haciendo que éste se sonrojara más y pudiera reaccionar para correr hasta su cama. Lloyd sonrió.
—¿En dónde estabas, Lloyd?— preguntó Cole.
—Ahh... Dando un paseo. Aunque la culpa la tiene alguien— dijo, elevando un poco la voz.
—¡C-Cállate!— le gritó irremediablemente Kai, con su rubor aun en las mejillas.
—¿Eh? Pero si en verdad es tu culpa, ¿no aceptas tu responsabilidad?
—¡La acepto perfectamente! ¡Así que no andes gritando eso por ahí tan libremente!
—¿Quién está gritando?
Kai iba a estallar en cualquier momento, ¿qué podía hacer para que no asesinará a nadie?
—Lloyd, vamos a fuera— sentenció Kai, dirigiéndose a la puerta.
—¿Iras así?— señaló Lloyd, observando de pies a cabeza a Kai, que sólo llevaba la camisa del pijama.
—Sí, sal ahora— dijo, sin mirarle.
Lloyd salió, seguido por Kai quien cerró la puerta tras de sí.
Los tres miraban estupefactos la puerta, ¿y ahora que pasaría? Tenían curiosidad, pero lo mejor era no acercarse para al final terminar echandola a perder. Así que suspiraron pesadamente y se dispusieron a jugar gato.
—Sientate— ordenó Kai.
—¿Eh? ¿En el piso?— miró a Kai con curiosidad, pero sin ningún resultado, estaba mirando al suelo y su castaño cabello cubría su rostro. Suspiró y lo hizo.
El suelo estaba frío.
Kai miró a todos los lados y, de un rápido movimiento, se encontraba encima de Lloyd.
—¡Eh! ¿Q-Qué?
—Lloyd... ¿Por qué has dicho eso?
—K-Kai...
—¿En serio es totalmente mi culpa?— preguntó, acercandose más al rubio hasta que sus frentes se encontraban a medio centimetro de distancia.
Kai sonreía para sus adentros. Si hacía esto, ¿conseguiría lo que quisiera? Tal vez sí, si lo hacía con Lloyd. Era algo bueno de todo esto.
—A-Ah...
—Lloyd... ¿Te has puesto duro?