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Cinderella Fantasy por Room 13943

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Notas del capitulo:

Actualizo hoy porque probablemente no pueda actualizar mañana (visitas y fiesta hardcore (?). Agradezcan, tienen un capítulo casi seguido del otro (??). 

Aquí hay lemon (al fin) trataré de hacerlo más harcore posible, pero ya me conocen ¿o no? Digo algo y a la mera hora, ¡chusca! No lo cumplo ;-;

¿En dónde estaban? Bueno, la respuesta era muy sencilla pero algo impensable al principio.

Kai había dicho "lugar apropiado" y Lloyd por "lugar apropiado" entendió "su cama". Así es. Estaban en la habitación de los cinco, ocultos bajo las suaves y delgadas sábanas de la cama de Lloyd. Los otros tres estaban dormidos, y eso para el rubio era suficiente, pero no para Kai. 

—I-Idiota, ¿por qué aquí?— le gritó en todo bajo, dándole un codazo en las costillas, causando así que el rubio soltará un quejido de dolor junto con una risa entre nerviosa y divertida.

—D-dijiste "lugar apropiado", así que...— empezó Lloyd. Kai lo miró de mala manera por encima de su hombro, causando una punzada de extrema ternura al primero. ¿No se daba cuenta que hacer esas caras tan lindas lo excitaban más? Pues la respuesta era totalmente negativa.

—¿Y si nos oyen...? Preferiría el baño— susurró, enrojecido.

—Imposible— respondió Lloyd, desabrochando la camisa blanca del castaño lentamente. Cuando finalizó y la bajó hasta los codos, sus manos empezaron a recorrer cada centimetro de aquella piel blanca y suave—. Dos razones: en el baño hace mucho eco, y quiero que tus gemidos sean solamente escuchados por mí— esta confesión hizo que la piel de Kai se erizara muchos más que al sentir las manos de su rubio, además de causarle un terrible sonrojo que llegaba a notarse hasta las orejas a pesar de la oscuridad. Lloyd sonrió y beso el lóbulo de la oreja de su contrario antes de susurrar la siguiente razón:—. Y, sobre todo, quisiera que esta cama temporal contuviera tu delicioso aroma— Kai gimió de excitación al sentir aquellas manos juguetear con sus rosados pezones. Las cosas que su amante soltaba lo derretían de vergüenza pero le causaban enorme felicidad.

Kai hizó su cabeza hacia atrás, apoyandola en el hombro del contrario. La agilidad y sensualidad con la que Lloyd recorría y jugaba con cada zona de su piel lo hacían temblar de total placer, la gratificante sensación del clímax en sus caderas aumentaba constantemente. Estaba próximo a acabar por primera vez -pues sabía perfectamente que se correría más de cuatro veces en la noche-, y se lo dejo saber al rubio de la más lujuriosa manera. Con su cabeza en el hombre de Lloyd y su temblor de por medio, alcanzó a lamer el lóbulo de la oreja de éste, que soltó un jadeo por el cálido contacto de su amado, y el castaño le susurró:

—Me... vengo, Lloyd... Ahh... Haz que me venga, por favor...

El rubio no dudo ni un segundo ante aquella orden que le dio al final de la oración y, con gran habilidad, froto por encima de la tela interior, el miembro erecto de Kai, que por el contacto se vinó en seguida, mojando sus bóxers. Espasmos recorrieron todo su cuerpo y al finalizar jadeo de excitante manera. Lloyd tomó la mano del contrario y la llevó a sus labios, para implantar en ella un suave beso que fue correspondido por una enorme sonrisa. Él también sonrio y volteó a Kai hasta dejarlo frente a frente, para besarse sin pudor alguno. Sin contenerse. 

El castaño aferró sus manos en la nuca del rubio y éste abrazó al primero hasta tumbarlo y dejarlo bocarriba. Lloyd sentió como las dudosas manos de Kai paseaban por su espalda y nuca, haciendo círculos en ciertas partes o simplemente acariciando. Aquéllo también lo enterneció y comenzó a hacer lo mismo hasta que logró que Kai volviera a excitarse, que fue casi de inmediato al tocar ciertas partes de aquella piel que lucía de manera exquisita ante sus ojos, perlada y blanca. Separaron sus labios una vez que se sentían morir de asfixía y, sin reparo alguno, el rubio bajó con besos y caricias hasta el estómago de Kai, que se retorcía. Se quedó un par de minutos saboreando aquellos dulces rosados y de nuevo fue descendiendo hasta llegar a una parte que gritaba por total atención, al igual que la suya que dolía como en el infierno.

—¿Puedo quitar esta estorbosa tela, Kai?— le preguntó en forma de susurro, lamiendo la erección por encima de la ropa interior negra. El mayor asintió tembloroso y en un segundo estaba completamente desnudo. Una oleada de vergüenza hizo querer cerrar sus piernas, pero fue imposible, pues al poco tiempo su miembro se encontraba en una húmeda y cálida cavidad. Gimió tan fuerte que se obligó a tapar su boca con una mano mientras que con la otra apretaba el rubio cabello del menor, que lamía y succionaba. Se sentía cerca nuavemente, sin embargo, Lloyd se lo impidió. Saco el miembro de la boca y apretó un una de sus manos el glande del mayor, que soltó un quejido.

—¿Eh-h..? ¿L-Lloyd...?

—La próxima vez que te vengas... Quiero que sea cuando esté dentro tuyo— susurró, volviéndo a besar la mano de Kai y su mejilla de una manera dulce. Éste último se límito a asentir mientras su cara adquiría un tono de rojo antinatural. Se sentía nervioso, pues lo que estaba por venir era su primera vez sexual. Sentía absoluto miedo, pero se lograba relajar por el hecho de que Lloyd era quien lo tomaría en sus brazos. Observó como el menor dirigía tres de sus dedos a su boca. Sabía lo que haría. Se incorporó como pudó y tomó la muñeca del rubio, que lo miró extrañado.

—De-déjame hacerlo... No quiero quedarme sin hacer nada...— dijo, mirando al menor a los ojos. Sonrió y asintió.

Kai dirigió esos dedos a su boca y comenzó a lamerlos lo mejor que pudó, cada parte de ellos estaban llenos de su saliva y, antes de sacarlos produciendo un sonido extremadamente lujurioso -o eso pensó Lloyd, pues ver tan erótica escena e imaginar que esos tres dedos eran su miembro lo hacía delirar-, los besó. La sonrisa que se cargaba el rubio se ensancho y, besando castamente al castaño mientras acariciaba su rostro, introdujó uno de los dígitos a aquél lugar anillado que estaba caliente. El mayor se quejó quedamente.

—¿Duele?— preguntó Lloyd. Kai negó, así que metió otro y empezó a dilatar la entrada haciendo el movimiento de la tijera hasta que, por petición del contrario, metió el últilo dígito y, con los tres ya dentro, se dispusó a explorar toda la entrada. Moviendo sus dedos, pulsando algunas partes o masajeando. La calidad que sus dedos sentían era exquisita y quería meter en seguida su dolorosa erección, para hacer que Kai fuera suyo. Sólo suyo—Kai, ¿puedo meterlo ya?— preguntó.

El mayor lo miró con sus ojos cristalinos y opacados por la extrema lujuría. Su mente era una maraña de pensamientos que no podía decir absolutamente nada, por lo que se límito a asentir con la cabeza casi imperceptiblemente. Lloyd sacó sus dedos de la entrada y, quitándose rápidamente la única prenda que poseía en esos momentos, agarró con su mano su erección y, sabiendo que si lo hacía de manera rápida o lenta dolería igual, eligió la primera. El castaño abrió sus ojos de par en par por los que saltaron lágrimas, de su boca salió un grito agudo y sus manos rasgaron la piel del rubio, provocandole unas cuantas cortadas. 

—¡Du-duele! ¡¡Lloyd, duelee!!— gritó Kai, llorando. El menor besó cada parte del cuerpo expuesto  de su amante para relajarlo y mostrarle que todo iría bien— Lloyd... Ha-haz que deje d-de doler...— rogó Kai, tomando en sus manos la cara del rubio para besarlo ligeramente en los labios—. Mu-muevete y haz que mis gritos sean gemidos de pl-placer...

Lloyd, ya en su límite de cordura, empezó a dar estocadas y embestidas en el interior del mayor, transformando, precisamente, aquellos quejidos de dolor en gemidos y jadeos de absoluto placer que él también soltaba al sentir como aquellas paredes anilladas lo envolvían de una abrumadora manera, como si tuvieran vida y no quisieran dejarlo ir... Lo cual  también estaba en sus planes, no quería parar y no quería salir de la cálida entrada de su amor. 

Llegó el momento en que las embestidas eran freneticas y callar los gemidos de placer era casi imposible. Kai llegó a su clímax cuando Lloyd  tocó aquél punto que lo hacía enloquecer y éste llegó al sentir como su miembro era aprisionado gracias a los delicioso espamos del primero. Cayeron juntos en la cama totalmente exhaustos y, depués de abrazarse, besarse  e intercambiar palabras de amor, se durmieron placidamente uno en los brazos del otro, sintiendo el calor y escuchando el latir del corazón del contrario.

 

Mientras tanto...

Otro castaño de apretaba sus ojos fuertemente, tapaba sus oídos y tarareaba "la la la", fingiendo el no haber escuchado nada, se lo repetía constantemente en la cabeza, dando vueltas en la cama.

Un pelinegro miraba el techo de la habitación con los ojos como platos, el dormir ahora le era imposible. Esos sonidos estarían en su mente hasta el día en que muriera.

El peliblanco dormía tan apasiblemente soñando con «cierta» personita... Probablemente haciendole lo mismo que esos dos habían hecho hace nada de tiempo. Su cara de felicidad parecía delatarlo.

Notas finales:

¡Es el fucking capítulo más largo que he escrito y el lemon más largo que también he escrito! Al principio pensé en ser una demonio malvado y dividir el capítulo en dos, pero después en mi mente llegaron imágenes mías asesinada por todos ustedes y dije: No, así se va a quedar.

Mi parte favorita fue la final :D (xDDD), ¿y la suya? (Complejo de Dora)

Espero que les haya gusta este lemon caca (?). El miércoles el próximo capítulo, hasta entonces, besos♥


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