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Cinderella Fantasy por Room 13943

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Notas del capitulo:

¿Sabían que éste es el fic más largo que he escrito en mi vida? Si que me lo he planeado bien, y por mí sería aún más largo.... Y lo será, ustedes sólo sean pacientes.

Yyy... Mentí xD. No serán más cortos, que eso es imposible. A lo mejor oscilaran entre las 750 - 1200 palabras, o por ahí. Si acaso uno que dure 1500 o más. Todo depende de los hechos. Très bien (sí, Tsukiyama is here xD), espero que disfruten este capítulo...

#¿DóndeEstásKaiWeón>:v?

Abrió sus ojos y los frotó con las largas mangas que le cubría las manos de una manera frenetica. Veía borroso, todo era como un destello a la lejanía. Tardó en acostumbrarse al nuevo ambiente, pero lo hizo. Cuando enfocó al fin la vista, se sobresalto y miró a su alrededor desesperado. ¿Dónde estaba? Buena pregunta, no lo sabía.

Sólo sabía que se hallaba en el suelo, con las mangas manchándose seguramente de tierra o polvo pues las usaba como apoyo para no volver a desplomarse hacia atrás. Su cabeza daba tantas vueltas como si lo hubieran agitado infinidad de veces en una lavadora. Las piernas flaqueaban y no respondían como era debido. Los recuerdos eran un tanto borrosos, lo único que recordaba era que había seguido a Cole hasta que todo se oscurecio.

Negó con la cabeza, tratando de despabilarse y de ponerse de pie.

—Oh, yo no haría eso si fuera tú— dijo alguien.

—¿Eh? ¿Quién anda ahí?— preguntó más que en un grito, en un susurro. Su voz estaba ronca y su garganta, seca. Se preguntaba cuánto tiempo había estado inconsciente.

—¿No me reconoces, eh? Bien. Así está bien. Por ahora— era una voz masculina, bastante gruesa y siseante. No lograba acordarse a quién pertenecía aquélla voz tan familiar. Frunció el ceño, juntando sus cejas, totalmente molesto. Posó una mano en su cabeza, se había mareado.

—¿A qué te refieres? ¿Quién eres? ¿Y dónde carajos estás?

La voz rió divertida. 

—Será mejor que sigas ahí en el suelo por el momento, dudo que tus fuerzas hayan regresado en un lapso de una hora. Estás débil, mareado, seguramente te duele todo el cuerpo, además de que no eres más que un niño— Kai no podía ver de donde provenía la voz, ni siquiera sabía donde estaba. Era una habitación, obviamente, bastante pequeña y de paredes desnudas. Estaba seguro que aquél hombre había sonreido—. Necesitas descanzar... Y no creo que quieres que vaya a dónde tú estás, ¿o sí? Dudo que quieras morir a tales alturas de la vida. 

Kai frunció su boca hacia un lado, disgustado. La voz flotaba en el aire, tan desesperante y familiar. Se torturaba a sí mismo por tratar de recordar el rostro de la voz. La persona que se hallaba en algún sitio, en alguna otra zona no tan alejada de su "celda"; porque era similar a éso. La minuscula pieza en donde estaba le daba escalofríos.

Se acercó hasta la pared a duras penas. En efecto, le dolía todo el cuerpo. ¿Lo habrían golpeado? ¿O tal vez suministrado alguna cosa? Era difícil de decidir. 

—Por lo menos dime en donde estás— ordeno Kai, mirando al techo.

—Oh... Más cerca de lo que tu crees— y rió. La risa eran tan estresante que el castaño cerró los ojos con fuerza, ignorandola.

 

Habían salido del colegio. Al fin lo habían logrado, pero ese logro era deprimente, pues no sólo aún tenía el cuerpo de un niño sino que Kai desapareció y todos se preocupaban. ¿Dónde estaba? ¿Quién lo había capturado? ¿Sería alguien conocido? ¿Qué harían con él?

Al y Cole iban adelante de Jayn, Zane y Lloyd. El silencio los sumergía y la ciudad estaba casi desierta a tal grado de que caminaban en medio de la calle sin que un auto los atropellara. Iban a paso rápido, sin tomar algún descanzo, pero lo que más quería el rubio era correr. Quería correr y que, mágicamente, Kai apareciera delante suyo para acto seguido abrazarlo, besarlo y llorar. Pero no podía. Era una estupidez, una simple fantasía. Debía ser serio y mantener la calma.

Miró hacia el cielo nocturno. El lienzo negro estrellado se extendía enormemente y, en un extremo, la luna parecía guiarlos.

Todos pararon en seco cuando Al estiró su mano a un lado.

—Es ahí— dijo, volteando a ver a todos y señalando con su barbilla un edificio de mediana estatura que se vislumbraba a lo lejos. Era un viejo cine que sería demolido pronto para ser reemplazado por una pizzería, según decían las noticias.

—¿Estás seguro?— preguntó Cole, quedamente, intercalando mirada entre el edificio desgastado y gris y la semi-sonrisa de Al.

—Si ella lo dijo, debe ser verdad. Si mal no recuerdo mencionó aquél viejo cine como punto de encuentro con la persona que la contrato, pero... Sólo espero que Kai esté ahí y no encontrarme con ella, o haberlos guiado a una trampa de la que no estaba enterado.

—No te preocupes tanto... Total, es asunto nuestro, además de que siempre caemos en trampas— dijo Jayn, encogiéndose de hombros—. Y, ¿bien? ¿Qué esperamos? En marcha, chicos. Que Kai nos necesita.

—Desearía que Kai ya le hubiera pateado el trasero al causante de todo esto— murmulló Lloyd, dando un respingo.

—Tenlo por seguro. Lo hará, cuando se enoja es una bestia parda patea-traseros y rompe-huevos— dijo Cole, sonriendo por encima de su hombro—. Lo sé porque me ha tocado presenciar como golpeaba a un villano uno vez que intento pasarse de listo, pero tú no estabas... ¡Lo hubieras visto! Seguro el tipo está arrepenrido y sin poder tener hijos.

—¡Lo recuerdo!— afirmó Jayn— Oh, fue un gran día. Yo también espero que Kai haga eso con el responsable. ¡Fue tan gracioso!

Lloyd sonrió, pero por pura cortesía. Aunque aquello era totalmente gracioso, su pecho dolía. No podía reír sabiendo que Kai estaba en peligro...

 

Pasaron como mínimo 40 minutos y ya se sentía ligeramente mejor, así que se puso de pie -apoyandose contra la pared- y estiro todo su cuerpo. Bajó la mirada. El kimono seguía en una pieza, anque las arrugas y los rasguños se hacían presentes. Se quitó el adorno de la cabeza y del cinto que no hacían más que estorbar. Arrancó parte excesiva de las mangas y luego las dobló. Revisaba sus piernas adoloridas y temblorosas cuando la voz de antes resonó nuevamente en la habitación.

—Oh, qué lindas piernas. Y qué lindo gesto de desagrado. ¿Ya recuperaste todas tus fuerzas?

—No— escupió Kai, entrecerrando los ojos molesto—. ¿Qué me hicieron para que me sienta de esta manera, como si fuera un debilucho...?

—Nada en especial. Sólo una sustancia que me proporcionó la persona que te trajó a mí. Una especie de suero para dormir.

—Qué original— volvió a escupir con desdén—. Serán idiotas.

—Cuida tu lenguaje, chico. Que en cualquier momento puedo ir ahí y, si me apatece, hasta podría violarte de lo lindo que eres ahora.

Kai se horrorizó y se estremeció, pero su cara de molestia no desapareció exteriormente, o eso quería creer. Se deslizó por la pared hasta encontrarse otra vez sentado en aquél frío piso y, haciendo su cabeza para atrás, cerró sus ojos y pensó en Lloyd. «Por favor... Ven y salvame...»

Notas finales:

Ay, qué sukis trukis, una violación (?) ¡Por Dios, no! Le hacen eso a mi Kai bello y hermoso y shota, y mato a todo el mundo. El weón que tiene cautivo a Kai es éso, un weón. ¿Listos pa' matar al malo? Porque yo sí. (Los malos nunca mueren, eso me lo enseñó la nueva película de DBZ, que por cierto no me gustó).

Ya nos leeremos, hamores.

Besos♥

#MyBodyIsReady


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