Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cinderella Fantasy por Room 13943

[Reviews - 59]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Por Jesús de Veracruz! Ya casi la historia tiene 10,000 leídas. I'm so happy, thanks ladys and gentlemans! Thank you so much! (Mi inglés del cu-).

Bueno, dejando mi felicidad de lado (?), el capítulo. ¿Me tarde en actualizar? ¿Más o menos, no? Ahí me perdonaran, pero es que me estoy leyendo un nuevo libro y, ains, me quedo pegada como chicle a suela.

Lord Garmadon soltó el cuello de Kai, y éste cayó con un perfecto equilibrio, para terminar corriendo hacia donde Al parecía canturrear alegre mientras los demás también se acercaban con una inmensa sonrisa. Sus energías habían vuelto de golpe y los dolores se esfumaron en el aire.

—Creo que en verdad te amo. ¡Si habían desaparecido!— dijo Cole, sonriendo con satisfacción, haciendo que los otros se ríeran sin pensar.

—Me alegra mucho eso— respondió el azabache.

—¡Oh, mis amores! ¿Cómo sobreviví alejado de ustedes? ¡Soy la peor persona del mundo!— gritó Jayn, abrazando sus nunchakos contra su pecho. Parecía que los quería besar como si en verdad fueran un par de niños.

—Ni que lo digas, en verdad extrañaba mi espada— habló Kai, sosteniendo con cuidado su arma—. ¿Dónde las conseguiste? Se destruyeron totalmente...

—Oh, secreto— respondió, mostrando una sonrisa un tanto atemorizante, haciendo que los otros rieran nerviosos—. Pero no durarán, es ahora o nunca. Después les diré quién me hizo tamaño favor, bueno, me lo debía.

—Me hago a la idea— dijo Cole, sonrojándose un poco. Quería besar a Al, pero no podía gracias a la vergüenza—. G-gracias.

—No hay problema. ¡Hey! ¡Que se escapa!— gritó, señalando a un Lord Garmadon que retrocedía paso a paso. ¿Ahora estaba asustado? ¿Quién diablos entendía a ese hombre?

Todos intercambiaron una mirada y asintieron, alzando sus armas, gritando lo que tenían que gritar.

—¿Así que tú no puedes pelear contra él, huh?— preguntó Al, acercándose al rubio que miraba todo con una sonrisa de alivio.

—Por el momento, sí. No puedo.

—Ya. ¿Y en verdad todo terminará después de esto, no? Me alegro, eso es bueno.

—¿Extrañarás a Cole?

Al sonrió ampliamente, colocando sus manos atrás de su nuca. Miró a Lloyd y sus ojos se fijaron en los escarlata, que parecían curiosos por la respuesta.

—Para nada— dijo al fin—. No me separaré de él por nada del mundo.

El rubio sólo atino a asentir, confundido.

 

—Bonita historia, cuéntenme más— se rió Nya. 

Todo había vuelto a ser normal, ya no parecían niños de primaria y Kai ya no tenía que vestirse de niña. Todo se lo contaron a Nya, que no paró de reírse con todas las tonterías que escuchaban de los cinco chicos que arrugaban la frente viendo la reacción de la pelinegra que no se tragaba el cuento, por más cierto que fuera.

—¡Pero que es verdad!— se quejó Kai, harto de repetir lo mismo.

—Ya— respondió ella.

—Esto... Sí. Antes de que se me olvide. Nya, ¿puedo hablar contigo?— dijo Jayn, rascándose la nuca con aire temeroso. La chica asintió y los demás salieron de la sala, dejándolos solos. El castaño claro suspiró, tratando de relajarse lo más que le permitiera. Podía ser un bocazas, pero nunca había sido bueno para las directas—. Bueno, yo...

—¿Es sobre nuestra relación, cierto, Jayn?— preguntó.

—Sí. Verás... No sé cómo pasó— aunque eso era mentira. Cerró los ojos y prosiguió:—, pero me enamoré de Zane.

Nya se quedó un rato callada, analizando de arriba a abajo al castaño que se encontraba sentado, casi temblando. Sonrió amablemente y dijo, tranquila:

—Por mí no hay problema. Me gusta compartir.

—¡¿Eh?!

—Era una broma— se rió—. Me alegra que hayas sido sincero contigo mismo y conmigo, Jayn. También con Zane. Espero que todo resulte a la perfección.

—¿No estás molesta o algo...?

—A decir verdad, sí. Pero por el hecho de que te hayas tardado tu tiempo en darte cuenta de tus verdaderos sentimientos, sólo eso.

—Gracias.

—No necesitas darmelas. Estoy muy feliz siendo tu amiga.

La puerta se abrió, dejando ver a Kai, con aire nervioso. 

—¿Pasó algo, Kai?— preguntó Nya.

—Bueno, sí. Yo también quiero hablar contigo sobre un tema...

—Si es sobre Lloyd, ya sé que están saliendo.

—¿Qué? ¿Cómo-? Sabes, olvidalo. Sin embargo, no es precisamente de lo que quiero hablar.

—Oh, vaya. ¿Qué es?

Kai entró y cerró la puerta. Jayn se despidió de los dos y salió de la habitación, gritando el nombre de Zane bastante alegremente.

—Quiero consejos— dijo finalmente el mayor. La chica sonrió victoriosamente.

 

—Tenemos una visita— habló el Sensei Wu, haciendo que todos lo vieran fijamente dejando de lado sus platicas y su plato de comida a medio terminar. 

Atrás de él se hallaba un chico alto, moreno, de cabello negro sujetado por una coleta y ojos felinos bastante brillantes, que en seguida se dirigieron a Cole con una sonrisa en sus labios. El pelinegro dio un brinco en su lugar y se puso de pie, sorprendido, o mejor dicho, más sorprendido que los demás.

—¿Al? ¿Eres tú?— tartamudeó.

—Yep— respondió éste.

—¿Ahora nos crees?— inquirió Kai, mirando a su hermana, que sonrió y negó con la cabeza, haciendo que el castaño soltará un gemido de fastidio.

—Adiós— habló Cole, saliendo del comedor hacia afuera, llevándose consigo al moreno. Todos ríeron por la sorpresa y Sensei Wu se marchó para descansar.

—Final feliz, ¿no?— preguntó Jayn, que había dejado el plato impecable.

—Yo digo— dijo Lloyd, mientras tomaba por debajo de la mesa la mano de Kai, entrelazando sus dedos, haciendo que se sonrojara y desviara la mirada hacia una esquina en la pared. Rió por lo bajo.

—¿Qué tal si mejor nos vamos ya a dormir? Me duele todo el cuerpo y me mareo— sugirió Kai, sin mirar aún al rubio sonriente.

—¡Por mi, perfecto!— se apuntó Jayn, que jalaba el brazo de Zane para llevarlo con sigo.

—Es una buena opción— dijo el peliblanco.

—Yo lavaré todo, chicos. No se preocupen— se ofreció Nya, sonriendo.

—¡Gracias~!— canturreó el castaño claro, que ya iba por el pasillo hacia las habitaciones con un Zane a rastras.

—Vamos, en ese caso, Kai— dijo Lloyd, incorporándose.

—S-sí.

—No quieres dormir, ¿cierto?— se acercó a Kai, tomando su barbilla, una vez que se habían alejado del comedor, de Nya y de la luz.

—N-no... No quiero...

El rubio sonrió, besando a Kai, abriendo lentamente la puerta de su habitación.

Notas finales:

¿Fin? Dúdenlo, jujuju.

Hasta el próximo capítulo. Amores.

Besos♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).