El silencio y la tranquilidad comienzan a desvanecerse tras la llegada de Tobias; el caballero de la familia Emery. A juzgar por el portapapeles que lleva en la mano derecha creo que tiene noticias importantes que dar. Entonces me levanto del sofá, recojo mi taza de té junto con la de Steve e intento buscar la cocina para ordenar un poco. Sin embargo, me quedo en blanco; olvidé por completo que no conozco lo suficiente la habitación como para moverme con libertad. Pero Steve llega en mi auxilio, y me guía por un par de pasillos hasta llegar a una cocina bastante moderna.
Enciende la luz; finalmente soy testigo de una buena iluminación. Dejo ambas tazas vacías en el lavaplatos y me vuelvo para mirar a Steve. Está vestido con una camisa musculosa de color negro; también lleva unos pantalones del mismo color probablemente cómodos; unas zapatillas deportivas sin ninguna decoración. Además lleva unos guantes sin dedos que le proporcionan la apariencia de una poderosa torre. A mi juicio, creo que es la vestimenta correcta para un demonio que tiene esa posición en el tablero de ajedrez.
- ¿Te gusta cómo me veo? - Me pregunta el rubio; supongo que se ha dado cuenta que lo he estado mirando más de lo que debía - La mayoría suele vestirse de esta manera -
- Te ves bien - Digo tímidamente. No sé qué espera realmente de esa pregunta: algo para iniciar una conversación o un cumplido que no haga más que contribuir con su egocentrismo.
Esta vez soy yo quien apaga la cocina con el interruptor a un costado y nos devolvemos al comedor en silencio. Personalmente estoy pensando en cómo me vestiré para ser identificado como un peón; por ahora solo visto de la misma forma que un demonio hechicero.
- ¿Qué noticias nos traes? - Le pregunta Steve a Tobias - ¿Es algo de lo que deba preocuparme? -
- No realmente - Contesta con frialdad. Me han contado que suele ser bastante serio cuando se le designa una tarea - El presidente; Gideon, solo tenía curiosidad acerca de cómo íbamos a dormir esta noche. En este departamento hay tres habitaciones con sólo una cama. Personalmente deduzco que está curioso por Bucky - Tobias se detiene a mirar con una sonrisa débil -
- No creo que eso sea un problema - Declara Steve - Bucky puede dormir conmigo. Bueno, sólo si tú consideras esa posibilidad - Me dice como si todo esto fuera realmente trivial.
- En realidad no me importaría - Le sonrío a Steve y él solamente se alegra.
La habitación del rubio es acogedora y ordenada. La ventana está abierta y puedo notar el frío que yace allá afuera: extremo e infernal. También puedo visualizar un mueble en donde probablemente Steve guarde su ropa. No estoy muy seguro si a él le importaría compartir una parte de su espacio para no dejar la mía botada en cualquier parte. Entonces veo que comienza a quitarse su ropa: observo su cuerpo trabajado y musculoso, su piel blanca, completamente fría y probablemente suave. Luego continua con sus pantalones y yo comienzo a sospechar de cómo entrará a la cama. Termina finalmente con sus calcetines y a cambio de eso se coloca un pantalón corto que supongo ha de ser su pijama. Me mira con una sonrisa, yo realmente no sé qué esperar de este tipo. Pero decido ignorarlo y también me acuesto solamente con unos pantalones cortos.
- Sé que no hay mucho espacio. Pero solo quiero que sepas que no me importa dormir apegado a ti durante la noche - Me dice. Comienzo a encontrar esta situación muy sospechosa; no todos los días te conviertes en un demonio de una prestigiosa familia y te mandan a dormir con un demonio que honestamente, está bien bueno por la noche. Pero decido hacer caso omiso a la situación.
- Por mí está bien. No te preocupes - Le sonrío, esperando que no sé de cuenta de que me encuentro realmente nervioso. Intento respirar profundamente y olvidar que está junto a mí.
Yo no sé realmente en qué estaba pensando cuando dije que no tendría problema en dormir junto a este tipo. No trato de decir que me desagrada; pero realmente me encuentro muy nervioso. Para los demás como Brian es muy sencillo, pues ellos están en una relación. Pero yo no tengo la misma experiencia que la que tienen estos demonios. Así que tendré que estar en guardia.
La alarma del reloj que reposa sobre la cómoda retumba en mis oídos. Me despierto un poco aturdido; nunca me gustaron estos relojes a la hora de levantarme temprano. Tardo unos minutos en darme cuenta de que Steve no está junto a mí. También me doy cuenta de que hay una toalla en la cama. Está seca. Entonces comprendo que él me la ha traído para ducharme.
Me levanto y coloco la planta de los pies en el frío suelo. Me entumo. Agarro la toalla que está en el borde de la cama y me la coloco en el hombro. No sé dónde está el baño, pero puedo suponer que no está muy lejos. Entonces me quito los pantalones y la ropa interior y coloco la toalla alrededor de mi cintura. Salgo finalmente de la habitación y camino hacia el baño.
Escucho el sonido de la ducha a pocos metros de llegar, seguramente está ocupado por Steve. Son las diez de la mañana y aún se está bañando; a eso le llamo un demonio limpio. Pero finalmente me coloco delante de la puerta de baño y golpeo decidido. Espero que él me escuche.
- Steve… Soy Bucky. ¿Podrías terminar ya con eso? Creo que es mi turno -
- ¡Está bien! - Dice él. Escucho cómo sale de la bañera y se coloca su toalla alrededor de su cintura.
Si hay algo que decir de Steve, es que realmente es un poco cabezota. Abrió la puerta de baño con mucha energía y salió empapado hacia la intemperie. Eso no me molestó. El problema fue que su humedad provocó que se resbalase con el piso y que cayera encima de mí. Afortunadamente lo atrapé, usando la pared del pasillo como apoyo. Pero ahí me encontré con él, con mis manos apoyadas en su cintura, ambos solamente con una toalla. Su pecho desnudo y empapado contra el mío. Sus ojos en blanco y sus labios muy cerca de mi rostro me pusieron muy nervioso.
- Lo siento… - Me dice con una sonrisa - Tendré más cuidado la próxima vez.
Se quita y se sujeta la toalla que reside en su cintura. Luego camina hacia nuestra habitación.
El agua fría me despierta y anula la aceleración que hay en mi corazón. Cierro los ojos para olvidarme un momento de lo que acaba de pasar y me enjabono con los acondicionadores que están bien en un rincón de la ducha. Ese tío realmente me pone muy nervioso. No sé realmente qué está tratando de probar pero algo de lo que puedo estar seguro, es que mi suerte, sin duda sería envidiable para muchas chicas y/o chicos.
Finalmente llego a mi habitación. Veo que hay una maleta sobre la cama. Encima de ella hay una nota que dice: Bucky. La abro y veo que es un montón de ropa cuyas prendas comparten una similitud en común; son de color negro. Agradezco que me hayan traído ropa, pues lo había perdido todo cuando había concluido mi vida como ser humano. Honestamente, creo que a veces confundo en el mundo en el que me encuentro. Estoy comenzando a creer que todos los mitos que inventamos acerca de los demonios terminaron por ser falsos.
Tras haber elegido las prendas correcto, termino con mi vestimenta: llevo una camisa negra de manga corta con una túnica encima; unos pantalones largos de color negro y unas zapatillas. Es bastante simple, pero lo elegí así porque hoy comenzará mi entrenamiento como peón.
Me dirijo al comedor. Finalmente puedo observar a Gideon en persona, un hombre imponente, fuerte y de ojos azules. Él es el rey, por lo que está vestido de la forma más elegante posible. Es quien conjura y utiliza la magia para defenderse. Y su imbatible vicepresidente; y novio Jack Mitchell debe ser igual que él, sólo que un poco más débil.
- Buenos días Bucky - Me saluda cordialmente - ¿Cómo has dormido? -
Sé que debo tratarlo como un rey; por lo tanto me arrodillo y respondo - Muy bien señor -
- Me alegra escuchar eso - Señala con una sonrisa - Puedes llamarme Presidente si así lo deseas. Yo no tengo problema alguno con ello - Noto nuevamente esa bondad en su personalidad.
- ¿Usted sabe a dónde se fueron mis compañeros? - Pregunto con curiosidad. Me acabo de dar cuenta de que no hay nadie más que Gideon en la sala de estar.
- Hoy no hay misiones ni tareas para ninguno de ustedes. Están disfrutando del día libre, o al menos hasta que surja una tarea importante que cumplir - Responde - Puedes encontrarlos en las afueras de este edificio si caminas al gimnasio que está a unas calles de aquí. Verás que dice: Gimnasio de la familia Emery - Se pone de pie y toma sus papeles - Espero los encuentres. Yo ahora me iré al consejo. Los de clase alta tenemos mucho trabajo que hacer -
Me despido cordialmente de Gideon y salgo del apartamento para ir en busca del grupo.
El edificio no es tan grande como suele parecer por dentro. Es una edificación dedicada a los clanes más importantes del reino demoniaco: entre ellos está el Clan de la familia Emery. El día en el mundo demonio es representado el atardecer, pues la propia luz calcinadora puede ser perjudicial para la salud de los caídos. Las noches suelen ser eternas, pues los demonios amamos la oscuridad. Creo que es por eso que nunca se reúnen con los ángeles.
Lo único que he aprendido hacer como buen demonio es invocar mis dos alas de dragón. No estropean mi ropa, pues se manifiestan como energía y luego se materializan. Entonces aleteo justo delante del edificio y me elevo a grandes alturas. Veo otros demonios que también se trasladan por el aire, ya sea como energía oscura o de la forma en la que yo lo hago. Siento el frío aire soplar en mi rostro mientras vuelo en búsqueda de mi destino.
Desciendo en el momento en que lo veo: Gimnasio de la familia Emery. La puerta está abierta, por lo que no dudo en entrar. Camino por un pasillo hasta que finalmente llego a la arena. Una superficie lisa cubre el todo gimnasio. Han quitado las máquinas de trabajo físico para centrarse solamente en el combate cuerpo a cuerpo.
Steve y Tobias están en una batalla. Veo que ambos demonios están usando las herramientas que caracterizan sus piezas en el ajedrez. El rubio se enorgullece de su fuerza sobrehumana, mientras que el castaño se centra en la velocidad y en el uso de su doble espada para pelear. Brian está fuera de la arena, probablemente evaluándolos. Me acerco a él y lo saludo con un apretón de manos. Me explica que eso es lo que suelen hacer en los días libres; fortalecerse para ser implacables en los nuevos juegos de valoración.
- ¿Qué hay de ti? - Le pregunto curioso - ¿Cuál es la función del alfil en el juego? -
- Mi función principal es: proteger; sanar; amplificar a mis compañeros - Me explica - Usualmente, Gideon suele convocarme cuando las cosas en la arena se ponen difíciles. Los alfiles son piezas muy valiosas en los juegos; pues hacen la diferencia de una victoria y una derrota -
Tiene razón, el valor de una pieza es mayor mientras más cerca esté del rey. Y seamos sinceros, los soldados como yo son piezas desechables en un juego de valoración.
Cuando finalmente la batalla entre ambos concluye. Steve y Tobias se acercan a donde estamos nosotros. Ellos me saludan cordialmente y me preparan para mi próximo entrenamiento. No puedo estar más ansioso en este momento. Después de tantas semanas en las que sólo me mataba estudiando; ahora por fin me daré cuenta de qué soy capaz de hacer como peón de Emery. Por otro lado, también veré que tan despiadados pueden llegar a ser mis compañeros conmigo.
- Como ya sabrás. El Clan Emery se especializa en el uso del hielo - Dice Brian - Todos aquí usamos de una u otra forma ese elemento para pelear. Tú no serás menor en ese papel. Como te enseñé hace unas semanas, puedes manifestar el hielo con magia o como una extensión de tu cuerpo. Los peones tienen la facultad de dominar ambas. Son multifuncionales -
- Mientras puedas defenderte. Todo estará bien - Steve me dice con una sonrisa - El sistema de entrenamiento en la segunda fase es una batalla de tiempo real con uno de nosotros -
- Puedes elegirme a mí o puedes elegir a Steve - Aclara Tobias - No tiene mucha ciencia -
Medito la situación. No sé si decidirme por la fuerza bruta de Steve o por la velocidad de Tobias. Lo mire por donde lo mire, la única diferencia que puedo ver, es que puedo ser derrotado a golpes o puedo ser eliminado con implacables cuchillas que Tobias ha de manejar muy bien. Ambas opciones son lo suficientemente dolorosas; por lo que solo puedo decidirme por una que me haga tener un mínimo de oportunidad. Entonces recuerdo las personalidades de ambos demonios y me doy cuenta de que hay algo que podría ayudarme con el entrenamiento.
- Me gustaría pelear con Steve… - Concluyo. Esperando que mi decisión haya sido la correcta.