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Entre rosas y espinas de metal (metaloid) por Eliann

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Notas del capitulo:

Bueno este capítulo contiene Lemon


 


Así que lo dejo a su albedrio leerlo o no

Habían pasado unos días en la mansión metaloid luego del disturbio de la otra vez y para desgano y exasperación del mayor. Todas sus cajetillas de cigarros habían desaparecido. Estaba molesto quería fumar pero no encontraba ninguna.

 

-Maldito perro –Gruño sabiendo quien había sido el causante era cierto peli azul, quien comía chocolates en la sala –

 

Salió de aquella casa dispuesto a comprar otro paquete mientras el peli azul lo veía marchar sonrió triunfante tras su logro de la noche anterior. Sin saber que en mente del mayor se tramaba un plan en su contra. Meneando la esposa que estaba en su muñeca sonriendo.

 

-Saldremos un rato imbécil –Dijo Miku –

 

-¿Saldrás? ¿Mientras hay sol? –Dijo Kaito –

 

-¡Que no me acuerdes del puto sol piche perro! –Le grito molesta la peli plateada mientras reía alegremente el peli azul –

 

-De todas formas nos largamos, suerte –Dijo Len mirándolo para sonreír –

 

El peli azul se quedó pensativo el rubio imbécil desearle suerte ¿Qué demonios pasaba? Tal vez fue secuestrado o el piche Vocaloid había tomado su lugar fuera lo que fuese no hizo caso y se quedó acostado en el sofá hasta caer dormido.

 

En el momento que se despertó estaba atado en la cama siendo manoseado por cierto peli violeta, podía sentir su lengua caliente recorrer su piel, lo cual hizo que se estremeciera.

 

-¡¿Qué demonios crees que haces desgraciado perro hijo de puta?! –Le dijo enfadado el menor por cómo le tocaba –

 

-¿Qué no vez? ¿O te das por ciego? –Dijo el mayor sonriendo mientras el menor chasqueaba los dientes –

 

-No me doy por ciego hijo de puta te dije que desprecio que me toquen pedazo de descerebrado –Dijo fastidiado por la actitud del mayor –

 

-Ah… me vale madres –Dijo él para seguir con lo suyo toquetear aquel cuerpo tan suave del menor –

 

-¡Te vale madres hijo de perra! ¡Deja de tocarme desgraciado! –Grito con fastidio, para darse cuenta que estaba esposado a la cama –Hijo de…

 

-No, lo siento –Dijo con una sonrisa el mayor –Pero eso no va a ocurrir

 

-¡Que me!.... –iba a gritar un montón de maldiciones al mayor cuando sintió que tomo su parte más íntima sobre la tela de su ropa interior –Que no me toques

 

-Y ya te dije que me vale madres –Dijo el menor estaba molesto aun siendo tocado por el mayor quien hizo su ropa interior desaparecer para jugar a lengüetazos con su parte intima –Tu solo disfrútalo animal

 

-Ah….piche…imbécil –Se quejó –No necesito disfrutar…ah…nada tu solo suéltame –Dijo pero aun así el trabajo que hacia el mayor le hizo voltear la vista al cielo soltando varios gemidos de sus labios avergonzado por esto, miro molesto al mayor –Ah…detente… detente… de una bue….na….vez

 

-¿Por qué? Si pareces disfrutarlo –Dijo el mayor sonriendo para besarlo pero el menor se negaba así que mordió el labio del otro que oponía resistencia hasta hacerlo sangrar fue en el momento que abrió su boca, para que el mayor entrara explorando esa cálida caverna que tenía un sabor dulce, y para sorpresa del menor el mayor no tenía sabor a tabaco como pensaba era un tanto dulce, pero también sentía aquel sabor cobrizo de su propia sangre –

 

-NNGG –Se quejó al separarse del beso, aun siendo atendido por la mano del mayor, para que sacara un botecito de la mesa de noche –Ni se te ocurra hijo de tu madre, ¡No puedes entiendes! ¡No! ¡No soy sumiso de nadie!

 

-Eres mío –Dijo dejando una marca visible en su piel –

 

-¡Quién lo dice! –Gruño el menor fastidiado intentado zafarse obteniendo sus muñecas más enrojecidas –

 

-Yo lo digo –Respondió con seriedad el mayor por primera vez el menor lo vio tan serio que hasta daba miedo –

 

-Quítame…es….ah –Se quejó cuando nuevamente las manos del mayor movieron su miembro haciéndolo más rápido sacando varios suspiros quejidos de su voz y maldiciones al mayor para que se detuviera. Comenzó nuevamente a trabajarlo con su boca. Hasta que sintió el líquido espeso del menor invadir su boca –

 

-Al parecer lo disfrutas –Dijo relamiéndose los labios, mirando las mejillas enrojecidas del menor, mandándolo al diablo con su sola mirada y sonriendo más complacido esos labios entreabiertos, esa respiración agitada –

 

-¡Anda a que te jodan! –Dijo el menor molesto por la actitud del mayor y por más que lo estaba tocando si su consentimiento cosa que lo traía más molesto aun –

 

-Ah, pero si estoy a punto de joderte a ti y a ese lindo culito, míralo rosadito, así que no has sido follado por atrás… oh que será muy bueno hacerlo con un virgen –Dijo el mayor con una sonrisa de oreja a oreja haciendo que el menor se sonrojara y gruñera cual perro encadenado –

 

-¡No te atrevas a hacerlo maldito perro! –Le grito molesto, era cierto que no habían dado por detrás, pues le disgustaba la sola idea de que alguien estuviera dentro de él –

 

-Mh… pero si ya lo estoy haciendo –Dijo mojando con lubricante que había sacado momento atrás sus dedos, tocando la entrada del menor que se notaba completamente apretada, y cuando introdujo el primer dedo siendo rodeado inmediatamente por su estreches –Oh que será deliciosos –Dijo con una sonrisa lamiendo el abdomen del menor que le soltaba un montón de maldiciones, mientras intentaba dilatar la entrada del menor –

 

-Ah...Gakupo hijo de tu puta madre –Se quejaba el menor por el dolor de la intromisión del mayor dentro de él, después del primero vino un segundo haciendo tijeras en su interior, gruño nuevamente moviendo las esposas intentado soltarse pero lo que obtenía era un dolor en sus muñecas por esto. Si pudiera arrancarse la mano por esto. Sintió la tercera intromisión como si fueran estocadas dentro de él. Soltó un quejido entre el dolor y el placer que se le eran dados, para morderse el labio por ello –

 

-Oh vamos Kaito no los contengas déjalos salir –Dijo el mayor para besar los labios del otro que después de poner resistencia lo habría para gemir, a lo cual el mayor disfrutaba verle sumiso debajo de él –

 

-Cierra la boca maldito hijo de p…. –Cada cuanto quería decir algo era callado por el mayor, que se encargaba de que aquellos insultos se volvieran gemidos entre cortados –

 

-Mh, tu boca es muy bonita sabias –Dijo mordiendo y lamiendo su cuello por debajo de aquel collar que lo ataba –me encanta verte así tan inofensivo ante mi

 

-Veras lo que este ser inofensivo puede hacer cuando me dé…ah –Se quejó arqueando su espalda mientras el movimiento del mayor se hacía más rápido en su interior comenzó a sentirse avergonzado por no poder contener los sonidos que salían de sus labios, pero si lo hacía se ahogaría por ello –

 

-Ah…no creo que no lo aras –Dijo el mayor sacando sus dedos con ansias del interior del menor quien respiraba con agitación, comenzó a quitarse la ropa ansioso por lo que haría para abrir más las piernas del menor mojar con abundante liquido su hombría y guiarse a la entrada del menor, quien gruñía frustrado por no poder detenerlo ni aunque intentara dar patadas, sintió como era invadido por el grosor del mayor, se mordió fuerte el labio sentía que lo partiría, pero no lloraría por esto. No lo haría miro al mayor aun con ira en él –

 

-Eres tan estrecho –Se quejó sosteniendo las piernas del menor levantándolas por sobre su cadera dejándolo más expuesto –

 

-Y…tu un imbécil hijo de puta –Dijo el menor molesto, intentado regular su respiración para sentir el movimiento del mayor se mordió el labio por el dolor que sentía, los movimientos del mayor eran lentos pero por eso no menos dolor sentía era como ser rasgado, de pronto el menor se sintió entre el placer y dolor soltando uno que otro quejido que no pudo contener –

 

-Lo disfrutaras y esta piel solo me pertenecerá a mí –Dijo el mayor sin dejar de mover sus caderas siendo apresado por la estreches del menor, y soltando quejidos de placer por esto –

 

 

 

-Ah…cállate, tu sola voz es una molestia –Se quejó el menor, sintiendo como el mayor se movía en su interior intentaba no cerrar los ojos, mientras mordía su labios, que fueron opacados por los del mayor entre un quejido los abrió, sintiendo como la lengua del mayor invitaba a la suya a jugar pero se rehusaba a seguirle el juego –

 

-Me gustas como eres toda una fiera un perro que deseo encadenar –Dijo mordiendo su cuello dejando una marca completamente visible que tardaría meses en borrarse –

 

-Ah….ah –Se quejó, por aquellos movimientos rápidos y certeros del mayor haciéndolo estremecer –Ah…d…de… ah –Gimió estremeciéndose simplemente había encontrado el punto exacto donde su cordura y locura se unían haciendo gritar en placer –

 

-Que sumiso –Dijo el mayor soltado otro quejido, el menor quería replicar pero le era casi imposible, como pudo tomo la almohada mordiéndola, intentado no darle el placer al mayor para escucharlo –Ah… no, no –Dijo intentado quitársela, pero era como pelear con el perro gruñía para que no se la quitaran –

 

-NNGG –Se quejó le dolía la barbilla por ello y la saliva se escurría de la comisura de sus labios, estremeciéndose, su cuerpo temblaba, pronto llegaría al orgasmo –NNG…ah…ah…ah….GH –soltó estremeciéndose mientras su cuerpo no soportaba más, soltó un último sonoro gemido para correrse. El mayor se estremeció, por como sus paredes interiores se apretaron más –

 

-NNGG…ah Kaito –Se quejó el mayor, vertiendo su esencia en el interior del menor –NG…ah –Se quejó cayendo acostado en el pecho del menor, mientras ambos recuperaban el aliento estremeciéndose –

 

-Salte –Dijo el menor fastidiado, con la voz un poco débil mientras le ardía la garganta –no puedes estar tanto tiempo dentro, no así –El mayor le miro sorprendido a los ojos del menor -¡Salte! –Le grito fuerte, haciendo estremecer al mayor, miro esos ojos azules que le miraban con irá y molestia pero aun así no lo dejaría se salió del interior del menor dejando la estela de semen y sangre en las sabanas para soltar al menor de las esposas –Salte de aquí…

 

-Es mi habitación no me iré –Dijo el mayor –

 

-Entonces yo me iré –Dijo para intenta levantarse pero fue detenido por el mayor –Que me sueltes hijo de perra, maldito violador, te odio suéltame, maldición –Dijo intentado zafarse del agarre del mayor, pero su cuerpo se sentía agotado. Y más por el intenso ardor en su interior, se dejó acostar –Eres un hijo de perra, sabias.

 

-Me vale madres –Respondió besando los labios del menor que por primera vez no se resistió a aquel beso se separaron por la falta de aire a sus pulmones, para besar las muñecas enrojecidas del menor –

 

-Imbécil –Dijo para que sus ojos se fueran cerrando y caer dormido por el sueño –

 

“Mi único miedo, ¿eh?” –Dijo acariciando el rostro del menor –“Pues no dejare que otro te tenga” –Beso su frente para acostarse abrazando al menor observándole dormir –

 

Continuara…

Notas finales:

Espero les haya gustado y por favor comenten 


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