Ugh, mentiría si dijera que mis piernas no están temblando de los nervios o tal vez de la vergüenza, o ambos.
Anoche, cuando me dormí abrazando a Zane, sentí como me beso la frente antes de que se marchará a su cama para que a la mañana siguiente no fuera anormal. ¡Pero aún así terminó siéndolo! Y ahora vamos por la calle, Zane y yo buscando a una niña malcriada. ¡Qué hermoso día amaneció hoy!
—Hey, Jayn— mierda, me ha hablado.
—¿S-sí?— wua, mi voz está increíblemente temblorosa, esto no es para nada bueno. ¡Ooh, mierda! ¡Me está mirando! ¿Y ahora qué hago?
Bajo mi cabeza, totalmente avergonzado. No paro de temblar, ¡esto es patético! Volteo a verlo por el rabillo del ojo, me sigue viendo. ¡¿Va a decirme algo o no?! ¿Acaso sólo me ha llamado para saber si sigo vivo, o qué demonios? Su cara es todo un dilema, me mira de una manera que nunca he visto. Ugh, si sigo así de tembloroso terminaré cayéndome o chocándome contra un poste de luz tan típico de mí. ¡Bien, cómo se ve que va a seguir viéndome de esa manera, seré yo quien hable!
—Ahh...— ¡jajaja! ¡Soy realmente patético! ¡Abrí la bocota y no sale nada! Creo que mi cerebro no está coordinando ninguna de mis acciones correctamente. Otro indicio de mi nerviosismo.
—¡Jayn, cuidado!*— ¿Eh? ¿Cuidado con qu-?
Y al final... Terminé chocándome contra un poste de luz. Creo que para la próxima vez miraré al frente y no a un lado, viendo como las personas conducen. Solté un grito de dolor, me caí al suelo, me golpeé en el trasero y volví a gritar "¡auch!". Y, claro, ¿qué buen amigo te ayuda cuándo puede reírse de tu desgracia?
Zane se ríe con ganas y las personas nos voltean a ver, ¡ahora esto es en verdad vergonzoso!
—¡N-no te burles!— le grité, molesto.
—P-perdón... Dé-déjame ayudarte— me tiende la mano, aún riendose entrecortadamente. Chasqueo la lengua, pero tomo su mano a pesar de que mi cara arda. En cuanto lo toco, es como si una recarga eléctrica recorriera mi cuerpo, ¡mierda! Los recuerdos de ayer aflorecen y mi cara arde todavía más.
Me incorporo gracias a su ayuda y sobo mi trasero y mi frente adoloridos. Creo que debería ser más cuidadoso.
—¿Estás bien, Jayn?— me pregunta. Y, hasta ahora no me he dado cuenta pero... Sigo tomando su mano. ¡Ah, mierda! ¡Yo debería soltarla, ¿no?!
Siento su calor en mi mano y como la aprieta un poco más. Mi cuerpo se relaja inmediatamente al sentirlo y volteo a ver a mi alrededor para verificar que nadie esté mirando. También agarro más fuerte su mano.
—E-estoy bien, Zane... Gracias— le digo, mirandolo a los ojos con todo el valor acumulado en mi pecho. Apostaría a que mi cara está más roja que el traje de Kai. Zane me sonríe y la sensación de extrema felicidad que me invadió ayer al ser tocado por él, vuelve a mí. También le sonrió, y, ahora sin importarme nada, suelto su mano, tomo su rostro y beso su frente como si fuera la típica escena de amor colegial.
Cuando me separo, él me mira con ojos de sorpresa, así que vuelvo a desviar mi mirada.
—¡¿Qu-qué?!— grito, más avergonzado que irritado, además, mi temblor en las piernas a vuelvo... Maldición.
—No es nada— me responde, calmado y sonriente. Me tranquiliza—, sólo estaba pensando que... ha sido un buena primera cita.
—¡¿Eh?! ¿Cuándo esto se convirtió en una cita?
—Justamente cuando te chocaste contra ese pobre poste— rió otra vez.
—Ja ja ja, muy gracioso.
Volvimos a tomarnos de la mano y caminamos así durante mucho tiempo...