Lloyd, Zane, Cole y Jayn se encontraban en una difícil situación. Estaban nerviosos, tanto que juraban sudar tres litros de sudor frío por minuto, pero eso era estúpido e imposible porque se desidratarían... Claro, tres de ellos, que Zane era... Zane.
¿Cuál era la situación? ¿Dónde estaban? ¿Qué hacían?
La situación era un tanto complicada pues tenía a Kai dentro de ella. Estaban tras un árbol, cual acosadores y espiaban a Kai a lo lejos, ya que él... Estaba con otras tres chicas. No estaban saliendo, claro, o bueno, sí salían pero no era una cita, sino una salida de "amigos". ¿Y por qué Kai estaba con esas tres chicas? Uno, se saltó las aburridas clases igual que ellas y ellos. Dos, al parecer las chicas pensaron que Kai podría ser un buen partido y ser su "amiga". Tres, Kai aceptó dudoso y ahora él junto con las niñas estaban sentados en la banca de un parque de lo más recondito de la escuela, pero aún así había personas de aquí para allá, la mayoría podría decirse que de un grado muy superior, cómo 5to o 6to.
Kai sonreía abiertamente, pero la voz y su risa la formazaba un poco para hacerla más femenina, sin embargo, cuando hablaba, no salía chillona o forzada, sino más bien natural. Los chicos optaron por creer que tenía práctica en la imitación. Aunque no sólo eso los preocupaba. También la forma de actuar de Kai era de una chica, pero era comprensible considerando que tenía una hermana y se diría que sabe cómo lidiar con ellas en muchos aspectos.
Las niñas con las que estaba platicando eran lindas, y al parecer nadie lo negaba pues muchas veces algunas miradas se posaban sobre ellas. Pero, cómo no, a la que más miraban era al lindo Kai, con su traje rojo que parecía hecho a su medida, su falda, su camisa, su chaleco, sus medias, sus zapatos, su... ¿listón para cabello? Este detalle sacó la risa de Jayn y de Cole, pero impresionó a Zane y a Lloyd. "¿Por qué carajos usaba un listón para el cabello en forma de moño?", se preguntó éste último, ocultándose más en el árbol, pues un pensamiento un poco... íntimo pasó por su mente muy abierta, sacándole un sonrojo.
En eso el rubio escuchó la melodioso, pero forzada, risa de Kai en el aire, acompañada por otras tres un tanto chillonas. Suspiró.
—Mejor vámonos, chicos— dijo, alejándose del árbol poco a poco.
—¿Eh? ¿Por qué? ¿No te parece interesante?— interrogó Jayn, divertido.
—Sí, pero prefiero irme antes de que...
—... me cachondee aquí. Sí, lo entiendo— volvió a hablar el castaño claro. Lloyd lo miró incredulo y, después de poner sus ojos en blanco, todos se fueron a la habitación, el único lugar en el que podían esperar a Kai, pues volver a clases y ser regañados no era la mejor opción del mundo.
Zane y Jayn habían optado por salir a pasear un rato, algo que se le hizo sospechoso a Lloyd y a Cole, pero éste último también salió, aunque según él a la cafetería pues tenía hambre, dejando así al menor de todos solo en el cuarto.
Se echó en la cama boca abajo, no tenía sueño, por lo tanto no dormiría ni nada, sólo le dolían un poco las piernas. En eso, la puerta se abrió, mostrando a "una", más que a "un", Kai.
—Hola, Lloyd— saludó cuando se dio cuenta de que el mencionado lo miraba. Lloyd movió su mano en forma de saludo y observó cómo el castaño también se echaba en su cama, quitándose de un jalón aquél moño que extrañamente le sentaba adorable y cómo se iba quitando toda su ropa, lentamente. El rubio sólo se límito a ver hasta que Kai paró y se quedó sólo en falda, un rubor carmesí apareció por sus mejillas, llamando así la atención de Lloyd. "¿Se habrá dado cuenta de qué lo miro?", se preguntó. El mayor se puso de pie y comenzó a caminar hasta la puerta del baño, pero había algo raro en su andar... Lloyd dio un salto y tomó a Kai de los hombros, empujándolo hasta la cama más contigua.
—¡¿Qué demonios te pasa, Lloyd?!— se quejó el castaño, tratando de hacer a un lado al rubio, mientras que tal parecía sus mejillas se ponían más y más rojas.
—Kai, ¿estás bien? Caminas un tanto raro...— dijo Lloyd, tomando con sus manos ambas piernas de su contrario. Kai se erizó y empezó a quejarse y patalear, hasta que le fue imposible pues el agarre del menor era bastante fuerte. Éste último levanto la falda del castaño mientras escuchaba un "¡pervertido!", "¡idiota!", "¡¿qué carajo haces?!", "¡no mires, imbécil!". Y contradiciendo la última oració, miró. Su sorpresa fue grande, enorme e inesperada. ¿Qué demonios...?— Kai...
—¡Te dije que no miraras, imbécil!— gritó el mencionado, tratando de cerrar sus piernas a causa de la vergüenza que lo invadía. Estaba usando panties. O bragas. O ropa interior de mujer, pues eran lo mismo para Lloyd. De su sorpresa pasó a ser un sonrojo, y del sonrojo pasó a ser una relamida de labios. No dudaba que la escena era bastante erótica— ¡Deja de mirar, idio-!— hizo una pausa, pues vio cómo el rubio había pasado su lengua por su labio superior— ¡Ni lo pienses! ¡No! ¡Me niego! ¡Sueltame ya, estúpido!
—¿Eh? ¿Pensar qué?— preguntó juguetonamente Lloyd, acercando lo más que podía al rostro del mayor.
—¡No lo haremos aquí ni ahora!
—¿Hacer qué, Kai?— desplazó su mano por la pierna que sujetaba y la acarició hasta llegar a casi la entrepierna, cubierta por esa tan delgada tela color rosa claro. Pero lo que se preguntaba él era si la idea de esto había sido de aquéllas chicas tan raras.
—Y-ya sabes... Tener... coíto...— susurró sonrojado Kai, mordiendo su mano hecha puño pues el menor había empezado a acariciar la zona tan sensible— N-no... Ahhh... L-Lloyd, pa-para...
—No quiero— dijo, serio—, y tú tampoco, ¿o sí?
Kai tardó en responder, pero al final negó rotundamente. Quería seguir aunque lo negara su garganta. Lloyd sonrió.