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Shindirera Fantashy -Speciaruu- por Room 13943

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Notas del capitulo:

Especial IV.

Título: Primera vez.

Pareja: ICELIGHT.

PoV: Ninguno.

Capítulo pertenecienta a CF: Ninguno.

—Jayn, ¿por qué me has preguntado a mí sobre eso?— preguntó Kai mientras veía a Jayn con cara de incredulidad. 

—Porque tu ya lo has hecho, ¿no? Dime, ¿cómo se sintió? ¿Dolió o...?— empezó a interrogar el castaño claro, siendo interrumpido en el acto por el otro castaño, que lo fulminaba con la mirada.

—¡Es obvio que dolió, idiota! ¿Qué te crees? Pero mi pregunta, más especificamente es: ¿por qué demonios me lo preguntas a mí? ¡Está Lloyd!— se quejó, un poco sonrojado al recordar aquella vez con el rubio, que lo tomó en su cama. Lo maldijo entre dientes por lo que le había susurrado.

—Porque ambos somos los de abajo, ¿no?— en ese momento Kai quisó golpear a Jayn y asegurarle que no podría disfrutar nada en lo absoluto, pero se contuvo. No era algo por lo que enojarse pues eso era una realidad y no podía ser negada, pero el hecho de que lo haya dicho tan directamente lo avergonzaba. Respiró hondo, sacando el aire en un suspiro y se dispuso a hablar, o más bien responder todas las preguntas.

—Adelante— dijo el castaño, aún sin relajarse totalmente, siempre dispuesto a darle un puñetazo al otro si hacía una pregunta que no tuviera nada qué ver—, pregunta lo que quieras.

Jayn se emocionó y se notó inmediatamente en sus expreciones, como solía ser siempre. Kai sonrió inconscientemente.

—Ah... Bueno, ya sé que obviamente es doloroso, así que... ¿cómo es que Lloyd metió su-?

—¡Ya entendí, ya entendí!— gritó. Lo que menos necesitaba era recordar aquéllo, pero lo debía hacer muy a su pesar. Sus nervios se tensaron— L-lo primero que hace es me-meter sus dedos lentamente...

—¡Vale, vale! Anotado— dijo, golpeándose la cabeza con el puño ligeramente—. Y después de eso viene lo de...— Kai asintió rápidamente, evitando a toda costa que el otro dijera esa palabra. 

—Por cierto... ¿cómo puedo hacer que Zane me tome?

—¿Eh?— ¿qué carajos le acababa de preguntar?

—Sí, quiero que Zane y yo lo hagamos, pero él...

—¿Te das cuenta— inició Kai, con cara sombría— qué yo tengo de pareja a un niño con hormonas extras y tú a un androide? ¡No lo sé! ¡Ambos no se parecen en nada!

—Pero...

—¡Pero nada! Sólo toma la iniciativa o de lo contrario parece que tendrás que esperar medio siglo— se paró de la cama en donde estaba sentado y se marchó de la habitación refunfuñando con la cara totalmente roja, dejando a Jayn solo y pensativo. ¿Tomar la iniciativa...?

 

—¡¿Ja-Jayn?!— jadeó el peliblanco, tratando de apartar al castaño claro que se abalanzaba encima de él, tratando torpemente de desabrochar la camisa de su pijama— ¡¿Qué estás haciendo?!

—... Quitandote la ropa...— respondió bajo, mientras bajaba su cabeza, ocultando su rostro colorado sin dejar de quitar los botones.

—¿Y puedo saber por qué?— era la primera vez que se escuchaba a Zane gritar y sonar alterado.

—Porque quiero que... Quiero que...— Zane no pudo evitar abrazar a Jayn cuando lo vio de esa manera. Las lágrimas que pocas veces asomaban en su rostro ahora recorrían sus mejillas sonrojadas mientras que repetía las palabras, apretando el agarre de la camisa del primero con sus manos. El peliblanco hundió su cabeza en el hombro contrario, hasta que escuchó como éste última susurraba entre sollozos:— ... Quiero que tú... me tomes, Z-Zane...

—¿Qué?— preguntó, ingenuo. Él también deseaba tomar el delicado cuerpo que sus brazos ahora protegían, pero no podía hacerlo. No podía sin qur Jayn también lo aceptara, o en este caso, que lo pidiera.

—Zane... ¿podemos tener sexo?— no había sido la manera tierna de pedir lo obvio como en su mente lo figuraba, pero era algo, y además prefería que Jayn fuera directo. Aunque notó algo raro en el castaño, y es que su personalidad cambiaba cuando estaba a solas con él y cuando estaba con los demás. Con él se mostraba más tímido, más directo como lo era de costumbre. Esto simplemente lo conmovió, sin embargo, no sabía si esta palabra era la correcta para el sentimiento que lo embargaba en esas ocasiones.

—¿Estás seguro, Jayn?— preguntó. Dolería, ambos eran conscientes de aquello. Jayn asintió sin mirarlo, permaneciendo totalmente mudo. Zane delicadamente empujo al castaño claro, dejandolo abajo de él, observando sus facciones, su rostro, sus ojos entrecerrados aún lagrimosos, su boca entreabierta por la que salían jadeos, sus mejillas mojadas y rojas. Le fue imposible resistirse a la tentación y se hizo con esos labios rosados que parecían invitarlo a entrar en la cabidad ajena, tan cálida. El beso poco a poco empezó con un ritmo demandante mientras que sus manos se colaban a través de la camisa color azul abotonada de Jayn, acariciando su piel que pronto quedo expuesta al aire y sacando un jadeo que fue reprimido en su boca cuando tocó aquéllos botones rosados.

El beso fue rotó cuando el castaño que quedaba sin aire, dejando salir todos los jadeos y suspiros que no había podido sacar, que además deseaba hacerlo, pues quería que Zane lo oyera. Que Zane oyera su propio nombre venir de él. Quería que lo tomara, y tuvo su oportunidad de gemir el nombre cuando éste lamió uno de sus pezones, para después empezar a succionarlo.

—¡Agh! ¡Z-Zane...! No ta-tan fuerte, mgh.

—Pero son deliciosos— escuchó susurrar. Al oír esas palabras, volvió a soltar un suspiro de excitación, para después musitar:

—S-si es así, supongo que puedo aceptarlo...— Zane sonrió y Jayn también. El peliblando volvió a su trabajo, pero esta vez fue bajando a bases de lamidas y marcas rojas hasta haber recorrido todo el cuerpo abajo suyo, hasta llegar a una parte ya despierta, igual que la suya. Quitó los estorbosos pantalones azules, tirándolos al suelo, al igual que los suyos, que fueron a parar al otro lado de la habitación, junto con ambos bóxers.

Jayn jadeó al ver a Zane desnudo y no quitó su mirada de él aún cuando lamió tres de sus dedos para luego dirigirlos a su entrada, sintiéndo un dolor punzante cuando un dígito ensalivado entró. Se quejó entre dientes, ahora desviando su mirada. Otro dedo se hizo presente, al igual que otro quejido. Aquellos dedos fríos acariciaban y exploraban su interior sin pudor alguno, haciendo movimientos círculares o abriéndolos y cerrándolos, hasta que el último dedo entró para empezar a masejear y exolorar por completo aquella anillada y cálida zona.

En un momento el contacto pasó de ser extraño y doloroso a ser placentero, pero no duró, ya que el castaño dijo que ya entrara y se fundiera con él. Zane sacó sus dedos rápidamente y empujó la punta de su miembro a la poco dilatada entrada, pues tres dedos no eran comparación alguna. Jayn, al escazo contacto con esa hombría caliente, soltó un grito de dolor y las lágrimas volvieron a recorrer sus mejillas mientras se mordía la mano, dejandola completamente roja y con los dientes marcados. Poco a poco el miembro erecto de Zane entró llenando el interior del castaño, que sintió como era abrazado. Correspondió sin duda el abrazo y, después de dar un beso al peliblanco con sabor a agua salada por sus lágrimas, dio el permiso a éste último se empezar a moverse y así lo hizo.

Como era de esperar, el dolor se convirtió en placer y gemidos lujurioso, al igual que un ritmo lento pasó a uno fiero y rápido. Pronto ambos se hayaban en su punto límite, terminando por correrse uno dentro del otro y éste otro entre los abdomenes. Cayeron exahustos a la cama y Zane, dulcemente, los cubrió con las sábanas blancas arrugadas. 

Pero antes de que se quedaran cómodamente dormidos, la luz fue encendida.

—¿Ya terminaron?— preguntó una voz. Era Kai, que los miraba aburrido desde su cama, en donde también se encontraba Lloyd, sin embargo, el rubio estaba dormido y roncante— Para la próxima vez hagan menos ruido, ¿vale?— dijo, burlón.

—¿Con que venganza, eh?— Jayn sonrió de lado.

—Así es, no quiero que despierten a Lloyd. Porque si lo hacen, yo no se los perdonaré— amenazó serio.

—¿Eh? ¿Por qué?— interrogó divertido el otro castaño.

—Porque el muy idiota se quedó dormido en plena sesión— la luz se volvió a apagar—. Buenas noches, y no traumen a Cole.

—¡Es verdad! ¿Cole está...?

—Usando orejeras— los tres rieron.

Notas finales:

Al fin estos dos tuvieron su momento de brillar cual estrellas en la noche (?).

Espero que les haya gustado mi lemon asquerosito.

Besos♥


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