Me separé de él y lo miré fijamente. Sus ojos detonaban sorpresa, y yo estaba nervioso con mi cara que ardía de la vergüenza. Después de estar viendo al infinito, se dirigió a mí y me abrazó. Me atrapó entre sus brazos fuertemente y yo apreté su ropa entre mis manos, insitándolo a seguir.
Lo quiero... Sí, yo quiero esto. Después de todos los besos... Inclusive cuando Jayn y Zane nos descubrieron, yo quería que siguiera. Que me tocará más. Estoy excitado... Me siento tan caliente, es como si su temperatura y la mía se juntarán e impregnarán la habitación.
—Lo siento...— susurró en mi oído, con voz gruesa. Me estremecí, un escalofrío recorrió mi cuerpo. Mueve lentamente sus manos por mi espalda, causando que mi piel se erizé. Yo lo aprietó más fuerte, estoy seguro que su camisa tendrá muchísimas arrugas después de ésto— Lo siento, yo...
—No importa...— le digo. Siento como algo caliente cae en mi hombro. Se ha roto. Se ha roto frente a mí, haciendo que mi interior también se desgarré. Acarició su rostro ligeramente, sintiendo sus lágrimas caer. Lo vuelvo a besar, dulcemente. En estos momentos, estoy siendo tan contradictorio a mí personalidad... Será el efecto hipnotizante del amor, o alguna cosa así.
Me empuja hacia la cama, rompiendo el beso bruscamente. Se coloca encima mío, con sus brazos a cada lado de mi cabeza y sus piernas aprisionan las mías. Su mirada es diferente a todas las ocasiones que lo he visto. Está cegada... Cegada por el deseo. Al igual que la mía lo hace por como empieza a tocarme a través de la tela en la parte inferior. Cola su mano por mi camisa y acaricia mi pecho. Siento como juega con mis pezones, que parece son jodidamente sensible a su contacto. Me excito más de la cuenta y los sonidos vergonzosos empiezan a salir de mi garganta por medio de la boca. Me retuerzo de indudable placer. Miento si digo que no estoy próximo a llegar. Mis caderas se mueven un incoscientemente gracias al calor que se junta en mi vientre. Es una sensación simplemente deliciosa. Y... me vengo. Siento el líquido salir de mi interior soltando un jadeo, y también siento su mano caliente, que suelta mi miembro.
—A...Al...— lo llamo. Me observa detenidamente y me desnuda por completo, arrojando la ropa, junto con la suya, a alguna parte del suelo del cuarto.
Acerca sus rostro a mi pecho y comienza a lamer cada parte de él, marcandolo. Juega nuevamente con mis pezones y logra la misma reacción que la vez anterior. Vuelco a excitarme y a jadear. De pronto algo se introdujo en mi interior.
—¿E-eh...?— suspiro. Su dedo se mueve como respuesta. Es una sensación extraña, pero no desagradable, aunque molesta. Me duele... Aunque es una molestia pasable... Hasta que tres de sus dedos entran— ¡N...No...! Du-duele...
—Eres tan estrecho y tan caliente...— me susurra— Rélajate un poco...
—R-rápido, Al... Quiero que no-nosotros seamos uno...— acarició su mejilla y empujo su nuca hacia mi, para volverlo a besar. Saca sus dedos y los reemplaza inmediatamente por algo más caliente y grande. Su miembro entra lentamente. Duele como un carajo. Me desgarra nuevamente de dolor, me quejo sin dudarlo. Se detiene, aunque ya está en mi por completo. No se escucha más que nuestras respiraciones sincronizadas y agitadas. Las miradas se cruzan y se quedan una en la otra. Muevo mis caderas otra vez, esta vez en señal de que continúe.
Empieza tan lento y doloroso, pero el tiempo pasa tan rápido que más temprano que tarde me hallaba sumergido en el placer que me proporsionaba al rozar una parte que me hacia tocar el mismísimo cielo. Estoy nuevamente cerca de venirme, y se lo hago saber a base de un gemido más que una palabra. Me responde con un gruñido que también antes era una palabra y me besa posesivamente, robandome el aire.
Me vengo y siento su semen recorrer mi interior. Suelto un gemido sonoro, algo que nunca pensé que saldría de mis labios. Me sonrojo más de la cuenta y Al me sonríe, para dejarse caer en mi después de salir.
Me abraza y me hundo en su pecho, cerrando mis ojos para quedarme dormido con su calor.