Llegaron al observatorio justo cuando el sol estaba apareciendo de nuevo. No hubo ningún problema y Heimdall estaba listo para enviarlos a casa. Para ser una misión de los Vengadores, esto había ido bastante bien. Natasha y Clint no sabían qué les sorprendía más: Loki en brazos del Capitán o Loki en ese estado. Clint también se vio afectado por el aroma de Loki, incluso comenzó a sudar un poco. El Capitán no prestó atención a eso y acarició suavemente los brazos de Loki. Thor y Heimdall intercambiaron miradas. Esto podría unirlos o separarlos.
“Mi príncipe, esta puede ser la última vez que te veo, así que lo voy a decir ahora: Habría sido un honor servir como tu Guardián”.
Heimdall se arrodilló delante de Thor.
“Serás mi Guardián así tenga que ir al Valhalla a por ti”, le aseguró Thor.
“Chicos, esto es conmovedor y todo pero no tenemos mucho tiempo”, interrumpió Tony. Los hechizos de glamour se desvanecían y ya estaban viéndose como la noche anterior.
Sin decir una palabra más, Heimdall se levantó y deslizó su espada en el Bifrost; el grupo aterrizó en algún lugar a las afueras de Nueva York. Bruce los estaba esperando con una enorme furgoneta que había equipado con una cama plegable. Steve se mostró reacio, pero colocó a Loki en la cama y tomó asiento junto a su cabeza. El viaje a la torre fue silencioso y sólo cuando Loki estuvo en la bahía médica con la única persona en la que confiaba (Bruce) tuvo que enfrentarse a Thor por lo que había visto.
“Quiero respuestas y las quiero ahora”.
Los otros abrieron la boca cuando Steve tomó a Thor por los hombros y lo empujó contra pared en la sala del piso común. Thor no luchó ni lo intentó, de hecho parecía tranquilo.
“Pregunta e intentaré responder”, dijo Thor cuidadosamente porque no quería enfadar al Capitán.
“¿Así es como todos los Omegas son tratados? ¿O Loki es especial?”
“Están encerrados en las celdas, sí, pero son mejor tratados. Cuidados. Loki no estaba en venta, era un criminal. Mi padre se negó a aceptar su inocencia y le ha tratado como un monstruo”.
Thor se avergonzaba de Odín, pudieron ver eso. Todos menos Steve.
“¿Y el collar? Eso detiene su magia, ¿cierto? Lo quiero fuera, ahora”. Steve estaba temblando, su ira siendo impulsada por su rabia de Alfa.
“Steve, te prometo que si puedo quitarlo lo haré. Entre Stark, Banner y yo encontraremos una manera”.
“¿Y tú? ¿Disfrutas con los Omegas tratados así? Porque si lo haces te lo juro, te sacaré de esta torre y no volverás nunca, ¿quedó claro?”
Steve no esperó respuesta. Dejó a Thor libre y apoyó las manos el respaldo del sofá detrás de él con la cabeza hacia abajo. Cuando Natasha intentó tocarle un brazo, él se apartó y se marchó enfurecido a su habitación.
Clint se aclaró la garganta.
“¿Soy yo o ese fue el Capitán América Super Alfa? Lo juro, está tratando a Loki como si ya fuera suyo”.
“Barton, no es exactamente así. Loki no es suyo todavía, pero el Capitán ya pertenece a Loki”, respondió Thor. Ahora estaba seguro de que había sido la decisión correcta haber traído a Loki.
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Loki abrió los ojos y parpadeó. Las luces brillantes lastimaron sus ojos por pasar tanto tiempo en la húmeda celda. A medida que sus ojos se acostumbraban a la luz se percató de que la habitación era completamente blanca. Levantó la cabeza. Las paredes estaban cubiertas con máquinas y la comprensión lo golpeó. Estaba en Midgard. Miró hacia abajo y vio que estaba vestido con una túnica blanca hasta las rodillas. Había un tubo en su brazo que bombeaba algún líquido claro. Intentó sacarlo pero descubrió que sus brazos se sentían demasiado pesados para moverlos. Entonces se abrió la puerta y escuchó dos voces.
“Te lo digo, cariño, nunca lo había visto ponerse así. Clavó a Thor en la pared… Eh, Bruce…”
La cara del Doctor Banner apareció junto a la cama. Loki se alejó un poco, pero estaba demasiado cansado para hacer mucho más. Podía oler al otro Omega, pero era diferente que antes. Ahora pertenecía a alguien. Loki se preguntó cómo era ser propiedad de otro.
“Todo está bien, Loki. Estás a salvo aquí, en la torre Vengadores, en la Tierra. Tu hermano nos pidió ayuda para sacarte de Asgard. Puedo pedirle a Tony que traiga a Thor si quieres”.
Bruce parecía preocupado, pero su voz era tranquilizadora. Loki se relajó un poco.
“No. Necesito dormir”, respondió Loki en voz baja. “¿Mi magia?”
“Está bien, voy a bajar las luces. Todavía no podemos sacar el collar, pero lo intentaremos cuando hayas descansado”.
Las luces se apagaron y Loki sintió irse a la deriva de nuevo. Por primera vez en mucho años se sentía seguro.
Ahora más calmado, Steve se avergonzaba por la manera en que se comportó. Había arrancado la ropa de cama en su habitación y la hizo pedazos antes de tomar una ducha fría. Su miembro todavía estaba duro y tuvo que ayudarse con una mano. La culminación fue una de las más fuertes que había tenido nunca y sólo entonces su mente comenzó a emerger desde el fondo de Alfa. Se quedó en su habitación hasta la tarde. Después de comprobar que la cocina estaba despejada, se aventuró a salir para comer algo. Sin embargo había subestimado a Thor. Después de no más de cinco minutos de estar en la sala, el dios del Trueno apareció de la nada. Steve se tragó su orgullo y se giró para ofrecer disculpas.
“Thor, siento lo que dije. Sé que no apruebas lo que está sucediendo en Asgard”, dijo mirando al suelo.
Thor negó con la cabeza.
“Steve, si hubieras reaccionado de manera distinta, habría empezado a arrepentirme de mi decisión de traer a Loki. Estoy seguro de que estará a salvo aquí por ahora”.
“Aún así, no fue justo culparte por tu cultura”. Todavía había incertidumbre en la voz de Steve. Thor era el príncipe de Asgard después de todo.
“Sientes que no he hecho lo suficiente para proteger a los Omegas en Asgard. Tienes razón. He luchado pero no lo suficiente. Creo que debes entender un poco más sobre mí y sobre mi hermano”, mientras Thor hablaba se había trasladado hasta el sofá y se sentó. Ambos sabían que sería una larga conversación. “Fue mi madre la que descubrió primero que Loki es un Omega. Los dos éramos muy jóvenes y aunque yo sabía que él era diferente, no sabía por qué. Ella me confió el secreto y comenzó a enseñar a Loki cómo enmascarar su aroma y suprimir el celo con su magia. A medida que crecimos descubrimos a los Omegas y comprendimos por qué la verdad debía mantenerse oculta. Sabíamos lo que mi padre haría si se enteraba".
“Lady Sif y los Tres Guerreros lo descubrieron por accidente. Comprendíamos que el tratamiento a los Omegas estaba mal y juntos decidimos ayudar a aquellos que pudimos. Hemos pasado años rescatando Omegas no reclamados antes de que los tomaran y los trasladamos a otros reinos dónde serían respetados. He jurado ante Yggdrasil que en mi reinado acabaré con el comercio de Omegas”.
Thor estaba orgulloso de las acciones de sus amigos.
“¿Pero qué hizo que Loki perdiera el camino en primer lugar? Parece que lo estaba haciendo bien”, preguntó Steve cautivado.
“Fue muy lento para él. Cada año veía cómo los otros Omegas sufrían y yo me había vuelto arrogante y estaba perdiendo de vista las razones por las que lo hacíamos. Lo que él pretendía puede que nunca lo sepamos y sus recuerdos todavía están dañados a partir de ese momento, pero luego descubrió que era un Jotun. Les culpó por pasar su vida en la clandestinidad y desató toda su rabia reprimida en ellos. Bajó la guardia y Odín se enteró de la verdad, así que Loki se soltó y cayó al vacío. El resto ya lo sabes”.
“¿Tus amigos seguirán ayudando a los Omegas?”, preguntó Steve. La idea de que todavía había esperanza en Asgard era importante.
“Me temo que las acciones de Loki y mi ausencia hará el viaje entre reinos imposible. Pero ahora sólo podrán mirar y hacer lo poco que puedan… Me han informado que mi hermano ha despertado brevemente, pero ha vuelto a dormir. El doctor Banner cree que dormirá hasta la mañana”.
“¿Qué pasará cuando despierte? Sif dijo que su celo estaba cerca”.
Esa era una de las cosas que más preocupaban a Steve. Quería tiempo para conocer al verdadero Loki antes de considerar un apareamiento.
“Sé que mi hermano está desatando su aroma. Está más lejos de lo que ella pensó pero será pronto, dentro de un mes. Está tan cerca que, incluso si quitamos el collar ahora, no será capaz de suprimirlo. El hechizo necesita tiempo para prepararse. Éste será su primer celo verdadero. ¿Has pensado en mi petición?”
Thor intentaba no mirarse demasiado esperanzado.
“Creo que todo el mundo sabe cómo me siento, no he sido el más sutil. Puedo sentirlo bajo mi piel y como he dicho, esto para mí significa para toda la vida. Pero no lo voy a tocar a menos que él lo quiera, y eso no va a cambiar”.
Steve podía sentir al Alfa en su mente otra vez intentando luchar contra su razón, pero él lo apartó. Esta era su elección.
Thor asintió. No podía entender la decisión de Steve pero era digno de respeto. Se levantó.
“Voy a descansar un poco y creo que tú también deberías hacerlo. Buenas noches, mi amigo”.
“Buenas noches, Thor”.
Sin embargo Steve no pudo dormir. Reflexionó sobre la vida que Loki había vivido. Todos estos años de clandestinidad por temor a su padre. No podía imaginar lo que significaba ocultarse toda la vida, ser algo que tú no eres.
También consideró lo que una relación con Loki significaría. Después de pasar su vida viviendo como un Alfa, sería imposible para él actuar como un Omega normal. Esto sería una verdadera relación de igualdad y Steve pensó que estaba bien con eso. Incluso ahora, en la Tierra, la mayoría de los Omegas eran considerados como inferiores a los Alfas. Sí, podían vivir libremente, no estaban obligados a aparearse a menos que lo quisieran y eran valorados por sus habilidades e intelecto tanto como por su capacidad de reproducirse, Bruce era el mejor ejemplo. El medicamento para reducir el deseo de aparearse hizo las cosas más fáciles. Había incluso maneras de prevenir el embarazo durante el celo cuando las parejas no estaban listas para tener hijos. Pero con todo esto, los Omegas todavía no eran iguales y si era honesto consigo mismo, esa era una gran razón por la que nunca tuvo un Omega. Loki podría ser lo que quisiera, su igual.
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Loki estaba completamente despierto de nuevo. Se sentía mucho más fuerte; lo que estaba en el tubo ayudaba a su recuperación. Banner había regresado y ahora Thor y Stark habían arribado también. Stark estaba escaneando el collar en busca de alguna debilidad para sacarlo. Thor había intentado romperlo, pero el metal era más duro que cualquier cosa que hubieran visto antes. Stark y Banner dejaron de examinar los datos y dejaron a los dos hermanos solos.
“Hermano, es bueno verte despierto”, dijo Thor separando algunos cabellos de Loki de su rostro, pero Loki se apartó.
“¿Por qué me trajiste aquí, Thor? ¿Crees que estas personas me van a tratar mejor de lo que Balder lo haría? Mi celo está llegando, no puedo detenerlo y alguno de ellos me reclamará”, inquirió Loki con socarronería, pero Thor sabía que era porque tenía miedo.
“Loki, hemos enviado Omegas aquí antes. Sabes que ellos creían en la elección. Aquí nadie te obligará a aparearte”. Thor se sentó en silencio por un momento, sabía que lo que tenía que decir era importante pero que Loki lo odiaría. “Loki, tengo que ser honesto. Si te quedas sin reclamar, Odín seguirá buscándote. Eres la prueba de que los Omegas no deben ser controlados. Podríamos cambiar Asgard para siempre”.
“¿Qué es lo que dicen en Midgard, hermano? No voy a ser tu mono bailarín. ¿Y cómo es que mi apareamiento ayudará a la causa?”
“No lo hará. Sólo quiero que estés seguro. Por eso voy a arriesgarlo todo. Si estás obligado a él, Odín no podrá hacer que te apareés con nadie en Asgard que sólo te hará la vida indignante”.
Loki no necesitó preguntar quién era ‘él’. Había sentido los brazos del Capitán rodeándolo; su aroma todavía estaba en su piel. Él era el único Alfa que Loki había sentido en toda su vida que podría tener algún control sobre él y eso le asustaba más que cualquier cosa que Odín pudiera hacerle.
“Él no me va a querer, Thor. Soy el monstruo de la noche”.
Los ojos de Loki estaban tristes y Thor ya no dudaba de sus sentimientos. Todo lo que tenía que hacer era convencerlo de que permitiera que se unieran.
“No puedo hablar por él, pero tú puedes hacerlo. Te sorprenderás”.
La conversación terminó cuando Tony irrumpió llevando una extraña caja en la mano.
“¡Lo tengo!”, exclamó antes de encenderla.
El dispositivo hizo un ruido estridente, Tony jugueteó con él hasta calibrarlo en un zumbido bajo. Se giró de nuevo y de repente el collar se abrió y cayó al suelo. Finalmente la magia de Loki estaba libre y él pudo utilizar sus poderes para restaurar su salud. Se necesitaría un par de días antes de que estuviera completamente recuperado, pero al menos sería más rápido que de la forma habitual. Bruce lo comprobó y le aclaró que sería trasladado a la habitación que Tony le había preparado.
Habían pasado dos días y Loki todavía no había salido de la habitación, y Steve no lo había visitado. Cada uno estaba esperando por el otro. Loki no sabía cómo actuar y Steve no sabía si podía mantenerse en control. Fue Loki quien cedió primero; su recuperación le exigió una gran cantidad de energía y necesitaba comer. Thor no le había matado de hambre, pero tampoco le había dado una razón para quedarse en su habitación.
Loki entró en la cocina. Todo el mundo estaba allí excepto Bruce y Thor. Steve, Clint y Natasha estaban sentados a la mesa; Tony estaba untando suficientes panes para alimentar a un Ejército. Bruce tenía algún experimento corriendo así que había envíado a Tony a almorzar para que no tocara sus cosas. Tony también había invitado a Jane Foster a visitar la torre y Thor se había ido a buscarla.
Loki no sabía qué hacer, así que se limitó al comportamiento esperado en Asgard. Se acercó a la mesa y se arrodilló delante de Steve. Éste lo miró horrorizado.
“¿Loki?”
Manteniendo los ojos en el suelo, Loki contestó con rabia contenida.
“Estoy esperando el permiso. ¿Puedo comer algo?”
Natasha apretó las manos en la mesa y Clint murmuró “Oh, Dios mío”.
Steve no sabía qué hacer, pero actuó por impulso. Se arrodilló también delante de Loki y le tomó del rostro con ambas manos para levantarlo hasta que sus ojos se encontraron.
“Loki, tú nunca tienes que arrodillarte o pedir permiso para cualquier cosa estando aquí. Si necesitas algo, tómalo”.
Loki miró a su alrededor con incertidumbre. “No sé qué hacer”, susurró esperando que el otro no lo escuchara. Tony había traído un sándwich a la mesa e instó a los otros dos a salir tras él. Cuando se hubieron marchado, Steve levantó a Loki y luego lo puso en una silla. A su juicio, el mejor enfoque para la situación la tendría Thor y deseó que él estuviera presente.
“Loki, ¿cómo te desenvolvías en Asgard?”, preguntó finalmente.
“Tenía que actuar como un Alfa. Si no lo hubiera hecho todos lo hubieran sabido y hubiera sido vendido o peor”, respondió Loki. Extendió una mano para tomar el plato y comenzó a comer el sándwich lentamente.
“Muy bien, entonces sigue haciéndolo. Es lo que eres. Creo que eres un Alfa que entra en celo”.
Loki miró a Steve.
“¿Y cómo se sentirá Banner si me tratan de manera diferente a él? Ni siquiera le permitieron comer con ustedes.
Steve parpadeó confundido.
“Bruce está haciendo un experimento que no quiere dejar. Tony le llevó el almuerzo al laboratorio. Estar alrededor de mucha gente le pone nervioso y le preocupa que Hulk decida mostrar su rostro. ¿Piensas que los Omegas son tratados aquí como en Asgard? No lo hacemos. No voy a mentirte y decirte que los Omegas tienen la misma jerarquía que los Alfas, pero somos tan iguales como lo hemos estado durante muchos años y mejora todo el tiempo”.
Loki le miró de nuevo. Steve creyó cada palabra que dijo y Loki estaba seguro de poder confiar en él, pero no confiaba en sí mismo. Todavía no. Luego Steve cometió un error.
“¿Te gustaría que le pida a Bruce que hable contigo acerca de la situación de los Omegas en la Tierra?”
“Yo no necesito lecciones de una bestia en forma de hombre”, refutó Loki y se marchó a su habitación.