"El primer síntoma para saber que se está enamorado
No son más que ese ejercito de celos dispuestos
A defender lo que ni siquiera es tuyo"
- Será mejor que te retires Yami – dijo el Abuelo
Yami asintió en silencio, no sabía que debía hacer a partir de ese punto. ¿Había cavado su propia tumba o todo terminaría por salir bien? Solo podía esperar a que alguien le comunicara algo. Y ese alguien pensaba que tenía que ser Yugi.
Justo estaba abriendo la puerta para marcharse cuando Joey apareció. Yami y él se observaron en un tenso silencio, ninguno de los dos esperaba encontrar al otro tras la puerta. Luego de unos minutos de observarse mutuamente con desagrado, Yami se apartó un poco para dejar pasar a Joey a reunirse con el abuelo a quién la visita de Joey le pareció extraña a estas horas cuando justo el sol estaba desapareciendo en el horizonte. Yami salió de la casa.
El rubio le explicó al abuelo que primeramente a Yugi se le había olvidado el cepillo dental y que en lugar de comprar uno - porque en casa no había nuevos - , había mandado a Joey con el doble propósito de traer el que olvidó y echar un vistazo a como estaba la situación entre el abuelo y Yami.
El abuelo pensó que Yugi se estaba preocupando por Yami pero no le pareció del todo extraño puesto que Yugi era de ese tipo de personas amables.
Una vez que Joey tuvo lo necesario le preguntó al abuelo si ahora tenía suficientes argumentos para deshacer el pacto a lo que el abuelo respondió que eso debía platicarlo con Yugi y que se apresurara a volver a casa. Joey entendió que el abuelo le estaba diciendo educadamente que no le diría nada.
Salió de casa de Yugi y entonces caminó rumbo a la estación, de pronto escuchó como alguien lo llamaba
- Joey ¿es así no? – Era Yami
- ¿Qué quieres? – respondió hosco
- Yugi y tu pasando mucho tiempo juntos no está bien – soltó sin más Yami mirándolo fijamente
- No puedes hacer nada para impedirlo – dijo Joey a quién le pareció una actitud rara
Yami lo miró serio y después añadió
- Tú fuiste quién le dio la idea ¿no?
- ¿Tienes algún problema con eso? – Se refería a lo que acababa de pasar...¡Quién diablos se estaba creyendo! le estaba reclamando
- ¿Sientes algo por Yugi? – Yami preguntó después de unos momentos tensos entre ambos
- ¿Y si así fuera qué harías? – contestó desafiante Joey – No creo que tú puedas sentir algo por Yugi
- Yo… - y Yami no pudo asegurarle nada, no pudo contestar rotundamente que sí o que no, y no quería dejarle ver sus dudas a ese tipo; no podía responder aquello así que Joey había dado en el punto débil sin saberlo exactamente.
- ¿No? – presionó Joey
- ¡No lo sé! ¡No estoy seguro! – dijo Yami de forma brusca
- ¿Y aun así planeabas casarte con él? – Joey estaba atónito, ¿podía ser alguien tan egoísta?, y encima él, este tipo – Planeabas usarlo para conseguir más dinero ¿no?
- ¡Por supuesto que no!
- No te creo nada – replicó Joey molesto – Y tú eres quién engañó a Yugi. Te advertiré que si vuelves a hacerle daño no te lo perdonaré
- Antes de hablar deberías saber de lo que estás hablando. De cualquier modo Yugi es quien decidirá al final - Se observaron ambos y Joey exclamó con toda la intención
- Debería irme, Yugi me está esperando en casa– y acto seguido reanudó su marcha.
En serio que a Yami ese tipo le caía muy mal, era como un puntapié en sus partes nobles por no decirlo de otro modo, si tan solo pudiera… Tuvo una buena idea que le ayudaría mucho en todo sentio solo esperaba que funcionara.
- -
- ¿No crees que deberíamos dormir en lugar de hacerlo?
- ¡No! Hace mucho tiempo que no hacíamos esto, ¿No lo extrañas?
- Bueno sí, un poco pero…
- Mira, no lo haremos si no quieres pero yo tengo muchas ganas
- Pero Joey ¿no te parece excesivo ver 5 películas de terror seguidas?
- ¡Tonterías! Es lo mejor del mundo
Yugi sonrió. Joey seguía siendo el mismo. De pronto
- Joey
- ¿Sí?
- ¿Cómo viste al abuelo o a Yami?
- Tu abuelo dijo que tenía que hablarlo contigo y Yami me dijo que le molestaba vernos juntos – Joey rio un poco pero le había contado todo lo relevante a Yugi en dos frases
Yugi se quedó callado. ¿Por qué a Yami le molestaba algo tan simple como que pasara tiempo con sus amigos? ¿O era simplemente estar cerca de Joey?
“Ya va a comenzar” había escuchado y eso lo sacó de su ensimismamiento para poner atención a la película.
En una escena por la mitad de la película – cuando los chicos ya estaban nerviosos - el protagonista entró a una casa horrible totalmente a oscuras, caminaba lentamente por los pasillos puesto que no podía ver nada. Encendió un fósforo y detrás de él había una sombra que se acercaba lentamente. El fósforo se consumió justo cuando el tipo volteó su mirada y percibió a la sombra a menos de medio metro de él. Cuando encendió su último fósforo no vio nada en el pasillo frente a él pero percibió una respiración irregular justo encima y… el teléfono de Yugi sonó haciendo saltar a ambos de sus lugares.
- ¡Rayos! ¿Quién es? - preguntó Joey
Yugi vio la pantalla: “Yami”
- No lo sé. Saldré a contestar
Yugi Había atendido la llamada, Yami solo esperaba que funcionara
- Hola ¿Yugi?
- ¿si?... ¿qué ocurre?
- Soy Yami. Hablé con tu abuelo y parecía furioso conmigo pero no me dijo nada, supongo que querrá pensarlo - soltó Yami
- Sí, Joey m-me dijo hace un rato – replicó
Joey de nuevo pensó Yami
- Pero el verdadero motivo por el que llamé…yo… Yugi… ¿tu y yo podríamos tener una cita?
Yugi se extrañó y no supo que decir
- No lo llames así si no quieres pero..., solo pensé que en todo este tiempo no he podido hacer algo bueno por ti y… ¡olvidalo! Es algo ridículo que…
- Yo…es decir… – ¿qué era lo que quería decir?
- Perdona, olvido que no quieres estar cerca de mí
- No… es…yo…
- ¿Eh?
- Es un poco repentino y aún tengo miedo de ti – por fin logró Yugi decir algo coherente – pero…
- Solo quería que pudieras estar cerca de mí sin tener miedo, aunque está bien si no quieres. Yo entiendo - interrumpió el mayor
Yugi se quedó en silencio durante unos minutos, en realidad era una propuesta extraña, ni siquiera sabía a qué había venido pero siempre y cuando tuviera cuidado, pensó que no pasaría nada
- Lo…lo pensaré - terminó contestando después de unos minutos. Tampoco iba a aceptar de buenas a primeras