Capítulo 5
Mis pensamientos llegaron a derivar en un solo lugar y era cuando estaba en la escuela eso ya fue hace seis años pero no podía olvidarlo. Él era el chico que yo admiraba, podía hacer de todo. Era bueno en los deportes y sobre todo en las materias que yo no era bueno… y me agradaba… él era hermoso más que las chicas de allí. Y simplemente este sentimiento creció algo que paso de admiración a amor. Por la explicación de mi hermano eso creí que era. Pues apenas tenía diez.
-Gakupo –Ese día estaba muy nervioso cuando volteaste a mirarme y tus ojos como dos zafiros me penetraron haciéndome temblar más –Y…yo…yo…
-¿Qué quieres? No tengo tiempo –Fueron sus palabras haciéndome tener un poco más de miedo –
-Y…yo…creo que… que… te amo –Dije yo era de esos típicos niños bajos, con grandes gafas de eso a las que la chicas no le gustan –
-¿Disculpa? –Dijo con una sonrisa burlona –
-Te amo –Repetí sin chistar –
-¿Eres idiota o te la das? No deberías sentir mariconadas como esas, solo es un sentimiento estúpido, ilusorio e irracional, piérdete de mí vista me asqueas, marica –Con eso se marchó de allí dejándome con ganas de llorar –
Todos los días él me molestaba, me tiraban globos de agua, me robaban el almuerzo me rompían mis gafas. Fue hasta el punto de que un grupo de niños me metieron de cara al escusado. O me ataban me hacía muchas maldades y no pude soportarlo, mis padres de igual manera y me tuvieron que cambiar de escuela.
Todos esos días fueron un infierno, yo por creer que eras alguien admirable, y sentir sentimientos absurdos por alguien que jamás debí sentirlos, lo odio, lo odio tanto… por todo lo que paso, porque todo es su culpa no pudo simplemente no dejarlo así tuvo que hacerme todas esas cosas, ¡Solo era un niño! Joder, él no sabrá jamás por el dolor que tuve que pasar. Todas las noches que llore por su culpa. Y todo lo que cambie por lo que me hizo.
Pero jamás lo perdonare, no, no lo are… lo odio… lo odio… lo odio. Me quede en un parque lejano a la casa de mi hermano recordando todo aquello y no pude evitar llorar. Intentaba secar mis lágrimas pero una a una seguía corriendo por mis mejillas o empañando mis anteojos.
-Oye ¿Estas bien? –Observe hacía arriba para ver aquellos ojos verdes –
-Gumi –Susurre sorprendido –
-Sí, esa misma –Dijo con una sonrisa – ¿Por qué lloras Kaito? –Me dijo preocupada por mí –
-Por nada –Dije secándome las lágrimas –
-Nadie llora por nada –Me dijo ella –Mira tus lentes se empañaron… ¿Y de cuando acá comenzaste a usar lentes?
-Uso lentes de contacto Gumi –Dije con una sonrisa –
-¡Madre mía y yo ni enterada! ¡Entonces no son azules reales! –Me dijo para que yo soltara una leve risa –
-Si son azules reales, por natural son azules, pero odio tener que usar los lentes y me pongo los lentes de contacto –Dije –
-Oh…ya –Dijo ella con una sonrisa –
Ella también pertenecía a mi instituto dijo que estaba de visita de una tía, que sus padres se estaban quedando, ella era muy buena y simpática realmente me agradaba mucho, estaba un poco loca, con la excusa de “locos somos pocos” Y siempre me hacía reír de una u otra forma me animaba, realmente que ella era muy buena. El simple hecho de que me haya encariñado con ella en tampoco tiempo conforme mi dolor era más fuerte.
Continuara…