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Entre dulce y salado por sue

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Notas del capitulo:

 

Hi hi!!! Hemos vuelto mis corazones!! :D Agradecida enormemente porque estén aquí una vez más y con cada comentario dejado en el capi anterior ^w^ así comio disculpándome porque las actualizaciones no sean tan seguidas como lo quisieran xD Ahora lo importante… A leer se ha dicho!!!  

 

 

 

 

Katze esperaba pacientemente a Raoul. Había llamado a la oficina y la secretaria le informó que el hombre estaba a punto de salir de una importante reunión de negocios. 

 

El frío apremiaba y trataba de apaciguarlo frotando sus manos. Le gustaba aguardar al rubio fuera del vehículo, mirarlo acercarse lentamente hacía él para finalmente, abrirle la puerta con cortesía. Aquel ritual de todos los días le deleitaba de manera profusa. 

 

Y mientras se perdía en sus pensamientos, el pelirrojo fue incapaz de darse cuenta de que muy cerca, no era el único a la espera del ojiverde.

 

- Katze. Antes de ir a casa, pasaré un momento al bar de Cashim.

 

- Como desee, señor Raoul – Aunque la idea no le pareció muy agradable, sabía con quienes se iba a reunir. Más fue lo suficientemente profesional como para no demostrar su molestia y cerrar la puerta con cuidado, aunque hubiese querido azotarla con violencia.

 

Mientras manejaba, el pelirrojo inspeccionaba de tanto en tanto el rostro del rubio, a través del espejo retrovisor.  Llevaba tiempo siendo su chofer y en ningún momento se atrevió a cuestionarle nada, mucho menos a insinuarle el deseo de un trato menos formal. Y es que, Katze sabía que ambos eran pertenecientes a clases sociales distintas.

 

- Será unos minutos.

 

Anunció el ojiverde, pero Katze sabía que cuando se encontraba con esos hombres de negocios sedientos de socialización, la cosa iba para rato. Se fumó varios cigarrillos hasta que el Am volvió a salir del local con las señales del sueño acompañándolo.

 

- Señor Raoul. Se ve agotado, lo mejor será que lo lleve a casa a descansar.

 

El rubio iba a contestar, pero lo que ocurrió luego, no se lo permitió. 

 

Un hombre los apuntaba con un arma de fuego.

 

- Bien… van a hacer lo que les voy a indicar.

 

Aparecieron otros sujetos y la idea de que iban a ser victimas de un robo, les pasó por la cabeza. Permanecieron expectantes.

 

- ¿Es él? – Preguntó uno de los hombres observando al rubio.

 

- Si, no hay duda – Contestó el otro – Llévenselo – Ordenó.

 

- ¿Qué? – Raoul no tuvo tiempo de reaccionar, dos de los sujetos lo tomaron desde atrás.

 

- ¡Señor Raoul!

 

Katze se alarmó al ver que buscaban llevárselo. No pensó en su propia seguridad y se abalanzó contra los hombres que apresaban al ojiverde. Sólo que los otros se interpusieron en su camino; pudo golpear a dos de ellos, pero otro que se acercó a su espalda, le propinó un fuerte golpe en la cabeza. Cayó de rodillas ante el espanto de Raoul.

 

- ¡¡Katze!! – Gritó el rubio.

 

- ¡Rápido! – Exclamó el cabecilla del grupo para luego llevarse el auto con Raoul en su interior.

 

- Ra…oul…

 

Katze se puso de pie lo más deprisa que pudo, aunque al hacerlo, sintió que el piso se movía a sus pies. Aquel golpe inesperado lo había descolocado. No pensó ni por un momento en sí mismo, habían secuestrado a Raoul y tenía que hacer algo. Llamar a la policía no le pareció una opción. Sabía porqué lo buscaban, era proveniente de una familia acaudalada, seguramente pedirían rescate a su familia.

 

… Y él era responsable exclusivo de su seguridad…

 

El pelirrojo vio a alguien con una motocicleta muy cerca. Fue hasta él y luego de forcejear con el hombre, logró hacerse con ella. Sabía manejarla y a todo motor se fue en dirección a dónde aquellos sujetos habían partido. No le fue difícil encontrarse con el auto siendo que conocía bien aquellas calles y sabía que tarde o temprano los alcanzaría en la principal. Iba muy cerca de ellos, aunque no demasiado para que no se percataran de su presencia.

 

Con el corazón en la boca sentía la desesperación de querer de vuelta a aquel hombre que llevaba y traía todos los días por más allá de un salario.   

 

- “Espera Raoul… voy a recuperarte…”

 

Raoul permanecía quieto, con la boquilla del revolver a un costado. Sabía que era una insensatez resistirse cuando claramente tenía todas las de perder.

 

- Es demasiado guapo para ser hombre ¿No creen? – Comentó uno de los secuestradores mientras le dirigía el Am una mirada lasciva.

 

- Lo es… Los herederos de la fortuna Am son conocidos no sólo por su dinero, sino también por su enorme belleza – Explicó mientras incrustaba con mayor ímpetu el arma en el cuerpo del ojiverde.

 

- “Como siempre… el dinero es fuente de la mayoría de mis desgracias” – Raoul cerraba los ojos, esperando mantener los nervios.

 

Llegaron a una especie de bodega abandonada. Bajaron del vehículo con el Am; luego de amarrarle las muñecas en la espalda, lo obligaron a sentarse en una esquina polvorienta.

 

Raoul era presa del pánico, pero como hombre calculador, muy acostumbrado a mantener la cordura en momentos apremiantes en la oficina, lo único que podía detallarse de ese pánico eran sus ojos verdes moviéndose de un lado a otro, casi sin parpadear.

 

- No es nada inteligente andar por ahí sin que te cuiden las espaldas. Mucho menos siendo quién eres ¿No te parece Raoul Am? - Mencionó el que parecía ser el jefe de los malhechores.

 

- ¿Qué van a hacer conmigo? – Se atrevió a preguntar con templanza en su voz. 

 

- Aquí no se hacen preguntas – El hombre se acercó hasta el rubio y le tomó con rudeza del mentón – Ah… realmente eres una preciosidad.

 

 - … - Aquellas gemas verdes se clavaban con suma repugnancia en el sujeto que lo apresaba.

 

- Tienes ojos fieros. Eso me gusta – Sonrió – Puede que me divierta contigo el tiempo que permanezcas con nosotros. Te quitaré esa expresión ceñuda… si… los tipos como tú no son más que una fachada, por dentro, desean que los sometan.

 

El Am apretaba los dientes de la rabia.

 

- Jefe… ¿Está hablando en serio? – Se atrevió a cuestionar uno de los sujetos, tras escucharle.

 

- ¿Por qué no? 

 

- Pues… porque es un hombre… - Agregó - Además eso no es parte del plan. Si él se entera de que nos atrevimos a ponerle una mano encima, nos mandara a matar seguro…

 

- ¡Tsk! - Chistó - Ni siquiera se nos permite divertirnos. Que basura…

 

Aquella conversación sobre lo que le pasaría, le provocó mayor vértigo a Raoul. Sabía que alarmarse no ayudaría pero odiaba sentirse tan impotente…

 

- “Prefiero morir a que uno de estos sujetos me ponga la mano encima…” – Pensó – “Madre, por favor.  Ayúdame a salir de esto” – Pidió sin saber qué sería de su destino.

 

Trató de enfocarse en otra cosa mientras los hombres continuaban hablando, fue entonces cuando su mente dio con Katze, su chofer…

 

- “¿Estará bien…?” – Recordó que lo habían golpeado – “Oh no… espero que no haya sido algo grave”.

 

Se dio cuenta de sus propios pensamientos ¿Qué su secuestro no era de mayor prioridad? Dejó de debatir cuando uno de los secuestradores entró corriendo haciendo un escándalo.

 

- ¿Qué pasa?

 

- Es el tipo pelirrojo que dejamos tirado… vino hasta aquí.

 

- “¿Katze?” – Su corazón dio un brinco en su pecho.

 

- ¿Cómo? – El cabecilla no se lo creía - ¿Ha venido solo?...

 

- Si… - Claramente agitado - Y no sólo eso… ha vencido a todos sólo usando sus puños.

 

- ¿Qué…?

 

- Yo me voy… ya no quiero seguir en esto…  - Tras decirlo, salió corriendo por una de las salidas de emergencia del lugar.

 

- ¡Espera…! Cobarde…

 

En eso, Katze aparecía hasta donde estaban ellos. Se dio cuenta de que ninguno de los sujetos que hubo noqueado traía consigo pistola, por lo que consideraba, aquello se trataba de una banda de secuestradores amateurs. Sólo el jefe llevaba el revolver y Katze estaba completamente desarmado.

 

- ¡Katze! ¿Por qué viniste? – Fue lo que alcanzó a decir el rubio al verlo ahí, de pie, con actitud desafiante.

 

- Si… fue demasiado arriesgado – El hombre le apuntó – Pero tu heroísmo llega hasta aquí. Se nos ha permitido deshacernos de cualquiera que interfiera…

 

Plam!

 

- ¡Katze! – Exclamó enseguida el ojiverde, alarmado.

 

El pelirrojo había logrado esquivar la descarga.

 

- Ya veo… - Katze se dio cuenta de que el sujeto no era experto en el uso de las armas de fuego.

 

Plam! Plam! Plam!

 

Katze corrió a toda prisa de un lado a otro y cuando estuvo muy cerca del hombre, se lanzó y rodó en el suelo.

 

- ¡Pero…! – Lo siguiente que supo fue que el pelirrojo desde abajo, le dio un puñetazo en toda la quijada.

 

Plaf!

 

El tipo cayó y el arma también. Antes de que Katze lograra alcanzarla, el hombre sacó un cuchillo que tenía oculto, logrando cortar al pelirrojo en la cara. Todo había sido tan repentino que Katze olvidó el revolver y buscó de protegerse del hombre que quería continuar acribillándolo.

 

- ¡Katze! – Raoul, que había estado en shock se levantó como pudo, corrió y se abalanzó sobre el sujeto, logrando quitarlo de encima del pelirrojo.

 

- Maldito…

 

Katze aprovechó el momento y se acercó hasta el arma, la cogió y se apresuró a llevarla hasta dónde estaba el atacante.

 

- ¡Suelta el cuchillo! – Ordenó, el hombre mantenía el arma alzada, evidentemente pensando en Raoul como nueva victima - ¡Que lo sueltes!

 

Plam!

 

Al darse cuenta de que el hombre no obedecía, el pelirrojo le disparó ágilmente en la mano. Luego de un gemido de dolor, el tipo acabó contorsionado de dolor en el suelo.

 

Raoul no se lo creía, permanecía tirado a un lado, tratando de respirar adecuadamente. Con dificultad logró sentarse y se dio cuenta de que Katze golpeaba al que había sido su secuestrador con bastante violencia.

 

- Para… ¡Lo vas a matar! – Gritó instintivamente el Am.

 

Katze le dio el último golpe con la culata de la pistola, dejándolo completamente inconsciente.

 

- Raoul… - Se acercó hasta él, evidentemente alarmado - ¿Estás bien?

 

- Eso debería preguntarte yo…– Viendo con espanto como la sangre le chorreaba –… Tu cara… - Sus manos continuaban atadas - Oh Dios…

 

El pelirrojo reaccionó y buscó el cuchillo con el que apenas unos instantes, le habían rasgado la piel. Con él cortó las cuerdas y logró liberar al rubio. Lo que vino luego no se lo imaginó jamás. Raoul lo hubo rodeado con sus brazos en un efusivo abrazo.

 

- Estás loco… ¡Demente! ¿Cómo te atreviste a hacer algo así? – Preguntaba el Am aún con el corazón en la garganta.

 

- Tenía que hacerlo… - Se permitía profundizar el abrazo - No iba a permitir que te hiciesen daño…

 

- Pero… ¡Mira lo que te hicieron! – Sus ojos verdes iban de un lado a otro, no lo entendía, tanto riesgo… - ¿Por qué? ¿Por qué te arriesgaste tanto…?

 

Katze se apartó, manteniendo sostenido al rubio de los hombros. Le miró fijamente a aquellas hermosas gemas que por tanto tiempo hubo mirado con respeto, aquellas gemas que lo veían con total desconcierto.

 

- Pudieron haberte matado… te arriesgaste demasiado… - Habló de nuevo Raoul, la conmoción del momento lo llevaba a desahogarse en palabras – De verdad yo pensé que te matarían… ¿Realmente viniste solo? ¿Dónde está la policía?... ¡!

 

El rubio tenía los ojos sumamente abiertos. Katze le había agarrado y unido sus labios en uno solo. El beso se prolongó un poco más, en dónde Raoul percibió lo agitado que se encontraba el pelirrojo. No le importó llenarse de nuevo con la sangre del otro.

 

- Auch… - Tuvo que retirarse al sentir una fuerte punzada en la mejilla.

 

- Katze… - No sabía que decir. Torpemente buscó entre sus bolsillos y sacó un pañuelo. Con cuidado buscó de colocarlo en la zona herida – Presiónalo.  Fue un corte profundo.

 

Todo fue un caos antes y después.

 

Lo acontecido al Am salió en primera plana al día siguiente. Los perpetradores fueron atendidos y puestos a disposición de la justicia.

 

Katze luego de salir del hospital  fue hasta su casa a descansar. Pero antes de que pudiera acostarse en la cama, fue seducido por el espejo. Se atrevió y vio aquella gasa que cubría la mayor parte de su mejilla izquierda. Le habían dicho que le quedaría marca…

 

Tomó un cigarrillo y se lo llevó a la boca. No lo encendió, acostándose en el sillón con el tubito de nicotina en los labios semi abiertos. Su vista no estaba en el techo si no en aquella bodega, en aquel lugar donde vulgarmente había besado a Raoul Am…

 

Quiso llevarse las manos a la cara, por la angustia, pero reaccionó y sólo la derecha pudo cumplir su cometido.

 

Incluso se había atrevido a mancharlo con sangre…

 

Aquella escena de su primer beso con Raoul, que logró imaginarse un tanto rosa en cada una de sus fantasías eróticas, había acabado en un cuadro propio de una novela de terror/romántica, llena de sangre y con heridos tirados a un costado mientras que ellos se besaban…

 

… No podía lamentarse más…

 

Toc Toc!

 

Katze salió de sus cavilaciones, más no se movió de su sitio. No tenía deseos de atender a nadie. 

 

Toc Toc!

 

La insistencia lo hizo levantarse, sorprendiéndose al abrir la puerta.

 

- ¿Señor Raoul? – Con los ojos muy abiertos.

 

- Dime Raoul solamente. No tiene sentido tanta formalidad – Emitió con un deje de molestia - ¿Estás fumando? No deberías – Raoul le quitó el cigarro de los labios - ¿No me dejarás pasar?

 

- Oh… claro. Pasa – Katze se hizo un lado, dejando que el Am entrara a su hogar – Esto… ¿Cómo sabías dónde vivo?

 

- Eso es lo de menos – El rubio le entregó una bolsa con medicinas – Ten.

 

Katze estaba sumamente confuso. Tomó lo que le entregaba y lo colocó sobre la mesita dónde solía poner las llaves.

 

- “No puedo creerlo… él está aquí… en mi casa…” – Dentro del pelirrojo, una calentura empezaba a cubrirle.

 

- Todo lo que pasó… fue una locura.

 

- Raoul – Siendo que el rubio le había librado de la formalidad, no había esperado en llamarle de aquel modo.

 

- Creo que debería explicar qué hago aquí ¿No? – Raoul habló, como leyendo la mente del pelirrojo – Aún… no te he dado las gracias por lo que hiciste por mí… - Evitaba mirarle la gasa, pero siempre sus ojos terminaban ahí. Estuvo tentado de llevar su mano hasta su rostro - ¿Te duele?

 

- No mucho… – Maravillado ante el hermoso tono que hubo adquirido el rostro del Am – Sobreviviré.

 

- Bien… - Desvió el rostro – Tienes que recuperarte. No te preocupes, continuará depositándose tu salario… luego, cuando estés mejor, hablamos de tu liquidación…

 

- ¿Liquidación? – Repitió, sin comprender - ¿No quieres qué siga trabajando para ti?

 

- ¡No podría! – Mencionó completamente alarmado. Suspiró  – No es la primera vez que pasa… cuando iba en secundaria también me secuestraron, mi padre pagó el rescate y por años estuve acompañado por escoltas. No podía ir a ningún lado solo… cuando logré convencerle de que me dejara ir de casa pensé que sería libre… pero ya veo que la codicia no se detiene… ¿Qué pasaría si algo así vuelve a ocurrir y de nuevo te da por creerte el héroe? Podrían matarte de verdad y eso… no me lo perdonaría… Por eso, prefiero que dejes de trabajar para mí.

 

Katze se acercó hasta el hombre y lo tomó atrevidamente de la cintura.

 

- No me pidas que me aleje de ti – Suplicaba – No ahora que siento que ya no soy dueño de mí mismo…

 

- Katze… - Con los ojos sumamente abiertos – Oye… hay algo que hay que aclarar: Eso que pasó… fue producto de la adrenalina – Comentó, refiriéndose a lo del beso.

 

- ¿Eso crees? – Continuó apretándolo contra su cuerpo.

 

- Si… realmente no te gusto de esa manera – Se dio cuenta de que el pelirrojo se hallaba excitado. 

 

- ¿Cómo estás seguro de algo así? – Katze al moverse, buscaba que sintiera a mayor amplitud el bulto sobresaliente en su pantalón - ¿Acaso piensas que “esto” es cuestión física nada más?

 

- Por supuesto… Un hombre que entra a tu casa luego de haber experimentado una situación en dónde pusiste en riesgo tu vida por su causa, el daño psicológico que debiste de sufrir por ser acuchillado, las medicinas en tu organismo… ciertamente estás propenso a la sensibilidad impropia de un actuar racional.

 

El pelirojo alzó una de sus cejas.

 

- ¿Siempre tienes que ser tan metódico?

 

- No sé de qué otra manera actuar – Le clavó su mirada verduzca – Además, estoy convencido de que me besaste aquella vez porque no se te ocurrió otro modo de tranquilizarme.

 

Katze suspiró.

 

- Las cosas no siempre se rigen por la razón Raoul y sé, que en aquel momento… estabas tan ansioso por el beso como yo… - Se fue acercando poco a poco, buscando sus labios.

 

- Kat…

 

 Raoul se dejó llevar y permitió que el pelirrojo le besara.

 

Tuvieron precaución con lo de la herida, pero era evidente que la pasión en los cuerpos de ambos ansiaba desatarse.

 

- Raoul… - Katze tuvo deseos de hacerle el amor, la pasión que sentía lo estaba devorando por completo.

 

Iba a proponerle que se fueran a su habitación, pero como si el Am le hubiese leído las intenciones, se apresuró a mencionar:

 

- Lo mejor será que me vaya… tienes que descansar. Además mi padre me está esperando.

 

- Claro – Lo soltó, no deseando imponerle su deseo – Esto…

 

- Tómate unos días de reposo… Vendrá mañana a verte ¿De acuerdo? – Se apresuró a decir el rubio.

 

- De acuerdo.

 

La puerta se cerró y el pelirrojo sintió que la anestesia empezaba a perder más de su efecto. Revisó la bolsa que le hubo traído el Am y se sorprendió de hallar todas las medicinas que le hubo recetado el médico.

 

- Seguramente… fue él mismo hasta el hospital – Sonrió - …O mandó a averiguarlo con la secretaria – Suspiró. De nada valía ponerse a pensar de más.  

 

El hecho de que al parecer le correspondiera, era muchísimo más importante.

 

Raoul siempre había sido un hombre apegado al raciocinio y para él, que era simpatizante de sus percepciones, muchas veces sentía que el actuar del rubio era semejante a un golpe en la cara.

 

Por lo menos, mientras estuvieron juntos sus labios, Katze se halló con una parte del Am que siempre anheló vislumbrar…

 

 

 

 

Continuara…

 

 

 

Notas finales:

 

 

*Plap plap* Bravo! Y así, Raoul ha sido victima de la delincuencia… ni en Tanagura se salvan xD ¿Qué les pareció? Esto fue lo que me trajo mi musa para el KatzexRaoul (inner: Ahora esto se volvió un fanfic de acción? O_o) lo sé, soy mala narrando esa clase de situaciones n.nUU pero bueno… hasta aquí por hoy mis primores n_n Muchísimas gracias a todos por haberlo leído y si se animan a opinar :B les envío millares de besos dulces y abrazos de oso mega empalagosos!! Hasta la próxima!! Bye Bye!!

 

 


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