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Así en el Cielo como en el Infierno. por Matsuoka Miyano

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Notas del capitulo:

¡Estoy de fiesta! Subiendo este capítulo me di cuenta que hoy se cumplen dos años exactos desde que publique el capítulo 1 <3 La parte mala es que después de tanto tiempo aún no lo termino :'(

En fin, gracias a todos los que siguen esta historia desde el principio y a los que se unieron después tambien se les aprecia. Por más que me tarde en actualizar no la dejare inconclusa, como les he dicho anteriormente (?) el capítulo final ya estaba escrito mucho antes que los anteriores xD

Ahora si, los dejo leer.

 

 

Capítulo XII "El comienzo del fin"

Dos semanas  y media habían pasado desde su último encuentro y ninguna señal de vida por parte del ojos rubí había salido a la luz, preocupando al ángel. Cada día, Haruka se repetía que ese día sería diferente al anterior, que al cruzar aquel túnel o la cascada vería unas alas negras al otro lado esperando por él, que se encontraría a Rin, esbozando  esa sonrisa coqueta en sus labios y sus brazos listo para abrazarlo, pero cada día que pasaba le era más difícil convencerse de esto, su fuerza de voluntad iba amainando con el tiempo, pero no se daría por vencido. Matsuoka no era débil, pertenecía a uno de los mejores escuadrones del infierno, además de que servía a uno de los más feroces príncipes del infierno y  aunque no le gustara, estaba hecho para matar a sus rivales y hacerse con el triunfo. Y eso era suficiente para Haruka, lo suficiente para  mantener  aunque sea una mínima esperanza de que él volvería.

Aunque  siempre es más fácil decirse a uno mismo “tranquilízate” que de verdad hacerlo.

Durante toda su vida  el agua siempre lo había ayudado a relajarse, despejando su mente y haciéndolo olvidar todo aquello que lo agobiaba, pero últimamente esta no lograba calmarlo por completo, el ojiazul estaba impaciente, odiando el hecho de que no podía ir a buscarlo y  en la remota posibilidad de hacerlo  ¿Sería capaz de soportar ver la destrucción? ¿De no quebrarse ante la escena? ¿En qué estado encontraría a Rin? ¿Y si algo le había ocurrido? Estas eran algunas de las preguntas que recorrían su mente, volviendo cada día  una completa tortura, provocando  que  su pecho abrigara un vacío haciéndolo estremecer. Sin importar cuantas veces se sumergiera completamente en las frías aguas, nada disminuía su inquietud, de hecho al encontrarse en completa soledad, su mente no hacía más que recordarle que algo le faltaba, cosa que lo hacía frustrarse aún más.

Después de un par de horas se dio cuenta que no tenia caso seguir esperándolo, las horas había transcurrido escapándose como el agua entre sus dedos y con ellas se habían llevado la esperanza de verlo hoy, desanimado lanzó un suspiro de decepción y se preparo para salir del agua y volver al cielo, sin embargo cuando un débil gemido se escuchó a su alrededor  acompañado de  un montón de improperios contra  todo aquello que se cruzaba en su camino, Haruka volteó de inmediato al punto de donde surgió la voz, y de pronto un herido demonio apareció entre las plantas.

Tenía algunos vendajes manchados con  algo de sangre que se había expandido por sus brazos, su andar era lento y  pesado,  mientras se sostenía con fuerza  el  vendaje que cubría  gran  parte de su  abdomen,   se veía terriblemente maltratado, sin mencionar lo lastimado que se encontraban sus alas y los rasguños en su cara.

El ángel en su estupefacción  susurró  incrédulo  el nombre del demonio que ahora  estaba frente  a él, temiendo que si se movía o respiraba, aquel ser se desvaneciera en segundos.

—Hola Haru—Musitó el demonio  mostrando una sonrisa ladina —Lamento la demora—  intentó mantener aquella sonrisa  por un poco más, pero fue rápidamente cortada por el dolor.

Aquella débil voz había sido suficiente para que Nanase olvidara su titubeo de hace un momento, y saliera  lo  más rápido que pudo del  agua  para poder  tomarlo  por las mejillas en un intento de asegurarse  de que no era una ilusión producto de su subconsciente al  desear verlo, escucharlo, abrazarlo...besarlo.  Al sentir su cálido tacto y la tersa piel bajo sus dedos, instintivamente  lo envolvió en un abrazo   mientras posaba  sus labios sobre los de Rin  al mismo tiempo que lentas lágrimas se deslizaban por la comisura de sus ojos.  Aquel emotivo beso sorprendió a Rin, pero lentamente  el demonio se dejo llevar por los cálidos labios de su pareja, colocando de igual manera sus manos en las mejillas contrarias, él también lo había extrañado demasiado, pero al sentir las lágrimas de Haruka  recorriendo su rostro se sintió culpable por hacerlo llorar, haciendo que un recuerdo  invadiera su mente.

~~~~FLASHBACK~~~~~

 Poco antes de llegar a la aldea su pelotón habían sido víctima de un ataque sorpresa a media noche por parte del ejercito de defensa angelical, creando un completo caos, el fuego comenzaba a tomar terreno, choques de espadas se escuchaban  por todos lados  junto con los alaridos de varios presentes, acompañados  del sonido sordo de los cuerpos cayendo inertes, uno tras otro, tanto del ejercito angelical como infernal. Incluso Rin había resultado herido.     

El ejército de Matsuoka había tenido algunos problemas para hacerse con el control  y en medio del caos Rin había perdido el control de su instinto,  un frenesí por querer ver la sangre enemiga derramada se había apoderado de él, degollando, quemando  y despedazando a cualquiera que se pusiera en su camino.  Hasta que una cierta victima de ojos azules captó su atención al vislumbrar por un momento a Haru frente a él, despertándolo de su trance. En aquel momento soltó de inmediato a aquel ángel que ahora yacía muerto a sus pies y miro a su alrededor, ya no se encontraba en  los territorios deshabitados donde había montado  el campamento, ahora estaba en la aldea, donde el olor a  azufre y carne quemada se volvían a entremezclar en el aire, mientras el calor de las llamas se hacía cada vez más presente, haciéndolo notar  lo qué estaba haciendo, pero no había marcha atrás, era una misión encomendada  personalmente por el príncipe al que servía, además no podía sacrificar la vida de su escuadrón en vano, tenía que cumplir el objetivo  por muy duro que ahora le pareciera.

Día tras día,  cumplir su misión era como un trago amargo, cada vez que masacraba a un ser angelical, el rostro de Haru venía a su mente, sin importar si tuviera parecido o no, cada vez que acababa con uno se sentía  como una puta escoria al  imaginar que  si el destino hubiera querido sido más cruel, en otro tiempo  aquella aldea hubiera sido la de Haruka y  él su asesino.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Los vívidos recuerdos del viaje fueron cortados de golpe cuando un tirón recorrió todo su cuerpo aquejándolo. Rin no quería romper el abrazo ni el beso que Haru inició, pero las lesiones sufridas  le cortaban el aire y el fuerte agarre no ayudaba mucho, era algo doloroso. Aunque no fue necesario que él se alejara  ya que Haruka se había separado un poco al darse cuenta que lo estaba lastimando.

—Lo lamento—Dijo apenado mientras agachaba un poco su rostro y limpiaba con el dorso de sus manos los rastros húmedos de sus lágrimas. Rin se mordió un poco la mejilla, no quería hacer sufrir a Haruka, no le gustaba verlo llorar, así  que decidió cambiar su aspecto por uno más resuelto con la intención de mejorar el ambiente.


—No te preocupes. — Dijo con una sonrisa colocando sus manos en la cintura del contrario atrayéndolo de nueva cuenta hacia él. —Sabes,  creo que debería lastimarme o ausentarme más seguido si es que voy a recibir estas bienvenidas tan amorosas cada vez que vuelva —Comentó de forma bromista a lo que Haruka le aplicó presión a una de sus heridas haciéndolo quejarse mientras que él soltaba un bufido molesto.
—Tonto—Fue su única respuesta del pelinegro ante el tonto comentario de su novio.
—He vuelto, Haru—Dijo socarronamente tomándolo de la barbilla y  dedicándole otra de sus sonrisas antes de  besarlo suavemente.


~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

—Ngth Ha…Haru…Duele—Soltaba débilmente  entre quejidos y alaridos un lastimado demonio. — Despacio…
—Cállate y quédate quieto—Sentenció Haruka mientras seguía en su labor de curar las heridas de Rin, haciendo que pequeños riachuelos   de agua se envolvieran  alrededor de las heridas de sus brazos mientras Haruka se concentraba en la herida del abdomen, aplicando cierta presión sobre esta para que el agua  tuviera un mejor efecto. —No seas llorón.

“Claro, como tú no eres el que está sufriendo” Pensó el demonio al mismo tiempo en que solo se dejaba hacer, esbozando muecas de dolor y apretando los dientes en un intento  de contener los quejidos de dolor. Un silencio se había apoderado del lugar dejando escuchar solamente un leve chapoteo  hasta que fue el mismísimo ángel quien habló de nuevo.

—Sabes, pudiste haber muerto—Regaño dejando notar  un poco  la preocupación que afloraba de nueva cuenta en  su tono aparentemente indiferente, causándole gracia al ojos rubí al ver como sus intentos  de recuperar su actitud normal después de  la emotiva bienvenida que le dio, fracasaban.

—Pero sobreviví—Respondió  divertido haciendo que Haru le reprochara aplicando mayor presión en el área afectada.
—¡Arg!¡Haru!
—Eres un idiota—Espetó  al ver como la sonrisa  boba de Rin volvía a aparecer en sus labios.  Haru estaba seguro de que Rin era consciente del poder que su sonrisa tenía sobre él, difuminando cualquier atisbo de preocupación y enojo que existiera en  su contra.

Mientras que Haruka seguía algo indignado, Rin lentamente  tomo sus manos entre las suyas deteniendo por un momento el acto de su pareja atrayendo la atención del ángel a su rostro.
—Pero tú  eres aún más idiota  por enamorarte de un idiota como yo—Replicó sonriendo antes de plantar un suave beso en el dorso de ambas manos  mientras lo miraba directamente a los ojos, causando un notable sonrojo  en las mejillas contrarias, a lo que Haruka solamente  liberó una de sus manos e hizo un gesto para guiar  algo del agua que estaba controlando a la cara del pelirrojo. ¿Cómo podía decir cosas tan vergonzosas como si nada?

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

 Ese mismo día un poco más tarde, en una de las acostumbradas rondas de Haizaki por el infierno, esté había alcanzado a ver el regreso de la tropa 22 junto con otros demonios. Todos parecían cansados y decaídos, varios  de estos soldados junto con los sobrevivientes de la primera tropa mandada  se observaban con lesiones por todo el cuerpo aparte de que portaban vendajes y otros eran  cargados  en brazos ayudándolos a desplazarse. “Debieron dejar que esos pelmazos murieran” pensó  con asco al ver tan fraternal trato. Pero últimamente los ejércitos no estaban para bajas inútiles. Mientras pudieran moverse  y empuñar un arma servirían, aunque sea de carnada.

Su mirada se desplazó  por cada soldado buscando al bastardo pelirrojo  que amenazaba con tomar su lugar  como principal estratega. Al parecer no se encontraba allí, si relacionaba la falta de demonios y el  mal aspecto de lo que quedaba de la legión con el hecho de no ver a Rin con ellos, llagaba a la conclusión de  que el  desgraciado había muerto. Se regodeó ante la idea de haber acabado con él y una sonrisa victoriosa se curvó en sus labios mientras regresaba por donde había llegado.

 Iba de camino a ver a Amon para informarle sobre lo visto, cuando observó  por la rendija de la puerta a un demonio pelirrojo hincado frente al trono, al parecer Rin había  triunfado y eso no era todo, parecía estar intacto. Ninguna herida era apreciable en su cuerpo en comparación con los otros demonios.

Maldita sea, su plan  no había funcionado “¿Qué clase de habilidades poseía aquel estúpido  demonio para salir bien librado  y sin ningún rasguño?” Se preguntó mientras el odio y aversión que sentía contra él aumentaba a cada segundo, incrementando sus ganas  de destruirlo por completo. Furioso, dio la vuelta y caminó por el largo pasillo marchándose, no podía soportar ni un segundo más el ver aquel repugnante ser.

 

—Dame tu reporte— Fue lo que primero que dijo la criatura que descansaba concienzudamente en el trono.

—Fue cumplida aunque con varias complicaciones— Respondió Rin quien se encontraba hincado y con la cabeza gacha ante su superior.
—Te escucho. — Incito Amon entrelazando sus dedos demostrando interés.
—Al parecer los ángeles habían previsto los refuerzos y planearon una emboscada en nuestra contra cuando estábamos a un día de llegar a las aldeas, tuvimos varias bajas en el combate y algunos heridos de gravedad, el poder recuperar a la mayoría nos retraso 2 días, llegando un día después del fatídico desenlace que usted había previsto, nos tomo un tiempo reorganizarnos con los demonios sobrevivientes del primer ejercito además de tratar y curar a los que aun servían para la batalla. Sin mencionar el tiempo que nos tomó juntar armas y organizar un plan de ataque. Pero al final los ángeles cayeron ante nuestros pies y  arrasamos  con la aldea
— ¿Y los objetos robados?
—Llegaran en dos días—
— ¿Y la aldea?
— Hecha cenizas y sin ningún sobreviviente.

—Excelente—Se regodeo el príncipe al saber que una aldea más estaba bajo su control—Al parecer no me has decepcionado. —Dijo con una sonrisa que mostraba por completo sus fauces. Rin se quedó en silencio con la cabeza baja, aún sentía que esas palabras tenían un trasfondo y eso lo inquietaba. —El que hayas tenido una victoria después de aquellas complicaciones te coloca como un buen candidato para ser mi principal estratega—Comentó despreocupadamente  sin mirarlo —Si no es  que ya lo tienes asegurado.

Matsuoka  trago saliva ¿Estratega? Si eso ocurría, él ya no tendría que matar en persona a los ángeles, pero significaba que ahora tenía que trazar los planes para acabar con ellos. Además que si quería desertar del ejército y escapar esta vez le sería más difícil. Quería decirle que rechazaba el puesto, que no estaba hecho para eso y que prefería  seguir como líder de legión, pero decidió decir otra cosa con un tono firme.

 —Se lo agradezco señor. —No era apropiado levantar sospechas y menos con tantos secretos que él mantenía. Sobre su deseo de irse, desertar del ejército, huir al mundo humano...Sobre Haru.

 —Sigue así—Dijo su príncipe indicándole que podía retirarse, Rin asintió con la cabeza  y se puso de pie marchándose por la puerta que se abrió al instante en que se acerco.

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Haizaki se encontraba  en las afueras del castillo, no soportaba  la idea de estar en el mismo lugar con Rin, por lo que había salido, perdiendo el tiempo alrededor del castillo. Pero  cuando lo vio sobrevolar encima de él,  las palabras de  Amon resonaron en su mente “Vigila al muchacho, su futuro me muestra algo interesante” Debía terminar aquella encomendación y jugar sus últimas cartas. Dejó que el pelirrojo avanzara lo suficiente para que no notara su presencia, aunque  sin permitir que se le perdiera de vista.

Rin se elevó de nueva cuenta por encima de la montaña que conectaba con el purgatorio, y Haizaki lo siguió,  al parecer se dirigía al mismo lugar que la vez anterior, solo que esta vez para ventaja del pelinegro no había ningún alma que estorbara en su camino deteniéndolo.

Observó con cuidado como Rin  descendió lentamente  sin tocar el suelo, desplazándose  a lo largo del rio hasta donde aparecían tres caminos, Matsuoka  tomó el camino de la izquierda,   a lo que el   ojigris    se preguntó  cuál sería su siguiente movimiento si  aquella ruta estaba cerrada por la gran roca, pero su pregunta fue contestada en el instante en que Rin aparto el follaje de la piedra  dejando a la vista la entrada de la cueva y se adentro en su interior.

Haizaki espero unos pocos  minutos  y se asomó con cuidado notando a lo lejos el resplandor de las alas de Rin, se metió en aquel lugar  teniendo cuidado de no hacer ruido ya que si por algún motivo el pelirrojo volteaba también podría observar el fuego de sus alas, no podía guardarlas  ya que si lo hacía corría el riesgo de hacer chapotear el agua bajo sus pies, haciendo notar su presencia. No podía permitirse eso y mucho menos ser atrapado por un error tan estúpido.

Cuando vislumbro la luz al final del túnel  se acercó,  pero sin salir de este, quedando oculto por la oscuridad del interior de la cueva. Guardo sus alas y se dispuso a observar lo que sucedía.

—¡Haru!—Llamó Rin al encontrarlo en el claro principal antes de cruzar la cascada—  Al parecer  llegamos casi al mismo tiempo—Había dicho a lo que Haruka simplemente asintió con la cabeza.

El cuerpo y las alas de Rin  tapaban por completo la vista del peligris haciéndole imposible ver con quien estaba hablando, llenándolo de curiosidad. ¿Por qué mierda tenían que encontrarse en terreno neutral? Se cuestiono intentando mover la cabeza para ver mejor con quien estaba, pero resulto inútil.

—Sabes, hay algo que quiero contarte—continuo Rin  tomando su mano arrastrándolo tras él a una de las  rocas cercanas haciendo que se sentara junto a él, en ese preciso instante Haizaki pudo ver con claridad al acompañante de Rin, sus ojos se abrieron completamente y una exclamación  estuvo a punto de salir de su boca al notar que aquel ser con el que el  “prodigioso líder” se reunía era un ángel. Y peor aún parecían ser amantes. Aquella información ya era suficiente como para acabar con Rin, pero decidió quedarse un segundo  escuchando un poco más.

—Amon me dijo que aquella victoria me colocaba como candidato  para ser su principal estratega militar. — Aquellas palabras habían hecho arder en rabia al ojigris, sus suposiciones no fueron erróneas, Amon le daría el puesto y él seria olvidado.

—¿Y  qué vas a hacer? — Fue la pregunta que salió de los labios de Haruka, él no entendía mucho sobre la organización militar del infierno, aunque suponía que esto ponía a Rin en un aprieto.
—¿No es obvio? Voy a desertar. — Respondió mientras colocaba sus brazos tras de él y echaba una mirada despreocupada hacia arriba.

—¿Eso se puede? —Preguntó algo confundido Haru  a lo que Rin negó con la cabeza acompañado de un suave  “No”  haciendo que Haru lo mirara aún más perdido, el pelirrojo  al notar su confusión agregó—Me iré.
 

Aquellas palabras de Rin hicieron que en la mente de Haizaki se formara un nuevo plan. Podía  quedarse con el puesto y hacer sufrir de gran manera a su rival al mismo tiempo. Dos pájaros de un tiro. Era perfecto, pero tenía que actuar en este instante si quería  que tuviera éxito, simplemente tenía que regresar al infierno y ponerlo en marcha, aquella declaración le era suficiente y su boleto hacia la victoria.


 

Notas finales:

Gracias a todos por leery nos vemos en la proxima actualización.


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