Capitulo 7 –Grigori-
Todos se habían reunido en una área privada de la biblioteca sagrada que era cuidada por Rei, los 4 ángeles se encontraban sentados en una mesa redonda, cada uno con una postura seria a su manera, Makoto estaba a la izquierda de Haru, con los brazos cruzados mientras tenía los ojos cerrados creando una especie de burbuja donde parecía estar muy concentrado en sus pensamientos ,Rei se encontraba frente al castaño, ocultando su rostro con su mano derecha haciendo ademan de sostener sus lentes con gran elegancia, mientras que Nagisa miraba atentamente a la persona que tenía enfrente, que en este caso era Haruka, lo observaba en una especie de competencia de “quien parpadee primero pierde” pero de forma unilateral, mientras que Haru se encontraba serenamente sentado en su lugar, completamente inmune a la insistente mirada de Nagisa y al ambiente de seriedad que los rodeaba desde que fue prácticamente arrastrado a ese lugar.
— ¿Sabes porque estás aquí Haru? —El primero en romper el silencio fue Makoto aunque esta vez su tono carismático no lo acompañaba como era costumbre.
—Eso quisiera saber. —Contesto sin siquiera inmutarse.
—Haruka-senpai usted ha estado actuando extraño y nos preocupa. — Acotó Rei inclinándose hacia enfrente, recargando sus codos en la mesa mientras entrelazaba los dedos de sus manos frente a su boca.
—Actúo como siempre, libre. —Se defendió pero Makoto simplemente negó con la cabeza.
—Repasemos los últimos acontecimientos, Nagisa-kun por favor. —Dijo Rei dándole la oportunidad de hablar a Nagisa, quien se levantó de su lugar y se paseó de un lado a otro tomando sus manos por detrás de su espalda y con un semblante muy serio que pocas veces era visto en él.
—Antiguamente Haru-chan solía terminar su trabajo y después desaparecer para ir a nadar, todo esto según las palabras nuestro testigo Mako-chan. —Comento Nagisa volteando a ver a Makoto para que confirmara lo que acababa de exponer.
— ¿Eh? S...Si es cierto. —Acepto rascando su mejilla.
—Desde un tiempo, aún no definido, Haru-chan ha dejado incompleto su trabajo, escapando y negándose a ir almorzar con nosotros o llevarme con él al lugar donde dice que va a “nadar”. —Dijo lo último haciendo comillas con sus dedos.
—Nagisa-kun eso solo fue una vez, no creo que sea tan grave. —Intervino el custodio de la biblioteca.
—Te equivocas Rei-chan en una investigación todo cuenta, deberías saberlo. —Sermoneo el pequeño volviendo a tomar su postura seria — Sin mencionar que algunas veces visita la cafetería 2 veces, lo cual me parece extraño. Continuando con su itinerario me di cuenta que siempre desaparecía las mismas horas sin excederse o regresar antes.
— ¿Me han estado espiando?—Pregunto Haruka al ver que el pequeño rubio tenia medidos todos sus movimientos.
—Shhh, silencio Haru-chan aún no he terminado.—Corto de nueva cuenta la interrupción y prosiguió con su discurso—Pero desde hace unas 4 semanas aproximadamente además de desaparecer a la misma hora, sus tiempos fuera de aquí se han alargado 1 hora más. Dime Haru-chan, ¿te has entretenido nadando demasiado?—Preguntó retóricamente mientras le dirigía una mirada acusatoria—También por parte de nuestro testigo número uno podemos afirmar que últimamente has estado experimentando coloración rojiza en la parte de la cara y un déficit de atención ¿Hay algo o alguien que te haya afectado? Como por ejemplo ~ ¡Haber hecho contacto con un extraterrestre!—Dijo apuntándolo repentinamente con el dedo.
— ¿Extraterrestre?—Repitió el ojiazul extrañado mientras que Makoto y Rei soltaron un profundo suspiro, todo a su parecer iba por buen camino hasta que menciono a los extraterrestres, ambos creían que Nagisa ya había olvidado aquella sugerencia sobre formar parte de una secta de contacto extraterrestre.
—Si, por lo que he escuchado son pequeños, muy bonitos y de diferentes colores. Tal vez están dentro de la mente de Haru-chan controlando poco a poco su cuerpo ¡Tenemos que hacer algo! —Decía Nagisa en un tono un poco alarmado.
—Nagisa-kun, por favor—Dijo Rei levantándose para tomarlo de los hombros y sentarlo donde él estaba, cediéndole su lugar junto al acusado.
—Esto es ridículo, me retiro — Comentó Nanase tratando de levantarse pero fue detenido por el agarre de su amigo castaño.
—Eso no era el punto. Haru, estamos preocupados por ti, no es que pensemos que estás haciendo algo malo o cosas así, simplemente queremos saber ¿Qué ocurre?
—Ya les dije, solo estaba nadando—Repitió por enésima vez como respuesta a la misma pregunta. Todo aquel cuestionamiento y aquella imitación de juicio contra su persona empezaban a ser molesto.
Mientras Makoto y Nagisa seguían interrogando al pobre pelinegro, Rei había tomado el asiento del rubio observando atentamente las expresiones del pelinegro mientras seguía dándole la vueltas a lo dicho por Nagisa hace un momento,juntando lo dicho por el pequeño y las cosas que el también había notado a lo largo de los días, repitiéndolo una y otra vez sus palabras en pequeños susurros.
—…Salidas repentinas, falta de concentración, sonrojos…. ¡OH DIOS!—Exclamo Rei abriendo completamente sus ojos levantándose de su asiento captando la atención de todos.
— ¿Qué sucede Rei?—Pregunto Makoto ante la repentina acción de su amigo.
—Ya sé lo que le pasa a Haruka-senpai.
— ¡EHH! ¿En serio? ¿Qué es? ¿Es algo grave? ¿Podemos salvarlo? —Bombardeaba con sus preguntas el más pequeño.
—Tranquilo Nagisa solo hay una explicación para esto—Aclaro ajustando sus gafas —Haruka-senpai…está enamorado —Dijo con aire de autosuficiencia como si todos los conocimientos que recaudo a través de años leyendo por horas en la biblioteca se hubieran resumido a este descubrimiento.
— ¡¿Qué?!—Gritaron Nagisa y Makoto al unísono levantándose de golpe de su silla azotando con ambas manos la mesa y un casi imperceptible sonrojo se depositó en las mejillas del ojiazul confirmando lo dicho por Rei.
—Haru…enamorado—Repitió Makoto dejándose caer en el asiento, y sintió como las piezas caían encajando en su lugar.
— ¿Quién es Haru-chan? ¿Es alguien que conocemos? ¿Esta por aquí? ¡Vamos dinos! ¡Dinos!, ¡dinos!—Exigía el rubio ahogando con sus preguntas a Haruka mientras lo zarandeaba de un lado a otro.
—No…No es un ángel—Atino a decir lentamente entre los zarandeos sorprendiendo a los demás.
— ¿Entonces?—Cuestiono Makoto.
—Un humano...—Susurro Nagisa en forma de afirmación al recordar que la vez que siguió a Haruka este se dirigió al purgatorio donde estaba la entrada al mundo humano encontrándole un poco de sentido a lo que vio ese día.
—…..—Haru mantuvo el silencio tratando de encontrar la forma adecuada de explicarles a sus amigos que no estaba saliendo con un humano, sino con un Demonio, no es que no les tuviera la confianza para confesarlo o que lo rechazarían, si no que tenía que escoger con cuidado sus palabras para que estos comprendieran su extraña relación. El silencio se alargó tanto que hizo que los presentes lo tomaran como una confirmación a su pregunta.
—Podría pasarte igual que los Grigori. —Intervino Rei rompiendo el silencio.
— ¿Grigori?—Repitió Haruka saliendo de sus pensamientos.
—Exacto, los “Grigori” o también conocidos como “Hijos de Elohim”. —Informo Rei acomodando sus gafas dispuesto a dar una explicación.—Ellos eran originalmente una orden superior de ángeles que moraban en el más alto cielo con Dios y parecían seres humanos en su aspecto tal como nosotros, su tarea era observar y vigilar a la emergente especie humana e informar acerca de su progreso. Sin embargo, ellos se vieron limitados por la principal directriz divina de no interferir en la evolución humana, lamentablemente ellos decidieron ignorar la orden de Dios y desafiar sus órdenes apareándose con “las hijas del hombre” dando como resultado de dicha unión a los “Nephilim” aquellos gigantes malvados que paseaban por la tierra antes de su extinción en el gran diluvio, algo así como Goliat*—Rei se detuvo un momento para recordar más datos sobre la historia, admirando las reacciones de sus compañeros y prosiguió. —También se le acuso a los ángeles guardianes de haberse desviado de su misión y al haber desobedecido las órdenes del señor sus corazones fueron oscurecidos, enseñado a los hombres la creación de armas y el arte de la guerra principalmente, entre otras cosas; como la opresión, la destrucción de los ecosistemas, la brujería, la fornicación y el engaño, trayendo un desequilibrio entre los hombres. Y su castigo fue ser desterrados del paraíso formando parte de los ángeles caídos. — Concluyó el peliazul haciendo que el silencio inundara la sala, todos se encontraban perplejos ante lo contado por el guardián de las escrituras sagradas, sin duda alguna nunca conocerían por completo la historia de su pueblo.
—Emm...Bueno eso fue hace mucho tiempo—Fue Makoto quien hablo primero intentando alivianar el ambiente. — No creo que eso vuelva a pasar ¿Verdad Nagisa? —Dijo sonriéndole a su pequeño amigo buscando apoyo.
—Ah, ¡Cierto Mako-chan!—Coincidió el rubio después de un momento, recuperando su sonrisa. — Eso ocurrió hace mucho tiempo, no creo que nuestro Señor sea como en aquel tiempo. Así que Haru-chan, no tienes que preocuparte, cuentas con nosotros para cualquier cosa. ¿Sí?—Y volvió a sonreírle abiertamente.
Haruka asintió con la cabeza agradecido, pero algo lo hizo inquietarse, a lo largo del tiempo se había quedado reflexionando las palabras de Rei, si eso había pasado con los ángeles por haberse involucrado con los humanos ¿Qué pasaría con él, que se había enamorado de un demonio? La verdad aquella cuestión lo ponía un poco nervioso.
Algunas horas más tarde en la privacidad de aquel lugar secreto, Rin y Haruka habían dejado un momento el lago sentándose junto a un árbol, el ángel estaba entre los brazos del pelirrojo recargando su espalda contra el cálido pecho de este, mientras que Rin se recostaba contra el tronco, ambos observaban como la noche se reflejaba en el agua y esta era distorsionada en cuanto los insectos tocaban la superficie. El pelinegro se había decidido por contarle al demonio de como lo habían interrogado y habían llegado a una conclusión no tan alejada de la realidad sobre la criatura con la que estaba saliendo.
—Así que ya están sospechando que sales con alguien o más bien lo saben. — Comentó Rin a lo que Haruka simplemente asintió mudamente.
— ¿Por qué no le contaste sobre que salías con un Demonio? —Había preguntado por impulso pero cuando pensó un poco mejor la situación, recordó que en su caso tampoco sería fácil admitir su relación con un ángel.
—No lo sé—Respondió—No sé cómo reaccionarían o que pesarían de ti.
— ¿Por qué no me los presentas? —Sugirió en un tono que indicaba que no estaba bromeando.
— ¿Qué?—Pregunto incrédulo separándose del pecho de Rin para darle la cara ante la petición.
—Sí, preséntamelos y podemos explicarles nuestra relación además yo solo los conozco por las pocas cosas que me has dicho sobre ellos, quiero saber un poco más de ti y sobre aquellos con los que compartes tu día.
— ¿Estás seguro?—Cuestiono aun un poco dudoso.
—Claro que si, también podría presentarte a alguien de mis amigos. Además sirve de que les hago saber a tus amigos que el ángel que conocen como Haruka Nanase ahora me pertenece y más vale que se mantengan sus manos alejados de ti— Declaro sosteniéndolo de la barbilla mientras sonreía ladinamente dejando notar sus extravagantes dientes antes de darle un corto beso en los labios.
Sin duda aquel Demonio de rojo cabello era un celoso además de un romántico empedernido sin remedio por más raro que fuera considerando su origen, y esto le dio un poco de gracia a Haruka.
— ¡HEY! ¿Qué es tan gracioso?—Refunfuño Rin al escuchar la risilla de Haru.
—Nada.
—Vamos Haru, tú no te ríes por nada, así que escúpelo y no me dejes con la duda.
—Solo pensaba en que eres extrañamente romántico—Soltó haciendo que la cara de Rin se sonrojara.
—Claro que no, es solo que umm… ¡Olvídalo!—Dijo girando su rostro.
Haruka hizo caso omiso al gesto de su pareja al recordar sus cavilaciones hace algunas horas, y algo en su interior se estremeció.
—También mencionaron una historia sobre los “Grigori”. —Hablo en voz alta cambiando de tema, captando de nuevo la atención del pelirrojo haciendo que volviera su mirada.
—He escuchado de ellos—Susurro Rin—Si no mal recuerdo eran los guardianes de los humanos que desobedecieron a Dios y engendraron hijos con los humanos, creando una raza de gigantes llamados Nephilim y que por sus acciones fueron desterrados formando parte de los ángeles caídos.
—Rei también dijo algo sobre que fueron los que enseñaron a los hombres la creación de armas y el arte de la guerra, entre otras cosas. — Acoto Nanase recordando las palabras del peliazul.
—Eso se dice…Lo que no me queda claro es ¿No se supone que Dios es bondad y amor?—Cuestiono con un poco de enfado—¿Entonces porque vio mal el amor entre un humano y un ángel? o peor aún el amor entre un ángel y un demonio, ¿acaso eso no se vuelve contradictorio?—Decía Rin indignado mientras se cruzaba de brazos.—Se supone que los ángeles son “buenos” y que hacen sus acciones con amor y que la raza fue hecha a su imagen y semejanza ¿Acaso lo que vio mal fue el querer entre dos diferentes razas? Si el amor es puro no debe importar entre quienes sea. Dejando de lado que hubieran enseñado todo aquello, supongo que al menos uno de esos ángeles se había enamorado de verdad….Debió ser muy duro tener a la persona amada y no poder tocarla ni estar cerca de ella—Dijo con tristeza haciendo que Haru se girara a verlo intentando entender sus palabras. Rin llevo su mano hasta la mejilla de Haru y la acaricio
—Si me alejaran de ti, me volvería loco, estaría dispuesto a enfrentar al infierno entero y más, con tal de estar junto a ti—Dijo con sinceridad y amor que eran reflejados en esos orbes rojizas.
Fue entonces que Haruka entendió sus palabras, Rin también tenía miedo sobre lo que le fuera a pasar, miedo del castigo. Haru no creía correr con la misma suerte que los Grigori, si su condena era convertirse en un ángel caído podría estar con Rin, pero la solución no era así de fácil. Aunque esto solo era una parte de la historia ¿Qué es lo que pasaría con Rin? ¿Cuál sería su castigo? Ambos tenían miedo de que los alejaran prohibiéndoles verse de nuevo o peor aún, que los mataran a ambos o alguno de los dos con tal de que no estuvieran juntos. Un escalofrió recorrió su cuerpo ante aquella posibilidad, la única forma que encontró para calmar sus temores y los de Rin fue fundirse en un abrazo al mismo tiempo que unía sus labios tratando de ahuyentar todas aquellas perturbaciones, mientras sus mentes repetían “estamos aquí, vivos y juntos”
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Al día siguiente cuando todos se encontraban sentados tranquilamente en la cafetería alejados un poco de los demás, Haruka había decidido que era un buen momento para comunicarles su decisión.
—Quiero presentárselos—Había dicho mientras todos comían en silencio.
— ¿En serio Haru-chan?—Pregunto emocionado el ojirosa a lo que simplemente Haru asintió con su cabeza.
—¡Waa conoceremos a la pareja de Haru-chan!—Gritaba con emoción el rubio, a lo que el pelinegro agradeció que casi nadie estuviera en ese momento en la cafetería evitando que alguien más escuchara—Nee~ nee~ ¿Cuándo iremos al mundo humano a conocerlo?
—No es un humano—Confeso casi en un susurro Haruka captando la mirada de sus amigos.
— ¿Entonces?—Pregunto Rei
—Haru, no me digas que es…
—Es un demonio—Confirmo haciendo que todos guardaran silencio. Y un escalofrió cruzo el cuerpo de Makoto. Su mejor amigo había caído en la trampa de un demonio.
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Por su parte Rin ya se había decidido sobre quien llevaría, uno de los pocos demonios en quien podía confiar lo suficiente para comentarle sobre Haruka era Sousuke, había pensado en Nitori y Momotarou pero a pesar de que ambos les parecía de fiar no quería arriesgarse. No lo decía por Nitori el le daba cierta confianza, el problema radicaba en que si llevaba a Aiichirou y Momo se daba cuenta, seguramente insistiría en ir con ellos , básicamente el no llevarlos era por que Momotarou podía ser un bocazas algunas veces, divulgando cosas innecesarias sin querer, en cambio Sousuke había sido su amigo desde su infancia y lo conocía mejor que nadie, tarde o temprano Yamazaki se daría cuenta de su relación y aunque sabía que se opondría podría hablarle con un poco mas de libertad, aunque seguramente tomaría esta noticia para burlarse a costa de él. Y con esta idea en mente dirigió su vuelo hacia la zona de Lucifer.
—Sousuke…—Llamó en voz baja Rin apareciendo atrás del capitán del escuadrón de Lucifer quien observaba a su propio sequito entrenar, haciéndolo girar sobre sus tobillos para poder verlo.
—Rin, que sorpresa verte por aquí—Comento con un sonrisa al recordar que la mayoría de las veces era él quien siempre terminaba yendo al lugar de entrenamiento de Rin.
—Hay algo de lo que quiero hablarte—Sentencio viendo fijamente las orbes contrarias a lo que Sousuke sintió la seriedad de sus palabras borrando la sonrisa que antes tenía en el rostro.
—Dame 20 minutos—Dicho esto le dio la espalda a su amigo y se concentró de nuevo en su sequito de soldados.
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Transcurrido el tiempo indicado ambos habían partido al cuartel de pelinegro donde tenía su propia habitación y podían hablar en privacidad, Sousuke había seguido a Rin sin quitarle la vista tratando de comprender que es lo que pasaba, ya que este no había dicho ni una sola palabra desde que le dijo que quería hablar con él, todo aquel secretismo lo estaba desesperando.
—Habla, soy todo oídos— Ordeno Sousuke recargándose contra el marco de la puerta de la habitación con los brazos cruzados sobre el pecho y el rostro serio e inflexible.
Rin al entrar se encamino al pequeño sillón individual que estaba frente a Yamazaki, tomo asiento echando su cuerpo un poco hacia adelante recargando sus codos en las rodillas, entrelazando los dedos de sus manos frente a él adoptando una posición pensativa— ¿Que dirías si te hipotéticamente estuviera… reuniéndome con un ángel? —Se aventuro a decir, tanteando un poco el campo minado.
—Diría que es una buena estrategia, liarte con uno de los ángeles y así poder descubrir una forma de vencerlos.
—No…—Negó dejando la continuidad de su frase al viento,
— ¿Qué? —Se separo del marco de de puerta irguiéndose completamente.
— ¿No estás cansado de todo esto? —Pregunto Rin levantándose de su asiento rodeándolo para poder pararse detrás y colocar sus manos en el respaldo—Cansado de las guerras, de los entrenamientos intensivos, de las torturas, los asesinatos y todas esas muertes. ¿Porque no dejarlo todo por la paz? tenemos nuestro territorio ¿porque querer más?—Había dicho Rin tratando de mostrarle un poco de su punto de vista a su amigo, esperando que lo entendiera.
—No suenas como un demonio—Regaño Yamazaki mirándolo fijamente, clavándole sus frías orbes a Rin infundiéndole un poco de temor —Cuidado con que lo que dices, Amón podría escucharte o peor aún Mammón... Sabes lo codicioso que es. —Le recordó usando un tono de voz más grave de lo usual.
—Lo sé… —Dijo con semblante entristecido bajando la mirada apretando entre sus manos el respaldo, tal vez debería echarse para atrás y cambiar de tema olvidándolo por completo además aquellas palabras lo habían hecho pensar, a pesar de que fuera su mejor amigo y tuvieran muchas similitudes en la forma de actuar, no serian completamente iguales y en esta situación se veía una de sus diferencias.
—Hey, tranquilo—Animó Sousuke acercándose a él, dándole un codazo en las costillas acompañado de una de sus sonrisas—No creo que solamente hayas decidido venir a plantearme “hipótesis” ¿no es así? Dime como se llama—dijo Sousuke sorprendiendo a Rin quien lo miro a los ojos, joder, ese chico si lo conocía bien.
—Se llama Nanase Haruka. — Respondió esbozando una sonrisa—Quiero que lo conozcas.