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Eres como una tormenta contra mi ventana por chibibeast

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Notas del capitulo:

¡Hola! ¡Aquí yo con un nuevo capítulo!

Ya decidí cómo actualizar, será los sábados de cada semana; si alguna vez fallo este día es porque ya inicié clases y me quedo sin mucho tiempo, trataré de traer el cap puntual. Además de que se me ocurrió publicar dos fanfics a la vez y me lleva bastante tiempo escribir para ambos.

¡Gracias a esas dos personitas que dejaron rw en el cap anterior y a l@s “lector@s fantasma”, me animaron a seguir!

Aclaraciones:

-Narración en trecera persona, tiempo pasado.

-Aquí cuento lo que hacía Ruki mientras Kai estaba en la cafetería y después de.

-El cap anterior cuenta con sólo 2 páginas y media, este cap cuenta con 4 páginas y media; algo es algo, ¿no? es más largo xD

- AMO A KAI ♥ aunque en este cap no sale xD

Disculpen los horrores de ortografía.

¡A leer!

     Un castaño (cuya estatura no se mencionará, ya que le molesta) iba caminando tranquilamente por la calle luego de haber cerrado el trato con uno de sus cliente más difíciles. Es que ser dueño, bueno, dueño de la mitad de la tienda de instrumentos musicales ‘Maximum Harmony’ es estresante, debía atender personalmente a personas que no eran de su agrado y que además  lo citaban en restaurantes o lugares lujosos con la intención de lograr algo más aparte de obtener un buen trato por la compra de ciertos instrumentos, esos eran sus clientes con una economía muy alta que en verdad lo fastidiaban, pero debía soportarlo por el bien del negocio, nunca se dejaría tocar ni un solo cabello por alguno de esos oportunistas que creían que podían aprovecharse de él por su apariencia; los clientes con una economía menor pero que se permitían uno que otro lujo también intentaban coquetearle, pero él como siempre los rechazaba o simplemente los ignoraba, no es que alguno no haya sido de su gusto sino que no le gustaba mezclar el trabajo con su vida personal.


     Tanto hombres como mujeres captaban su atención y él captaba la atención de ellos, hace dos años que no tenía una pareja estable, tenía sexo, sí, pero no una relación formal y no es como que si la quisiera tener, no después de cómo terminó su última relación; ya lo había superado pero con tanto interesado en su cuerpo y dinero no le daban ganas de buscar a esa ‘persona especial’ que moviera su mundo y se interesara por sus sentimientos, a veces creía que pensaba como esas adolescentes locas y desesperadas por encontrar al ‘amor de su vida’ como decía un amigo, sin embargo a su edad ‘aventuras’ era lo que menos quería tener, no quería un amor eterno pero sí uno duradero.


     Salió de sus pensamientos al sentir un jalón proveniente de la correa que llevaba entre su mano izquierda, deteniendo sus pasos bajó su vista y se dio cuenta que se trababa de su cachorro de chihuahua, Koron, una hembra de pelaje negro que en ciertos lugares era café fue un regalo de su mejor amigo, Akira Suzuki (el otro dueño de la tienda), para su cumpleaños de hace un par de meses, siempre había querido una mascota; la pequeña bolita de pelo se había detenido para observar el parque que se encontraba al otro lado de la calle con una expresión que le pareció tierna y agitando su colita, dudó un poco al ver a mucha gente allí que podrían tropezar con ella, dio un suspiro y con un suave tirón a la correa le indicó a la pequeña que cruzarían, emocionada siguió el paso de su dueño.


     Atravesó el parque esquivando a varias personas, se dirigió a una banca que estaba un poco alejada de la multitud así Koron podrían revolotear un rato sin que la consideraran un estorbo en el camino y le hicieran daño. Se sentó y soltó la correa del collar de la pequeña dejándola correr libre pero cerca de él para poder observar como derrochaba ternura al jugar con una mariposa colorida que captó su atención al pasar cerca y luego esta se posara sobre su pequeña nariz haciéndola estornudar, el castaño rió bajito e hizo un sonidito al ver a Koron llevar sus patitas delanteras hacia su naricita, cómo amaba a ese pequeño ser, era quien le hacía sonreír por primera vez en cada día.


     De repente recordó el encuentro con aquel odioso sujeto, ese sujeto había solicitado a uno de los dueños reunirse en su propiedad para dialogar respecto a un pedido que ellos habían hecho, él aceptó pero tuvo que llevar a Koron consigo, no quería dejarla sola en su casa o la tienda ya que Akira tampoco estaría y no confiaba en sus empleados para cuidarla, resolvieron el inconveniente que el hombre había mencionado y de la nada apareció cruzando la puerta un chihuahua macho blanco que se acercó a su Koron que estaba echada tranquila a su lado mientras él estaba ocupado; la pequeña en cuanto vio al macho se levantó rápidamente y gruñó, él la tomó entre sus brazos alejándola del blanco que se acercó tratando de alcanzar a la pequeña, el dueño del macho rió al ver lo sucedido y ofreció  una ‘mezcla entre ambos’ (frase que a leguas se notaba que no se trataba sólo sobre los perros por cómo lo miró y el tono en que lo dijo) para así aumentar la publicidad de la tienda. Molesto e indignado el castaño se levantó bruscamente y declinó la oferta con toda la paciencia y control que tenía en ese momento, exigió que nunca volviera a involucrar a su mascota de esa manera y que no volviera a insinuar nada de índole sexual entre ambos hombres; salió lo más rápido que pudo de allí, ya estando alejado de la propiedad y presencia del otro se decidió a caminar hasta su tienda para así tranquilizarse a lo largo del camino y pensar bien cómo solucionar el problema que habría si ese sujeto dejaba de acudir a su tienda ya que era uno de los que más solicitaban instrumentos musicales.


Así fue cómo había pasado frente al parque.


     Suspiró, esperaba que Akira comprendiera su actuar e indignación, el rubio también quería a Koron aunque ella cada que lo ve le ladra por el ruido que hacen sus llaves y lo sigue hasta que detiene el ruido; si su Koron tendrá ‘Koroncitos’ será porque él quiera ver a su pequeña con otros pequeñitos pero no por negocios, no usaría al ser que más ama por nada del mundo. Su celular sonaba indicando una llamada entrante en un tono estruendoso, despegó su vista de Koron y despejó sus pensamientos para atender la llamada del rubio que se mostraba en la pantalla.


─ ¿Qué pasa, cacatúa? ─ se burló del peinado que usaba su amigo. 


//─ Deja de decirme así, gnomo. ─ contestó al otro lado de la línea el aludido. 


─ Podré ser un gnomo pero soy más guapo que tú. ─ sonrió con suficiencia aunque el rubio no podía verlo.


//─ Ya quisieras, esperpento.*─ rió.


─Te odio, Akira. ─ con tono enojado y entrecerró los ojos.


//─ Que lástima. Porque yo te amo, Takanori. Así sólo harás que me aleje de ti. ─ fingió una voz lastimera y triste.


─ Ya quisiera que te alejaras de mí. ─ rodó los ojos ─ Ya, Aki, en serio. ¿Qué quieres? ─


//─ Y yo que quería seguir insultándote. ─ suspiró ─ ¿Cómo te fue? ─


─ Sólo diré que ahora lo detesto más que antes. ─ frunció el ceño.


//─ Creí que no se podía más. ─ rió.


─ Pues, sí se puede. ─ bufó.


//─ Ok. A parte de para saber cómo te fue también llamo para decirte que no es necesario que regreses a la tienda, ya me encargué de los últimos asuntos del día y que conmigo todo salió bien. ─


─ Al menos uno logró algo positivo. ─


//─ ¿Por qué no vienes a mi casa y me cuentas qué pasó? Por cómo te escucho no parece ser algo leve. ─


─De acuerdo. Llegaré dentro de 30 minutos más o menos, estoy un poco distanciado de tu casa. Ah, Koron irá conmigo, tuve que traerla. ─


//─ No hay problema, sabes que son bienvenidos cuando quieran, además seguro Oscar y Keiji se alegran al verla. ─


─ Nos vemos dentro de un rato, entonces. ─ terminaron la llamada y dejó su celular a un lado sobre la banca para buscar a Koron con la mirada, ya que se había alejado un poco por seguir a otras mariposas que andaban revoloteando cerca.


     Hizo un sonido que la pequeña escuchó y de inmediato regresó a él, la cargó entre sus brazos y le dio un besito sobre su cabecita, luego emprendió marcha hacia la casa de su rubio amigo, no quería ir en taxi así que se fue caminado. Arribó a la casa del rubio 35 minutos después, tardó cinco minutos más de los dichos porque en cierto momento bajó a Koron y esta corrió detrás de un niño que comía helado asustándolo.


     No tocó el timbre ni anunció su llegada, no era necesario, de todos modos poseía una copia de la llave de la casa al igual que Akira tenía una copia de la de su casa. Encontró al dueño de casa de casa echado en el sofá de la sala de estar viendo televisión y atragantándose con comida chatarra, carraspeó para hacer notar su presencia y la pequeña chihuahua daba brinquitos frente al televisor para que le prestara atención; al darse cuenta que su amigo y su mascota habían llegado, llamó a Koron que se acercó a él y le acarició, emitió un sonido con sus labios que hizo que sus dos aves mascotas salieran de su jaula (previamente abierta, no salen si él no da la orden) y se posaran sobre el lomo de la bolita de pelaje oscuro que se movió e iniciaron un juego.


     Akira se acomodó bien en el sofá y dio espacio a Takanori para que se sentara, hablaron acerca de lo sucedido con aquel tipo y el rubio le dijo que había hecho bien, nadie utilizaría a esa lindura de cachorro para hacer negocios con ellos, ya se las arreglarían para resolver. Platicaron de muchos otros temas, rieron del juego que tenían sus tres mascotas hasta que Akira le preguntó a Takanori por su celular, el castaño lo buscó en todos los bolsillos que su ropa tenía y al no encontrarlo se alteró, en ese aparato tenía registrado números telefónicos y otros archivos muy importantes. ¿¡Cómo pudo perderlo!? Ni siquiera recordaba un posible lugar donde lo hubiera dejado olvidado, estaba que se tiraba de los cabellos.


─ Tranquilízate, Taka. ─


─ ¿¡Cómo quieres que me tranquilice, Akira!? ¡Ahí es donde guardo todo! ¡Ahí están registrados todos y cada uno de los planes a futuro! ─


─ Yo tengo una copia en mi celular y computadora también, no te preocupes. ─ posó su mano acariciando su espalda.


─ También ahí guardo archivos personales, Akira, que no creo poder reemplazar o recuperar. ─ sus ojos se empañaron por las lágrimas que querían salir.


“Vaya, deben ser muy importantes para él si está a punto de llorar.” pensaba el rubio.


─ Hey, cálmate. Usa mi celular y llama al tuyo, seguramente alguien lo encontró y… esperemos que sea buena persona y te lo regrese. ─ le ofreció su celular que tenía como fondo de pantalla a sus dos aves.


─ Gracias, Aki. ─ respiró profundo calmándose y tomó el aparato. ─ ¿Eh? Este no es el celular que yo te había visto. ─ lo revisaba en sus manos.


─ Lo cambié hoy antes de que llegaras, luego de llamarte el otro se me cayó dentro del vaso de agua que estaba tomando y sufrió una falla. ─ rió nervioso y agitaba una mano como quitándole importancia al asunto.


─ No sé por qué no me sorprende. ─ suspiró ─ No es como si hubieras intentado ver si flotaba o si era a prueba de agua, ¿no? ─ dijo sarcásticamente y negó con la cabeza.


─ Bueno, admito que me daba curiosidad. ¡Pero no fue por eso, en serio fue un accidente! ─


─ Sí, claro, te creo. ─ le dio el avión.


     Marcó a su propio número telefónico activando el altavoz para que ambos escucharan, pronto atendieron la llamada, volteó con ojos esperanzados hacia el rubio, este le sonrió.


     Descubrió que fue un hombre quien había encontrado su celular, la voz de este era menos grave que la propia, era suave pero firme; el otro hombre le dijo que aún se encontraba en el parque en el que había olvidado el objeto y que lo esperaba para regresárselo, ambos amigos sonrieron ya que al parecer era una buena persona, Takanori le aclaró que en ese momento no le era posible acudir ya que se encontraba muy lejos y era algo tarde, entonces acordaron reunirse en el mismo lugar a cierta hora, el castaño preguntó por el nombre del otro hombre “Tanabe Yutaka”, no le sonaba mal, se dijeron algo que les ayudara a identificarse más rápido que sus nombres y hasta el final Takanori dio su propio nombre.


─ No se escucha como alguien malo. ─ comentó luego de haber terminado la llamada.


─ Podría intentar hacerte daño. ─


─ No lo creo, Akira. ─


─ De todos modos te acompañaré y hoy dormirás aquí. ─ así dio por terminado el tema. ─ ¿Qué te apetece cenar? ─ se dirigió a la cocina.


─Bien. No lo sé, tal vez espagueti no estaría mal. ─


─ Pizza será, entonces. ─ apareció muy sonriente con una gran caja de pizza entre sus manos.


─ No entiendo para qué me preguntas si de todos modos ya tenías esto. ─ tenía el ceño fruncido pero tomo un trozo de la pizza


─ Pregunto por cortesía. ─ comieron juntos la gran pizza entre discusiones y bromas hasta que decidieron ir a dormir.    


     Takanori guardaba ropa en casa del rubio porque había ocasiones (como esa) en las que se quedaba hasta muy tarde y se quedaba a dormir, (a Akira no le gustaba que anduviera tan noche caminando o en taxi por las calles) así qu no tendría problemas al día siguiente y podría ir vestido cómodo al encuentro.

Notas finales:

¡Gracias por haber dado click y leer!


¿Qué les pareció?


* esperpento: Persona o cosa notable por su fealdad, desaliño y rasgos grotescos. (No es que esté insultando a Ruki, es sólo un insulto “necesario” en el fic xD)


-Sentí que este cap trató más sobre Koron que de Ruki xp


-Hubo fanservice Reituki (*u*)


-¿Qué piensan de que Ruki tenga ropa en casa de Reita? Yo sé más razones que las ya mencionadas ¬u¬


He pensado en hacer una sección en las notas donde aparecerá uno de los chicos acompañándome e interactuará con ustedes, si quieren, pueden dejar cualquier pregunta sobre o no el fic. En algunos caps será algo así como un Backstage de la escena que leyeron. ¿Les gusta la idea?


*detrás de la autora que habla mucho, se puede observar a Kai comiendo directo de un recipiente de mayonesa*


Bueno, eso es todo.


¡Nos leemos!


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