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The Nerd's Trouble por Killer Cobain

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Notas del capitulo:

Por algunas cuestiones de las que no sabría explicar, mi cuenta ahora es "Jolene Turner" y pues lo había olvidado jejeje 

Busquenme en Wattpad como "Jolene Turner" o "Jolene Turner 75"

Si no les aparece, pueden contactarme por Facebook como Berenice Cardona Morales 

Aquí el tercer capítulo. 

Pasen y lean, y dejen sus bellos reviews jejeje 

Recuerden, "Jolene Turner" 

Estaba haciendo un frío que calaba en los huesos, pero para la comodidad de Johnny, este llevaba una gruesa chamarra calentita. Era una lástima que la calefacción del auto no funcionara. 

Aparcó el auto unas 6 calles más atrás de la dirección que Derek le había dado, solo porque conocía un poco esa zona de la ciudad y sabía que no era el lugar más seguro. Así que cerró con seguro, y caminó en medio del frío a la casa de esa tal Rebecca (o así le dijo su amigo que se llamaba). 

Llegó a la casa de la chica, un tanto preocupado y asustado de la horrible atmósfera que tenía ese barrio. Tocó el timbre, parado frente a la gran reja blanca y con las manos embutidas en los bolsillos de los deslavados vaqueros negros. 

Vio salir a una guapa universitaria de hermoso cabello rojo en bata de dormir y detenerse en el pórtico de su casa. 

— ¿Puedo ayudarte? —dijo la bonita pelirroja viendo a Johnny con desconfianza. 

— ¿Tu eres Rebecca Shoreline? —Preguntó el chico de feos lentes negros—Soy amigo de Derek Carson. Se supone que el dejó una mochila llena de su equipo de béisbol aquí y como su auto se averió, me pidió que viniera por ella —dijo antes de que la chica lo tomara por idiota al responder una pregunta con otra pregunta. 

—Oh sí, por supuesto. Espera aquí mientras lo traigo —la bonita chica entró devuelta a su casa y no pasó demasiado hasta que regresó. 

Entonces esta vez fue hasta la reja y se lo entregó. No sin antes darle una descarada mirada de pies a cabeza al joven nerd frente a ella.

—Así que ¿eres amigo de Derek? —dijo Rebecca con voz suave, mientras le daba la mochila. 

—Si ¿Por qué? —respondió él, mirándola con sospecha. 

—Que sorpresa —dijo ella con un poco de burla acentuada en sus bonitos ojos verdes y una risita nada inocente. 

Johnny la miró con molestia ¿Qué estaba tratando de decir? 

—Como sea. Saluda a Derek de mi parte… —la chica habló con cierta duda.

—John, me llamo John —respondió él ante la implícita pregunta. 

—Hasta luego, Johnny —dijo Rebecca con una sonrisa más amable y se dirigió de vuelta a su casa. 

Johnny no hizo nada más que sonrojarse un poco y se dio la vuelta, un poco molesto, pero contento por poder largarse de una vez a su casa. 

Estaba a tres calles de llegar a su auto, cuando un fuerte estruendo en el callejón junto al que pasó le llamó la atención. 

Volteó discretamente, sin ánimos de meterse en problemas, y encontrándose con una aterradora escena. 

Al fondo de ese oscuro callejón, apenas iluminando por los postes de luz que había en las calles de ambos extremos, unos tres enormes tipos con pinta de delincuentes molestaban a alguna pobre chica. 

Los tres estaban alrededor de ella, y alcanzó a ver como uno de ellos metía su mano desvergonzadamente bajo la blusa de la chica. 

Bien pudo haberse echado a correr como todo un cobarde para luego llamar a la policía y tratar de aliviar el sentimiento de culpa que lo acosaría después.

Pero entonces notó algo aún peor. 

La víctima no era una chica, era un chico. 

Y ese chico era su amado Jude Black. 

Su mente quedó en blanco durante una fracción de segundo, para luego llenarse de cientos de preguntas confusas. 

¿Qué estaba haciendo Jude Black en medio de la noche, en ese asqueroso lugar y siendo atacado por pandilleros?

Fue entonces que vio claramente como uno de esos grotescos gorilas metía la mano en su pantalón, que reunió toda la valentía que no tenía y en un acto heroicamente estúpido, soltó la mochila de Derek y salió corriendo hacia ese montón de delincuentes. 

Ni siquiera pensó en que cualquiera de ellos podía estar armado. 

Tacleó a uno de los tipos que cayó al suelo, mientras los otros dos y el propio Jude lo veían con sorpresa. Para su sorpresa, notó que le sacaba por lo menos 10 centímetros de ventaja a cada uno de ellos. 

— ¿Quién mierda eres tú?—dijo uno de los bravucones justo antes de salir disparado contra Johnny con un puño en alto. 

"Recuerda las clases de defensa personal que tomaste durante tantos jodidos años, estúpido otaku“, se dijo el nerd un momento antes de atrapar el puño del chico en alto y darle un potente rodillazo en el vientre que lo dejó sin aire y un duro golpe en la mejilla con todos los nudillos de la mano derecha. Notó cómo el tipo escupió sangre y un par de dientes, para acabar quejándose en el suelo junto a su amigo. 

Johnny se dio la vuelta justo a tiempo para atestar un fuerte puñetazo en la cara del último de ellos, rompiéndole la nariz en el acto. 

Jude permanecía pegado a la pared, viendo la escena con sus bonitos ojos púrpuras cargados de una mezcla de terror y completa sorpresa hacía su repentino salvador. 

Pero Johnny no contó con que el otro chico no se detendría a quejarse del punzante dolor. Lanzó un par de puñetazos a Johnny, quien distraído por Jude, los recibió de lleno en la cara. Uno fue directo a su labio inferior y lo partió contra la dureza de su dentadura y el segundo contra su mejilla izquierda. Pese al agudo dolor en ambas zonas, el joven nerd no se dio por vencido. 

No mientras Jude siguiera ahí, frente a él.

Soltó un nuevo golpe que dio directo a la mandíbula del joven, provocando que se mordiera la lengua violentamente y una cierta cantidad de sangre brotara de entre sus labios. Dio un par de pasos hacia atrás.

Prontamente, el tipo saco de uno de los bolsillos de su holgado pantalón, una brillante navaja con mango de falso marfil que empuñaba con habilidad y se lanzó contra Johnny. 

El nerd se había distraído nuevamente al voltear a ver a Jude para asegurarse que estaba bien, lo que le dio suficiente tiempo al pandillero para acercar la navaja a él. Pero el aturdimiento de los poderosos golpes en su cara le impidió enterrar de lleno los casi 15 centímetros de afilado metal en el vulnerable estómago de Johnny. Solo logró arañar y abrir una larga herida en su antebrazo izquierdo y parte de su pecho. 

Johnny soltó un quejido, para luego inmovilizar la mano con la navaja y volver a golpear al tipo en la cara, quien está vez cayó al piso junto a uno de los tipos que ya comenzaba a ponerse de pie. 

— ¡Mierda! —chistó Johnny de repente, antes de tomar a Jude en brazos y salir corriendo de ahí. Agradecía que el muchacho fuera ridículamente liviano. 

Salió corriendo por el otro lado del callejón e incluso le dio tiempo de tomar la mochila de Derek y continuar su desesperada carrera por salvar el trasero de Jude y suyo. 

Jude no decía nada, solo permanecía aferrado al cuello del muchacho que lo sostenía por sus amplias caderas con un brazo (tal y como cargarías a un niño). El chico solo atinó a ruborizarse cuando sintió la mano del chico agarrar su carnoso muslo. 

— ¡No te asustes, estamos por llegar a mi auto! —gritó en un inútil intento de relajar al chico, siendo que él estaba más asustado que el propio Jude. No necesitaba voltear para saber que dos de esos chicos los estaban persiguiendo, aunque ellos iban mucho más adelante y Johnny era sorprendentemente rápido (algo le había servido correr tanto durante su infancia para salvarse de tremendas palizas). 

—Sí, por supuesto —dijo Jude, sonriendo conmovido ante el obvio y fallido intento del muchacho de feos lentes por calmarlo —Estoy bien.

Pronto se vieron frente al auto y con una destreza digna de un escapista, Johnny abrió la puerta, arrojó a Jude en el asiento del copiloto, corrió al otro lado del auto, entró y arrancó este para entrar de lleno a la calle. 

Escuchó el rechinar de las llantas contra el pavimento de un auto que tuvo que frenar de repente para no estamparse contra él no tan bonito Ford Mondeo de Johnny, pero sinceramente, no le importó. 

Manejó bastante tenso un par de kilómetros hasta que logró tranquilizarse y dejó de apretar el volante cómo si se fuera a caer en cualquier momento. 

Incluso volvió a caer en cuenta de que Jude Black estaba sentado dentro de su auto. Volteó a verlo y notó que el dulce muchacho se frotaba los brazos, pegando sus rodillas a su pecho. Debía estar helándose. 

Estacionó el auto junto a una tienda de autoservicio y salió rápidamente, dejando a Jude dentro del automóvil y con la llave pegada al contacto. No la pasó por la cabeza que el chico pudo haber robado su auto, pero eso era algo ridículo. Regresó con un café con crema caliente, se quitó su gran chamarra y tendió ambos al joven pelinegro. 

—Ten —dijo secamente, con la cara adolorida y roja por el frío y el viento. Ni siquiera le importaba la sangrante herida de su pecho y brazo—Lamento que la chamarra tenga sangre, pero aún sirve para el frío —esbozó su mejor sonrisa amable. 

Jude le miró con ternura y aceptó ambas cosas con una sonrisa. 

—Gracias —dijo el con voz baja. 

Johnny sonrió aún más sonrojado y regresó al auto. Por alguna razón, pese a las heridas de su cara, brazo y pecho, se sentía infinitamente pleno.

Nada le importaba demasiado en ese momento. Solo Jude y él. 

Notas finales:

¿Qué les pareció? ¿Les gustó? ¿Lo odiaron? ¿Qué tal la pelea? ¿Muy chafa? :'v 

Bueno, pueden contestarme eso en los reviews. Todos los reviews constructivos son bienvenidos :3 

Recuerden, estoy en Wattpad como "Jolene Turner"

Nos vemos, gracias por leer :3 


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