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The Nerd's Trouble por Killer Cobain

[Reviews - 184]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

Oh, my gosh! 

Ya estamos en el capítulo nueve y con casi 1000 leídas? Hombre, y yo que creí que no pasaría de las 100 X'D 

Agradezco a todas esas personas que leyeron mi fanfic, hayan comentado o no. Se los agradezco porque me hacen sentir que puedo seguir con esto durante un rato. Es genial :') 

Pero sigo insistiendo en que dejen review e.e

Dejando eso de lado, nuevamente, este capítulo no es uno que presente cosas muy interesantes o importantes. Un par de detallitos que quería aclarar y se podría considerar un especie de "relleno" o algo así. Pueden leerlo, o esperar el siguiente. Tengo tres horas casi exactas para escribir el siguiente capítulo, porque de hecho ya tengo mucha idea de lo que pasará y estoy algo ansiosa X'D 

Lamento si no he contestado todos los reviews, pero es que estaba algo ocupada y no pude. Lo haré en un rato, lo prometo u.u

Y de nuevo, malas noticias

Pues resulta que esos cursos a los que tenía que ir antes del inicio de la escuela se alargaron una semana más y el propio regreso a clases se adelantó otra semana, por lo que es un adiós a mi tiempo libre. Así que se tendrán que acostumbrar a las publicaciones en la tarde (o noche) y a que no pueda responder reviews tan rápido como antes. Sorry :c 

Sin más, los dejo con el capítulo (aunque se lo pueden saltar y esperar el siguiente e_e)

"Personal Jesus" de Depeche Mode sonó a todo volumen en su teléfono. Alguien le estaba llamando. 

Abrió los ojos con sumo fastidio, se talló los párpados con el puño un poco, bostezó, se puso las gafas y contestó. 

— ¿Hola? —dijo todavía entre bostezos, acostado boca abajo sobre la cama y la cara casi hundida en la esponjosa almohada azul. La arrugada manta apestosa a colonia para hombres le cubría toda la espalda. Había dormido bastante incómodo porque en un ridículo intento de que no se le notara la erección, había dormido con los vaqueros puestos. 

—Oye viejo, solo quería preguntarte si irás al juego de hoy —dijo Derek del otro lado de la línea con un tono que sonaba a que el energético universitario ya estaba bien despierto. 

—No lo sé, hermano. Jude sigue aquí y tengo que llevarlo a un lado por algo que olvido —decía con toda la intención de colgar y seguir durmiendo. Él no era un tipo muy agraciado, y se vería mucho peor con un par de horribles ojeras negras. 

—Oh, sí, Jude… —repentinamente sonó bastante desanimado, pero eso pasó por alto para el somnoliento Johnny —Tal vez puedan venir, el partido empieza a las 8:45, así que probablemente tengan tiempo.

— ¿Qué hora es? —preguntó sin darse siquiera cuenta que él mismo tenía un teléfono con reloj en la mano, pegado a la oreja. 

—Las 7:25 a.m. —de verdad que a Johnny le dieron ganas de estrangular a Derek cuando lo escuchó decir la hora. 

—Ok, veré si podemos ir. Le preguntaré a Jude si quiere ir o no. Adiós Derek —no le dio tiempo de despedirse y colgó el teléfono, de forma algo grosera. 

Rodó sobre sí misma y quedo boca arriba, con la cobija en vuelta en torno a su estrecha cadera y con el antebrazo derecho cubriendo sus ojos. Entonces cayó en cuenta de algo importante: 
Jude ya no estaba en la cama. 

Se levantó de la cama apresuradamente, cayendo al suelo por las sábanas enredadas en sus piernas. Todo el golpe hizo eco en las múltiples heridas de su cara y cuerpo. 

— ¡Mierda! —chistó tan irritado cómo adolorido. Volvió a levantarse rápidamente, solo para caerse de nuevo y casi desnucarse contra la silla cubierta de ropa hasta el tope junto al armario. 

— ¡Soy… un p-pedazo de… imbécil…!—mascullaba furioso consigo mismo mientras forcejeaba con las sábanas que atrapaban sus piernas. 

En cierto momento un fuerte sonido de desgarro asaltó sus oídos y supo que acababa de romper la jodida cobija. 

Bufó escandalosamente, se levantó de un potente salto, aún con la cobija desgarrada alrededor de sus piernas, y usando su fuerza bruta sorprendentemente grande, arrancó la sábana rota de su cuerpo. Un nuevo desgarre se escuchó en la habitación y simplemente murmuró un "Vete a la mierda" entre los dientes, y salió de ahí con un fuerte portazo. 

Todo el sueño y pereza que había sentido se desvaneció en un una maldición furiosa. 

El típico sol temprano del invierno próximo lanzaba sus brillantes rayos a través de las múltiples ventanas de la casa y Johnny sentía que se le fundían los ojos de tener que soportarlos.

Buscó a Jude en el baño y en el resto de las habitaciones de la planta alta (pese a que las otras dos estaban cerradas con llave), pensando en que probablemente ya se había ido a su casa, o peor aún, de vuelta a ese horrible barrio para buscar su bolso-mochila. 

Pero no. Al bajar los peldaños de madera alfombrada como un poseso, incluso bajo el pelinegro de rodar escaleras abajo, se encontró al apacible Jude Black, aún en ropa interior y con su delgada blusa, bebiendo una taza de café y leyendo el periódico que el chico repartidor dejaba en el patio todos los días. 

Incluso el buen Bonham estaba despierto, comiendo un tazón de croquetas que seguramente Jude había servido para él. 

— ¿Jude? —llamó en voz alta, caminando hacia él.

— ¡Johnny! Buenos días, espero que no te moleste que haya alimentado a Bonham, el pobrecito estaba lloriqueando hace un rato y supuse que tenía hambre —decía Jude con una amplia sonrisa en el rostro y sosteniendo la taza de "The Best Father" en una mano —También me hice un poco de café y deje en la jarra para que te sirvieras.

Johnny sonrió enternecido por la adorable personalidad de Jude, mientras este solo regresaba la vista a la sección de reseñas de cine en el periódico. 

Johnny caminó a los aparadores, sacó su taza favorita (la negra con el logo de The Beatles grabado) y procedió a servirse un poco de café humeante. 

— ¿No tienes hambre? Anoche ninguno cenó y se me olvidó ofrecerte cuando Derek vino —dijo Johnny, apoyándose contra la remesa de la cocina. Jude sonrió mientras leía el periódico. 

— ¿Cocinarás algo tú mismo? 

Johnny soltó una risilla nerviosa. La última vez que trató de cocinar algo, la mesa de la cocina tuvo que ser remplazada junto con gran parte de la loseta y pintura. 

—Mi madre dejó comida hecha en la nevera y solo es cuestión de calentarla en el microondas.

Jude dejó el periódico sobre la mesa, apoyó su codo izquierdo sobre esta y su cabeza en su mano. Su mirada juguetona se posó sobre el rostro poco atractivo de Johnny, antes de sonreír un poco, cerrar los ojos y dar un largo trago al café; 

—Pues si no te molesta, me encantaría desayunar contigo. 

Johnny se sintió desmesuradamente cohibido. Esa forma de mirarle y hablarle, con una sensual cadencia provocativa que no sabía si era consciente o a propósito, lo estaba volviendo loco. 

Con su típico sonrojo que podría notarse a kilómetros, le dio la espalda a Jude torpemente y casi tirando su taza de café al suelo. 

— ¿T-te gustaría c-c-carne con puré de papas y ensa-ensalada? —estaba a punto de morderse la lengua de lo ridículamente nervioso que estaba otra vez. 

—Para mí está bien lo que sea, en realidad —dijo Jude riéndose por la cómica actitud de Johnny.

El pobre Johnny no tenía idea de que le agradaba a Jude porque él pensaba que era graciosamente extraño y muy adorable. Pero Jude tenía la suficiente consideración para no admitir tal cosa. 

Johnny sacó el enorme recipiente Tupperware de su madre, lleno de carne, puré y ensalada, para calentar la comida. 

Las manos le temblaban tanto y se sentía tan imbécil (otra vez) que terminó rompiendo dos platos, una taza y tiró un poco de comida al piso. 
Jude se reía a carcajadas sin intenciones de ser grosero, pero demasiado divertido por la torpeza de su nuevo amigo. 

— ¡Eres muy gracioso, Johnny! —gritó Jude efusivamente, mientras se frotaba el estómago, adolorido de tanto risa. 

Johnny infló los mofletes, sonrojado hasta la médula y con el ceño fruncido bajo el puente de sus gafas empañadas. 

Su expresión solo provocó otra oleada de carcajadas en Jude. Al final, ambos terminaron riendo juntos mientras desayunaban. 

—Tu madre cocina genial, Johnny —dijo el pequeño muchacho, casi atragantados con la jugosa carne y el resto de la comida. 

—Sí, es bastante buena para la cocinar, decorar y organizar bodas —dijo Johnny con una sonrisa nostálgica. Extrañaba un poco a sus padres no los vería dentro de un par de semanas. 

— ¿Tu madre es organizadora de bodas? —Jude se le quedó viendo fijamente, con la curiosidad brillando en sus redondas orbes púrpuras. 

—Lo es. Tiene su propia agencia, y le va bastante bien. Ella misma organizó su boda con papá —dijo muy sonriente. Su madre se tomaba su trabajo muy en serio, pero lo disfrutaba mucho y eso era grandioso en opinión de Johnny. 

— ¿Y tu padre? —Jude se acostó sobre la mesa después de acabar el desayuno. A ojos de Johnny, parecía un niño pequeño que quería escuchar un cuento. 

—Él trabaja en la Editorial Colour Shadows*, ¿la conoces?

—Oh, sí. En ella hacen muchas rendiciones de libros famosos, pero sus traducciones y diseños de portada son geniales. Además, les dan muchas oportunidades a autores y dibujantes de cómics independientes.

—Exacto. Mi padre es editor en jefe en el departamento de literatura. Es así como consigo tantos libros, más los cómics y mangas que otras editoriales le regalan para mí.

— ¿Cómo se llaman tus padres, Johnny?

—Maxwell White y Catherine Grace, aunque claro que ahora es Catherine White. 

— ¿Y tú por qué te llamas John?

— ¿Qué?

Jude se levantó de la posición en la que estaba y se irguió completamente sobre la silla. Mantenía el mentón en alto y sonrió cariñosamente. 

— ¿Por qué tus papás te llamaron "John"?

— ¿Eso es relevante de alguna forma? 

—Quizás —dijo aun sonriéndole.

Johnny alzó una ceja, nuevamente confundido. Comenzaba a creer que Jude tenía alguna mística habilidad para dejarlo desconcertado y asustado, con sólo una palabra suya. 

—Creo que es casi por la misma razón por la que todos mis tíos paternos, mi abuelo y mi padre comenzaron a llamarme "Johnny" apenas nací —dijo dando el último bocado a su carne. Tragó rápidamente. 

— ¿Por qué? —su expresión se había vuelto graciosamente seria. Como un niño que intenta asemejarse a un adulto. 

—Porque a todos les gusta Johnny Cash.

Se miraron a los ojos durante 35 segundos exactos. Johnny le dio un discreto trago a su taza de café. Entonces ambos se echaron a reír. 

Johnny revisó el reloj de la cocina, mientras reía y comprobó que apenas eran las 8:00 exactas de la mañana. Le habría gustado seguir durmiendo, pero se la estaba pasando muy bien con Jude, aunque solo estuvieran desayunando juntos. 

Sin querer, una punzada de profunda compasión atenazó su estómago al pensar que probablemente esa era la primera vez que Jude se estaba riendo realmente con alguien a quien consideraba su amigo.

Y eso lo hizo sentir aún peor con respecto a revelar sus verdaderos sentimientos. ¿Qué pasaba si Jude se incomodaba? Su único amigo sería molesto para él y regresaría a estar solo. 

Aquello era lo último que quería para él. 

—Oye, ¿Aún quieres que vayamos a buscar tu mochila? —preguntó mientras se ponía de pie para llevar los platos y cubiertos sucios al fregadero. 

— ¡Oh! ¡Por supuesto! Debería ir a ponerme los pantalones. ¿Me dejarías lavarme el cabello? Y también ¿no tendrás un cepillo dental que te sobre? Es que obviamente no tengo el mío y necesito lavarme los dientes, y todas esas tonterías —declaró de forma apresurada, levantándose casi de golpe de la mesa. Reía levemente apenado por sentirse un poco fastidioso por pedirle todo eso a Johnny. 

Luego giró sobre sus talones y se echó a andar con dirección a las escaleras.

—Ah, claro... Sobre eso, verás… —empezó a hablar Johnny, frotándose la nuca con una mano. Iba a pedirle a Jude que fuera con él al juego y en su mente, sonaba cómo una petición para una cita. 

— ¿Sucede algo? —Jude dio un giro rápido y grácil, sonriendo cariñosamente. 

Johnny volvió a ruborizarse. Suspiró profundamente y levantó la cara, la cual mantenía en bajo, con la vista fija en la mano que sostenía su taza de The Beatles. 

Estaba parado tranquilamente junto al fregadero de la bonita cocina, y su enorme altura y corpulencia, le daba la impresionante apariencia de un mítico gigante apacible. 

—Bueno, hace un rato Derek me llamó al celular y volvió a invitarme a su partido de esta mañana, que será a las 8:45. Y pues, yo quería ir y me preguntaba si no te importaría…

Pero Jude lo interrumpió antes de que pudiera acabar. 

—Oh, entiendo… —dijo con una mueca un tanto decepcionada —Supongo que puedo ir yo solo y pues, regresar a casa a buscar a Page. El pobre debe estar hambriento… —río ligeramente —Está bien, Johnny, yo… 

—No me refería a eso —terminó diciendo, mucho más serio de lo que quería parecer. 

— ¿Entonces…?

—Quería preguntarte si no te importaría ir conmigo —cambió radicalmente su voz y rostro, ahora mucho más ofuscado y avergonzado. Su cara se había puesto roja otra vez, y Johnny podía notarlo por el calor de su piel. Eso lo irritaba sumamente. 

Jude también cambió la expresión en su dulce cara, pasando de la aflicción al enternecimiento. 
— ¿Cómo una cita? —dijo con un obvio tono de broma. 

Si Johnny ya tenía la cara caliente por el simple hecho de pedirle que lo acompañara, ahora debía estar ardiendo en fiebre y vergüenza. 

Por un momento, extrañó mucho más a Rose y Danny, que siempre habían sido mucho más extrovertidos de lo que él jamás pudo ser desde niño hasta adolescente. Ellos eran siempre los que hacían las cosas acerca de socializar, por él. 
—Es decir, ahora somos amigos ¿no? Y los amigos van juntos a lugares, como el cine, restaurantes de comida rápida o juegos de béisbol. Por supuesto que no es una cita — ¿No le era más fácil decir que en realidad quieres salir con él en vez de dar una ridícula explicación cliché? Por algo sus calificaciones no pasaban del 8.5

Quiso golpearse la frente contra la mesa de madera hasta quedar inconsciente o morir desangrado. Lo que pasara primero. 

Pero se entonces se encontró con la mirada seria de Jude, fija en su cara, y quedó sencillamente sin aliento. 

Jude le veía de forma muy extraña. Estaba parado al pie de las escaleras. Su cabello estaba ligeramente revuelto, con las puntas purpureas bailando alrededor de su fino mentón y las manos colgando a cada uno de los lados de sus voluptuosas caderas. 

Si Johnny parecía un gigante amable de pie, Jude se asemejaba más a una especie de aparición divina. "Mal momento para ser ateo" se dijo Johnny mentalmente.

Su mirada, brillante e inteligente, le atravesaba completamente. Y por un segundo, solo un pequeño segundo, creyó que esa delirante expresión, resultaba expectante. 

Como si esperara algo más de él. 

— ¿Pasa algo malo? —le preguntó. 

—Nada en absoluto —contestó el chico pelinegro, sin más. Comenzó a subir las escaleras elegantemente—Ayer que lavaste mi ropa, en mis pantalones estaban mi celular y mis llaves ¿las dejaste en algún sitio? 

—En un pequeño mueble de madera que está en el pasillo hacía mi habitación. 

—Gracias.

Vio a Jude alejarse, y una sensación de pesadez se instaló en su estómago. De alguna forma, sintió que había echado a perder algo que desconocía. 

—Jude… es raro. 

Notas finales:

A escribir el siguiente capítulo! 

Podré terminarlo a tiempo! Lo se! 

Aunque sean las 10 de la noche y me muera de sueño! 

No, es broma (Jessica y Dan me dijeron que tenía que descanso y eso haré solo porque ellos me lo dijeron e_e)

Pero si lo terminaré, tengo muchas ganas de publicarlo, porque ahí aparecerá nuevamente un personaje que me encanta <3

Gracias por leer! :D


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