—Jimin me mandó un mensaje, dijo que está bien y que no nos preocupemos, nos espera en la empresa. —anunció el líder al resto del grupo cuando estaban subiendo a la camioneta que los dirigía a Big Hit.
—Cuando vea a ese mocoso me escuchara…—susurró furioso el mayor de todos.
Suga se encontraba mirando el paisaje que la ventana del vehículo le otorgaba, por sus auriculares se escuchaba la última canción de Epik High, se lo veía tranquilo, apreciando la vista, pero eso solo era una fachada. El rapero tenia miles de sentimientos encontrados hacia Jimin, preocupación, enojo, confusión, tristeza, impotencia. Claro que ni siquiera todos esos juntos le ganaban al amor. El amor que sentía hacia el rubio era tan inmenso que estaba seguro que cuando lo viera, se le olvidaría todas las malas palabras y maldiciones que iban a ir dirigidas hacia él por hacerlo preocupar así y perder sus valiosas horas de sueño, porque al verlo bien, sentiría calma en su corazón, alivio y felicidad, pero sobre todo, amor, amor del cual sabía que ya no podía negar más; había entendido por las malas en una de sus noches de insomnio, lo importante que es el menor para él, el enojo que sintió al ver que este no le respondía la llamada y la impotencia de no saber nada de él.
¿Era un idiota? Tal vez, porque solo los idiotas se daban cuenta de lo que pasaba cuando algo malo ocurría, porque si, que Jimin no haya aparecido en toda la noche por más que mirara la puerta de entrada del departamento con ojos amenazantes, y no se le haya ocurrido pasar por la sala de ensayo para decirle que se largaran de ahí, esta situación era mala, no le gustaba para nada y se lo haría saber a Jimin, aunque por dentro tenga muchas ganas de abrazarlo y mimarlo. Él es Min Yoon Gi, no podía caer tan fácil.
—Hey, Suga, ¿piensas bajarte de la camioneta en algún momento? —
Yoon Gi salió de sus pensamientos al escuchar la voz de su amigo, ya habían llegado a la empresa.
—Oh, no me digan que ya paso a la etapa en donde puede hasta dormir con los ojos abiertos. —comento sorprendido J-Hope.
—Y yo pensé que ya habías pasado la etapa de decir la peor estupidez hace mucho tiempo, que equivocado estaba. —le contraataco el rapero, saliendo de la camioneta para dirigirse hacia el edificio con el resto de los miembros.
Se dirigieron a la sala de prácticas directamente, ya que Nam Joon le había dicho a Jimin que los esperara allí. Grande fue su sorpresa al no encontrar a nadie.
—¿Y ahora en donde se metió el mocoso? —
—Tranquilo hyung, debe estar viniendo. —
Al terminar de decir eso, la puerta fue abierta. Los miembros voltearon a ver y se encontraron con el cantante recién salido de la ducha.
Su pelo estaba húmedo y caía por su frente hasta taparle la mitad de sus ojos, pequeñas gotas de agua resbalaban por su cuello y clavícula, perdiéndose en su torso, la piel brillante y un poco bronceada resaltaba sus fornidos brazos, las venas se le marcaban en el brazo que sostenía el pomo de la puerta, su mirada profunda y cansada solo lo hacía verse mejor.
O eso es lo que pensó Suga al ver a Jimin, y ese pensamiento solo le hizo saber que estaba perdido… jodidamente perdido por el recién llegado.
—¡Yah! ¿Qué pensabas al desaparecer toda la noche? —un leve golpe en la nuca por parte de Jin, hizo que Jimin desviara la mirada desde Suga hacia el mayor de todos, haciendo una pequeña reverencia que dejo confundidos a todos.
—Perdón por preocuparlos, no me di cuenta de la hora cuando ensayaba. Disculpen si no atendí sus llamadas, me quede dormido en la madrugada y deje mi celular en silencio. —
“Bien Jimin, sigue así, solo di lo que memorizaste en la ducha y todo estará bien” se repetía una y otra vez el cachetón en su mente. Mentirles a sus compañeros le dolía y lo hacía sentir muy culpable, pero no quería que se preocuparan más por él, realmente no se lo merecía.
—¿Entonces dormiste acá? —intervino Nam, escaneando con su mirada al menor, y ganándose una mirada furiosa de YoonGi sin notarlo.
—Así es hyung, cuando te envié el mensaje recién había despertado. Después de eso fui a darme una ducha, como puedes ver. —
La conversación fue interrumpida por V, que se le había lanzado encima a Jimin y lo había derribado, quedando sentado en el cuerpo del mayor y este tirado en el suelo, sin poder levantarse.
—¿Tae? ¿Qué te sucede? —le preguntó sorprendido.
—¿Por qué no me dejaste quedarme contigo? ¿Por qué no me llamaste? ¿Por qué no respondiste ninguna de mis llamadas? ¿Qué clase de mejor amigo eres? ¿Por qué haces que me preocupe así? —
Miles de preguntas por parte de Tae lo bombardearon muy rápido, llegando a comprender muy poco, pero sintiéndose culpable al ver las ojeras en la cara de su amigo y esa mirada de preocupación mezclada con enojo.
—En verdad soy un idiota. —dijo apenas audible. ¿Cuántas veces se había dicho eso en las últimas 24 horas? No lo sabía, pero lo que si sabía era que darse cuenta de eso, no lo iba a ayudar en nada, seguía siendo un idiota, y un idiota en escala cabe mencionar.
Una gota en su mejilla lo hizo reaccionar, al mirar hacia arriba vio que Taehyung estaba luchando por retener las lágrimas que querían salir de sus ojos, le partió el corazón ver eso. ¿En verdad había llegado a tal punto de hacer llorar a su mejor amigo? Todo esto era un desastre, su situación no mejoraba, ahora no solo empeoraba las cosas para él, sino también para sus compañeros. Toda esta situación lo sofocaba, quería irse de allí, tal vez ir a la playa, a un parque, o un café, no lo sabia con exactitud, solo quería huir y desaparecer un momento, quería tener tranquilidad, paz y cero preocupaciones… pero a pesar de que su mente le gritara que empuje al chico que se encontraba encima suyo y corriera hacia afuera del edificio, su cuerpo solo reacciono agarrando al chico por la camisa y tironeándolo hacia el para envolverlo en un fuerte abrazo cálido, lo más cálido que podía brindarle en ese momento.
—Perdón, perdón, perdón…—era la única palabra que salía de su boca, quería disculparse con el menor y decirle que no lo haría más, que era un idiota y no merecía su preocupación, mucho menos su amistad, que estaba cansado de todo y por eso no volvió en toda la noche al departamento, que él era un buen amigo por seguir soportándolo. Pero, en vez de eso, solo se dedicó a decir esa palabra mientras le acariciaba los cabellos al menor y este hundía su cabeza en el cuello del mayor, aspirando su aroma y calmándose poco a poco.
Los demás miembros solo miraban la escena en silencio, sintiéndose impotentes por no poder hacer nada, solo querían que todo esté bien, ya ni si quiera querían regañar al cantante.
—Bien… Lamento interrumpirlos chicos, pero no se pueden quedar mucho tiempo tirados allí, el piso debe estar frio y pueden enfermarse. —el lado protector de Jin, hizo que los dos amigos reaccionaran y se levantaran del suelo con la ayuda del otro.
—Jimin, no vamos a retarte, solo no vuelvas a quedarte toda la noche en la empresa, o al menos avísanos, ¿de acuerdo? —
—De acuerdo Nam Joon-hyung. —
—Bien, ya que toda esta situación paso, vamos a calentar, aprovecharemos el estar acá para ensayar la última coreografía. —anuncio energético Hoseok, estando todos de acuerdo y dirigiéndose a dejar sus cosas a un costado.
—Jimin…—
La voz de Suga a sus espaldas lo sobresaltó. No sabía si quería hablar con él, realmente estaba frustrado consigo mismo por los sentimientos que tenía hacia él, pero al darse la vuelta y ver la mirada preocupada y cálida del mayor, Jimin sintió su estómago revolverse. Se dio cuenta que, aunque tratara de evitarlo, olvidarlo o ignorarlo, con solo una mirada que le dirigiría, todo su esfuerzo se iría por el caño, no podría evitarlo, estaba enamorado de Yoon Gi, y aunque el rapero no lo supiera, este lo tenía en sus manos, lo manejaba.
—¿Qué sucede hyung? —
—No vuelvas a preocuparme así otra vez. —le ordeno, tan directo como siempre, pero una de las cosas que Jimin amaba de su hyung.
—Está bien hyung, no lo volveré a preocupar así nunca más. —le respondió con un leve sonrojo.
Suga simplemente quiso revolverle los cabellos al ver esa mirada tan inocente y pura, su corazón se aceleró como si hubiera corrido una maratón. Esa mirada que era dirigida solo hacia él, provoco que ese sentimiento llamado amor floreciera más, pensando que era imposible tal cosa, es que ese enano que tenía en frente lograba causarle muchas cosas, lo confundía realmente, no sabía qué hacer. Solo se dedicó a sonreírle, quitar su mano de la cabeza del menor y dirigirse al centro de la habitación a estirar, dejando a Jimin en la misma situación que él. Sin darse cuenta ninguno de los dos del amor que transmitían sus miradas hacia unos minutos.