Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Ten hijos para esto! por Fullbuster

[Reviews - 345]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Itachi siguió a Kazuto hacia fuera del edificio sin mencionar ni una palabra de lo que había visto allí dentro, guardándose las preguntas que tenía sobre todo lo que había ocurrido, sobre todos aquellos rumores. Era su primer día en el cuerpo ANBU y no quería meterse en líos así que tan sólo siguió al que ahora era su maestro. Tenía ganas por aprender y adaptarse pronto a su nuevo puesto.


- ¿Tenemos alguna misión? – preguntó Itachi emocionado y Kazuto se giró a mirarle.


- Es posible. Nos avisarán si tenemos que hacer algo.


Al principio, Itachi se moría de ganas por empezar alguna misión aunque también le habría gustado preguntarle mil cosas a Kazuto sobre su pasado, sobre su clan, sobre todo lo que había ocurrido cuando el incidente a los Namikaze, lo que ocurría ahora en el escuadrón ANBU o incluso… le habría gustado saber la opinión que tenía sobre su tío Izuna. Quizá siempre se quedaría con aquella duda. Al ver a Kazuto sonreírle, todas aquellas incertidumbres se desvanecieron, se sonrojó y acabó apartando la mirada de él.


- ¿Quieres que vayamos a comer algo? – le preguntó Kazuto.


- Vale – le contestó Itachi algo frustrado al no tener ninguna misión a la vista - ¿Podríamos luego entrenar? Me gustaría aprender algunas cosas.


- Podemos entrenar – comentó Kazuto con una sonrisa – aunque no creo que tenga mucho para enseñar al genio Uchiha – aclaró.


- ¿Cómo conseguís esa velocidad? Ni siquiera el tío Madara ha podido superar a Minato pese a saber el truco.


- No hay ningún truco – comentó Kazuto – Supongo que Minato es el genio de los Namikaze, yo tampoco puedo igualar su velocidad.


- Pero sois más rápidos que los Uchiha.


- Son sólo kunais y sellos, es una teleportación. Puedo enseñarte a teleportarte si es lo que deseas. Quizá te sea útil en un futuro, las misiones cada vez se complican más y los ninjas están más preparados.


- Sí, quiero aprender.


- No puedo prometerte ser tan rápido como un Namikaze pero al menos, serás más rápido de lo que eres ahora.


Ambos caminaron por la villa en dirección a algún lugar para comer. Itachi seguía escuchando aquellos rumores de la gente cuando veían a Kazuto y empezaba a dudar si debía darles importancia o no. Por el momento… lo único que pudo hacer Itachi fue mirar con seriedad a todos aquellos que fijaban sus ojos en el Namikaze para que apartasen la mirada de él aunque sabía que eso no sería una solución a la larga. Ya iban a llegar al Ichiraku Ramen cuando un rumor llegó a sus oídos proveniente de unos ninjas que estaban allí sentados.


- Como lo oyes… dicen que van a soltarle, que ha pagado su castigo. Intentaron esconder todo el daño que hizo el Hatake pero la gente en el fondo lo sabe, los rumores sobre él no se pueden detener. Fingen no saber lo que ocurre pero todos saben lo que hizo.


- ¿Cómo pueden soltarle así sin más?


- Creo que hizo un trato con algún ninja de élite del escuadrón ANBU para ayudarles a encontrar al fugitivo de Orochimaru. Ya sabes que siempre fue rápido y tiene una gran habilidad para encontrar a la gente con sus perros.


- Al final se saldrá con la suya. Yo no me fiaría de él.


- ¿Crees que el Namikaze volverá corriendo a su lado al enterarse? – se río uno haciendo reír al compañero.


- Ese chiquillo es capaz de cualquier cosa aunque dicen que su relación con Izuna es bastante sólida.


- Izuna está muy ciego si no ve las intenciones de ese chico, sólo le utilizará.


Kazuto al escuchar todo aquello simplemente se giró comentándole a Itachi de buscar otro sitio o de ir a entrenar. Aún no podía comprender la gravedad del asunto y pensó en contárselo a su tío pero no estaba seguro de si aquellos hombres decían la verdad o no. Nunca había visto a Kazuto como alguien que estuviera con su tío por interés, de hecho ni siquiera veía qué interés podía tener en él. ¿Que le protegiese? No podía ser eso porque aquí estaba, en un escuadrón en el que no le querían tratando de ocultar lo que ocurría. Itachi observó cómo Kazuto seguía caminando calle abajo y finalmente, le siguió.


- Podemos hablar del tema si quieres.


- No tengo nada que hablar de ese tema – le respondió con seriedad Kazuto.


- Pero… sé que hubo un pasado entre Hatake y tú y ahora lo van a soltar así sin más. ¿Qué va a implicar eso, Kazuto? ¿Tienen razón esos hombres?


- Si lo que te preocupa es si saldré corriendo a sus brazos entonces deja de preocuparte – le contestó Kazuto mirándole fijamente esta vez – amo a tu tío y Hatake sólo fue una mancha en mi pasado que no para de perseguirme, bastante me humilló ya en el pasado así que no tengo intención de volver corriendo a su lado para que vuelva a utilizarme, no siento nada por él excepto dolor cuando le veo. Preferiría no tener que verle nunca más y por lo que veo… ahora va a estar en el escuadrón ANBU, le veré todos los días y todos los días recordaré cómo me utilizó y me puso en el punto de mira de aquellos asesinos haciéndoles creer que yo era el genio Namikaze para que me matasen en lugar de ir a por Minato. Mucha gente de mi clan murió en sus manos, así que no… tranquilo que no tenía ninguna intención de volver con él.


- Lo siento, no había pensado en lo que llevabas por dentro – comentó Itachi al darse cuenta de que acababa de tocar un tema sensible para él.


Kazuto se detuvo en seco y cambió el rostro de dureza a uno de sorpresa, no podía creerse que estuviera pagando toda su frustración y su enfado con el escuadrón con un chiquillo de ocho años que no había hecho nada más que preocuparse por él. Quizá era cierto aquella frase que su padre siempre le decía cuando era niño y hería los sentimientos de alguien y es que pagamos las cosas con los más cercanos, con la gente de mayor confianza.


- Lo siento – se disculpó Kazuto – no era mi intención pagar esto contigo, tú no tienes nada que ver en lo que está ocurriendo.


- Creo que entiendo un poco lo que ocurre y también creo que deberías contárselo a mi tío.


- No puedo decírselo – comentó Kazuto sentándose en uno de los bancos de la calle.


- ¿Por qué?


- Porque se daría cuenta de que soy débil y no puedo resolver mis propios problemas. Esto es algo que tengo que resolver yo sólo. Por favor… no se lo digas.


- No se lo diré de momento – comentó Itachi – pero si esta situación se va de las manos y te pone en riesgo, seré el primero en contarle todo lo que he visto – le aclaró Itachi.


- Me parece bien. Lo solucionaré, te lo prometo.


- Está bien. Vayamos a entrenar, me muero de ganas por aprender tu habilidad – sonrió Itachi haciendo que Kazuto sonriera levemente después de aquello.


Itachi volvió a casa sobre las ocho de la tarde algo frustrado porque no les habían llamado para ninguna misión. Al entrar por casa, se encontró a su hermano discutiendo con Naruto por un sonajero y sonrió, era gracioso verles ya desde la cuna con chupete incluido peleándose por un sonajero.


- Sasuke… hay que compartir las cosas – le dijo Itachi al pasar por la cuna distrayendo a su hermano quien soltó el sonajero.


Naruto más feliz que nunca se llevó el sonajero frente a la cara de disgusto del pequeño Sasuke que trataba de ponerse en pie para ir a quitarle el sonajero de nuevo al rubio.


- No hay remedio con ellos – comentó Mikoto desde la cocina – siempre están igual.


- Creo que se llevarán bien de mayores – comentó Itachi sonriendo viendo a aquellos dos volver a enzarzarse en la discusión por conseguir aquel sonajero.


- ¿Qué tal el día en tu nuevo puesto? – escuchó que le preguntaba Izuna desde el salón donde estaban todos reunidos, incluido Minato y Madara.


- Ha ido bien… ¿qué digo? Ha sido muy aburrido… ni siquiera nos han dado una misión.


Madara junto a su hermano Izuna empezaron a reírse, ellos ya habían pasado por esa época en la que les consideraban tan novatos que no les mandaban misiones. Izuna sabía que le habían mandado a su novio como profesor de Itachi o más bien, como unos segundos ojos que le tuvieran un poco más controlado y a salvo. Sonrió, seguramente Kazuto no le había comentado a Itachi que los primeros días no les mandarían misiones para no desanimarle en el puesto.


- Me han dicho que vas en el equipo de Kazuto. ¿Has visto algo extraño por allí? – preguntó con curiosidad Izuna dejando perplejos al resto por su preocupación.


Itachi entendió enseguida a su tío, sabía por dónde iban los tiros y es que lo más probable era que pensase que a su novio le ocurría algo en su puesto de trabajo, una gran deducción teniendo en cuenta que ayer le había llevado al médico por la herida de la pierna. Tal y como le prometió a Kazuto, prefirió mentir y ocultar ese secreto un tiempo.


- ¿Algo raro? – preguntó Itachi - ¿Más raro que ver a un Uchiha de ocho años entrar en los cuerpos especiales ANBU?


Todos empezaron a reír, sabían perfectamente que nadie entraba a esa edad a los ANBU pero él era bueno, era el genio del clan Uchiha, el mejor estudiante, el mejor ninja de su generación y ahí estaba, el ninja más joven en entrar al cuerpo.


- Cierto – sonrió Izuna – No puede haber nada más raro que eso.


Izuna dio el tema por zanjado tras aquella mentira de Itachi y éste lo agradeció. Mentir no era algo que se le diera bien a Itachi, pero últimamente estaba aprendiendo y seguiría aprendiendo más en el nuevo escuadrón. No le gustaba mentir a su familia, pero en este momento… sentía que Kazuto también era parte de esa familia, mantenía una relación con su tío y eso… le convertía en su tío también.


Todos cenaron en familia con una amena conversación, bromeando sobre las misiones que le tocaría hacer en el futuro a Itachi y aprovechando a gastarle algunas bromas antes de que supiera de verdad el trabajo duro al que iba a enfrentarse como ANBU. Ni siquiera se dieron cuenta cuándo empezó a nevar. Mientras las mujeres recogían la cocina, los hombres charlaban animadamente en el salón excepto Izuna, quién había salido fuera sentándose en el pasillo de madera mirando el jardín volviéndose blanco.


- ¿Qué haces aquí solo? – preguntó Madara al ver que Izuna cambiaba su mirada de la blanca nieve a algo que llevaba en su mano, un anillo de pedida - ¿Vas a pedirle matrimonio a Kazuto? – le preguntó sentándose a su lado.


- Llevo días pensándolo – comentó – quiero pedírselo pero nunca encuentro el momento.


- ¿Qué momento estás buscando, Izuna?


- No sé, algo romántico, que esté de buen humor… que no tuviera esos ojos tristes que siempre tiene, no lo sé – intentó explicarse Izuna – últimamente le veo tan decaído que me da miedo pedírselo y que no le haga la ilusión que espero que le haga.


- ¿Tenéis problemas? – dudó Madara pero Izuna negó.


- Son pequeñas cosas entre nosotros.


- ¡Es el sexo! – exclamó sin más Madara mirando la nieve.


- Entre otras cosas. Sé que le quiero, que me encantaría pasar el resto de mi vida a su lado y seguramente a él también pero… en estos meses no hemos mantenido relaciones y no sé si es por mí o es por él, quizá el trabajo. Cuando no vengo cansado yo, viene él, no podemos coordinar nuestras misiones. Cuando yo tengo un día libre, a él le ponen una misión de fin de semana, cuando él tiene libre me la ponen a mí, al final por un lado o por otro no hay forma de pasar tiempo juntos.


- Suena complicado – comentó Madara.


- El otro asunto que me preocupa es que apenas llevamos unos meses saliendo, me gustaría esperar un poco más para pedirle matrimonio, darnos tiempo para conocernos…


- ¿Pero…?


- Pero tengo miedo de que llegue a pensar que no quiero casarme con él porque sí quiero, es sólo que creo que necesitamos algo más de tiempo juntos, tiempo que al parecer los líderes del escuadrón ANBU se niegan a darnos. Estoy pensando en dejar el cuerpo y meterme en el cuerpo de policía Uchiha de papá junto con nuestro hermano Fugaku, al menos tendría más tiempo libre.


- ¿Se lo has dicho a Kazuto?


- Todavía no – comentó – sólo es una idea por el momento, una solución entre otras que pueden surgir.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).