Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Ten hijos para esto! por Fullbuster

[Reviews - 345]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Izuna trabajaba en la oficina de la policía Uchiha aquella tormentosa mañana. La lluvia no parecía querer cesar y aquello distraía a Izuna. Hacía un año que había dejado el cuerpo de élite al igual que su novio. Cuando abandonaron el cuerpo ANBU, todo pareció mejorar, al menos fue una falsa sensación porque todo seguía prácticamente igual o puede que peor. Izuna odiaba reconocerlo pero no podía negar la evidencia, Kazuto estaba más deprimido, quizá porque se estaba haciendo a la idea de que su sueño no volvería, lo estaba dejando atrás.


Un año había transcurrido y sólo una cosa parecía más firme que nunca. Sacó de su bolsillo el anillo y es que hoy le pediría matrimonio, no quería esperar más sabiendo que esa tristeza de Kazuto no era algo pasajero.


- ¿En qué piensas, Izuna? – preguntó uno de sus compañeros Uchiha.


- En cómo voy a declararme, supongo – sonrió.


- Ya era hora, hace tiempo que guardas ese anillo. ¿Tienes dudas?


- Yo no – comentó Izuna mirando el anillo – le amo y quiero estar con él.


- ¿Entonces?


- Tengo miedo que no le haga ilusión a Kazuto.


- Oh… Kazuto estará encantado de estar contigo. Ya te ha soportado durante más de un año, créeme… nadie aguanta a un Uchiha tanto tiempo si no es porque le ama. Ese chico te adora. Decídete de una maldita vez y díselo.


- No creo que hoy sea un buen día – dijo Izuna guardando el anillo en el bolsillo mientras miraba cómo seguía lloviendo.


- Izuna… deja de buscar excusas. A Kazuto le da igual si llueve, nieva o hace sol, quiere estar contigo. Saca el valor y el orgullo Uchiha, declárate de una maldita vez – le sonrió su amigo.


- De acuerdo.


Izuna tomó una pluma llenándola de tinta y escribió algo en un trozo de pergamino. Su compañero sonrió al ver la nota y cómo la doblaba para subirla a la azotea en busca de un pájaro.


Kazuto corría bajo la lluvia en dirección a la academia. Había estado todo el año dando clases teóricas a los alumnos que le habían asignado aunque la mitad de ellos no querían aprender nada que viniera de él. Seguramente sus padres habían corrido el rumor sobre él y habían incidido en la mentalidad de sus hijos. Ni siquiera en la academia estaba a gusto pero al menos ya no corría peligro por sus compañeros.


La academia apareció frente a sus ojos y apresuró el paso intentando resguardarse cuanto antes del mal tiempo con el que hoy había amanecido Konoha. Sacudió su rubio cabello una vez dio los primeros pasos por el edificio y siguió caminando hacia la sala de profesores. Hoy elegirían los equipos y para su mala suerte, le había tocado ser profesor de uno de los equipos de novatos. Resopló unos segundos sentándose encima de una de las mesas. Él ni siquiera quería entrenar a novatos, estaba bien en su puesto en la academia pero casi se lo habían suplicado. Sabía que lo que le esperaba iba a ser difícil, ningún niño querría ir con él con los rumores que corrían por toda la villa, los padres vendrían a intentar cambiarles de profesor. Para su sorpresa, Minato también apareció allí.


- ¿Preocupado? – preguntó Minato con una gran sonrisa.


- Claro. ¿Qué estás haciendo aquí?


- He venido para ser profesor.


- ¿Qué? – preguntó sorprendido Kazuto – pero tú eres el Hokage.


- Aún tengo algo de tiempo libre para entrenar a un par de muchachos. Además te haré compañía.


- Por mí puedes quedarte a los míos – sonrió Kazuto – dudo que quieran entrenar conmigo. En cuanto te vean todos querrán irse contigo.


- Los grupos ya están asignados.


- ¿En serio?


- Tengo dos grandes problemas en mi equipo – sonrió Minato – a Obito Uchiha y a Kakashi Hatake en el  mismo equipo.


- Esos dos se odian.


- Lo sé. Me va a tocar lidiar con sus tonterías, pero acabaré haciendo que se conviertan en grandes compañeros, ya verás. ¿Quién te ha tocado? – preguntó Minato señalando con los ojos la carpeta de su lateral.


Kazuto miró la carpeta y la cogió entre sus dedos abriéndola. Una parte de él estaba asustado de ver quién podía haberle tocado, conocía a todos los alumnos que había allí, él mismo les había dado clases teóricas y sabía que había un gran nivel, hijos de ninjas muy fuertes. Sus ojos se abrieron como platos y cerró la carpeta de golpe.


- ¿Qué ocurre? – preguntó Minato.


- No vas a creerte a quién tengo.


- ¿A quién? – preguntó Minato quitándole la carpeta de las manos para mirar los nombres – ¿Akira Senju? ¿El sobrino de Tobirama? Esto no puede ser una casualidad – sonrió Minato sin poder creérselo.


- Siempre veo este nombre en todos lados – dijo Kazuto – desde que me marché de los ANBU sigue insistiendo en que vuelva a trabajar para él y ahora me meten a su sobrino.


- ¿Lo sabe Izuna?


- No quise decirle nada sobre Tobirama. Dijiste que había ocurrido algo en el pasado entre los Senju y los Uchiha, así que no quise meter a Izuna otra vez en una discusión sin sentido.


- Hiciste bien, mejor que Izuna no se acerque a Tobirama.


- Aun así no entiendo hasta qué punto llegó su rivalidad. No he querido preguntarle a Izuna por esos malos entendidos. Prefería dejarlo en el pasado y no tocar el tema.


Kazuto cogió nuevamente la carpeta algo más tranquilo y terminó de ver los nombres de los alumnos.


- Iruka Umino y Hana Inuzuka.


- Es un buen equipo – comentó Minato.


- Rebelde – sonrió Kazuto – veremos qué saldrá de esto.


Ambos rubios sonrieron antes de seguir al resto de los profesores hacia el aula donde indicarían los equipos. Se habían tratado de equilibrar todo lo posible aunque a todos les había quedado claro que la rivalidad entre Obito Uchiha y Kakashi Hatake era un tema peliagudo para tocar, quizá por eso se los habían dejado a Minato Namikaze, el actual Hokage, el que contaba con mayor carisma. Todos confiaban en que aprenderían del mejor y pondrían entusiasmo si sabían que iba a ser su profesor.


Los alumnos miraban desde sus asientos a los profesores allí reunidos frente a ellos, esperando a que les asignasen a sus equipos. Una vez todos conocieron el nombre de su profesor y el número de su equipo, acompañaron a sus respectivos profesores hacia las afueras de la academia.


Kazuto se sentó en la barandilla de la azotea de la academia observando a sus tres alumnos allí sentados. Se notaba en sus rostros que no estaban precisamente felices con él pero era algo a lo que lentamente se estaba acostumbrando. Los rumores de la villa no perdonaban a nadie.


- ¿Vais a contarme algo o tengo que empezar yo? – preguntó Kazuto viendo el silencio aterrador de sus alumnos. Ninguno habló – Sé de Iruka que quiere ser profesor en un futuro y Hana quiere ser veterinaria si mal no recuerdo. En cuanto a Akira… sabiendo quién es tu tío, diría que quieres entrar en su escuadrón. ¿Me equivoco?


Todos se miraron sorprendidos. Kazuto había hecho sus deberes, les conocía, sabían lo que buscaban de la vida, lo que querían ser, pero aun así… los tres chicos se miraban y permanecían en silencio, hasta que Akira habló.


- Yo no quiero que un debilucho me entrene. No tienes nada que enseñarme.


- Mmmm, al fin uno de vosotros habla. ¿Alguien más está a favor de eso? - los otros dos chicos se miraron y tras sonrojarse levemente, asintieron – de acuerdo, aquí tenéis vuestra misión, rango D, creo que hay una pobre ancianita que no puede bajar a su gato de un árbol.


- Yo no me he hecho ninja para bajar gatos de los árboles – se quejó Akira.


- Es una lástima. Quizá con entrenamiento podréis hacer misiones más importantes, pero es una pena que vosotros no deseéis entrenar. No puedo firmar vuestro expediente y recomendaros para mejores misiones si no os veo suficientemente capacitados. Que os vaya bien – comentó Kazuto marchándose de allí.


- No te vayas así sin más, tienes que entrenarnos. Eres nuestro profesor.


- Pero… si no queríais un profesor – comentó Kazuto sonriendo mientras sacaba un libro de su bolsa ninja y se marchaba del lugar.


- Es tu culpa – escuchó a Hana mencionar hacia Akira.


- A mí no me echéis las culpas, vosotros tampoco queríais tenerle a él de profesor – comentó Akira enfadado.


Kazuto se marchó al parque cercano de la academia y se sentó en una de las ramas del árbol más frondoso del lugar, un viejo arce que había crecido allí desde mucho antes de que se fundase Konoha. Abrió el libro que llevaba en la mano y comenzó a leer las primeras páginas hasta que a la media hora aproximadamente, Itachi apareció frente a él.


- ¿No deberías estar con tus alumnos? – preguntó Itachi sentándose frente a él con una gran sonrisa.


- Ya sabes lo que ocurre en la villa. Esos chicos no quieren saber nada de mí, dicen que no tengo nada que enseñarles – sonrió Kazuto.


Itachi no aguantó las ganas de reír, aquello hizo que Kazuto también sonriera. Aprovechó Itachi aquel momento de confianza para acercarse un poco y mirar el libro que estaba leyendo Kazuto, un libro de Jiraiya, de esos que tanto le gustaban a Minato. Esos dos eran muy parecidos hasta en lo que leían.


- Creo que esos chicos andan buscándote – comentó Itachi sonriendo.


- ¿Por qué crees algo así?


- Porque están ahí abajo – dijo señalando con la cabeza hacia abajo a los tres chicos que esperaban que bajasen.


- ¿Qué les has dicho? – preguntó Kazuto dándose cuenta de que Itachi había interferido como siempre.


- La verdad. Me los encontré rondando por la muralla exterior tratando de coger un gato – sonrió Itachi – recordé cuánto odiaba esas misiones y al preguntarles, me dijeron que tú eras su profesor. Entendí que alguna habían hecho para que les castigases con algo así. Creo que querían saber cómo había llegado a tan temprana edad al escuadrón ANBU y sólo dije la verdad, que tú habías sido durante un tiempo mi profesor… y ahí están esperándote.


Kazuto volvió a mirar hacia abajo encontrándose con el rostro angelical de Hana, el rubor en las mejillas de Iruka y la cara de enfado haciendo un ligero puchero de Akira. Se notaba que los tres estaban arrepentidos aunque también podía ver que les era difícil demostrarlo.


- De acuerdo, iré a entrenar con ellos.


Cerró el libro guardándolo de nuevo y saltó de la rama al suelo buscando a sus alumnos. Aquella tarde entrenaron un rato. Era cierto que Akira Senju era bueno, tenía potencial, pero ninguno de los otros dos alumnos se quedaba atrás. Por la noche, cenó en casa de Izuna. Habían quedado como cualquier otra noche sin embargo, al llegar allí, lo primero que vieron sus ojos fueron aquellas aromáticas velas que iluminaban una elegante mesa. Eso ya no era tan normal en su relación.


- ¿Qué está ocurriendo aquí? – preguntó Kazuto sonrojado a más no poder, aún envuelto en aquella ropa ninja tan poco atractiva.


- Quería cenar contigo.


- ¿Tan romántico? – preguntó Kazuto con una leve sonrisa antes de mirarse – pero mírame, Izuna, estoy hecho un desastre. Deberías haberme avisado.


- Tenía algo importante que decirte.


- Oh, Dios – exclamó – si es por lo de las relaciones… lo siento, de verdad.


- Creo que entiendo eso. Hablé con mi hermano y me dijo que los Namikaze soléis esperar al matrimonio, Minato lo hizo y me siento fatal por haber tratado de tener relaciones contigo fuera de vuestras costumbres.


- No es lo que crees, Izuna – intentó aclararle Kazuto, pero era complicado para él hablar de ese tema.


- Ya sé que es eso, Kazuto, no hace falta que lo disimules más. Quiero hacerte feliz, quiero despertarme a tu lado todos los días, ver su sonrisa, tus ojos azules, escuchar esa preciosa voz que tienes, me gusta hasta cuando me insultas – sonrió Izuna haciendo sonreír a Kazuto – Quiero casarme contigo – soltó de golpe sorprendiendo a Kazuto – por favor, acepta y me harás el hombre más feliz del mundo.


Kazuto observó cómo Izuna cogía de la mesa una cajita negra y la abría frente a él enseñándole un anillo. Sus ojos se abrieron como platos en aquel momento sin poder terminar de creerse que estaba ocurriendo y encima él… tan poco elegante con su ropa ninja.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).