Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Ten hijos para esto! por Fullbuster

[Reviews - 345]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Kazuto miró a su lado cómo dormía Izuna. Apoyó el codo en la almohada y se incorporó levemente hasta conseguir apoyar su cabeza en la mano para mirarle mejor. No pudo evitar que una sonrisa saliera al rozar con las yemas de sus dedos aquel rostro casi angelical. Todo el mundo conocía a Izuna en el clan, muchos le llamaban la oveja negra y Kazuto sonreía cuando lo escuchaba. Todos le apreciaban, pero también sabían que era muy diferente al resto de Uchihas, su padre le había presionado menos que a Madara y le había salido un hijo más dulce y tierno que el resto del clan Uchiha. A Kazuto le encantaba aquella faceta de Izuna, siempre fuerte pero a la vez tan cariñoso.


- ¿Ya es de día? – preguntó Izuna sin abrir los ojos dándose cuenta de la forma en que debía estar mirándole Kazuto, quien se sonrojó al instante.


- Está amaneciendo.


- ¿Tienes que dar clase?


- No, hoy tengo el día libre – comentó Kazuto mirando el anillo de pedida en su dedo.


- ¿Tienes dudas? – preguntó con seriedad Izuna abriendo los ojos finalmente.


- No. Dudas no.


- ¿Entonces qué es?


- Quizá sólo es miedo a lo desconocido.


- ¿A compartir tu vida conmigo? Será perfecto, Kazuto, estoy deseando pasar las veinticuatro horas del día contigo.


- Dicen que el ritual de matrimonio de los Uchiha es… raro y morboso – comentó Kazuto.


- ¿No hablaste con Minato? Deberías hacerlo. Él ya pasó por ahí.


- Sí, puede que lo haga – comentó Kazuto con una leve sonrisa.


Izuna miró por la ventana. El sol saldría en breve y le tocaba marcharse a la oficina de la policía Uchiha. Para Kazuto, ahora todo era más simple, más agradable desde que habían dejado el escuadrón ANBU, aun así, las cosas no parecían mejorar entre ellos, todavía no había sido capaz de tener relaciones sexuales con él. Le había puesto la excusa de que necesitaba casarse antes de tenerlas, había tratado de ganar tiempo con aquella mala excusa para no tener que contarle el miedo y la repulsión que sentía cada vez que lo habían intentado. No podía decirle la verdad, había tratado de superarlo él solo pero la boda se acercaba cada día más y sabía que tendría que entregarse a ese chico tan dulce y al que tanto amaba, pero al que no podía ofrecerle nada más que miedo y angustia.


Observó cómo Izuna se levantó buscando la ropa en su armario. Era curioso verle vestirse porque siempre le daba la espalda. Era algo de Izuna que jamás llegó a comprender. Kazuto se levantó también caminando hacia él justo cuando se colocaba la camiseta y metió su mano en dirección al pecho de Izuna cuando éste le detuvo la mano.


- No – exclamó de golpe sorprendiendo a Kazuto.


- ¿Por qué no? ¿Me estás ocultando algo, Izuna?


- Claro que no, es sólo que…


- Nunca me enseñas tu pecho y no entiendo el motivo.


- No quiero preocuparte, eso es todo.


- ¿Qué ocurre?


- Que te amo – sonrió Izuna besando la frente de Kazuto mientras cambiaba el tema de conversación.


- Izuna, por favor.


- Son cosas del pasado, nada más. No tiene importancia.


- Sí la tiene, condiciona tu vida, no quieres que vea algo y voy a ser tu esposo. En algún momento tendremos relaciones y tendré que ver lo que estás ocultando.


- Ya lo verás entonces en su momento, Kazuto. Ahora no.


- Izuna… ¿Cómo van las cosas en la policía Uchiha? – preguntó preocupado.


- Lo habitual, supongo. ¿Por qué?


- Me he enterado que es Tobirama quien fundó la policía.


- Ven aquí – le comentó Izuna sentándose él en el colchón para sentar a Kazuto sobre sus piernas – Todo está bien. La fundó él cuando era Hokage pero yo no tengo que rendirle cuentas, sólo la fundó. Le damos los documentos de todo lo que hacemos y nada más, la policía Uchiha la controlan los Uchiha. Yo sólo le rindo cuentas a Fugaku que para algo es mi superior. ¿Tenías miedo de que Tobirama me hiciera algo o qué? – preguntó sonriendo Izuna mientras apartaba el cabello de la nuca de Kazuto.


- No volverás a enfrentarte a él, ¿verdad?


- No voy a enfrentarme a él, tranquilo.


- Vale.


- Me voy a trabajar. Luego cuando venga haremos algo por el clan, el festival no tardará en comenzar.


Izuna aprovechó la cercanía para colocar su mano en la nuca de Kazuto y guiarle hacia sus labios dándole el beso más pasional que fue capaz de sacar. Los dedos de Izuna acariciaron la nuca de Kazuto antes de ir hacia sus mejillas para acariciarlas también, dejándole ver a aquel chico rubio la mayor de las sonrisas que pudo sacar.


- Nos vemos luego, ¿vale? Te quiero, Kazuto.


Izuna se levantó dejando a Kazuto sentado de nuevo en el colchón indicándole que volviera a dormirse. Kazuto vio cómo se marchaba su futuro esposo pero las dudas de todo lo que había ocurrido esa mañana seguían presentes en él. Faltaban pocos días para la boda y notaba el nerviosismo invadirle por completo. Finalmente, decidió vestirse también y salir a buscar a Minato.


Encontró a Minato en su despacho y por suerte para él, aún no tenía mucho trabajo acumulado, así que le atendió con rapidez. La sonrisa de Minato era única, siempre tan tranquilizadora. Kazuto tomó asiento en la silla del otro lado del escritorio y observó cómo su compañero y mejor amigo firmaba documentos.


- ¿Venías a ayudarme o había algo de lo que querías hablar? – preguntó Minato sonriendo al darse cuenta de que Kazuto no empezaba con la conversación – Venga, cuéntame qué es lo que te preocupa.


- La boda – dijo Kazuto sin dilación alguna – sé que tú ya pasaste por una boda con un Uchiha pero… yo no sé nada acerca de sus costumbres.


- Esa maldita costumbre morbosa que tienen – aclaró Minato sonriendo – Aún la recuerdo como si fuera ayer. Yo creía que me estaba acostando con Sakumo y cuál fue mi sorpresa al día siguiente cuando me encontré con Madara.


- No sé si puedo entregarme a alguien sin saber quién es – comentó Kazuto - ¿Y si no es Izuna?


- Lo será.


- Tú creías que era Sakumo.


- Era diferente. Los Uchiha tienen sus normas.


- Sé cómo funciona, más o menos. Sé que alguien del clan se enfrentará en un duelo a Izuna y el ganador se casará conmigo.


- Sí, pero nadie del clan Uchiha iría contra Izuna, aunque alguien te quisiera no le quitarían el novio a otro compañero. Los Uchiha pierden a propósito esos enfrentamientos para darle la opción a su compañero. Madara iba a enfrentarse a su hermano y su hermano estaba dispuesto a perder cuando les tocó elegir en mi matrimonio. El gran problema es que Madara no pudo enfrentarse a un Uchiha, Sakumo se metió en esa norma para tener opciones. No es tu caso, Kazuto. Nadie del clan Uchiha le quitaría el novio a un compañero. Es sólo un teatro para ellos, es un clan militar, les encanta hacerse los héroes y que les espere la recompensa en la cama – sonrió Minato intentando calmarle.


- ¿Y si no fuera Izuna?


- Créeme, será él. ¿Seguro que sólo es eso lo que te preocupa? Creo que hay algo más, puedo verlo en tus ojos.


- ¿Me prometes que no saldrá de aquí?


- Claro. ¿Qué es?


-  Recuerdas aquel día, el día en que debí morir. Siempre te dije que llegaste a tiempo, que te lo agradecía pero… mentí, Minato.


- ¿Qué?


- Lo siento – lloró Kazuto sin poder evitarlo – lo siento mucho, no quería que te sintieras culpable así que mentí. No llegaste a tiempo, el daño ya estaba hecho y no quiero que Izuna lo sepa. ¿Qué pensaría de mí si supiera que cada vez que intento tener un momento íntimo con él sólo veo a Orochimaru encima de mí? Sigo sintiendo el mismo miedo de aquel día. No puedo eliminar estos recuerdos.


- ¿Por qué no me lo dijiste antes, Kazuto? Izuna piensa que no quieres tener relaciones hasta el matrimonio. No tiene ni idea del miedo que sientes ni de lo que te ocurre.


-        ¿Por qué crees que tengo miedo a casarme con él? Ese día no podré escapar, tengo que entregarme a él y no puedo. Es lo que más deseo pero algo muy dentro de mí me lo impide.


- Tienes que contárselo. No puede ayudarte si no le dices la verdad.


- No puedo. ¿Cómo voy a decirle que… esa persona…? – dejó a medias la frase – no puedo, sabrá que soy demasiado débil, ya no volverá a mirarme como antes.


- Izuna tiene que saber esto, Kazuto. Te entenderá. Es un gran chico que está preocupado por ti. No puede haber secretos entre vosotros.


- A veces pienso que hay demasiados.


- ¿Por qué dices eso?


- Porque yo le oculto todo esto y él… tiene algo en el pecho, algo que no quiere enseñarme, está pasando algo con él pero no confía en mí como para contármelo.


- Espérame aquí un momento, Kazuto – comentó Minato marchándose de la oficina para preguntar algo a uno de los ninjas del pasillo, luego volvió a entrar.


Durante la última media hora, los dos trataron de hablar del asunto aunque Minato comprendía lo complicado que le resultaba a Kazuto hablar de cómo le habían ultrajado, de cómo habían herido su orgullo. Para su sorpresa, alguien tocó a la puerta y Minato le dejó pasar saliendo él en aquel momento. Izuna se encontraba tras un sorprendido Kazuto que no sabía qué hacer, pero Minato, con una de sus grandes sonrisas, le aclaró que se quedase allí y arreglasen las cosas antes del matrimonio. Era el momento de hablar.


- ¿Kazuto? – preguntó Izuna cuando Minato se marchó y vio al joven tan cabizbajo con los ojos completamente rojos por haber llorado – Ey, ¿qué te ocurre? – preguntó acercándose a la mesa y sentándose en una de las esquinas para mirar a su prometido.


- Yo… hay algo que nunca me he atrevido a contarte.


- Kazuto, a mí puedes contarme lo que sea – le dijo levantándole el rostro para secar sus lágrimas.


- Aquel día… - intentó hablar pero su labio temblaba. Izuna tuvo un mal presentimiento, sabía que era algo grave y empezaba a imaginar de qué iba todo aquello – yo… no es cierto que quiera estar contigo después de casarnos, quiero tener relaciones contigo pero…


- Ven aquí – le abrazó Izuna suponiendo por dónde iba. Dejó que Kazuto llorase en su pecho todo lo que tuviera que llorar – yo siempre voy a estar contigo, Kazuto, siempre. Voy a ayudarte a olvidar todo aquello, te lo prometo – comentó derramando una lágrima también.


- ¿Qué ocurrió con Tobirama? – preguntó Kazuto de golpe - ¿qué me escondes en tu pecho, Izuna? ¿Cómo sé que serás tú el que se casará conmigo?


- Te aseguro… que me reconocerás ese día, Kazuto, porque Tobirama dejó una marca imborrable en mí – le susurró alzando la camiseta para dejarle ver la cicatriz que atravesaba su pecho de punta a punta, algo que hizo que todo el cuerpo de Kazuto se estremeciera – estuve a punto de morir, Kazuto – le susurró.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).