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¡Ten hijos para esto! por Fullbuster

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Itachi llegó con Naruto en brazos hasta la casa de sus tíos. Seguramente Madara debía estar en aquel momento en el hospital. Su herida no tenía buena pinta en absoluto así que supuso que los médicos no le permitirían irse pronto de allí. Itachi decidió finalmente quedarse al lado de Naruto el tiempo que hiciera falta, alguien debía cuidarle mientras sus padres se recuperaban en el hospital.


Dejó a Naruto en el mullido futón y se sentó junto a la ventana. Era de noche y tan sólo la luz que la luna brillaba en aquel oscuro cielo. Itachi sabía de sobra que esa noche, no podría dormir. Apoyó la espalda contra la pared, dejando apoyado su brazo derecho contra el cristal y elevó la pierna dejándola doblada frente a él mientras observaba las pocas estrellas del firmamento, escuchando la suave respiración de Naruto y la soledad del clan.


- ¿Itachi? – escuchó al cabo de dos horas de estar en aquella posición, casi se estaba durmiendo cuando Naruto empezaba a despertar.


- Ey, duerme, Naruto, necesitas descansar.


- ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estoy? – preguntó preocupado.


- Estás en casa.


- ¿Y mis padres?


- Naruto, duerme, te hace falta.


- No quiero dormir – gritó por primera vez en su vida a Itachi – quiero saber dónde están mis padres.


- Están bien – mintió Itachi – ayudando en la villa. Me han pedido que me quede contigo para evitar que te ocurra algo.


- Pues yo te quito esa preocupación. Puedes irte con Shisui – dijo molesto intentando levantarse, pero se detuvo en cuanto escuchó la sonrisa de Itachi - ¿Qué te hace tanta gracia?


- Que le besé sólo para molestarte – sonrió – tu ocultación de chakra es pésima, eres como un elefante entrando a una fiesta, todo el mundo te ve.


- ¿Tanta gracia te hace mi falta de habilidad?


- La verdad es que sí. Para ser mitad Uchiha y mitad Namikaze… eres un poco desastroso, pero sé que mejorarás. La sangre de ambos clanes debe notarse en algún momento – sonrió aún siguiendo con la broma.


- Idiota – le gritó Naruto.


Itachi se levantó sin perder más tiempo y antes de que Naruto terminase de levantarse dispuesto a ir a buscar a sus padres, lo tomó del brazo girándole hacia él y uniendo sus labios a los del rubio en un tierno beso. Naruto se sorprendió ante aquello, no esperaba que Itachi, ese chico que había estado durante semanas rechazándole y que había llegado hasta a besar a su mejor amigo, estuviera ahora allí con él, tomando la iniciativa de un beso que deseaba desde hacía años.


- Te quiero a ti, Naruto – susurró Itachi sin separar sus labios de los del rubio.


- Eres un mentiroso, besaste a Shisui.


- Shisui está enamorado de Maya – sonrió Itachi – le gustan las mujeres, sólo es mi mejor amigo y yo le utilicé para alejarte de mí.


- ¿Por qué? ¿Es porque eres mi primo? Si es así, no me lo creo, os casáis entre vosotros para conservar el sharingan. ¿Qué es?


- Es por el demonio, Naruto.


- ¿Te doy miedo? ¿Es eso? – preguntó preocupado.


- No, tú no me das miedo. Lo que me aterra es perderte y el sello se debilita en el parto. No quiero que por mi culpa pudiera pasarte algo malo.


- Pero ésa es mi decisión. A mi padre no le pasó nada.


- Tu padre tenía a Madara a su lado.


- Y yo te tendré a ti – dijo Naruto confiado.


Itachi acercó nuevamente sus labios a los de Naruto dispuesto a besarle una vez más, a disipar las pocas dudas que le quedaban a ese chico sobre sus palabras. Ya los rozaba cuando una voz a su espalda le hizo sobresaltarse.


- Vaya, creo que llego en mal momento – comentó Shisui sacando una ligera sonrisa de Itachi.


- Para nada, tengo toda una vida para estar con él – sonrió hacia Naruto calmándole, dejándole claro que, a partir de aquel momento, ambos estarían juntos - ¿Qué ocurre?


- No encuentro a ningún Uchiha – comentó Shisui – creo que van a por Danzo.


- ¿Sabes dónde está?


- Imagino que en la base ANBU, es la zona más fortificada. ¿Dónde más podría esconderse un cobarde como él cuando hay problemas?


- Podemos dejar que el clan se ocupe de Danzo, le tendrán ganas.


- Eso no es lo que me preocupa.


- ¿Qué es?


- Que Tobirama y Kazuto están dentro. Sabes igual que yo que a un Uchiha no le hace falta entrar en la torre para destruirla hasta los cimientos. La quemarán desde fuera. Ellos no saben que Kazuto está dentro.


- Hay que avisarles.


- Habrá que darse prisa, nos llevan ventaja.


Itachi sabía que tenía que irse pero… no podía dejar a Naruto allí y menos, desprotegido. No se fiaba de nadie en aquel momento, cualquiera podría llegar hasta él y tratar de liberar de nuevo aquel sello, de causar otra distracción como la del zorro de nueve colas mientras llevaban a cabo sus planes.


- Puedes ir – aclaró Naruto – como has dicho, tenemos toda una vida para estar juntos.


- No es eso, es que no puedo dejarte aquí sólo – comentó Itachi – sé que necesitas descansar pero… vas a tener que acompañarme.


- ¿Voy a hacer una misión contigo por fin? – sonrió Naruto – nunca me querías llevar.


- Ya, las cosas han cambiado un poco – sonrió Itachi – vamos, sube a mi espalda, te llevaré.


Naruto le hizo caso y es que tampoco le apetecía quedarse allí solo después de lo que había ocurrido. Con Itachi se sentía seguro, así que hundió su rostro en el cuello del mayor y trató de dormirse mientras ambos ninjas corrían hacia la base ANBU. Sólo esperaban llegar a tiempo antes de que el clan hiciera alguna locura.


- ¿Qué pasará con Danzo? – preguntó Shisui – él debe saber dónde está el escondite de Orochimaru, si muere, podemos despedirnos de esa información, tardaríamos demasiado tiempo en encontrar al hijo de Kazuto y de Izuna.


- Tendremos que impedir que lo maten antes de que diga la información.


- Yo no me opondría mucho a la venganza del clan. He oído rumores de Danzo por el clan y no son buenos.


- ¿Lo de los ojos? También lo escuché. Dicen que robaba el sharingan.


- Creo que por eso entregó a Kazuto. Quizá quería ese niño Uchiha a su disposición, poder tener a unos cuantos Uchiha de su lado y arrebatarles los ojos. Orochimaru era una marioneta más en sus manos.


- ¿Qué es exactamente lo que te preocupa, Shishui?


- ¿Crees que tiene los ojos de mi padre? – preguntó – Se suponía que eran amigos pero… cuando murió de aquella forma tan extraña, unido a las palabras que me dijo antes de marcharse a esa misión, creo que Danzo tiene sus ojos.


- Si los tiene, los recuperaremos. Al fin y al cabo, te pertenecen a ti.


 


 


Torre ANBU:


 


Fuera se escuchaban los gritos de cómo el clan Uchiha preparaba lo necesario para incendiar aquella torre con todos dentro. Aun así, Tobirama no apartó la vista de Danzo ni por un segundo. Dejó a Kazuto tumbado de nuevo en el sofá de su oficina y volvió a retar a Danzo.


- De aquí no saldrás y lo sabes – le dijo Tobirama – lo mejor para todos es que te entregues.


- ¿Para que me maten esos macabros Uchiha? No. Gracias por la oferta pero la rechazo.


- Harás que arda toda la ciudad sólo por tu cobardía. Hazte responsable de tus actos, te has metido con el clan Uchiha y no debiste hacerlo, sabías cómo eran.


- Vengativos, sí, pero esperaba que te culpasen a ti, al fin y al cabo, sois enemigos naturales.


- Lo único que has conseguido es tener tres clanes en tu contra, los Namikaze apoyarán a los Uchiha y lo sabes. Además… si sigues oponiéndote a mí, todo mi clan irá a por ti. No te recomiendo tener a los Senju en contra cuando ya te persiguen los Uchiha y los Namikaze. Es una locura, no puedes escapar de ellos.


- De eso me ocuparé yo.


- Creía que te preocupaba la villa pero veo que sólo quieres poder. Hice bien cuando elegí a Sarutobi como Hokage y no a ti – sonrió Tobirama – algo ya dentro de mí me decía que no eras un buen candidato.


- Yo debería haber sido el Hokage – le gritó Danzo – tú tienes la culpa de todo esto.


- De eso nada, yo no entregué a un chiquillo inocente a mis enemigos, no puse al clan Uchiha en mi contra, es más, les ofrecí dirigir ellos mismos la policía Uchiha.


- Tú y yo sabemos que eso sólo era una tapadera para mantenerlos distraídos y vigilados. De hecho, gracias a la policía Uchiha, conseguí sacar el esperma de Izuna para dárselo a Orochimaru. Esas pruebas médicas que sueles pedir para revisar que estén todos sus miembros en perfectas condiciones… fue fácil conseguir su muestra. Sólo tuve que pagar a algunos médicos y me la dieron sin más.


- Debí imaginarme que eras tú. ¿A qué ninja con sigilo utilizaste para ver lo que escribía en aquella carta?


- A un joven muy ingenuo. El pobre hace todo lo que le pido sin rechistar – sonrió Danzo – todos los ANBU deberían ser así.


- ¿Y quitarles su propia voluntad? No, gracias, los míos serán capaces de tomar decisiones críticas cuando la situación lo requiera.


- Por eso son débiles.


- Yo no creo que sean débiles, de hecho, intentaste reclutar a uno de los míos para asesinar al clan Uchiha.


- Itachi… una excepción entre el montón de escoria que tienes.


Tobirama alzó la mano hacia atrás dirigiéndola al sofá donde estaba Kazuto y creó unas vigas de madera que fueron tomando forma hasta conseguir aislar a Kazuto de todo aquel jaleo que iba a montar y es que… aunque él mismo tuviera que asesinar a su antiguo compañero, lo haría por el bien de la villa.


Justo cuando la batalla entre Danzo y Tobirama daba comienzo en el interior de la base, Itachi y Shisui llegaban a la gran plaza, atravesando entre todos los ninjas del clan Uchiha hasta llegar a Makao, quien organizaba y lideraba aquella rebelión. Fue Shisui el primero en llegar a él cogiéndole del brazo.


- ¿Qué hacéis vosotros dos aquí? – preguntó Makao al ver a Naruto durmiendo en la espalda de Itachi.


- Tienes que parar esto y buscar otra forma, Kazuto está dentro – le dijo Shisui enseguida, consiguiendo que Makao diera la señal de que esperasen un momento. Por suerte, todos sabían que Makao era el mejor amigo de Izuna, el que se enfrentó a él en la prueba de su matrimonio. Era el padrino de ambos. No haría algo tan descabellado como dejar que Kazuto muriese pudiendo salvarle.


- ¿Por qué está dentro? – preguntó Makao.


- Porque es el recinto más seguro de la villa – comentó Itachi.


- Ahora mismo como verás…no lo es – dijo Makao señalando a los Uchiha.


- Tiene que haber otra forma de entrar a por Danzo sin quemar todo el edificio – le dijo Itachi.


- Es una maldita fortaleza, entrar ahí es una locura – le aclaró Makao – el único punto débil son las ventanas pero están demasiado altas y para cuando lleguemos, nos han podido detectar.


- Tiene que haber alguna forma de entrar sin que nos descubran. Intentemos no matar innecesariamente, el culpable es Danzo.


- Si tenéis un plan para entrar de forma segura, soy todo oídos – dijo Makao.


- Con velocidad – se escuchó al fondo al líder del clan Namikaze que venía con algunos de sus miembros – podemos ocultar el chakra con algún sello, os meteremos con la habilidad de los Namikaze. No hay ventana suficientemente alta para un Namikaze – sonrió el líder.


- No suena mal – dijo Shisui – dentro podemos ocuparnos nosotros.


- Trato hecho - pronunció Makao – pon el sello. Yo buscaré y sacaré a Kazuto de ahí, el resto ocuparos de Danzo.


- Sácalo con vida – escuchó que le decía el padre de Kazuto a Makao.


- Lo haré – le afirmó dándole el brazo para que pusiera el sello.


Una reciente explosión se escuchó en la zona norte, pero Itachi reconoció aquellas llamas oscuras que sobresalían desde los árboles creando altas columnas que devoraban todo a su paso. Supo al segundo de ver aquello, que Izuna estaba peleando, el Amaterasu de Izuna era muy conocido y aunque apenas se veía, hoy cruzaba el cielo ardiendo como nunca antes. Tardaron bastante en colocar los sellos a todos los Uchiha y terminar de planear la entrada, para cuando lo tenían todo previsto, las explosiones del interior de la torre, hacía unos minutos que se habían detenido.


Entrar en aquella torre no fue nada complicado para los Namikaze. Todo estaba a oscuras, ni siquiera el ruido de una mísera mosca se escuchaba en aquel enorme lugar. Mientras los Uchiha revisaban toda la zona, Makao buscaba por su cuenta la localización de Kazuto.


No tardó mucho en hallarle, dentro de una burbuja hecha en madera, seguramente una de las técnicas de Tobirama. Para un Uchiha, quemar aquello fue pan comido. Al entrar, lo primero que vio fue un kunai ir hacia su rostro, por suerte para él, lo detuvo antes de que le diera. Estaba claro que era Kazuto y encima… enfadado.


- Ey, cálmate, soy Makao – comentó mirándole aunque luego se dio cuenta de que en toda esa semana que había estado Kazuto por el clan, él no había ido a verle para no agobiarle a nombres – supongo que no te acuerdas de mí.


- Me acuerdo – dijo Kazuto sorprendiendo a Makao – eres el padrino de boda de mi esposo.


- No es posible – se sorprendió Makao - ¿Cómo puedes acordarte de eso?


- Porque antes de que el idiota de Tobirama me encerrase aquí, vi a Danzo en la puerta. Recuerdo todo y ahora mismo, no siento el chakra de Tobirama, ni el de mi esposo, así que quiero una explicación de lo que está ocurriendo y que me lleves con Izuna.


- Me encantaría llevarte con Izuna pero… hace más de una hora que no siento su chakra, es posible…


- No te atrevas a decirme que está muerto – le amenazó Kazuto.


Antes de que pudiera decir algo, Kazuto se había marchado de allí. Hasta Itachi, que esperaba fuera de la base ANBU custodiando a Naruto, observó aquel relámpago amarillo salir a gran velocidad en dirección a la última localización de su esposo.


Makao ni siquiera hizo el esfuerzo de seguir a ese chico, habría sido imposible alcanzar su velocidad, en lugar de perder el tiempo, decidió bajar cuando sus compañeros le avisaron que tenían a Danzo gravemente herido. Al parecer, Ibiki y Tobirama ya se habían ocupado de ese problema justo antes de que ellos entrasen, dejándoles a Danzo en bandeja de plata.


- ¿Dónde están Ibiki y Tobirama? – preguntó Makao pero Danzo no respondió.


- Es inútil, Ibiki habrá utilizado alguna de sus técnicas de tortura para sacarle la información que estuvieran buscando. Habrá que esperar a que Ibiki aparezca de nuevo.


- ¿Sabéis algo de Izuna?


- Que desapareció su chakra hace un buen rato. Es posible…


- Ya sé lo que es posible, pero Kazuto se ha marchado a buscarle.


- Iré tras él – dijo Shisui preocupado.


Para cuando Kazuto llegó a la zona donde su esposo había peleado, no quedaba nada excepto tierra, una gran polvareda y llamas negras que permanecerían allí durante seis días si Izuna no las apagaba. Buscó cualquier rastro de él, lo que fuera, buscó durante unos agonizantes minutos corriendo de un lado a otro, buscando entre los escombros de todo lo que habían destruido aquellos dos en la batalla, pero al final, tras veinte minutos… se dejó caer de rodillas al suelo llorando desconsoladamente. Se sentía tan culpable de haberse dejado engañar por él, de no haber cerrado los ojos a tiempo evitando que su esposo le durmiera para sacarle de allí. Podría haberle ayudado.


- Joder – dejó escapar de sus labios golpeando con fuerza el suelo, con tanta, que sus nudillos empezaron a sangrar al momento.


Las lágrimas no dejaban de salir. Shisui llegó a la zona, quedándose unos segundos tras la espalda de Kazuto observando cómo se derrumbaba al pensar que Izuna había muerto. Desde luego el destrozo de aquella zona así lo indicaba. Quiso acercarse a él, pero cuando su mano ya casi tocaba el hombro de Kazuto, éste elevó la cabeza con rapidez sintiendo el chakra de Izuna, venía con más gente, con Tobirama y con Ibiki.


Se levantó lo más rápido que pudo corriendo entre la inmensa nube de polvo. Le daba igual no ver hacia dónde iba, el chakra le indicaba que estaban frente a él. Al cruzar la nube, la figura de Izuna apareció frente a él. Herido, sangrando, con un brazo apoyado en el hombro de Tobirama y con su hijo en el otro. Kazuto volvió a correr al ver la sonrisa de su malherido esposo.


- Lo tengo – le dijo Izuna al ver cómo se acercaba, pero Kazuto se lanzó a abrazarle con fuerza, tratando de evitar hacer daño a su hijo, a quien cogió enseguida entre sus brazos. Las lágrimas anteriores de tristeza, las sustituyó por las de felicidad.


- ¿Cómo…? – preguntó Kazuto.


- Ibiki le sacó la información a Danzo y vinimos todo lo rápido que pudimos a ayudar a Izuna. Decidimos salir fuera de la villa a rescatar a vuestro hijo. Era el mejor momento, nadie esperaba que les atacásemos. Pensaban que estaríamos ocupados defendiéndonos de ellos – explicó Tobirama – y no se lo esperaban – sonrió aún más Tobirama. - ¿Por qué no vais al hospital a haceros una revisión? Todos estamos heridos y además… ahora que Danzo no está, podríais aprovechar en operaros la vista e intercambiaros el sharingan. Un enfermero me ha comentado que Minato despertará pronto, está estable.


Tobirama, al ver que Izuna y Kazuto ya ni siquiera le prestaban atención, decidió marcharse con Ibiki tras dedicar una sonrisa. Los dos estaban demasiado ocupados observando y jugando con su pequeño, ése que trataba de dormir sin darse cuenta de todo el quebradero de cabeza que había dado.


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