Sasuke estaba sumergido en la tibia agua de la tina del motel después de haberse duchado como era natural. Después de tantas presiones y de un día tan complicado la paz era necesario. Aún tenía los resabios de haber visto de nuevo a su nii san en una faceta tan distinta a la que siempre conoció. Se sentía bien con ello. Pero también tenía un regusto amargo como el que todo lo que había pasado por alcanzar su venganza fuera por nada. Claro que ese no era su mundo y lo sabía pero era como la idea de que su mundo no debió existir.
Alguien estaba duchándose. Pronto tendría compañía pensó poco interesado por la persona que podía ser. Estaba sumergido también en sus pensamientos. Trataba de relajarse.
¡BAM!
¿Qué rayos?—preguntó el pelinegro ante la ola de agua que le golpeara. Se limpió la cara con la mano mientras tosía y escupía agua--¡Maldición! ¿Quién demonios…?—dijo enojado hasta que abrió los ojos y pudo ver la estúpida cara que lo miraba sonriente.
¡El agua está estupenda, teme!—le dijo con una sonrisa boba el idiota que aparentemente estaba enojado con él pues sino no lo llamaría de tal manera. Nadie en el universo se atrevería a llamarlo de tal manera excepto el idiota ese.
¿No te parece infantil intentar hacerme enojar así?—le preguntó Uchiha con una vena en la frente y recostándose de nuevo.
¿Intentar? ¿Quién intenta nada, teme? ¡Yo solo vine por un baño! ¡PORQUE SOY MUY LIMPITO!—le gritó Naruto.
Con que eso era. Estaba enojado por lo último que le había dicho. Claro que pensó que se enojaría pero no pensó que el muy imbécil le perseguiría allí. De pronto empezó a sentir el sonido de burbujas. La curiosidad pudo más que él y abrió los ojos que tenía cerrados. Unas burbujitas ascendían a un lado de Uzumaki.
¡Tú, dobe! ¡Ve a hacer tus porquerías lejos de aquí!—le dijo Sasuke. Era el colmo que el idiota se pusiera a hacer eso ahí.
¿De que hablas?—se hizo el desentendido el rubio y miró las burbujas que amenazaban desaparecer ya, luego a Sasuke--¡Cochino! ¿Qué estás haciendo en la tina!—
Si fuera hacía diez años le hubiera saltado todo histérico encima pero él ya no era ese Sasuke—Sé lo que planeas, so imbécil pero no te daré el gusto. Si esta es tu venganza menuda faena por nada—le dijo el ojos negros recostándose con tranquilidad mientras la simpática cara de Naruto cambiaba por una de decepción—Y pensándolo bien…--añadió el pelinegro--¿No te pone nervioso?—preguntó el ojos negros. El otro iba a aprender lo que era bueno.
¿Nervioso?—preguntó el ojos azules sorprendido y curioso--¿De que?—
Bueno. Debería ser difícil estar en una tina con tu futuro marido—le soltó lo más tranquilo el pelinegro y disfrutó como los ojos de Naruto se le saltaban de las órbitas y se ponía rojo como una manzana. Después achicó los ojos y murmuró algo como “¡Idiota!”. Las comisuras de los labios del Uchiha se elevaron milímetros gracias a su satisfacción mientras mantenía los ojos cerrados.
Naruto en ese lapso recobró una faz calmada y su sonrisa se volvió sincera--¡Sasuke!—le llamó y el otro gruñó. Se preguntaba que quería ahora ese estúpido. Si no era suficiente con lo que le había dicho entonces… --Me alegro de que vuelvas a ser el de antes—dijo el blondo con una voz sincera que desconcertó al pelinegro que abrió un ojo para ver si el otro se estaba mofando de él pero al ver su cara vio que no lo hacía. El idiota como siempre se estaba preocupando por su bienestar.
¡Yo no soy el de antes! ¡Ninguno volverá a serlo!—le dijo el ojinegro.
Tal vez sea cierto, Sasuke pero al menos hoy pudiste volver a ser feliz—le dijo el ojos azules. Sasuke se preguntó porque esas palabras le calaban tan hondo con una extraña sensación en el pecho--¡Bueno! ¡Ya es tarde y mañana hay que entrenar! Y conseguir que… esa chica venga con nosotros—dijo parándose el ojos azules. Sasuke le miraba mientras levantaba el pie para salir de la tina con una mezcla de emociones gracias a lo que el otro acababa de decirle. Naruto se detuvo a mitad de la acción y lo miró--¡Sasuke!—le dijo y después de una pausa en que se miraron a los ojos le preguntó--¿Qué miras?—
El rubio saltó al otro lado de la habitación y envolviéndose en su toalla lo miró raro, se veía colorado. ¿No sería por que…? Al ver como el otro salía con un portazo el pelinegro sonrió con satisfacción. Lo había colocado en su lugar. Ya no se metería con él.
No sabía que le ponía así. Después de la cantidad de baños que tomaron juntos. Aunque había que aceptar que el otro también había crecido. Su espalda antes fofa y deforme estaba muy bien musculada ahora y los bíceps y los gemelos estaban más definidos y…
¡Un momento! ¿Qué hacía él pensando en los músculos de Naruto?
¿Qué le pasa a ese idiota?—se preguntó Naruto entrando a la habitación con respiración agitada. Y es que le había dado mucha impresión ver mirándolo a Sasuke.
¿Te preguntas si eres gay?—preguntó una voz de repente—Ve y daleun besito y así te enteras—
Gracias por tu preocupación—solo le dijo Naruto a la conocida voz.
Estoy preocupado. No tenemos mucho tiempo y estás ocupándote de cosas tontas como si te gusta Sasuke o no. A mi me importa un bledo a quien te comas mientras no tenga que mirarlo pero lo que me preocupa es lo que trama el fatídico de Orochimaru. Recuerda para que estamos aquí, Naruto. Si yo pudiera usar mi poder completo lo usaría pero recuerda lo que ese idiota les hizo a Sasuke y a ahora a ti. Si no alcanzamos nuestro objetivo para cuando vuelvas a Konoha no habrá aldea a la cual salvar y por mucho que los otros bijus quisieran ayudarnos la desconfianza entre aldeas que ha vuelto a surgir ellos no van a poder—añadió Kurama. Se sentía cansado y ese cansancio se le pasaba a Naruto. Si no tuviera el modo sabio para acumular chacra el veneno de esa serpiente ya habría despertado la maldición de Kabuto. Estaba seguro que él y no Orochimaru se había acercado una noche después de que él y Orochimaru escaparan.
Lo importante es que a la mañana él despertó con eso en su frente. Lo bueno es que el protector conseguía taparlo para que nadie lo notara aunque tuvo que decirle a Tsunade sama lo que pasaba. La vieja se había percatado de que algo obstruía su flujo de chacra y después Neji se enteró pero le juró que no lo repetiría aunque tenía que cuidarse de los otros Hyuga y del ojo izquierdo de Sasuke cuando usaba el rinnegan pues ellos podrían ver claramente lo que le sucedía.
Has tenido suerte Naruto pero si Sasuke usa su rinnegan aunque sea para practicar se enterará de que algo malo nos pasa y entenderá porque la Hokage te ha enviado por otro como yo—le advirtió el biju.
¡No tienes porqué decírmelo!—dijo el chico mientras se quitaba el protector y se miraba la negra marca casi en la naciente del pelo. Sasuke entró justo entonces y el nervioso Uzumaki se peinó el flequillo para que no se viera la marca. Como siempre el otro pasó de largo por él sin siquiera preguntar. A Sasuke no le interesaba él, se dijo el joven entre aliviado y triste--¡Que sueño!—dijo al aire bostezando audiblemente para que el otro no se diera cuenta de que algo raro le pasaba.
No tienes que hacer tanto escándalo—le dijo el indiferente pelinegro antes de acostarse. El rubio fue por la luz para apagarla. Cuando ya se había acostado el otro le preguntó--¿Qué? ¿Ahora te peinas para irte a acostar?—Naruto quedó helado. Al Uchiha no se le escapaba nada por más que no sintiera interés en volver a la antigua amistad.
Tenía que recordarse que esa no era su Konoha. En eso estaba pensando Kakashi sensei sentado en el vano de la ventana del motel. Era fácil olvidar que no era a menos que mirara la montaña Hokage. Su mente también estaba dispersa por acontecimientos recientes y con la idea de que en otro lugar una extraña pareja se había formado.
¿Él y Obito?
¿Cómo era posible tal cosa?
El peligris repasó su vida y se dio cuenta no por primera vez que el pelinegro siempre había estado muy presente. En cada decisión tomada. Recordaba como el otro siempre se esforzó de sacarlo de su oscuridad aún cuando después él fue el que sucumbió a ella.
Aún le dolía haberlo perdido. Recordaba su sepelio. Naruto con toda la confianza por parte de las naciones ninjas que consiguió con su éxito no pudo lograr que lo trataran como un shinobi miembro de Konoha. Lo habían incinerado y tirado sus cenizas en un lugar desconocido para casi todos. Casi porque él utilizó a sus perros de presa para perseguir cautelosamente a aquellos encargados de esparcir estas. Él era el único además de ellos que conocía el lugar. Un pantano. Era un insulto y una forma de mantenerlo apartado de todos. Una tumba anónima y muy solitaria para aquel que logró salvar a Naruto. Sabía que le había sucedido de haber sobrevivido la guerra. No se hacía ilusiones pero…
Entonces tuvo que admitir de repente sus sentimientos. Si Obito hubiera aparecido después de la muerte de Rin y le hubiera perdonado, o si simplemente hubiera aparecido. ¿Cómo se hubiera sentido él? ¿Quién era una de las personas más importantes para él? ¿Podía él haber…? Si. Fue como un despertar o una cachetada que le dejó con desazón. De haber sido posible.
Mientras fumaba el cigarrillo en el vano en la ventana miró la luna blanca y llena y recordó la máscara de Obito. Si solo todo hubiera sido diferente ese amigo hubiera estado a su lado apoyándolo todo ese tiempo. Y él si con el tiempo se hubiera demostrado que existía esa clase de atracción entre ambos. Ahora entendió porque su vida había sido tan solitaria. Había tenido alguna que otra cita pero eso nunca le entusiasmó lo suficiente. Se dijo que estaba sumergido en el deber hacia Konoha pero… ¿Y si no era por eso que nunca alcanzó esa felicidad que todo el mundo excepto él buscaba?
Estaba en medio de esas tristes reflexiones cuando vio a dos solitarios transeúntes caminando tan de noche por la aldea. Debían ser una patrulla. Una risa voló en el aire. Una risa que lo sobresaltó. ¡No podía ser quien creía! Se recordó nuevamente que esta no era su Konoha.