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¡Se mi seme! por desire nemesis

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¡Kakashi senseiiiii!—dijo el ojos azules desde el otro lado de la mesa de la cafetería del motel.

 

¿Qué?—preguntó Kakashi ensimismado.

 

¡Tiene ojeras! ¿No durmió bien anoche?—preguntó su querido alumno y el mayor se puso tan nervioso que los tres jóvenes lo notaron pues cuando dormía poco se ponía tan tenso que no podía ocultar del todo sus emociones.

 

Pero él era un hombre de mente rápida, aún así—Debe ser por los portazos de ciertas personas a altas horas de la noche—dijo y Naruto se sintió contrito.

 

¡CHIAAAAAAAAAAA!—gritó Sakura mientras le pegaba en la cabeza—Con que fuiste tú el que me despertó anoche—le gritó la pelirrosada.

 

Komenasai, Sakura chan—le dijo el rubio mientras se sobaba la cabeza. Últimamente ella había vuelto a la vieja rutina, pensó. Seguramente estaba tan nostálgica como él.

 

De todos modos deberíamos centrarnos en Narutoko. Hay que llevarla cuanto antes con nosotros—dijo el peligris.

 

El Hokage no hará nada por ayudarnos. ¿Cierto?—preguntó Sasuke algo cabreado con su otro yo.

 

Sea lo que sea que hagamos tiene que ser antes de que ella dé el sí—murmuró Naruto.

 

¿El sí?—preguntó Sakura sorprendida.

 

¿A que te refieres Naruto kun?—preguntó Kakashi con un mal presentimiento. Normalmente dar el sí significaba.

 

El idiota debe tener miedo de que su otro yo se case con Hyuga—aseguró el pelinegro no sabiendo cuan acertado estaba.

 

El pensar que su otro yo se iba a casar con Neji Hyuga no ayudaba a su paz mental o a su autocontrol—Si, y pasará antes de lo que esperas—

 

¿A que…?—trató de preguntar el sensei.

 

¡Es que esa boba se piensa casar muy pronto con el ojos de nabo mal cocido!—dijo el rubio recordando el destrato que recibió de aquellos dos.

 

¿Y tú quien eres?—preguntó una voz absolutamente familiar. Naruto volteó para ver a Sai sentado en el vano de la ventana a su espalda. Primero casi le da un infarto y luego…

 

¡TE VOY A MATAR, CON UN DEMONIOOOOOOO!—dijo el ojos azules empezándolo a perseguir. Recordaba como el otro lo dejó pagando su pato. Ahora él se iba a tragar el pato enterito.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¡Oye, Itachi!—dijo el que bamboleaba los pies a su lado como un niño de primaria. Ambos estaban sentados en la muralla de Konoha esperando un objeto que debían llevar a Suna para que el Kazekage firmara.

 

¿Qué?—preguntó él a Shisui.

 

Ese chico se parecía a Sasuke cuando era chico. ¿No?—preguntó el otro.

 

¡No!—fue la cortante respuesta de Itachi.

 

¿No? Pero si juraría que tu hermano cuando estaba de nov…--Shisui se llamó a silencio. ESE era un tema delicado.

 

No se parece. Es igualito—concedió el otro de mala gana.

 

¿Es un Uchiha?—preguntó Shisui e Itachi le miró como diciendo “¿En serio me estás preguntando eso?”

 

No podría asegurarlo—le dijo al cabo de un rato en que el otro esperó. Intentarlo matar con su sharingan sería inútil.

 

Etoooo. Tiene que ser un Uchiha. ¿No? Digo… con ese parecido y el hecho de que…--reflexionaba Shisui cuando se dio cuenta de que el otro se levantaba de su lado y enfilaba a caminar para alejarse--¿Qué haces? Tenemos que esperar aquí por el dictamen o sino nos acusarán de negligencia—le advirtió.

 

Mientras me encierren en una celda lejos de ti todo bien—dijo el otro ojinegro muy tranquilo.

 

¡Que cruel!—se quejó como siempre su amigo.

 

Mi hermano sabe de ellos. Algo se debe traer entre manos. Sasuke no es ningún bobo. Solo cabe esperar a su decisión—dijo el tranquilo Itachi.

 

Eso me agrada de ti. Siempre quisiste tanto a tu ototo. Eres todo un ejemplo—lo alabó Shisui.

 

Itachi tomó aire. ¿Qué iba a hacer con ese imbécil tan simpático?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sasuke y Obito estaban en las afueras de Konoha mirando la entrada de esta mientras pensaban que era necesario lo que iban a hacer. Sasuke había cambiado sus ropas por unas iguales a las del Sasuke del otro mundo era una apuesta a ciegas en un mundo desconocido pero no tenía opción. Ese tipo lo había dejado muy claro. Si no le llevaba a ese Naruto jamás volverían a ver a Kakashi y a Naruto pues se los habían llevado a otra dimensión. Luego habían vuelto y los habían traído a aquella dimensión. Tan rara. Estaban en un bosque mirando una aldea vallada que parecía de la antigüedad. Veían gente saltando sobre los edificios a lo lejos por la puerta.

 

¡Quédate aquí tío! Tus ropas aquí puede que llamen la atención. Averiguaré si ellos están en esta aldea aunque me huele que si—le dijo Sasuke a Obito.

 

Ve con cuidado y si me necesitas…--dijo el mayor.

 

No te preocupes. Recuerdo como desenvolverme solo. Tú espera en el lugar acordado—le dijo su sobrino y se dispuso a entrar en la aldea.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¡Oye Itachi! ¿No es ese el chico que se parece a Narutoko? ¿Qué hace? ¿Está persiguiendo a Sai?—preguntó Shisui tras de él e Itachi volteó.

 

Por lo visto el parecido no acaba con la apariencia—dijo el otro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sai estaba saltando de techo en techo mientras el furioso rubio lo perseguía. De pronto Naruto se dio cuenta de que ya no le veía y nervioso se paró a observar con cuidado. Desde una chimenea el pelinegro lo observaba. ¿Quién era ese chico que se parecía a su querida Naru?

 

¡CUANDO TE AGARRE EL INFIERNO TE VA A PARECER LINDO EN COMPARACIÓN!—gritó el frustrado Uzumaki.

 

Si, definitivamente se parecía a Naru chan, se dijo el ojinegro. ¿Pero por qué lo estaba persiguiendo? Se veía tan enojado. Despacio asomó la cabeza por encima del joven confiado en sus indetectables movimientos.

 

¡Kurama! ¿Puedes percibirlo?—preguntó el rubio al kyubi.

 

¿Acaso te piensas que soy un perro rastreador?—dijo el ofendido zorro—Si quieres rastrearlo chico mas vale que te pongas en cuatro patas y a oler—estaba ofendido y cansado. Ese mocoso no sabía cuanto chacra estaba usando él para contrarrestar el poderoso veneno que insistía en pasarse a las venas.

 

¡Uy!—dijo el frustrado rubio un segundo antes de que sus ojos azules vieran una mínima sombra moverse por el refilón de la sombra de una chimenea. Podía ser un pájaro, se dijo. Pero si lo es, se dijo con enojo, tendrían ave esta noche para cenar.

 

Antes de que Sai se diera cuenta de lo que pasaba la chimenea había explotado. Caído y con pocas posibilidades de escapar debido a su espalda y tobillo adoloridos el pelinegro observó acercarse a la muerte rubia. El ojos azules se tronaba los nudillos con no muy buenas intenciones.

 

¡Detente Uzuma!—fue el grito que escuchó a sus espaldas y por un segundo no le dio corte ya que no era Uzuma pero en realidad para alguna gente de esta aldea si lo era. Miró al que se levantaba a sus espaldas. El sharingan brillaba en la mirada del Uchiha.

 

¡No sé quien seas pero esta clase de peleas no esta permitida!—dijo el ojirojo.

 

¡Calma Itachi kun! Sabes que Sai puede ser muy fastidioso a veces y…--trató de apaciguar Shisui saltando tras su amigo después de acceder allí desde otro techo.

 

¿Fastidioso?—lo miró con odio el tercer moreno.

 

¡Ya supéralo! Narutoko no gusta de ti, deja de fastidiar y enfócate en otra cosa—le dijo Itachi fastidiado.

 

Entonces Naruto comprendió aquel cantito aunque a decir verdad quería preguntar algo--¡Oye!—le gritó al que tambaleantemente trataba de levantarse--¿Por qué cantabas esa cancioncita? Narutoko se va a casar con Neji, no con Sasuke.

 

¡Nadie entiende!—se fastidió ahora Sai—¡Se suponía que éramos un equipo y me humillaron! ¿Y para qué? Al fin y al cabo se dejaron y yo fui el tonto del pueblo una segunda vez—eran las tristes y airadas palabras del tercer miembro del equipo 7 de esa dimensión donde la chica del grupo resultaba ser Naruto y Sai había ocupado su lugar. Ahora todo era más entendible para el ojos azules y más espantoso. No solo estaba por casarse con Neji sino que había sido disputada por Sai y Sasuke. Y lo peor…, concluyó dentro de su mente, era…

 

…que Sasuke te pone en todas las dimensiones—se burló el zorro en su interior.

 

¡En todas no!—se defendió el rubio.

 

¡Discúlpame chico! Pero… ¿Quién era el que lloraba anoche por la posibilidad de que le gustara Sasuke?—preguntó el kyubi.

 

¡YO NO LLORÉ!—gritó como desaforado el ojos azules.

 

¡No pero querías besarlo!—retrucó Kurama.

 

¡En tus sueños!—le gritó el ojos azules.

 

¿No querrás decir en los tuyos? No olvides quien soy. Sé todo de ti—dijo el biju y Uzumaki se tensó. Tenía la vista perdida a la distancia mientras gritaba. Itachi lo observó muy extrañado. Eso se parecía a cuando Narutoko…

 

Sai aprovechó para sacar papel y tinta y hacerse el dibujo del ave, después de lo cual salió pitando de allí antes que ese loco lo atrapara.

 

¡Así que tu también tienes un biju en tu interior!—pronunció Itachi—Lo que no entiendo es porque tienes que parecerte tanto a Narutoko pero en vista de que Sasuke sabe de ti te dejaré ir—a Naruto no le gustó ese “Te dejaré” pero no dijo nada.

 

Los dos Uchihas se fueron dejándolo ahí parado.

 

 


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