Sasuke estaba mirando al rubio hablando con una persona que se le parecía algo. No sabía quien era pero tenía un aire familiar. Estaba esperando la oportunidad de verlo a solas. Cuando los tipos que estaban hablando con él se fueron sintió que era el momento y salió de su escondite.
¡Naruto!—lo llamó la voz de su conocido compañero y el ojos azules volteó.
¿Qué pasa Sasuke?—preguntó el otro aún nervioso por los acontecimientos y descubrimientos recientes.
¡Ven conmigo!—le dijo sin más el pelinegro.
¡QUEEEEE? ¿De cuando acá tú das las órdenes?—preguntó Naruto cabreado.
Entonces Uchiha decidió hacer más interesante el seguirlo para el otro--¡Ven! Tengo algo que mostrarte—le dijo. El otro levantó una ceja y como el pelinegro sabía como tratarlo le dijo—Es cosa tuya si me sigues o no—
Naruto estuvo muy picado por un rato y al final como el otro predijera en su mente lo siguió.
Itachi tenía dudas pero debía dejar a su hermano actuar. Miró como aquellos dos se perdían en el bosque mientras esperaba el mensaje.
Parece que esos muchachos tienen toda tu atención últimamente, Itachi—dijo su amigo. Estaba preocupado porque Itachi lo estaba y la intuición de su amigo era tan buena como su capacidad de detectar el peligro.
Un ninja se hizo presente y extendió a Itachi el pergamino codificado para la aldea de Suna. El mayor de los amigos agradeció al mensajero que desapareció entre los techos de la aldea. Luego se quedó mirando la torre del Hokage.
Hay algo que quiero hacer antes de que nos vayamos—le dijo a Shisui.
¿A que esperas?—preguntó el otro con una sonrisa confiada. Itachi agradecía que siempre su amigo se reservaba sus dudas si era que las tenía y lo seguía fielmente.
Estaban ante la oficina del Hokage, cuando les dijeron que este se encontraba ocupado casi dan su brazo a torcer pero poco tiempo después la puerta del despacho se abrió dando lugar a un Sasuke algo confuso y enojado. La mentada shinobi de ese mundo se negaba a creerles y el tiempo era escencial para salvar Konoha. Además El idiota del Hokage que aunque se parecía a él no tenía lo que hay que tener se negaba a obligarla. Los ojos de Sasuke reflejaron de pronto su sorpresa al encontrarse ante su hermano. Debería estar más tranquilo con ello pero siempre lograba hacerle ese efecto.
¿Acaso lo que vi hace un rato fue a uno de tus clones de sombra?—preguntó el mayor sorprendido.
Sasuke se lo quedó mirando con cara de sorpresa por lo que el otro adivinó que tenía que hablar. Me refiero a la copia tuya que hace unos momentos vi alejarse de la aldea con Naruto Uzuma—le dijo Itachi.
¿De que hablaba su hermano? El no había ido a ningún lado y tampoco había hecho ningún clon.
¿De que estás hablando Itachi?—la familiaridad de los tiempos pasados inundaba todo alrededor de Kakashi. Su antiguo amigo, su antiguo compañero, su antiguo alumno—Sa…--¿Cómo decirlo sin dar a entender que su discípulo era en realidad el Hokage en otro estadío?
Esto es grave, debemos hablarlo con el Hokage—dijo el mayor y entró antes de que pudieran hacer nada y ellos entraron junto con él a la oficina.
Sasuke estaba revisando papeles, como siempre que le tocaba trabajo de oficina lucía fastidiado.
¡Hokage sama! ¡Tenemos que hablar!—le dijo a su hermano y pasó a referirle lo que había visto.
¡Esto no tiene ni pies ni cabeza!—se quejó el joven Sasuke—Naruto no puede haberse ido conmigo. Yo no he hecho ningún clon—Estaba confundido. Entonces una idea acudió a su mente. La misma que acudiera a la del Hokage, lo supo tan solo al verlo. Si él había pasado de otro mundo a este. ¿Qué garantías había que otro Sasuke no traspasara también la barrera?
¡Debemos irnos!—dijo el peligris--¡Con su permiso Hokage sama!—le dijo el peligris—Usaremos a la manada para ubicar a Naruto. Hallarlo ahora es la prioridad—dijo mientras se dirigían a la puerta.
El día había sido duro para Obito. Encarar a una persona que actuaba como si nunca hubieran intercambiado una palabra frente a varias personas fue una cosa desvastadora para su cuerpo y mente. Empezó a pensar que el otro lo había olvidado todo pero eso no tenía sentido ya que si se despertó debió ser en estado sobrio y se hallaba en su casa entonces.
Se sentía agredido. Hecho a un lado. Tenía la información que el Hokage había pedido a su sección y fue a llevárselo. Halló raro que nadie custodiara la puerta del jefe de Konoha y hasta pensó en irse creyendo que en vano era su intento. Que él no se encontraba. Pero de repente la puerta se abrió y unos ojos negros miraron directo a los suyos. Después de un segundo de reconocimiento y sorpresa hubo unos segundos de incomodidad en que el Uchiha pudo ver que el otro no podía esconder la verdad.
Trató de hablar con él pero alguien empujó a Hatake para salir y este terminó encima suyo. Sus caras a milímetros. El aliento de ambos intercambiándose.
¡Kakashi sensei! ¿Piensa tomarse mucho tiempo ahí?—preguntó una voz familiar y entonces Obito miró a la persona en cuestión mientras alguien salía por la puerta del Hokage. Entonces Obito vio algo parecido a una persona en dos fases.
Buscó con su mirada la del Hokage y le intentó preguntar—¿Hokage sama…?—
Esos hombres Obito son nuestros pares de otra dimensión—dijo el Sasuke mayor y los ojos de Kakashi se desviaron, se habían levantado antes de que el pelinegro le preguntara al gobernador de Konoha y entonces todos sus instintos le dijeron a Obito que esa era la persona con la cual estuviera la noche anterior—Es un secreto que no debes compartir pero en vistas de que mi hermano tiene otra tarea asignada la tuya se convertirá en acompañarlos y darles apoyo. Al parecer uno de sus amigos está en peligro y el es crucial para defender su Konoha. No estamos seguros pero puede haber sido llevado a alguna clase de trampa—
¡Hokage sama!—dijo esta vez el apenado Kakashi—En nuestro grupo ya contamos con un Uchiha, quizás sea innecesario…--
Yo decidiré eso—le dijo el Sasuke mayor.
¡Y ahora le salen las dotes de mando!—dijo el menor de los Sasukes mirando con cara de furia al mayor.
¿Qué dijiste?—preguntó el mayor con una vena en su frente.
¡Que eres bueno para mandar a todos pero no a la tonta de Narutoko!—le retrucó el shinobi que jamás se cuidaba de lastimar a otros.
¡Sasuke!—le gritó la pelirrosada que intentaba mantenerse al margen desde que apareció Itachi pero de seguir así su amigo conseguiría que los encarcelaran a todos. Conocía bien los instintos y la boca de Sasuke y prefería que no pasara lo que seguía—Lo fundamental es encontrar a Naruto—le recordó y el otro después de un buen esfuerzo se calmó.
En silencio el pelinegro volteó y empezó a caminar hacia la ventana donde se paró en el quisio.
¡Espera tú! ¡Vas a darme una disculpa ahora mismo!—exigió al Hokage.
¿En serio?—preguntó el otro con una risa torcida y saltó fuera sin decir más.
Lo siento—dijo Kakashi al Hokage—Nuestro Sasuke es un poco especial—añadió antes de darse cuenta de esa mirada escrutadora sobre él. Los ojos de Obito y él se encontraron y la sonrisa desapareció de su enmascarado rostro. Saltó tras su alumno.
¡En serio Hokage sama! ¡Nuestro Sasuke suele, a veces, darnos dolores de cabeza!—lo disculpó Haruno—Gracias por su ayuda—dijo con una inclinación y saltó algo avergonzada tras los demás.
¿Entonces… todos los Sasukes son iguales?—preguntó Itachi después de que Obito saltara tras el grupo.
¿Qué dices?—preguntó Sasuke furioso.
¡Si nos disculpa tenemos que irnos también, Hokage sama! Tenemos un encargo que hacer—le dijo Shisui al enojado Uchiha mientras halaba al otro para saltar por la ventana.