Los ojos de Sasuke miraban sin ver el tronco que tenía pegado a la cara. ¡No podía ser cierto! ¡No podía ser cierto! ¿Qué miércoles estaba pasando ahí? ¿Desde cuando su gran hermano mayor se tir…? El pensamiento murió en su mente cuando sintió un horrible dolor en su mano derecha.
Naruto la había mordido.
¿Qué miércoles te pasa?—le gritó el rubio que no tenía ni idea de lo que pasaba a unos metros y el pelinegro trataba de evitar que se enterase pero por un momento olvidó con quien estaba tratando. Quedarse quieto diez segundos era la tarea más difícil del universo para ese idiota. Y su gran bocota siempre había sido la fuente de su desdicha. Aunque había madurado algo el tiempo que estuvieron separados últimamente exhibía ciertos rasgos del idiota que siempre había sido.
Quería golpearlo pero la prioridad en ese momento era otra y lo tiró al suelo poniéndose sobre él.
¡Oye! ¿Qué rayos te pasa?—gritó el idiota mientras Sasuke cerraba los ojos por las ganas de meterle un palo… en la boca.
¡Sshhhhhhh!—siseó Uchiha lo que enfureció a Uzumaki que frunció el ceño.
¡No me digas Shhhhh! ¿Quién te crees para shishearme?—el ojos azules seguía hablando alto.
Silencio o van a escucharnos—le murmuró el ojos negros y entonces el rubio prestó atención. ¿Quién iba a escucharlos? ¡Por supuesto! El otro Sasuke y la… ¿Pero si estaban muy lejos? Iba a abrir la boca para decirle a Sasuke cuando sintió alguito allá abajo.
Y es que el muy cabrón, esforzándose por no ser visto detrás de la espesura a la vez que intentaba mirar por encima de esta, pues, había colocado una de sus dichosas piernitas entre medio de las de Naru y el muslito estaba como tocando cierta parte mientras el otro se medio bamboleaba para conseguir mirar por entre las hojitas.
El sur estaba caliente por esa parte del año y estaba calentándose más y más. Tanto que a Naruto le empezó a correr la sangre a la cabeza y tenía penita de que cierto Uchiha se diera cuenta de eso.
¿QUIERES QUE TE LA DE?—ayudó Kurama con su voz nada santa desde su interior.
“¡¡El que te va a dar flor de patada voy a ser yo sino te quedas calladito, bicho!!” dijo internamente Naruto mientras luchaba por quedarse quieto mientras su amigo y compañero oteaba el horizonte.
¡BICHO TU MADRE!—se enojó el kyuubi.
“¡No te atrevas a meterte con mi madre!” le advirtió Naru.
De pronto se oyó ruido de follaje siendo apartado, era como si alguien se aproximara. Sasuke hizo lo que los instintos ninjas comandan en una situación así. ¿Cómo se dice? ¿Cuerpo a tierra? O más bien… cuerpo a Naruto. Quedaron plegaditos como dos tapas de pascualina pero sin relleno en medio.
Lo más vergonzoso es que entonces el pelinegro pudo sentir claramente cierta parte despierta en la anatomía de su amigo, rival y compañero. Algo no estaba bien con Naruto y Sasuke estaba tan impresionado que no se atrevía a mirarlo mientras no podía moverse por temor a que lo cacharan. Ahora no era solo que estuviera espiando a ciertas parejitas. Ahora era que él y el idiota parecían una parejita escondida para hacer aquello.
“¡La suerte me valga!” pensó con horror el de ojos negros mientras sintieron la voz de su hermano decir--¡Creo que fue por acá! ¡Miremos con el…—
Se estaban acercando y pronto los encontrarían, recostados uno sobre el otro y con uno en un estado…
¡Entonces se le ocurrió! Es un truco viejo pero sigue funcionando en cualquier lugar del mundo.
Se llama distracción y consiste en hacer algo para que el enemigo crea que estás en otro lado cuando de verdad estás en el que estás.
Sasuke agarró una piedrita y arrodillándose un poco la aventó lo más lejos que pudo. Quiso la suerte y su hermosa puntería que diera contra un tronco y luego con los arbustos debajo al caer llamando la atención de Itachi y Shisui que de inmediato dirigieron sus pasos hacia ese lugar pensando que el merodeador había salido asustado por ahí.
“¡Cochino hijo de los Uchiha!”
Eso pensaba Naruto mientras voluntariamente se tapaba la boca para evitar gritar. Y es que dolía.
El maldito genio debería haber cuidado mejor la posición de sus rodillas cuando planeó arrodillarse. Lo hizo rápido y dolorosamente mal porque… una de sus rodillas se apoyó… ¡Justo en sus bolas! Los ojos de Naruto eran mucho más grandes que los normales en ese momento, fruto de su silenciosa desesperación. Y es que se daba cuenta de que no podían ser atrapados espiando a los otros si querían conseguir su ayuda pero… Era un infierno.
¡NARUTO! DESPUES DE ESTO NO CREO QUE TENGAS HIJOS—dijo el oportuno Kurama, vengándose por lo de “bicho”.
¡Mpffff!—expresó porque no aguantaba más las ganas de gritar el Uzumaki por lo que Sasuke al oír tal sonido agónico miró hacia abajo.
Cuando vio la cara de Naruto bajo él no lo pudo evitar, su cuerpo reaccionó como es debido. Y es que Naruto tenía toda la parte de piel sin maldición de la cara, roja como tomate, se tapaba la boca a si mismo, obviamente aguantando agónicamente, y sus ojos lo miraban como si fuera el último helado del mundo, aunque él no sabía que estaba confundiendo el deseo con el por favor bájate de mis huevos.
La reacción de Sasuke fue sureña, bastante sureña. Para el caso latina, ardiente y abajo. Es algo natural que le pasa a las hormonas masculinas a ciertas edades en las que Sasuke y Naruto se encontraban.
De pronto el rubio no pudo más y lo empujó, tomando desprevenido al congelado pelinegro que fue a dar con el traste en tierra mientras Naru se arrastró como gacela un par de metros quedando sentado bajo un tronco.
¡Ay! ¡Uy! ¡Ay! ¡Uy!—se quejaba y resoplaba Uzumaki mientras gesticulaba con su mano como si fuera un abanico hacia sus partes afectadas--¿Qué crees que hacías imbécil?—preguntó en un ronco y dolido susurro.
¡SOBARTE LOS HUEVOS!—dijo Kurama.
“¡Tú anda a dormir!” gritó internamente el fastidiado rubio.
¿COMO CREES? SI ESTO ESTA MUY BUENO MAMI—dijo el demonio ancestral con una gran sonrisa en su cara sobre sus patas muy cruzadas disfrutando de la frustración de su jinchuriki—REALMENTE ESTOS MOMENTOS SON SUFICIENTES PARA ANIMAR A CUALQUIERA. A UN PASO DE LA MUERTE Y NOSOTROS PENSANDO EN COCHINADAS—
Naruto iba a replicar mentalmente pero es que de pronto su mente se quedó en blanco y es que miró hacia adelante pues sus ojos miraban sin ver hasta entonces y se encontró con la figura de Sasuke.
Y es que el mencionado se había caído de traste con las piernas abiertas y en cierta zona… bueno… había un bulto muy grande. O era un kunai bajo las ropas o…
¡PARECE QUE EL TAMBIEN TE LA QUIERE DAR!—saltó el infeliz del bijuu.
De pronto el atónito Sasuke se dio cuenta que el otro lo miraba y entonces recordó que cierta parte de él…
De inmediato se cruzó de piernas y preguntó de una forma un tanto… ¿poco varonil?--¿Qué miras?—
Yo… eto…--dijo Naruto con casi un gran cartel en su frente que decía: “Tratando de inventar alguna cosa creíble pero de seguro no me saldrá aunque me pase la vida en ello”.
¡Métete en tus asuntos!—gritó el pelinegro señalándolo.
Sasuke no estaba señalando esa parte. La verdad es que la vergüenza le había hecho soslayar el hecho de que Naru pese a ser pisado, pues… se levantaba.
El único que se dio cuenta de ese hecho de momento fue Naruto, que puso ojos de huevo duro y tragó en seco.
Como Sasuke aun bajo presión es muy astuto miró hacia cierta parte del rubio, la cual había sido dejada de ser abanicada. Y al mirarla se dio cuenta de que por obvias razones.
Ambos se miraron a los ojos con estupor. Porque ambos estaban iguales. ¿Y ahora? ¿Qué iban a hacer?