Yakushi miraba sin ver a Sasuke. Este no solo había dado con él sino que lo había hecho prisionero usando una tonta trampa.
FLASH BACK
Yakushi corría como el viento entre árboles sabiendo exactamente a donde ir pues había visto antes la topografía de ese lugar cuando Naruto 2 estaba aun en sus manos. Había los sellos para llamarlo pero este aún no llegaba. Tener a un jinchuriki bajo su control era como tener 2 de los cuatro ases en una mano de póker. Por lo que había escuchado mientras fingía dormir el grupo enemigo estaba dividido pues no confiaban en Sasuke luego de que Orochimaru les avisara de su traición. Así que era imposible que trabajaran en equipo.
Se sentó a esperar a Naruto habiendo ocultado toda prueba de su presencia pero los malditos ojos Uchihas lo habían estado observando todo ese tiempo. Dejó que hiciera lo que le pareciera sin dar pruebas de su presencia con el único objetivo de atacarlo cuando estuviera más indefenso.
Y como todo ser humano que ha pasado 6 horas maniatado, fingiendo dormir mientras rompe los sellos con los que fue asegurado y luego ha corrido una gran distancia, Kabuto Yakushi necesitaba orinar y también de aquello. Es así que antes que se presentara un enemigo. Cosa que él no sabía que ya estaba en la linde, se sentó a… disfrutar el paisaje con una expresión de “¡Oh, rayos, como me gusta ir al baño!” en su casi siempre cínico rostro con lentes.
Estaba terminando de liberar su carga interna cuando una voz desde unos dos metros le dijo—¿Ya acabaste o necesitas más tiempo?—miró a la fuente de la voz, Sasuke Uchiha—No tenías que ir tan lejos para ir al baño. Con mencionárselo a Kakashi sensei te lo hubiera concedido—añadió.
El peligris sonrió aparentando vergüenza—Es que me daba penita—mintió antes de intentar lanzarse contra él, pero sin mirar al frente por el sharingan. Hubiera percibido una katana como la que el otro siempre llevaba pero… ¿Cómo percibes una ardilla?
Y es que al cruel y despiadado Sasuke Uchiha se le había olvidado su arma en su afán de atarse los calzones para correr tras el fizgón lentudo. Solo se dio cuenta de eso cuando lo acechaba desde las ramas más altas y quiso agarrar la empuñadura para atacar por sorpresa. Entonces notó que algo faltaba.
Mientras maldecía al bullicioso Naruto que no lo había dejado pensar y se preguntaba como atacaría a un hombre que puso en vereda a todas las naciones ninja con su talento una cabecita emergió del tronco junto a su cara y lo miró con esa expresión de “¿Tú que haces aquí?”
Como algo es mejor que nada, la agarró mientras Yakushi para su alegría se estaba ocupando de sus “necesidades”. Bajó silencioso y cuando estaba a mitad del tronco a la hija de su madre se le ocurrió morder la mano que le asía pero como él es tan macho no lloró, ni gritó como lo haría cierto idiota escandaloso, se aguantó mientras llegaba al suelo y cuando pretendió avanzar se topó con otro enemigo.
El efecto “mariposa”.
1- Efecto mariposa es una teoría que las matemáticas denominan así por su ejemplo, se trata de que una pequeña causa puede causar un desastre. Su ejemplo dice que si una pequeña mariposa bate las alas en Cancún puede ocasionar un tifón en Japón.
Bueno. Es que la dirección del viento importa mucho en ese ejemplo y lo que puede ser un simple pedito para una persona puede convertirse en un atentado para los sentidos para otra.
Por eso es que Sasuke prefirió quedarse donde estaba y dijo aquello.
¿Ya acabaste o necesitas más tiempo? No tenías que ir tan lejos para ir al baño. Con mencionárselo a Kakashi sensei te lo hubiera concedido—
Es que me daba penita—contestó el otro fingiendo una sonrisa y se lanzó al ataque.
Era casi la primera vez que le pasaba. Solo una vez antes Sasuke Uchiha tuvo pánico y no le gustaba recordar aquella escena de los exámenes chunin con el idiota de Naruto tratándolo de gatito miedoso.
Lo que le causaba pánico no era que un ninja del nivel de Yakushi lo atacara, era… que no se había limpiado antes y si llegaba hasta él y por descuido lo tocaba.
Sasuke podía soportar estar cubierto de sangre, hollín y hasta mugre pero estar cubierto de… de… deposiciones. ¡No! ¡Eso jamás lo soportaría su ego Uchiha! ¡Él tenía el ego de un gran guerrero! ¡La sangre de Madara, mal que le pese, uno de los mejores shinobis de la historia, estaba en su interior! Y había una sola cosa en la historia que le parecía impresentable, imperdonable, para dicho ego. Y eso era…
¡Estar cubierto de excremento!
Aunque fuera una sola gota de ese inmundo material lleno de su olor asqueroso era como matar su propia dignidad.
Yakushi ya se acercaba a su paralizado cuerpo con los ojos bajos para no mirarle por lo que su sharingan no serviría. Entonces decidió utilizar su arma secreta.
Si.
¡La ardilla!
Una rabiosa y rojiza ardilla arborícola. Conocida en el mundo shinobi como una loca maquina de matar.
Yakushi estaba preparado para muchos ataques, los de tipo Katon o incluso los genjutsus naturales en el mundo de los ninjas pero al sentir las afiladas garras y los pelos apoderarse de su cara y asirse de su coronilla quedó sorprendido. Rápidamente se sacó de encima el posible objeto explosivo y es cuando él y la ardilla se miraron frente a frente.
Y es cuando Kabuto se quedó muy anonadado, luego de unos segundos miró a su oponente, tan confundido estaba que no se dio cuenta de lo que hacía hasta después de hacerlo.