Su cuerpo deseaba con desespero al otro, Itachi era incapaz de controlar su propio ser al ver al otro actuando tan sensualmente debajo suyo. La idea de poseerlo jamás se le había cruzado por la mente y sin embargo ahora era inevitable que lo hiciera.
Los gemidos de Shisui hacían intolerable la espera, su cuello era como una fruta prohibida que no deseaba abandonar mientras su entrepierna se frotaba con sus muslos en un intento casi inconsciente de tomarlo.
Shisui sufría los espasmos que las sensaciones de las acciones del otro le provocaban, una de sus manos estaba a su vista, estirada sobre la propia para luego hacer fuerza mientras los labios del otro Uchiha teñían de rojo su cuello con mordidas y succiones. Él no podía aguardar más. Por eso dijo—Itachi…--
El otro supo lo que quería decirle y por un momento tomando consciencia se detuvo. Eso era una grave infracción a las normas. Si siquiera llegaran a sospechar de una relación así dentro del clan ambos quedarían marcados.
Sobre todo Shisui que era el considerado menos apto. Posiblemente sería marginado de las misiones importantes y cuidarían de que no se volvieran a ver entre ellos. Pero lo que frenaba a Itachi era su propio sentido de autocontrol que estaba volviendo.
Desesperado, Shisui usó su único naipe en esa situación, sabía muy bien las consecuencias de cometer tal acto, también que él sería el mas afectado pues el otro era hermano del propio Hokage que podía mantenerlo lejos de cualquier castigo pero eso no importaba, sus instintos, su cuerpo todo le exigían hacer algo para estar con él.
One-gai—dijo sin pensarlo dos veces porque sabía lo que eso lograría desatar.
Para Itachi fue algo anormalmente fuerte que pese a paralizarlo por un momento luego de este su cuerpo resonó casi salvajemente a esa sola palabra convirtiendo su ansiedad en irrefrenable sentir. Su cuerpo se introdujo sin ceremonia en el apretado lugar que esperaba a por él. Los cuerpos de ambos se debatieron mientras tomaban un mismo ritmo.
Los sonidos que alcanzaba Shi eran casi gritos por lo que el otro le dijo—Ba-ja la voz. Van a…--
Eso inten-to—le era difícil hablar al pelicorto ya que estaba alcanzando el orgasmo al mismo tiempo que era tenido y sentía los impactos de la entrepierna de Itachi en sus nalgas. Era tan obsceno, y a la vez lo más deseado—No pue… sin—dijo antes de medio volverse y así sus labios se encontraron.
Itachi podía sentir sus gemidos dentro de su boca lo que lo provocaba y excitaba cada vez más. Había estado con algunas chicas antes, todas Uchiha por supuesto, pero jamás se había sentido así. Era como si una corriente eléctrica lo recorriera todo. Su cuerpo empujaba con fuerza la parte trasera de su antiguo amigo, ahora amante mientras su entrepierna casi dolía y apuntaba derecho al interior de este siendo absorbido y después deslizándose fuera. Sintiendo la extrema caricia de esos labios no pensados mientras su mano trataba de arrancar gemidos más altos de esa boca que provocaba los suyos y dentro de laq propia se entremezclaban.
Las manos de Shisui se cerraron con fuerza mientras su cuerpo se arqueó llevando su cabeza atrás, un grito de liberación escapó de sus labios cuando su semen fuertemente ensució el tatami pero este quedó encerrado en la boca del otro que al sentir el latido de la semilla esparciéndose en su mano pudo culminar su propia eyaculación, dentro, muy dentro del pelicorto.
Ambos cayeron al suelo. Itachi sobre la espalda de su amigo. Después de un momento de espera Shisui sintió sus brazos apretándolo fuertemente mientras su barbilla se hincaba en su hombro.
Se sintió feliz. Esta vez el otro no intentaba escapar de él o lo que hicieron ni decía palabras que podían herirlo. Nunca el silencio fue tan grandioso, pensó mientras apretaba los antebrazos del otro contra su pecho con los propios y una sonrisa de felicidad se dibujaba en sus labios.