Era hora de irse, se dijo Obito 3 mientras abría la puerta interna del hostal para dirigirse por el patio al edificio principal. De pronto una persona estaba ante él.
¿Qué crees que estás haciendo?—preguntó Kakashi 1.
Irme a mi casa. Ya he terminado aquí—le informó el pelinegro—No hay nada que me retenga—le dijo Uchiha tratando de pasar por su lado.
De pronto fue halado contra la pared por el peligris--¿Acaso eres idiota?—
Al parecer sí ya que me pueden engañar fácilmente—le contestó el shinobi medico.
La expresión del peligris se suavizó un poco, se sintió del todo culpable y el otro intentó irse recordándole lo que quería evitar. Hatake agarró de nuevo al otro y lo azotó de nuevo contra la pared--¿Qué crees que haces? ¿No te das cuenta que fuera hay un asesino escondido entre las sombras?—preguntó casi furioso.
Eso no tiene nada que ver conmigo. ¿Acaso te importa lo que me pase?—preguntó el Uchiha, se leía en su tono de voz el rencor, la mención indirecta a lo que había sucedido aquella noche hizo que las palabras fallaran por un momento a Kakashi y Obito por tercera vez intento evadirlo pero esta vez el otro fue tan rápido como siempre impidiendo con todo su cuerpo que se apartara de la pared, ambas manos tocaban la pared a ambos lados del cuerpo del pelinegro que preguntó--¿Qué pre…?—
Por supuesto que me importas—dijo en tono suave y ronco el peligris dejando de piedra al otro. Los ojos grandes de Obito le hablaron de su sorpresa y Hatake no pudo evitarlo. De inmediato bajó su pañuelo y atacó sus labios sin piedad. La sensación de los labios del otro dejó a los ambos perplejos y aislados del mundo.
Los brazos de Kakashi rodearon los del otro que sin pensar se agarró a su cuello. Sus lenguas volaron con ansiedad, la una acariciando a la otra. Cuando ambos se separaron jadeantes los ojos del pelinegro no pudieron mirar a los del peligris que lo mantenían asido mientras el Uchiha permanecía recargado en su pecho sin saber que hacer o decir.
Sabía que esto podía terminar ocurriendo. Aquella noche estaba impregnada en su piel. No podía borrarla por más que lo intentara. Y tenerlo tan cerca no ayudaba.
Para Kakashi pasaba lo mismo. El tenerlo tan cerca no servía para saciar sus instintos sino que solo los enervaban. Sus bocas dejaban escapar jadeos entrecortados por la falta de aire que en ambos pares de oídos solo servían para agudizar el calor y la intensidad del deseo.
Pero Kakashi debía concentrarse en algo más y lo sabía. Despacio se apartó del cuerpo del otro que se sintió algo sorprendido al sentirlo alejarse--¡Ve adentro y espera! Te avisaré cuando aquí todo sea seguro—
No bromees conmigo. Aunque no lo creas yo soy un shinobi tam…--decía el Uchiha antes de sentir su piel sobre sus labios. La mano de Kakashi obturaba la salida de palabras.
Tu gemelo es incluso más poderoso que eso y mira como ha terminado—dijo el peligris entonces Obito lo miró a los ojos.
Entonces tú no deber…--trató de decirle el pelinegro pero calló cuando el otro lo empujó de nuevo contra la pared viniéndosele encima.
¿Estás preocupándote por mí?—preguntó casi amenazante el otro sorprendiendo al médico--¿Estás tratando que te tome ahora mismo? ¿Sabes cuánto autocontrol estoy necesitando ahora para no ceder?—
Esas palabras hicieron vibrar el interior del Uchiha, su boca se secó mientras sus manos se agarrotaron sobre la tela del uniforme del otro pues la sensación que lo recorría era inmensa y asfixiante y por un segundo se preguntó sino sería eso lo que estaba sintiendo el otro, si era una fracción de lo que estaba oprimiendo su pecho era doloroso.
Después de que esto acabe hablaremos. Ahora es necesario concentrarnos en los que los demás necesitan de nosotros. Luego tendremos tiempo de hablar de todo esto que nos sucede—dijo el peligris tocando la mejilla de Obito hasta debajo del maxilar. La sensación de esos dedos sobre su piel quemaba. Sus labios se entreabrieron por instinto invitando a Hatake que, sin pañuelo aun, aceptó gustoso.
La sensación al entrar fue la misma que entrar en un limbo en el que todo estaba revuelto. ¿Cómo podía volver todo a ser como antes de que él apareciera? Respuesta: Nunca volvería a ser como antes.