Caminó por los pasillos sin mucha intención de encontrar algo o más bien sin poder concentrarse en nada más. En tal estado estaba cuando sintió que alguien lo halaba dentro de una de las habitaciones. La puerta se cerró quedando a oscuras y por un momento el pánico se apoderó de él. Después de todo alguien estaba por ahí atacando con un jutsu irreversible.
Su cuerpo quedó pegado a la pared cuando otro lo empujó y quedó en contra de él mientras en sus labios sentía una presurosa respiración. Obito deseó con desespero gritar pero sabía que estaba muerto si…
¡No puedo quitarte de mi mente!—le dijo una voz muy familiar.
¿Kakashi?—preguntó sorprendido el pelinegro un segundo antes de que sus labios fueran sellados pasionalmente y su cuerpo estrujado por esos brazos mientras una de las piernas del otro se inmiscuía entre las suyas.
Uchiha trató de separarse con fuerza y le recalcó—Pero tu debes… afuera… buscar…--
No puedo. No puedo pensar en otra cosa—dijo el peligris.
Pero…--trató de decirle Obito.
Los perros se encargarán por un rato. No puedo hacer otra cosa sino hacerte mío—dijo Hatake y sintió el gemido agónico cuando chocó contra su virilidad. El otro también estaba duro y su cuerpo se estremecía tanto que le dolía allá abajo el sentirlo pues hacía que su deseo aumentara cientos de veces. Lo recostó rápido en el suelo. No había tiempo de buscar la cama.
Obito sintió como su hombro era desnudado y los labios del otro lo recorrían mientras sus manos bajaron su pantalón por la parte posterior dejando descubierta su erección.
¡Ah!—Obito sentía que perdía la conciencia al sentir sus manos de nuevo desnudándolo como aquella vez. Su cuerpo fue girado y sintió la presión del miembro del otro. Lanzó un grito ahogado por la mano que se cerró sobre su miembro. Sus pantalones por las rodillas oficiaban de lazo que impedía que se moviera a sus anchas. Se sentía capturado, retenido, sentía que su cuerpo hervía por la proximidad del otro, por el roce del cuerpo de Kakashi en sus posaderas y sentía que lo deseaba más allá de la razón y por eso se volteó de nuevo para atrapar su cabeza y sus labios.
Hatake ante ese inesperado movimiento solo cayó más en la seducción del otro que lo estaba enloqueciendo. Quería entrar ahora en él aunque sabía que no era lo correcto. No antes de prepararlo pero sus deseos eran tan imperiosos.
Nunca había sentido tanta necesidad de controlarse. Nunca antes había evadido sus deberes. Solo él podía lograr ciertas cosas. Como aquel día cuando le dio aquel sermón sobre quien abandona a sus compañeros.
Obito tenía la capacidad de cambiarlo. De poner su mundo de cabeza y hacer que luciera bien. Sus manos se aferraron a la espalda del Uchiha y lo atrajeron fuertemente contra si mientras degustaba el sabor de su boca y su cuerpo sentía el del otro debajo. El pelinegro había abierto sus piernas y jadeaba por aire tan seximente que el peligris sentía su mente hacerse añicos.
De pronto las manos del Uchiha se aferraron a su pantalón bajándolo por detrás y causando sorpresa y mas sensaciones nuevas a Kakashi.
¡No hagas esto! ¡Si haces esto voy a tenerte… sin preparación!—le advirtió Hatake con voz ansiosa.
¡No importa! ¡Tenme… ahora!—le respondió el ansioso Obito bajo él.
Sin esperar más el peligris zafó una de las piernas del otro atrapadas por el pantalón con movimientos bruscos y elevó esta sobre su hombro, sus manos acariciaron las nalgas en todo su contorno provocando que la erección de Obito pulsara más y más con esa sensación.
De pronto sintió las manos de Uchiha aferrarse a él y sintió su aliento en su oído, las palabras escaparon trabajosamente de los trémulos labios—Por favor… ahora—dijo el pelinegro y la reacción de Kakashi no se hizo esperar.
Un gemido sordo escapó de la boca de los dos cuando por fin se unieron. El dolor y el placer se mezclaban en el interior de Obito que se arqueó.
Sintió la mano de Hatake acariciando su pierna y una pregunta preocupada en ese manto de oscuridad--¿Estás… bien… con esto?—
Yo… lo quiero. Te quiero en mí—contestó trabajosamente el pelinegro antes de empezar a sentir sus embestidas.
No voy a dejarte ir—casi juró Hatake en medio de todo eso.
Eso angustió el corazón Uchiha—Pero cuando todo termine. Tú y los demás—
Está decidido. Vendrás conmigo—dijo el peligris mientras empujaba más y más adentro su erguido miembro en esa angosta calidez que lo embrujaba y lo extasiaba.
Eso debe decidirlo el Hokage… si él no…--dijo el arqueado pelinegro sobre el suelo que de repente no era duro ni frío.
Te llevaré a las rastras si es que no quieres ir. Te raptaré si ellos no te dejan—juró Kakashi.
Esas apasionadas palabras en un momento así movieron más emociones dentro del Uchiha que las que había sentido en su vida. Su cuerpo reaccionó como era de esperarse entregándose todo al otro y derramando su semilla entre ambos.
Al sentir la calida estrechez estrecharse más sobre su virilidad a punto de explotar el cuerpo de Kakashi reaccionó de similar manera culminando dentro de un Obito que ahora era suyo y que estaba dispuesto a cualquier cosa por conservar.