Sasuke quedó con Naruto nuevamente mientras ella fue a ver que tal estaba la pareja de los HatakeUchiha como ella los llamaba en su cabeza. Se sentía que todo iba mal pero ella tenía confianza que todo se arreglara por la forma en que el otro había estado mirando al otro Obito y de pronto…
¿Sensei?—preguntó al ver su figura salir de una habitación.
¡Sakura!—dijo alegre el otro con una sonrisa claramente forzada.
Sensei… ¿Qué estaba haciendo usted en esa habitación? Esa no es la suya—dijo la pelirrosada claramente sorprendida.
Verás Sakura…--dijo el peligris.
No vaya a decir que se perdió por los caminos de la vida porque eso no es aceptable y lo sabe—dijo la ojiverde poniendo en apretos a su maestro.
¿Cómo crees, Sakura chan? Yo solo…--entonces Kakashi recordó sus verdaderos motivos para no salir por la ventana y entrar al hospedaje—Tengo que decirte algo importante, el clon me informó de lo que esta pasando. Como pensaba Naruto está en serio peligro. Kabuto se intercambió con un clon de sombras en algún punto y es quien nos está asediando. Conociendo las habilidades de ese tipo hay que cuidarnos al extremo. Además hay que avisar al otro Sasuke pues recuerda que el otro Naruto puede caer en su control mental—le contó a Haruno.
Esto es muy malo—dijo la pelirrosada y se volteó para irse. Kakashi se sonrió pues también se había liberado de un pequeño problema.
¡Kakashi sensei!—dijo volviéndose la pelirrosada.
¿Hai?—preguntó su maestro.
Me preocupa el Obito de aquí. Se fue solo y Kabuto puede que estuviera acechando ahí fuera—le dijo ella--¿Usted no se lo encontró cuando patrullaba?—
¡No te preocupes! De seguro está bien—dijo el Hatake.
Ella lo miró con el ceño fruncido--¿Cómo puede hablar tan ligeramente? Usted lo trajo hasta aquí y si le pasa algo será nuestra culpa—dijo con el ceño fruncido.
¡Tranquila, Sakura chan!—dijo el ojinegro.
¡Como puede ser tan insensible en un momento como este en el que…!—dijo ella furiosa a los gritos.
En ese momento la puerta por la que saliera su sensei fue abierta desde dentro y una cara familiar con evidente sueño preguntó--¿Por qué hacen tanto escándalo?—
Después de un momento ella empezó a ponerse colorada y su sensei a agitar las manos--¡Sakura chan! ¿Qué es lo que estás pensando? Yo…--
Ella lo cortó—Mas vale que usted si cuide bien de su Obito—dijo ella con un dedo acusador después de llegar a la conclusión acertada. Luego volteó y se trató de ir dejando a su sensei con cara sorprendida a la vez que al Uchiha 3—Y más le vale que se ponga a patrullar también. A usted le toca protegernos de ese tipo. Nosotros estamos ocupados con sus estragos y usted dijo que lo haría. ¿No?—luego si se fue muy derechita.
Los niños si crecen rápido hoy en día—dijo el sensei.
Si, y tú ni te enteras—afirmó el pelinegro medio escondido tras la puerta. Ambos se miraron por un momento.
Bueno—dijo Kakashi volviéndose—Me toca patrullar—dijo con media sonrisa metiéndose al cuarto de enfrente.
A este le gusta meterse en los cuartos de los demás—dijo con algo de rabia Obito pensando en las horas anteriores.
Sakura se puso tensa ni bien dobló la esquina. ¿Acaso todos los hombres que había conocido eran gays? Pensó en todos lo que la habían acompañado en el viaje y luego en todos los que conocía. Como era de esperar su padre le vino a la mente—Mas vale que te quedes derechito, otosan—dijo ella de pronto muy enfadada.
Obito 2 no entendía lo que le estaba pasando. Nunca había sentido un hambre igual y la sangre nunca le había sabido tan deliciosa. Sentía que la necesitaba y tal vez también fuera porque le pertenecía a él, su lengua lamía el lugar de la herida en el cuello con la fruición con que se lame el helado que se resbala por el cucurucho y sentía en su entrepierna el bulto apretado de la erección de Kakashi san rozar el suyo. Se sentía de mil maravillas tocando esa fina piel del cuello que deseaba.
Obito… ¿Estás satisfecho?—preguntó el hombre pegado a él que lo abrazaba como se abraza al novio en secundaria.
Si—respondió Obito tratando de alejarse.
¡No, vamos juntos!—le dijo su expareja y él lo miró por un momento antes de asentir. Su apetito no se había saciado del todo pero ahora podía mantenerlo bajo control. Empezaron a caminar por el pasillo cuando una sensación extraña se apoderó de Obito y lo hizo tambalear.