¡Oto san tiene razón! ¡Eres una mañosa, baka oka san!—le dijo el niño peligris a su “madre”.
¿A quien le dices oka san, datebayo!—saltó el rubio 3.
Kabuto miró a los reunidos con mirada penetrante. Al parecer sabía quienes eran por haber estado escuchando. Era el estilo de ese jounin taimado, pensó Kakashi sin sorprenderse del alumno de Orochimaru.
Naruto 3 intentó golpear a Kitsune quien aun estaba atrapado por su padre que lo liberó para no verse envuelto en la gresca y tenía mala cara.
Francamente—murmuró mientras se arreglaba los lentes con el ceño fruncido, ambos parientes se encontraban en modo chacra de Kurama y Kuramu como habían llamado al pequeño Kyubi y asestándose golpes a toda potencia pues ambos tenían el mismo interés en demostrarle al otro cuan buenos eran aunque uno fuera el Hokage--¡Que molestos! En esta situación no podré volver en paz al hospital y tengo demasiado que hacer para ocuparme de estos bobos toda la tarde. No me queda remedio—dijo antes de usar un jutsu de invocación en un pliego desplegado—
¿Eso no es?—preguntó Kakashi sensei alarmado de que el otro estuviera usando el kuchinose Edo tensei no jutsu.
Kabuto 1 se puso atento. Estaba sorprendido por lo que había descubierto de su otro yo e hijo pero ahora la cosa podía ponerse interesante. Tal vez el otro había optado por atacar al rubio y terminar con la farsa de la familia que llevaba para capturarlo y tener el poder del Kyubi.
¿A quien estaba invocando?
¿A Madara?
¿Orochimaru?
Se preguntó la mente científica y entonces apareció el ataúd desde el suelo. De seguro el Hokage seria sorprendido ahora que estaba con la guardia baja con su hijo y ese nuevo jugador gtanaría la partida antes de que los otros pudieran interferir. Se ilusionó Yakushi 1.
Todos se quedaron sorprendidos al ver quien salía del ataúd. Yakushi miró a la recién llegada y apuntando a su familia le dijo--¡Hazte cargo!—dijo mirándola de reojo como retándola a desobedecerle.
Ella lo miró feo pero ni modo. Tronó los dedos y se fue directo hacia los que no la habían visto gritando un chiaaaaaaa al mejor estilo Sakura y dándoles de porrazos en la cabeza.
Ambos se frotaron la cabeza y la miraron.
¡Oto san! ¿Por qué la invocaste a ella?—preguntó Kitsune.
Si, no había necesidad, datebayo—le dijo el rubio con cara de contrariado mientras miraba a la rampante figura de Uzumaki Kushina.
¿Huh? ¿Así es como tratan a su madre y abuela una vez que aparece ante ustedes, dateba?—dijo molesta la pelirroja.
Sabes que no la invoqué por gusto—dijo el peligris adulto sin mirar a nadie con pose de estar de mal humor—Es que solo esa mujer puede calmarlos par de estúpidos. ¿Cómo piensan que puedo terminar mi trabajo teniéndolos a ustedes correteando por aquí sin ton ni son con una bandada de dobles emigrados de otras dimensiones?—
¡Sigues tan idiota como siempre!—dijo la suegra al yerno.
¿Acaso me ha de ofender que un Uzumaki me llame idiota?—preguntó el engreído Kabuto—Creo que tu propósito en este lugar ya se ha terminado, mis saludos a Minato sama—dijo enrollando el papiro.
¡Idio…!—fue lo único que la suegra pudo decir antes de que el jutsu la enviara de vuelta al otro mundo.
¡Orale, oto san! ¡Te pasaste con lo de la oba…!—decía el menor cuando vio los ojos reprendedores del mayor.
Si empiezas a quejarte la traeré de vuelta—amenazó el ojinegro.
¡Vale! ¡Entendí!—dijo el menor levantando las manos en señal de rendición.
¡Ahora a la academia!—dijo el peligris adulto con cara de pocos amigos.
¡Pero me abu…!—empezó Kitsune y luego se puso tieso--¡Ay voy!—
¿Y tú que vas a hacer?—preguntó al rubio a punto de reclamarle como siempre que le hacía mas caso a Kabuto 2 que a él, los ojos de Kabuto 2 lanzaban una advertencia.
El ojos azules 3 sonrió de oreja a oreja—¿Yo? Tengo mucho papeleo en la oficina—dijo tratando de escapar.
¿Se te olvida esa traila de clones?—preguntó muy sereno el peligris pero se notaba en su tono que demandaba.
El Hokage Uzumaki se paró con un pequeño salto y volteó a ver a esa gente rara.
Bueno yooooooooooo… ¿No quieren acompañarme a comer ramen?—preguntó sonriendo incómodo Naruto 3.
Kabuto 2 se puso pulgar y anular en las sienes. Solo ese idiota podía decir semejante cosa en un momento así.
Los Kakashis, los Sasukes, Itachi y Kabuto uno se dijeron que al parecer todos los Narutos eran iguales en el interior.