Llovía a cántaros y relampagueaba cuando la puerta deslizante se abrió para dejar paso a un anbu. Shisui no estaba contento con su destino pero ese lugar estaba rodeado de anbus y de Uchihas. El que lo capturara en su reunión con el hokage habló de que él era un discidente que debían dar el ejemplo con su castigo pero en verdad el pensaba que al oír la charla temía la vuelta de Itachi pues podía obtener de nuevo el puesto que ese tipo ostentaba. Sasuke también lo sabía pero al ser el hokage mostrar deferencia por él hubiera sido como echarse la soga al cuello.
Se había decidido su ejecución inmediata. El anbu que lo venía a buscar probablemente era su escolta al cadalso. Otros mas debían esperar afuera.
Lo miró a la máscara y apoyó una mano a su lado para descruzar sus piernas y levantarse cuando para su sorpresa el anbu se quitó la máscara.
¿Tú? ¿Qué haces… aquí?—preguntó con asombro mientras el otro se inclinaba sobre él apoyando una rodilla en tierra.
¿Acaso no es obvio? ¡Vine por ti!—dijo Itachi Uchiha a centímetros de sus labios para luego salvar la distancia y unirlos al del sorprendido pelicorto.
Pero…--balbuceó el sorprendido Shisui cuando sus labios se separaron y mientras su espalda era empujada suavemente al piso.
¡No hay pero que valga!—dijo bajo Itachi--¿Qué te hizo pensar en separarte de mí?—preguntó antes de arrebatarle sus labios de nueva cuenta--¿Qué te hizo pensar que podías?—añadió en un nuevo respiro.
¿Cómo…?—la pregunta era “¿Cómo te enteraste?” ya que solo Tsunade sabía de donde estaba pues le había dado el mentado aparato para el traslado un poco a disgusto gracias a lo que él le había planteado.
Sé como conseguir lo que necesito—dijo el pelilargo y Shisui entendió horrorizado lo que había pasado.
¿Usaste… con Tsunade sama?—preguntó el pelicorto.
¡No hay cosa que no haría por llegar a ti! Es hora de que lo comprendas—dijo Itachi mientras una de sus manos recorría las caderas del otro haciendo que se estremeciera porque estaban frías y porque eran de él—Si, tú eres el culpable—añadió trayendo pesar al otro—Pero yo soy quien ha decidido seguir con esto. Tú ya… no puedes echarte para atrás—dijo con su boca abierta sobre la del otro, luego la cerró y miró intensamente a sus ojos tanto para quedar cohibido—Lo que quiero saber es el porqué. ¿Por qué hiciste eso?—un segundo después, antes de que el otro pudiera contestar.
Cuando los labios de Itachi bajaron por el cuello de Shisui hasta su clavícula mientras sus manos levantaban su remera negra el pelicorto solo pudo balbucear mientras se arqueaba por las caricias recibidas—Tú… dijiste que… ser padre…yo no…ahhh… no puedo… ¡Ah! Conmigo no puedes…--sintió al otro detenerse y aun con los ojos cerrados supo que lo miraba intensamente.
¿Acaso deberé cuidar cada cosa que te digo en estos momentos para que tu mente no empiece a trabajar de más?—dijo algo enojado Itachi.
Es que tú siempre has hablado de la familia, se lo im…--Shisui debió detenerse ante las palabras del otro.
¡Tú eres ahora mi familia! ¡Yo te elegí sobre todo! ¡Dejé este lugar por ti! ¿Acaso piensas que no sé lo que nos espera?—preguntó el pelilargo.
Pero si nosotros no tenemos descendencia entonces el clan de ese mundo va…--dijo el pelicorto.
Nosotros protegeremos a los descendientes de esas dos ramas, seremos los que les aseguraremos un futuro, los descendientes de Uchiha y Uzumaki de seguro volverán a la rama del sabio de los seis caminos. ¿Has pensado en eso? Volverán al inicio y de ahí otro clan Uchiha se formará como lo hizo el primero. Por eso no debes preocuparte. Si debemos estar ahí es para proteger la nueva simiente para que en el futuro exista tal posibilidad—le contestó el pelilargo y entonces él otro supo que tenía razón pero sobre todo se sintió mal por el lío provocado. De inmediato se acordó que estaban rodeados por Uchihas que no dudarían en prender a Itachi de ser posible.
Debes huir… ellos—trató de advertirle antes de que su boca se viera llena de la lengua del otro y sus manos comenzaran intensamente a desvestirlo. Cuando su parte baja estuvo expuesta Itachi bajó su boca hasta el ombligo y de allí bajó dejando un reguero aguado por su lengua hasta que esta se enredó finalmente en la flor de la simiente que rodeó y acarició despacio y con disfrute.
El cuerpo de Shisui se tensó al sentir la húmeda caricia de esos labios en su parte más sensible y su mente alerta trató de disuadir al otro—Van a escuchar—
¡Que escuchen!—dijo el otro para su consternación—Así sabran que eres mío—las caricias hicieron que llegara a su clímax, su cuerpo se estremeció mientras sus manos se crispaban y su pelvis se acercaba a la boca buscando llegar profundo dentro de su amado.