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¡Se mi seme! por desire nemesis

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Notas del capitulo:

La mirada de Naruto estaba muy concentrada mientras miraba los instrumentos recién traídos de su mundo. Kakashi san estaba alucinado pues fue el quien en compañía de uno de los ninjas de ese lugar fue por ellos como una petición especial de Tsunade sama.

 

Los instrumentos musicales habían sido guardados en un pergamino.

 

¡Un pergamino!

 

¿Qué locura era esa?

La mirada de Naruto estaba muy concentrada mientras miraba los instrumentos recién traídos de su mundo. Kakashi san estaba alucinado pues fue el quien en compañía de uno de los ninjas de ese lugar fue por ellos como una petición especial de Tsunade sama.

 

Los instrumentos musicales habían sido guardados en un pergamino.

 

¡Un pergamino!

 

¿Qué locura era esa?

 

Ellos le llamaban “sellado” y de la misma manera los liberaron en el lugar de residencia de ambos jóvenes. Estaban en un barrio alejado para que nadie supiera quienes eran. Y aunque ahí había otros inquilinos se decidió mudarlos para dejar a los nuevos integrantes del anbu vivir tranquilamente lejos de miradas ajenas.

 

En ese lugar también se llevaría a cabo la boda de esos dos. El mentado Sasuke “Hokage” como habían dado en llamarlo por la abundancia de Sasukes y Narutoko. Todo el escenario estaba dispuesto solo había un pequeño problema.

 

Pues lo hacen sin la batería—dijo el peligris sabiendo que estaban lejos de conseguir un baterista en ese mundo.

 

Ese no es el problema—Kakashi san.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tres horas después el casamiento fue efectuado por Tsunade sama y solo los que tenían conocimiento de la existencia de esos nuevos aldeanos estuvieron presentes.

 

Después se armó la pequeña gran fiesta y… ¿Por qué sería? Porque mucha gente se vio atraída por los singulares acordes de la guitarra, el teclado y por la potente batería.

 

El trío estaba compuesto por un rubio embarazado en la guitarra, un pelinegro llamado Sasuke en el teclado y luego su gran tío, también embarazado, en la batería.

 

Terminada la primera canción el peligris que fungía como pareja del mencionado cuarentón se quedó mirando como el vampiro bajaba del escenario con un inusual asombro en su cara pues pudo ver como disfrutaba el otro de tocar con la banda.

 

No tenía idea de que pudieras…--dijo Hatake san.

 

En un principio fui yo quien les ayudó a ensayar aunque ellos me hallan olvidado—dijo melodramático el otro.

 

¡No es eso! Sinceramente agradecemos tu apoyo—dijo el rubio sintiéndose algo mal por hacerle pensar eso a su tío político.

 

Entonces… ¿Por qué no me dejaron integrar la banda?—preguntó con ojitos de borrego degollado el otro y Naru no supo que responder.

 

¡Porque eres viejo y por el nombre que querias ponernos!—dijo el usualmente frío pelinegro sobrino no político.

 

¿Nombre? ¿Cuál nombre?—preguntó intrigado Kakashi.

 

La mirada de Obito era triste.

 

¡Patapufete!—dijo sin que se le movieran las pestañas el airado sobrino con una mirada cruel.

 

¿Pata…?—trató de decir el abogado mientras pasaba su mirada desde el sobrino político a su pareja y madre de su futuro hijo con cara de “¿Qué?” y luego--¡Pfffffff…!--soltó una estruendosa carcajada que hizo voltear al mundo mientras que el pobre Obito Uchiha se ponía como tomate maduro y luego huía despavorido.

 

Tratando de retener sus ansias de reír el peligris corrió tras el moreno dejando a la medio banda sola mientras el público sorprendido los miraba de lejitos por si algo andaba mal.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¡Yo sé que me casaré con Sasuke kun!—dijo Ino mientras saltaba después de ver la representación artística del que creía su verdadero amor luego de entrar con el gentío atraído por la extraña música.

 

¡Como si pudieras!—dijo la resignada pelirrosada que la oía desde atrás sabiendo que ese Sasuke no tenía intenciones de ser polígamo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¡Obito lo siento!—dijo luego de entrar en su apartamento el peligris después de perseguir por un trecho al otro.

 

¡No me hables! ¡Tú! ¡Te reíste de mí!—lo acusó con un dedo el profesor de Etica de la universidad de Tokyo.

 

¡Me rio de tu idea! ¡No de ti!—alegó el abogado exitoso de la misma ciudad mientras el otro volvía a darle la espalda.

 

¡Eso me hace acordar cuando te reías de mí! Todo el tiempo—dijo el pelinegro algo deprimido.

 

Continuará…

Notas finales:

Se arreglaran estos dos?

mata ne

n.n


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