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Un hilo para los rivales por Fullbuster

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Era todo tan extraño para Kagami. Aquel hombre que aparecía de la nada y debía de estar allí para ofrecerle algo importante a Tetsu. No había tenido más remedio que dejarles a solas para que hablasen por cordialidad, aunque se había quedado no muy lejos tratando de entender lo que estaba ocurriendo allí.

 

Desde la distancia había visto cómo aquel hombre le pasaba unos documentos a Tetsu y éste los miraba con cierta duda. Quizá aún podía convencer a Tetsu de entrar a trabajar en su empresa en lugar de firmar lo que fuera que aquel hombre le estaba pasando. Quizá era algún contrato publicitario o algo con lo que fuera a ganar dinero. No podía permitir que le quitasen a Tetsu frente a sus narices.

 

Cuando el hombre se marchó, se despidió cortésmente de Kagami al verle en una mesa cercana y éste le devolvió el gesto con una sonrisa antes de salir corriendo hacia la mesa de Tetsu para informarse de lo que estaba ocurriendo.

 

- ¿Qué ha ocurrido? - preguntó Kagami con rapidez.

 

- Nada, es sólo... que me quieren dar una beca para estudiar.

 

- ¿Una beca? ¿No tenías ya una?

 

- Sí, tengo la que me dio la universidad del Seirin pero ahora... no sé, esto parece de una empresa privada.

 

- Parece como si algo te frenase.

 

- No sé qué hacer. A mí nunca me pasan estas cosas. Yo... tendría que llevar la marca de su empresa, hacerles publicidad y ellos se comprometen a pagarme los estudios.

 

- Suena bien. ¿Cuál es el problema?

 

- Que no confío en este tipo de contratos.

 

 Si quieres renunciar a él, Tetsu... yo ya te he ofrecido un puesto en mi empresa, bueno... la de mi padre.

 

- Te lo agradezco, pero quiero tomar una buena decisión así que me llevaré estos papeles a casa y los miraré con calma. Si no me convencen, me alegrará poder aceptar tu oferta aunque espero no tener que causarte esa molestia.

 

- No es una molestia. Yo hablaría encantado con mi padre. Es una empresa grande, siempre necesitan gente, seguro que si le expongo tu necesidad por el trabajo y sabiendo que eres el capitán de mi equipo y compañero de clase, confiará en mi elección.

 

- Vale. Déjame pensar todo esto y mañana te doy una respuesta.

 

- Claro... Tetsu.

 

Tetsu se marchó hacia su casa con los papeles en la mano. Nunca en su vida había estado tan confuso con todo aquello. Su padre siempre había desconfiado de este tipo de contratos, decía que los patrocinadores sólo buscaban el beneficio y no sabía qué hacer. Pensó en Aomine, él siempre había tenido contratos de este estilo, así que quería preguntarle a él qué le parecía todo esto. Al menos tenía más experiencia que él en este campo.

 

Caminó hacia su casa pero se detuvo frente a la cancha de baloncesto al ver que Akashi estaba allí haciendo algún lanzamiento. Era extraño verle por allí y no en su lujosa casa o en la universidad a la que asistía. Él sí tenía una buena beca pero aunque no la tuviera, su padre habría podido encargarse perfectamente de que su hijo tuviera el mejor de los futuros. Nunca le cayó bien el padre de Akashi, veía cuánto exigía a ese chico que tan sólo quería ser perfecto para que su padre se enorgulleciera de él, para hacer honor al apellido Akashi.

 

- Akashi... no esperaba verte aquí.

 

- Me apetecía estar un rato en una cancha donde no tenga que escuchar ni a mi padre ni a mis compañeros de equipo -sonrió - ¿Qué haces tú por aquí?

 

- Iba hacia casa.

 

- ¿Qué llevas ahí?

 

- Es un contrato publicitario o una beca, no estoy seguro.

 

- ¿Quieres que le eche un vistazo?

 

- Me encantaría. No sé qué hacer con esto.

 

Akashi cogió los documentos sentándose en uno de los bancos cercanos y les echó una ojeada bajo la atenta mirada de Tetsu. Estaba ansioso por saber qué iba a decirle Akashi, él siempre tenía contratos de este estilo.

 

- Está bastante bien - comentó - no es como el mío pero está muy bien. Yo lo aceptaría aunque... me resulta un poco conocido.

 

- ¿Te lo habían ofrecido antes?

 

- No lo sé. Puede que sólo haya sido mi imaginación. No te preocupes.

 

Akashi no quiso comentar nada al respecto, pero sentía que ese contrato era el de Aomine. Se lo había enseñado antes de firmar y juraría que era el mismo. Tampoco quería sacar conclusiones precipitadas sin consultarlo con Aomine, era posible que hubiera tenido algún problema con el patrocinador y buscasen a otro o que Aomine lo hubiera ofrecido y no quisiera que nadie se enterase, prefería asegurarse antes de cometer un error.

 

- Creo que deberías hablarlo con Aomine todo esto, él entiende bastante más que yo estas cosas de los contratos. A mí me lo revisa todo mi padre al fin y al cabo, Aomine siempre se lo ha sacado todo solo, así que deberías hablar con él.

 

- Sí, tienes razón. Quería hablarlo con él pero aún no le he visto. Espero verle más tarde.

 

- Seguro que sí - comentó Akashi con una leve sonrisa - yo tengo que marcharme, no quiero tener problemas con mi padre.

 

-  De acuerdo. Gracias por echarle un vistazo.

 

- De nada, Tetsu.

 

Tetsu cogió los papeles que le devolvía Akashi y tras despedirse, continuó su camino a casa. Se sorprendió al ver a Aomine esperándole sentado en las destartaladas escaleras de entrada a su casa mirando el móvil preocupado por la hora. Tetsu se detuvo en seco unos segundos y sonrió, a veces Aomine era demasiado tierno y protector, no podía evitar amarle cuando conseguía ver esa faceta suya. Aomine levantó la vista del teléfono viendo a Tetsu allí detenido al otro lado de la valla de su casa. Se puso de pie enseguida guardando el móvil en el bolsillo y corrió hacia él abrazándole, hundiendo el rostro del pequeño en su pecho.

 

- ¿Has visto qué hora es? Estaba preocupado por ti, creí que te había pasado algo.

 

- Lo lamento, me entretuve hablando con Akashi.

 

- ¿Akashi?

 

- Sí, estaba en el parque practicando algunos lanzamientos.

 

- Ya veo. Vamos, entremos en casa, estás helado.

 

Tetsu sacó las llaves del bolsillo de su chaqueta y entraron a la casa. La calefacción estaba encendida y el calor se hizo presente enseguida. Las rojizas mejillas de Tetsu comenzaron a entrar en calor. Se quitaron las chaquetas dejándolas en la percha de la entrada y se sentaron frente a la mesa del salón para tomar unos zumos. Tetsu aprovechó aquel momento para pasarle el contrato y pedirle a Aomine que le echase un vistazo, claro que éste apenas lo miró, hizo que leía todo pero realmente, se sabía de memoria lo que ponía, era el suyo. Sonrió y le comentó a Tetsu que debería de aceptarlo. Tetsu sonrió y cogió el contrato aprovechando para firmarlo. Mañana lo entregaría.

 

- Gracias, Daiki - le susurró Tetsu.

 

- De nada. Es un buen contrato. Aprovéchalo, ¿vale?

 

- Lo haré. ¿Cómo llevas el temario? Pronto serán las pruebas para policía, ¿verdad?

 

- Sí - susurró Aomine sonriendo tocándose con la mano la parte trasera de la cabeza - muy pronto serán las pruebas - comentó algo más desanimado.

 

- ¿Estás bien?

 

- Sí, claro.

 

Le habría encantado a Aomine decirle a Tetsu todo lo que le pasaba en aquel momento por su cabeza, contarle que no iba a presentarse, que había renunciado a su sueño para que él tuviera su oportunidad de estudiar, pero no podía. Sabía que si lo hacía, Tetsu impediría que cometiera aquella locura, no entregaría ese contrato y no podía permitirlo. Tetsu necesitaba el dinero. Seguía empeñado en ser policía, pero debía retrasarlo, quizá cuatro años más hasta que acabase la carrera que su padre iba a pagarle.

 

Por una parte entendía la preocupación de su familia, por otra parte, pensaba que le estaban quitando lo que más amaba. Era una profesión difícil, peligrosa, pero también atrayente y estaba enamorado de ella. Quería ser bueno en ella, ayudar a la gente, quería poder encerrar a los criminales aunque eso le pusiera en peligro, quería hacer de la ciudad un sitio más seguro, pero sólo Tetsu había llegado a comprender realmente cuánto lo deseaba y le animaba. Nadie más apoyaba aquella decisión, tenían miedo por lo que le pudiera pasar.

 

- Oye, Tetsu... ¿Por qué nunca has dudado de mí?

 

- ¿A qué te refieres?

 

- Cuando te dije de ser policía... tú nunca dudaste, no te opusiste a mí ni trataste de convencerme para que no lo hiciera. Todos los demás intentaron hacerme desistir de esa idea.

 

- Quiero que seas feliz. Sé que es difícil y que si en el futuro seguimos juntos... pasaré muchas horas en vela esperando a que llegues sano y salvo pero... es lo que más deseas y no quiero ir contra eso, eso es lo que te hace ser tú mismo. No quiero ser un obstáculo en tu camino sino tu apoyo. Quiero que cuando salgas a patrullar la calle pienses que tienes algo importante por lo que volver a casa sano y salvo, yo siempre te apoyaré y seremos felices.

 

- Pero no es justo para ti. Yo no quiero que pienses todos los días si volveré sano y salvo, Tetsu.

 

- No puedes evitarlo, es algo que viene con tu profesión. Sé que estaré asustado más de un día, que pensaré cosas extrañas y creeré que te ha podido pasar algo, que llamaré a comisaría preguntando por ti y si estás bien pero... serás mi héroe, el que está ahí fuera todos los días ayudando a la gente. Trabajar en algo que no te gusta a la larga es peor que tener este sentimiento de preocupación, porque al menos... sabré que eres feliz haciendo lo que te gusta de verdad.

 

Aomine no lo resistió más y se lanzó por encima de la mesa hasta alcanzar con su mano derecha la nuca de Tetsu y atraerle hacia el centro de la mesa para besarle. Jamás le contaría que acababa de renunciar a su sueño, sería algo que se guardaría para él mismo pero al menos, tenía en su corazón guardado aquel recuerdo de apoyo que siempre le brindaría Tetsu. Él también estaba preocupado y no quería que le ocurriera nada malo, pero le apoyaba, ahora era su momento para apoyarle en sus estudios. Tetsu tenía que seguir con ellos, era bueno y realizaría sus sueños. Podía vivir en un trabajo que no le gustaba siempre que tuviera claro que Tetsu era feliz.

 

- Te quiero, Tetsu - le susurró - Te quiero con toda mi alma. No quiero perderte nunca.

 

- No lo harás. Mi corazón siempre fue y será tuyo.

 

Mientras tanto, Kagami llegaba en aquel momento hacia el bar donde había quedado con un amigo de su padre. Esa mañana al marcharse Tetsu, había realizado la llamada más importante en estos meses, contratar al amigo de su padre para que investigase sobre ese tal Masao que había traído el contrato. Cuando ambos se sentaron en el bar y tuvo la información en sus manos, se dio cuenta de algo importante, el contrato no era de Tetsu, era de Aomine, lo habían pasado a Tetsu.

 

Aquello le dio que pensar, quizá esos dos sólo estaban fingiendo llevarse mal porque era imposible que Aomine le diera un contrato así si no fueran grandes amigos o incluso algo más. Era un contrato demasiado jugoso como para darlo sin más.

 

- Espero que te haya servido de ayuda - comentó el detective.

 

- Claro que sí, es una información muy valiosa. Así que un contrato de Aomine - Sonrió - Creo que van a tener varias cosas que explicarme. Puedo sacarle mucho partido a esto. Gracias por tus servicios, aunque tu sistema para obtener la información no sea del todo muy legal, reconozco que es un gran trabajo.

 

El detective sonrió y Kagami sacó un sobre con el dinero de su bolsillo dejándoselo en la mesa a modo de pago por aquel encargo tan urgente que le había mandado.


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