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Un hilo para los rivales por Fullbuster

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Aomine se despertó tras haber tenido una pesadilla. Hacía mucho tiempo que no las tenía, habían pasado años desde la última. Miró a su alrededor dándose cuenta que seguía en el autobús con sus compañeros. Ni siquiera él quería ir a ese estúpido campamento para entrenar, tan sólo quería haber podido estar más tiempo con Tetsu.


Al fijar sus ojos por la ventanilla del autobús, no pudo evitar volver a pensar en aquella pesadilla. Algo le incomodaba de verdad. Cada vez se arriesgaban más en su relación, cada vez que les pillaban medianamente cerca la gente sospechaba, no podían hacer nada. Llevaban ya casi seis meses jugando a ese cansado juego del escondite. Por primera vez, Aomine echaba de menos poder cogerle de la mano en público, poder pasear con él y mirar tiendas, poder ir a comprar juntos cualquier tontería, poder tomarse un chocolate caliente en algún lugar sin tener que preocuparse de quién les viera, pero sabía que todo eso sería imposible. Cuatro años que se les harían eternos.


Otra cosa que le preocupaba era si Tetsu se enteraba que no había realizado el examen de ingreso a la policía. Le había mentido durante meses, le había dicho que estudiaba, que iba a presentarse y que entraría, todo muy lejos de la realidad. No podía hacerlo, se lo había prometido a su padre y era él quien estaba manteniéndole gracias a que su beca la tenía Tetsu.


- ¿Te encuentras bien, capitán? - preguntó Tōru, un chico de extraño cabello rubio.


- Sí - le respondió Aomine - ¿Cuánto queda para llegar?


- Ya estamos entrando en la ciudad, poco más de diez minutos.


Resopló y se resignó. Habían estado fuera más días de los que habría deseado y ahora al llegar, les tocaba jugar el partido. No entendía de qué podía tener miedo su entrenador, ellos eran simplemente los mejores, el mejor equipo, no habían perdido aún ningún partido. Al bajar del autobús y ver a Akashi bajando del suyo, entendió la preocupación, aunque Aomine sonrió de lado sintiendo que sería un partido interesante y reñido.


Caminó tras sus compañeros y entró al vestuario a cambiarse preguntándose si Tetsu habría ido a verle jugar. Se vistió con rapidez con el uniforme negro del Gakuen y salió a la cancha seguido por sus compañeros. Saludó a los rivales y se fue a su posición mirando durante unos segundos hacia las gradas. Estaban a rebosar de gente y sus ojos no podían encontrar a Tetsu. Quizá ni siquiera había ido a verle.


- Si buscas a Tetsu... - escuchó que le decía Akashi delante de él en susurros - le vi entrar hace unos quince minutos. No sé donde está sentado pero te aseguro que está en algún lugar de las gradas. Ahora que lo sabes... ¿Puedes centrarte en nuestro partido? No quiero tener que ganar a un distraído - le sonrió y Aomine sonrió.


- Yo nunca me distraigo, Akashi - le sonrió Aomine - esta vez, morderás el sabor de la derrota.


- Sigue soñando.


El partido comenzó siendo Aomine el primero en tocar la bola en el salto consiguiendo el balón para su equipo. Akashi sonrió, no podía competir contra la altura de Aomine pero sí podía frenarle el paso antes de que llegase a su canasta. Consiguió bloquearle unas cuantas veces, otras, Aomine encestó sin problema alguno con sus tiros imposibles y difíciles de preveer hasta para Akashi. Ambos disfrutaban de sus encuentros aunque rara vez, Aomine había salido vencedor. Aquel partido tampoco fue una excepción. El resultado fue ajustado, pero por un punto, el equipo de Aomine perdió.


Lejos Aomine de estar deprimido, se sentía extrañamente bien. Los partidos contra Akashi siempre eran intensos y disfrutaba con ellos pese al resultado que obtuvieran. Era su primera derrota en la competición y eso desde luego... no los echaría de la competición. Tendría que tener más derrotas para que los consiguieran echar y ningún otro equipo sería tan duro como el de Akashi. De eso estaba seguro.


Todos terminaron de arreglarse antes que Aomine ya que se había ido a hablar con el entrenador. Pese a la derrota, el entrenador tampoco estaba enfadado. El partido fue intenso y habían dado todos lo mejor que tenían. Cuando finalizó su conversación con el entrenador, se desvistió y colocándose la toalla en la cintura, se marchó hacia las duchas. Todos se despidieron de Aomine y se quedó completamente solo en el vestuario.


Al abrir Aomine la cortina de la última ducha, se encontró con Tetsu desnudo en su interior temblando por el frío y sonrió. Se quitó la toalla colgándola por encima de la cortina y abrió el agua caliente.


- Podías haber dado el agua, estás helado - le dijo Aomine.


- Habrían sabido que había alguien en la ducha y tú no habrías entrado.


- ¿Cómo sabías que vendría a ésta?


- Siempre te duchas en la última, te gustan las más alejadas de la gente.


- Creo que me conoces demasiado bien - le sonrió Aomine antes de acercarse hasta Tetsu y devorar sus labios con fuerza - Te he echado de menos, Tetsu.


- Y yo a ti pero... tenemos que hablar de algo importante.


- ¿Puede ser después? - preguntó Aomine echando la vista hacia su erecto miembro haciendo sonreír a Tetsu.


- Vale - comentó.


Aomine deslizó sus manos por la parte trasera de los muslos de Tetsu y lo empujó hacia arriba para que subiera las piernas hasta su cintura, dejando así la espalda de Tetsu apoyada contra los azulejos de la ducha impidiendo que se cayese. Tetsu envolvió sus manos por la nuca de Aomine sin dejar de besar aquellos labios que tanto le gustaban. Quería hablar con Aomine, quería preguntarle por qué no había hecho aquel examen para ingresar en la policía pero ahora mismo... estando su piel rozando con la de él le era imposible, sólo pensaba en estar con él.


- Aomine... - sonrió Tetsu al despegar sus labios de él - Creo que has perdido.


Aomine pensó en aquellas palabras y recordó cuando Tetsu le dijo que quien perdiera tenía que dejar entrar en él. Recordar eso le hizo sonreír.


- Entonces debería dejarme penetrar por Akashi, ¿no crees? - le preguntó Aomine sonriendo.


- Eso jamás - le dijo Tetsu - No sé si algún día podré ganarte pero... voy a intentarlo, un día conseguiré entrar en ti, aunque sólo sea una vez en la vida.


- Sigue entrenando entonces, Tetsu, porque por el momento, sigues siendo mío.


Tetsu sonrió y volvió a unir sus labios con los de Daiki en un posesivo beso. Ni siquiera él mismo se reconocía ya en aquellos actos. Desde que había empezado a salir con Aomine y a tener más confianza en él, se había vuelto más decidido, casi sentía como si la fuerza de Aomine se pasara también a él. No quería ser aquel chico débil que todos veían cuando le miraban, quizá por eso admiraba a Aomine y esa fortaleza que siempre sacaba en las peores situaciones.


Aomine deshizo el beso empujando con suavidad con su nariz la barbilla de Tetsu para obligarle a levantar un poco la cabeza. Aprovechó aquel momento, para besar el cuello de su chico sacando algún leve gemido y consiguiendo que las manos de Tetsu se agarrasen con mayor fuerza al cuello del moreno.


El agua caliente seguía cayendo sobre ellos mientras ambos llenaban el pequeño recinto de gemidos y jadeos que no querían silenciar. Aomine llevó un par de dedos hasta la boca de Tetsu metiéndolos para que el chico de cabello azulado pudiera jugar con su lengua humedeciéndolos. Tras comprobar que estaban suficientemente lubricados, los llevó hasta la entrada de Tetsu introduciéndolos en él.


Tetsu jadeó al sentir aquellos ágiles dedos en su interior y se agarró con más fuerza al cuello de Aomine mientras sus piernas, agarradas a la cintura, empezaban a temblar por el placer y la excitación. Aomine levantó un poco más a Tetsu para posicionarse mejor y entró en él con cuidado, bajando a Tetsu sobre su miembro hasta que estuvo completamente dentro.


El moreno comenzó a moverse despacio, cogiendo más velocidad a medida que sentía cómo se abrían las paredes de Tetsu facilitándole el movimiento. La espalda de Tetsu se deslizaba por la pared, de arriba abajo siguiendo los embistes de Aomine, masajeándose él mismo su miembro mientras Daiki le besaba con pasión evitando que algún gemido escapase de él. Tetsu fue el primero en correrse seguido a los pocos movimientos por Aomine.


Al acabar, ambos chicos se ducharon y salieron de la ducha envueltos en las toallas para darse cuenta que no estaban solos como ellos creían. Tetsu abrió los ojos descubriendo allí vestido frente a ellos a Kagami que habría entrado para hablar con Aomine. Los dos se quedaron mudos sabiendo que aquello no podrían disimularlo de ninguna forma.


- Sabía que escondíais algo - dijo Kagami - Es genial... nuestro capitán acostándose con el capitán del equipo rival. ¿Cuántos secretos le has vendido? - preguntó Kagami.


- Eso no es cierto - Dijo Tetsu con seriedad - yo no he dicho nada de nuestro equipo.


- Claro y yo voy a creerme que te acuestas gratis con él. Quizá es él quien te vende secretos de su equipo a cambio de que te acuestes, aunque creo que es más bien al contrario. ¿Tan enamorado estabas de él como para traicionar a todo el equipo por sexo?


- Te digo que no he traicionado a nadie - le gritó Tetsu.


- No es lo que parece.


- No necesito que me cuente nada para ganar a un debilucho como tú - dijo Aomine de repente sorprendiendo a todos mientras caminaba hacia su taquilla para vestirse - si utilizaras el tiempo que cotilleas a Tetsu para entrenar, quizá no serías ni la mitad de malo de lo que eres en el campo.


- Aomine - susurró Tetsu dándose cuenta que intentaba ayudarle aunque no de la mejor de las maneras.


- Eres un desgraciado - gritó Kagami empujando a Aomine contra la taquilla.


Tetsu se acercó corriendo para separarles cuando vio que Aomine estaba sonriendo. Siempre había sido así, pese a estar preocupado, se ponía aquella coraza como si nada le importase, esa coraza de chico duro y se enfrentaba al problema.


- Te gusta Tetsu - dijo Aomine - por eso le sigues a todos lados. No te culpo por ello, pero... - Aomine aprovechó para soltar las manos de Kagami de él - Tetsu me quiere a mí, así que aléjate de él si no quieres tener problemas conmigo.


Kagami lejos de disgustarse o enfadarse, empezó a reírse como un loco. Eso de que Tetsu estaba enamorado de él tendría que demostrarlo mejor porque Kagami no se lo terminaba de creer.


- Eres más iluso de lo que pensaba. Tetsu no te ama, sólo te utiliza. Ni siquiera es capaz de confiar en ti.


- Kagami - le gritó Tetsu enfadado.


- No hace falta que me grites, Tetsu, tú y yo sabemos que es cierto, le has escondido cosas pero no te culpo, Aomine también te ha estado ocultando cosas. Ni siquiera confiáis el uno en el otro. ¿Qué clase de relación tenéis? Está claro que sólo os aprovecháis el uno del otro.


Aomine abrió los ojos y miró a Tetsu. Sabía que él le había ocultado lo de la beca pero... ¿Qué podía haberle ocultado Tetsu? No esperaba aquello y mucho menos, que Kagami hubiera estado espiándoles hasta tal punto como para saber todo aquello.


- ¿Tetsu? - Preguntó Aomine mirándole.


Kuroko se había quedado allí paralizado, estático mirando a los ojos confusos de Aomine sin saber cómo contarle las cosas.


- Cuéntaselo, Tetsu, no fuiste capaz de decirle que tu padre no te abandonó.


- ¿De qué está hablando? Dijiste que se había marchado hace años de tu vida.


- Lo siento, Aomine - susurró Tetsu - no quería que dejases de lado tu sueño por mi culpa.


- ¿De qué hablas? ¿Qué ocurre? - preguntó Daiki de  nuevo.


- Mi padre falleció estando de servicio. Era policía. Lo siento, Daiki, yo no quería que renunciases por mis miedos - dijo llorando cayendo al suelo de rodillas - Lo siento mucho.


- Tu padre... muerto - susurró Aomine sin poder creérselo aún - ¿Por qué, Tetsu? ¿Por qué ocultarme algo así? Sé que pensaste en mí pero... no  necesitaba que pensases en mí - le gritó - yo quería haber estado a tu lado en aquel momento, podía haber estado y haber sido tu apoyo pero me rechazaste.


- Tuve miedo de que renunciases a tu sueño por lo que había ocurrido. No quería perderte así que dije a todo el mundo que nos había abandonado.


 


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