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Un hilo para los rivales por Fullbuster

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Tetsu salió del vestuario bajo la atenta mirada de sus compañeros, sabía que ahora mismo ninguno de ellos debía estar contento con su actuación, todos pensaban que había estado vendiéndoles frente a Aomine, todo demasiado lejos de la realidad. No quiso dar explicaciones y salió de allí caminando hacia fuera del edificio, ni siquiera tenía humor para ir a clase, tan sólo quería esconderse en su casa y tratar de encontrar una buena explicación para contarle a su madre que no tendría la beca para estudiar porque se había enamorado.


Se encontraba en el andén esperando al metro cuando escuchó a Kagami tras él. Sin muchas ganas de hablar con él, sacó de su bolsillo el mp3 y se colocó los cascos encendiendo la música, no quería ni siquiera escuchar lo que había venido a decirle. Le dio la espalda mirando hacia el túnel por ver si venía el metro aunque al verlo todo oscuro, miró la pantalla donde ponía que faltaban dos minutos para su aparición.


Kagami trató de ponerse en medio de él buscando sus ojos, tratando que le mirase, pero Tetsu siempre se giraba apartándose de él y tratando de marcharse a otro sitio hasta que Kagami cogió su muñeca girándole con cierta brusquedad y quitándole uno de los cascos del interior de su oreja.


- ¿Se puede saber qué te pasa? – preguntó enfadado Kagami.


- ¿Eres idiota? – preguntó Tetsu - ¿Aún me preguntas qué me ocurre después de todo lo que has montado? Y yo que de verdad creía que te importaba el equipo – sonrió con incredulidad Tetsu – no te importamos nada, tan sólo te importas tú, quieres ganar a cualquier equipo como sea, querías mi puesto de capitán, pues ya lo tienes. Es todo tuyo.


- ¿De qué hablas? – preguntó Kagami.


- Que renuncio a ser capitán, estoy harto de intentar sacar adelante este equipo. Hazlo tú.


- ¿No vas a jugar con nosotros? – preguntó Kagami sin entender nada.


- ¿Importa mucho si juego o no? Espero que os vaya muy bien en el campeonato. En cuanto pueda me cambiaré de facultad, no quiero tener que verte más veces. Mañana mismo hablaré con el entrenador, me marcho del equipo – dijo Tetsu viendo como llegaba el tren.


Kagami se quedó estático sin entender nada. Quería su puesto de capitán, eso lo tenía claro pero nunca pensó que Tetsu se marcharía del equipo así sin más sin luchar, sin tratar de recuperar su puesto. Ahora que lo pensaba más detenidamente… todos en el equipo le habían traicionado ¿Qué capitán confiaría en los suyos después de esto? Desde luego Tetsu ya no podía jugar con ellos, no les tenía confianza y puede… que ni siquiera les considerase ya sus compañeros o sus amigos, sólo unos traidores.


Kagami vio como Tetsu volvió a colocarse el casco dentro de la oreja y subía al vagón que tenía delante tras abrir la puerta con el interruptor. Ni siquiera reaccionó cuando las puertas se cerraron. No habría sabido qué decirle o cómo impedirle a Tetsu que se marchase cuando tenía toda la razón, le habían fallado y esa había sido siempre su intención, ahora le dolía a él. Nunca pensó que acabaría teniendo esa clase de sentimientos por Tetsu.


Tetsu llegó hasta la estación de su casa y bajó caminando el resto del trayecto escuchando la música mientras escondía la nariz bajo aquella bufanda que una vez Aomine le había dejado. No se la había devuelto aún, quiso hacerlo muchas veces pero… una parte de él no quería devolvérsela. Tenerla le hacía sentirse bien, le gustaba ponerse esa en concreto por el aroma que desprendía a Aomine. Llevarla le hacía sentirse un poco más cerca de aquel chico aunque sonase extraño. Durante la caminata, pensó en cómo le diría las cosas a su madre pero las palabras no parecían querer salir. Él siempre había sido muy directo pero por alguna razón… hoy no le salía nada conveniente que poder decir para excusar su comportamiento. Sentía que no había hecho nada malo, tan sólo se había enamorado. ¿Por qué la gente no podía entenderlo y buscaba una justificación al hecho de que estuvieran juntos? No vendía secretos ni Aomine se aprovechaba, ni estaba con él para darle información, simplemente… se querían, no había mayor razón.


Entró por la puerta de casa quitándose las zapatillas en el rellano y accedió descalzo a la tarima de madera que el mismo Aomine había arreglado una vez. Sonrió al recordarlo pero al levantar la cabeza, se encontró con el semblante preocupado de su madre. Ella siempre intuía cuándo ocurría algo malo y llegar tan pronto a casa cuando tenía clases era un mal síntoma.


- ¿Estás bien, cielo? – preguntó su madre.


Tetsu aguantó las ganas de llorar reteniendo las lágrimas todo lo que pudo y dejó caer la cabeza contra el hombro de su madre. Su madre al verle de aquella forma tan sólo pudo acariciar su cabello intentando animarle pese a no saber aun lo que había ocurrido para que su hijo apareciera de aquella manera.


Abrazó de manera protectora a su hijo indicándole con una voz dulce de ir a sentarse al salón. Estaba claro que necesitaba hablar sobre algo. Ambos se sentaron en los cojines frente a la mesa y permanecieron en completo silencio. Tetsu miró el cuenco de madera con el arroz frente a él y luego pasó sus ojos a los palillos.


- ¿Es por Aomine? – preguntó su madre al verle sin probar bocado.


- Algo así – susurró.


- ¿De la universidad? Es raro que hayas llegado tan temprano a casa.


- Lo siento. Debía estar en clase pero… no estaba de humor.


- ¿Me cuentas qué ocurre o tengo que intentar sonsacártelo a base de preguntas?


- Creía que lo estaba haciendo más o menos bien.


- ¿El qué cielo?


- Llevar el equipo, aprender a lanzar a canasta, ser útil en el baloncesto… no sé, esas cosas.


- Lo haces bien, siempre le pones muchas ganas a todo.


- No las suficientes. Voy a dejar el equipo – sonrió sin siquiera creérselo él – más bien es lo que le he dicho a Kagami, en realidad me van a expulsar del equipo. Sin equipo no hay beca y eso vuelve a dificultarme el poder estudiar.


- Puedo pedir algún turno más en el hospital.


- Eso es lo que no quiero que hagas. Ya haces demasiados. Aomine me dio su beca sin que lo supiera y con eso podría pagar los estudios pero… ¿Y la casa? ¿Y todas esas facturas que nos llegan?


- Nos arreglaremos, como siempre hemos hecho. Preocúpate de estudiar. Ahora cuéntame la parte de Aomine.


- Le quiero pero nuestra relación es demasiado complicada.


- Las relaciones siempre lo son – sonrió su madre - ¿Te quiere ese chico? Por lo de la beca parece que sí y por cómo pasa por casa a arreglar las cosas.


- ¿Sabías que era él?


- Claro. Lo siento cielo, pero nunca se te dieron bien las manualidades del hogar – sonrió su madre – Aomine en cambio sería capaz de arreglarte toda la casa. Es un buen chico.


- Sí, lo es.


El timbre de la puerta sonó en aquel momento sorprendiendo a ambos. Su madre miró a Tetsu con una mirada casi preguntándole si esperaba a alguien pero Tetsu negó con la cabeza y se encogió de hombros para indicarle que no sabía quién podría ser. Nadie debía saber que se había ido a casa excepto Kagami, pero él no sabía dónde vivía, le había mentido hasta en eso. Quizá nunca había terminado de fiarse de él.


Fue Tetsu quien al ver cómo se levantaba su madre para ir a abrir, decidió ir él por si era Kagami, aunque lo veía imposible. Al abrir la puerta se alivió de ver a Aomine aunque su alegría se derrumbó al ver la cara de enfado de Aomine.


- ¿Qué ocurre? – preguntó Tetsu.


- ¿Cuándo pensabas decírmelo?


- ¿El qué? ¿Qué me han expulsado del equipo? Aún no es oficial y nadie lo sabe ¿Cómo lo sabes?


- ¿Cómo que te han expulsado del equipo? – preguntó Aomine aún más cabreado.


- ¿No venías por eso?


- Venía a confirmar si era cierto lo que está diciendo por ahí Kagami que le besaste.


- Yo no le besé, él me besó a mí y me aparté – dijo Tetsu.


- ¿Y se te olvidó contármelo? Joder Tetsu, dijimos que no más secretos entre nosotros.


- No era un secreto, es sólo que no le di importancia. No sentí nada en aquel momento, no me gusta Kagami y aquel beso fue un error suyo, le expliqué que no quería nada y ahí se quedó la cosa.


- Es fantástico – dijo Aomine enfadado marchándose mientras Tetsu salía tras él pero al salir, se dio cuenta que hacía frío y se detuvo unos segundos al haber salido sin chaqueta.


- ¿Dónde vas? – preguntó cuando vio que Aomine pasaba de él – Daiki – le gritó  y éste se giró a mirarle.


- A tener unas palabras con Kagami – dijo marchándose.


La madre de Tetsu salió en aquel momento al portal por la curiosidad de si ocurría algo o no. Su hijo entró con rapidez calzándose y cogiendo la chaqueta le dijo a su madre que vendría pronto, en cuanto detuviera la estupidez que iba a cometer Aomine si iba a enfrentarse a Kagami.


Tetsu corrió calle abajo pero no pudo alcanzar a Aomine. No se detuvo hasta que llegó al parque donde solían jugar, Kagami vivía por esa zona y Aomine lo sabía perfectamente por las veces que se lo habían cruzado en el metro. Se detuvo unos segundos en una de las calles viendo como Kagami y Aomine se pegaban al otro lado de la calle montando un escándalo frente a la gente. Kagami discutía con Aomine tan fuerte que sin pensarlo dos veces, Tetsu corrió hacia ellos para detenerles cuando vio cómo Kagami se enganchaba al hilo azul que Aomine siempre llevaba atado a la muñeca en forma de pulsera y lo rompía frente al asombro de Aomine. Tetsu miró aquel hilo caer al suelo, el hilo que una vez les unió y que ahora caía Echo pedazos al suelo. Ya estaba llegando hasta ellos cuando escuchó el chillido de un coche a su lado.


- Tetsu – Escuchó que gritaba Aomine justo a su lado.


Cerró los ojos y colocó las manos frente a él instintivamente como si aquello fuera a protegerle del impacto del coche, pero su espalda tocó el asfalto igualmente. Sentía dolor y escuchaba a la gente que iba hacia él. Cuando abrió los ojos escuchó a Kagami decir que no se moviera pero no veía a Aomine, quería ver a Aomine.


Giró el rostro hacia un lateral viendo a Aomine prácticamente a su lado tirado completamente inmóvil en mitad de la calle y el corazón se le estrujó en aquel preciso momento. Trató de incorporarse pero el dolor en el pecho era demasiado intenso para hacerlo. Kagami le dijo que se estuviera quieto, parecía preocupado por él y al llevarse la mano a la cabeza, se dio cuenta que estaba sangrando.


- Dai…ki – susurró mirando aún a Aomine.


- He llamado a la ambulancia, tú no te muevas ¿Vale? – le dijo Kagami acercándose hacia Aomine que no se movía.


Al girarle, Tetsu vio horrorizado que estaba mucho peor que él. Entendió entonces lo que había ocurrido, se había metido en medio para protegerle llevándose la peor parte del golpe. Las lágrimas empezaron a salir sin poder evitarlo y arrastró su temblorosa mano hasta alcanzar la de Aomine y cogerla, ni siquiera reaccionó a aquello y se empezó a imaginar lo peor.


 


El hilo azul que una vez unió sus destinos, yacía destrozado en el suelo junto al cuerpo de ambos. Tetsu se dio cuenta en aquel momento… que lo que el destino unió, el destino lo separaba ahora.


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