Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi pequeño Charles//Mi pequeño Erik por Dark_Gaara

[Reviews - 88]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Estoy vivaaa~! No sólo eso, sino que no he abandonado el fic. Me explico: no, nunca contemplé no terminarlo o algo así. ¿Por qué me retrasé taaanto, entonces? Porque soy muy autoexigente. No me gusta escribir algo y que no me guste como quedó. Entonces espero al momento perfecto para escribir, para poner la música que quiero, sin tener que hablar con nadie ni dejar muchas otras cosas de lado. Y quería en realidad terminar Mi Pequeño Charles para comenzar con Mi Pequeño Erik. Bueno, no lo terminé, proque preferí subir el cap igual. ¿A qué voy con todo esto? 2 cosas: 1-no voy a abandonar el fic, claro que son libres de no leer porque sé que tardé muchísimo. Aún así, me encantaría que me dejen un review para ver si alguien lee esto, no hace falta algo extenso, sino que si no me costará más ponerme a escribir uwu 2- Voy a subir más seguido porque voy a hacer los caps más cortos, creo que es lo mejor.

En fin, espero que si alguien lee esto, lo disfrute~

Estaba demasiado angustiado como para percibir que Raven se había marchado. Sólo podía concentrarse en su corazón, que parecía cada vez apretarse más, como si quisiera plegarse sobre sí mismo y desaparecer. Trataba de respirar calmadamente. Debería estar feliz, ¿cierto? Siempre había deseado que Raven hallase a alguien que la hiciese sentir lo que él no podía del todo: querida, comprendida, deseada. Amaba a Raven, y quería lo mejor para ella. Y Erik….desde que lo había conocido quería mostrarle que en el mundo aún habitaban buenas personas. Deseaba que pudiese sentirse acompañado, amado, feliz. Porque él también a Erik amab….

La puerta se abrió. Charles ni siquiera había podido oír los golpes que Erik había propinado a modo de pedir permiso: estaba demasiado concentrado ya no sólo en su dolor, sino en ese pequeño gran descubrimiento que se había gestado por bastante tiempo y que ese día se había intensificado. En el mismo instante en que debía borrarlo para siempre de su corazón.

-¿Charles?

 El mencionado alzó casi imperceptible sus ojos, y pestañeó fuertemente para no llorar, porque la sonrisa de felicidad  de Erik era abrumadora. Era la sonrisa de alguien que por fin había hallado lo que tanto tiempo había buscado: cariño. Y no era él quien se lo había dado, sino su hermana. Por un momento, Charles trató de sonreír, pero descubrió que simplemente no podía. El dolor que sentía se había transformado en enojo, porque era más fácil de manejar que la angustia.

-¿Charles?-repitió emocionado Erik, aunque algo preocupado. Jamás había visto esa expresión que creía estar percibiendo en Charles. Así que comenzó a acercarse, para comprobar si veía bien.

-¿Qué?-la voz sonó grave y resentida, incluso viniendo de una persona tan pequeñita como era Charles ahora, daba un poco de miedo.

-¿Te encuentras bien?-preguntó Erik  terminando de acercarse a la cama. Sin embargo, no se sentó; sentía, inexplicablemente, una barrera entre él y el telépata.

-Sí, perfectamente.-respondió educadamente Charles. Su enojo no era impetuoso y pasional como el de Erik. Aun así, sus ojos azules centelleaban, y Erik podía percibir esto, sin entender bien qué ocurría.

-Bueno, al parecer la fórmula de Hank no es instantánea.

 Charles se mordió el labio inferior. ¡Ojalá lo fuera! Así podría irse de ese maldito cuarto, e ir a entrenar con los chicos, y olvidarse de Raven y Erik, y de esa armonía que había entre ellos, y de la sonrisa del polaco que se veía tan brillante que podía cegarlo si lo dejaba.

-Pero aun así no te ves bien, Charles. ¿Necesitas algo…?

-No, mi amigo, no necesito nada.-lo interrumpió rápidamente.

-Sabes que cualquier cosa que necesites me avisa…

-Sí, lo sé.-volvió a interrumpirlo, con un gesto de la mano, como quitándole importancia.-Así que ya está.

-¿Ya…está?-preguntó Erik sin comprender, aún parado frente al pequeño.

-Sí, ya está. Puedes irte.-y luego de responder dejó de mirarlo, dando por terminada la conversación.

 Erik se quedó unos segundos sin comprender nada. Raven iba a buscarlo para que cuidase a Charles, por propio pedido del telépata, lo cual lo había emocionado como nunca había imaginado, ¿y ahora lo echaba? El polaco siguió mirándolo, esperando alguna explicación, más el oji azul seguía con la mirada en otro lado, sin miras de seguir hablando.

-Pero, Charles…-trató de razonar el polaco.- Raven me buscó para que…

-Sí, me cuides. Estoy bien, listo. En algún momento hará efecto el antídoto de Hank y esto acabará. Así que, mientras, puedes irte a ayudarla con la cena.

 Erik suspiró, comenzando a enojarse. ¿Ayudar a Raven con la cena? ¿Y dejar a Charles en miniatura allí, sólo? ¿¡Qué diablos le pasaba por la cabeza a ese telépata egoísta, egocéntrico, orgulloso,….!?

-Erik.-la voz de Charles ya no sonó enojada, sino preocupada.

 Erik parpadeó, reconocía ese tono del ojiazul: era el tono de voz suave pero autoritario que utilizaba cuando empezaba a enojarse sin control. Miró de reojo el picaporte de la puerta, o lo que alguna vez lo había sido, pues ahora se encontraba todo deformado. Suspiró, un poco avergonzado. Trató de tranquilizarse, mas no lo logró del todo.

-Está bien, en serio.-y la voz de Charles parecía sospechosamente conciliadora.-Ve con Raven. Puedo arreglármelas solo hasta que el antídoto haga efecto.

-¿Arreglártelas solo?-casi escupió las palabras.- ¡Es lo que has tratando de hacer todo el día! Y si yo no hubiese estado allí, ni quiero imaginarme en qué condición estarías ahora…

-¿Eso es un reclamo?-interrumpió Charles entrecerrando los ojos y cruzándose de brazos. Sí, hasta hace unos minutos iba a agradecerle su compañía y cuidado al polaco y no es que ahora no lo valorase, pero estaba cansado de su tamaño, de su inutilidad, de necesitar a alguien que tan sólo requería a su hermana. Estaba estresado y celoso, y sensible.

-¿Un reclamo?-exclamó Erik entre sorprendido y ofendido. Definitivamente no entendía qué le ocurría a Charles, pero lo descubriría.- Estuve todo el día cuidándote sin chistar, ¿y se te ocurre qué te estoy reclamando?

-Sé que no. Y estoy muy agradecido porque me hayas cuidado todo el día. Por eso, Erik, ya está.-ahora, más que enojado, Charles parecía casi deprimido.- No hace falta. Ve…a hacer otra cosa.

-¿Otra cosa?-bufó.- ¿Y dejarte aquí, quién sabe por cuánto tiempo midiendo diez centímetros, solo, a tu suerte? ¿Después de estar todo un día contigo así cuidándote?

-Exacto, ya no hace falta que estés conmigo.

-¡No lo entiendo, Charles! ¿Ahora quieres ser independiente y estar por tu cuenta? ¡No puedes, es peligroso, como lo ha sido todo el día!

-No quiero molest…

-¡Charles! ¿Por qué rayos crees que te cuidé todo el día?-lo interrumpió Erik, alzando los brazos, y llevándose algunas cosas de metal con él. Se estaba saliendo de sus casillas.

 De golpe, toda la tensión acumulada en esos últimos minutos pareció congelarse. Charles dejó de mirar a Erik, y un leve rubor se posó en sus mejillas. Erik estaba duro, quieto, mirando fijamente a su amigo en espera de una respuesta que le aclarase todo ese lío. Se sorprendió ante el silencio, porque el inglés solía ser muy rápido con sus respuestas, con la inteligencia y el manejo de lenguaje que poseía. Por fin, Charles lo dijo.

-Por Raven.-fue casi un murmullo.

 Erik lo miró sin moverse. Debía haber oído cualquier cosa. Esperó unos segundos.

-Ya lo sé. Supongo que querías darle una buena imagen, cuidando a su querido hermano. Pero ya lo hiciste todo el día, no hace falta que sigas con esto.

 Erik volvió a esperar unos segundos. En cualquier momento Charles largaría una carcajada, diría que era un chiste, y sonreiría con esa sonrisa de diamantes que tanto lo caracterizaba, y que Erik extrañaba como si no la hubiese visto en años. Pero ahora no brillaba su sonrisa, ni sus ojos, que no lo miraban. Los segundos pasaron, y nada cambió. Erik suspiró, aún sin terminar de  comprender.

-¿Estás hablando en serio, Charles?-silencio por parte de su amigo. Suspiró sonoramente.-¿En serio? Por Dios, Charles. ¿Qué tiene que ver Raven? O sea, no quiero decir que no me agrade, y que me gustaría que tenga una imagen…decente, de mí-aclaró rápidamente. No querría ofender a la hermana de Charles, porque eso sería malo, ¿cierto? Entonces, ¿por qué a Charles parecía afectarle tanto que dijera que quería agradarle a la metamorfa? Al oji azul eso parecía no agradarle….si fuera así, ¿qué tendría de malo? De golpe, algo reaccionó en la mente del polaco. El enojo volvió a apoderarse de él, porque se sentía ofendido por su mejor amigo.-Y si fuera como dices, ¿qué tiene? ¿Por qué te molesta tanto la idea de que pueda gustarme Raven?

 El corazón de Charles se estrujó. Sintió cómo de golpe Erik ardía de ira y de dolor. Sin comprender qué ocurría, alzó la vista, para hallarse, efectivamente, con un Erik poco amigable.

-¡Desde esta mañana que me lo he estado preguntando, Charles! ¿Qué tendría de malo? ¿Acaso no soy digno de tu confianza? ¡Te he estado cuidando todo el día, maldita sea! ¡Estuve allí cuando me necesitaste! ¡Incluso fui a esa maldita tienda de ropa sólo porque me lo pediste! ¡Me enfrenté a Moira, y me contuve de golpear a Alex y Sean y Hank y a todos en esta maldita mansión sólo por ti! ¡¿Y aun así, ni siquiera te parezco digno de tu confianza?! ¡Eres muy injusto!

 Las palabras de Erik quedaron revoloteando por el cuarto, pesadas y llenas de ira e indignación. Charles permitió que se evaporaran lentamente, sin alejar la mirada del polaco. Porque sabía que cuando se hallaba en ese estado, una sola pisada en falso lo haría estallar. A él y a toda la mansión. Recién cuando vio que la vena en la nuca de Erik comenzaba a dejar de latir, y que sus puños dejaban de temblar, y que sus dientes se separaban, relajando su mandíbula, abrió la boca.

-Tienes razón.-y supo que sólo así desintegraría la ira de su amigo. Además, realmente lo creía. Erik había estado con él todo el día: le debía todo. No podía dejar que sus celos (porque sí, eso eran) lo enceguecieran. Sólo lastimaría al polaco, y era lo que se había prometido internamente no hacer jamás, desde aquel día que lo rescatara de morir ahogado.- Bueno, sólo en que estoy siendo injusto, porque no te he dicho todo. Lo cierto es que estoy demasiado agradecido contigo por todo lo que hiciste por mí hoy. Quiero decir, no creas que he olvidado quien eres, Erik Lehnsherr-y le guiñó un ojo coquetamente.-Sé que para ti es muchísimo no haber golpeado a nadie hoy.-rió tranquilamente, relajando casi por completo al polaco.- En serio. Te diría que aún me cuesta creer que alguien como tú me haya cuidado todo el día sin chistar, pero es mentira, porque siempre supe que hay bondad en ti. Lo que sí me alegra es haberlo comprobado tan bien.-y sonrió como sólo Charles sabía hacerlo, dando un vuelco el corazón de Erik.-Te lo dije antes, ¿recuerdas? Que si de algo peco, es de tenerte demasiada estima.

 Erik suspiró con fuerza, dejando que los restos de enojo se fueran con el aire de sus pulmones. No podía mantenerse enojado si Charles le sonreía así, y lo miraba así, y le guiñaba el ojo así, y le hablaba así. Maldito inglés manipulador. Pero realmente lograba calmarlo, más cuando hablaba de esa manera: desde su corazón. Aun así, Erik mantuvo firme su postura. Esta vez, el inglés no se zafaría con unas simples palabras. No cuando era algo que lo había estado incomodando todo el día.

-Está bien Charles, te creo. Pero…eso no quita el hecho de que parecería molestarte mi relación con Raven. O lo que podría llegar a ser.-y se cruzó de brazos, esperando una respuesta.

 Charles suspiró bajito, mientras se mordía los labios. No tenía mucho que decir al respecto…O sí, pero no sin mencionar cuestiones que aún prefería guardárselas para sí. Aun así, Erik lo había envuelto en una encrucijada. Y que lo que estuviese en juego fuese la confianza de Erik no era algo menor.

-Lo cierto es que….-tomó aire. Mucho aire. Porque sabía que si mentía, Erik se daría cuenta. Lo conocía demasiado bien.- Me dan celos.

-Oh, vamos Charles. Sabes que eres todo para Raven. Ella jamás te dejaría de lado por nadie.-respondió rápidamente, diciéndolo como una obviedad, y sin entender cómo Charles podía pensar otra cosa.-Además, eso no parecería preocuparte cuando se trata de Hank. ¿Piensas que yo sí la voy a corromper, o llevármela, o…?

-Me dan celos de ti.-interrumpió, mordiéndose el labio más fuerte aún. Se odiaba por ser tan honesto, y odiaba a Erik por ser tan inteligente.

 Los ojos del polaco se abrieron de par en par, y se descruzó de brazos automáticamente, pues necesitaba su cuerpo relajado para poder procesar aquella oración. ¿Había entendido bien? ¿Charles celoso por él? ¿Celoso? ¿Cómo…las parejas? No, no, no. El inglés debía estar refiriéndose a otra cosa. Entonces, ¿por qué brillaban tanto sus ojos azules, y sus mejillas normalmente pálidas en exceso estaban sonrosadas, y sus labios rojos eran atacados ferozmente por sus dientes? El corazón de Erik comenzó a latir desbocadamente, demasiado sorprendo y alegre como para poder oír la voz de la razón.

-Quiero decir…-se apresuró como pudo a aclarar, aunque le llevó un par de segundos: estaba demasiado extasiado con la expresión de Erik, que no parecía guardar enojo ni repugnancia, como él temía, sino más bien… ¿nervios? ¿emoción?- Bueno, la paso muy bien estando contigo. Incluso si tenemos ideas radicalmente diferentes sobre algunas cuestiones, siempre debatimos cada uno con argumentos inteligentes  y bien pensados. Siento que contigo puedo hablar de muchas cosas, lo que no me ocurre frecuentemente. Hoy mismo, a pesar de estar ambos preocupados, nos arreglamos para tener un día genial. Así que….no me gustaría que si comenzaras a tener una relación….diferente, con Raven, dejaras de estar conmigo.-con un poco de esfuerzo, retomó su postura usual más segura. Sonrió con satisfacción.-Lo sé, lo sé, una tontería. Supongo que estar en este tamaño me ha puesto más sensible. Me pregunto si será parte de la mutación del chico que me atacó.-rió tranquilamente.-En fin, es por ello que te decía que puedes ir con ella. Ya te he ocupado casi todo el día, incluso algo de la noche, por lo que veo en la ventana. Así que ya no debes preocuparte por mí.-y sonrió con un leve dejo de tristeza.

 Erik lo miró un momento, concentrado como estaba en las palabras de su amigo, escuchando atentamente, y conteniendo sus ganas de echarse a reír y darle un abrazo. Porque no se le ocurría nada más ante aquella idea cada vez más descabellada que le planteaba el inglés.

-Creo que tienes razón Charles, y el ataque de ese mutante no sólo te achicó el cuerpo sino el cerebro mismo. ¿Cómo se te puede ocurrir que voy a dejarte de lado si tuviese una relación…más afianzada, con Raven?-preguntó con una sonrisa burlona.

 Charles rió un poco, algo nervioso. Se sentía un completo idiota. Y aun así, seguía algo inseguro.

-Lo sé, lo sé. Lo siento, Erik. Todo esto es…un poco nuevo para mí.- “Nunca me había interesado la misma persona que a mi hermana” pensó con una tremenda culpa.-Supongo que sólo es cuestión de acostumbrarme.-y volvió a sonreír con ese dejo de tristeza que tanto le molestaba al polaco.

-No creo que debas hacerlo.- y mientras decía eso se acercó a la cama.

-¿qué haces?-preguntó extrañado.

-Me quedaré aquí. Aún sigues pequeño, por si no sabías.-dijo con ironía.

-Sí, pero….

-Charles, quiero aclarar algo de una vez.-ahora era Erik quien lucía nervioso. Se aclaró la garganta, visiblemente incómodo. El corazón del inglés se apretujó más, porque reconocía todos aquellos gestos: se venía la confesión que tanto lo había torturado, pues llevaba el nombre Raven, y no el suyo.-No quiero que malentiendas lo que voy a decir.- Dios, peor todavía.- Raven es una persona…maravillosa. Creo que es muy perceptiva y amable. Tengo que admitir que me alegra haberla conocido. Pero…no tendría una relación más allá de la amistad con ella. Por…razones personales.-quiso darle un cierre convincente, pues no quería tener que explicarle a Charles el verdadero porqué de su negativa a tener una relación con Raven: que le gustaba alguien más. Pero tampoco quería que el inglés se enojase con él por no querer a su hermana de esa manera. Era un asunto complicado, en el que había estado pensando, para poder darle una respuesta a su amigo que lo convenciera.

 Charles se quedó unos segundos, asimilando la información. No se atrevía a mirar a su amigo, por miedo de que su rostro estuviese demasiado rojo o sus ojos demasiado brillosos. Su corazón latía con fuerza, y, como siempre, no podía evitar que un hilo de esperanza se abriese paso en la angustia que sentía tan sólo unos segundos antes.

-Espero que no te moleste.-se apresuró a decir Erik, excusándose.

-¿Molestarme?-comentó sorprendido Charles.-No, claro no. Es sólo que…-suspiró bajito, aún con algo de angustia.- Ustedes dos…siempre parecen entenderse. Supongo que comparten ciertas visiones de la vida y de las personas que no son exactamente las mías. Creo que entre ustedes se entienden mejor.-comentó sinceramente.

 Erik se quedó mirándolo, esperando una explicación que nunca llegó, pues Charles ya lo había dicho todo.

-¿Y eso qué tiene, Charles?

-Sabes a qué me refiero. Toda la vida, Raven me ha reprochado acerca de mi visión de los humanos. Aún si ambos somos mutantes, lo hemos llevado de maneras radicalmente diferentes. Yo abogo por la integración, por la explicación, por el compañerismo. Ella es más individualista. Y no puedo reprochárselo. Pero eso siempre ha sido una brecha entre nosotros. Y tú… tú estás del otro lado, mi amigo. Tú y ella han sufrido por sus mutaciones de una manera muy distinta a mi propio sufrimiento. Los dos están mucho más heridos por dentro, y eso los ha vuelto solitarios. Pero entre ustedes se entienden. Creo que es la primera vez que Raven ve a alguien como ella, de verdad. Y supongo que a ti te ocurre lo mismo.-Charles se apretó las manos con fuerza, tratando de mantener la compostura, a pesar de estar diciendo algo que hacía mucho tiempo guardaba para sí mismo. Porque detestaba admitir que alguien podía ser más cercano a Raven que él; que alguien podía comprenderla mejor. Y también detestaba que alguien entendiese mejor a Erik. No conocía hacía mucho tiempo al polaco, pero realmente ansiaba ser quien derribase sus muros y penetrase en ese metálico corazón. Aunque, al parecer, esa misión no le estaba destinada a él. Suspiró, cansado de todo aquello.- Es por ello que creo que ustedes podrían estar juntos. Se comprenden, y quizás eso sea lo que les permita avanzar. Quizás sea lo mejor…-y trataba más de convencerse a sí mismo que a su amigo.

-Tienes razón.-lo interrumpió Erik, quien miraba hacia adelante, sin enfocar la vista, reflexionando sobre las palabras de su amigo.

Si algo quedaba del corazón de Charles, esas palabras quebraron esos últimos trozos. El inglés tragó con fuerza, obligándose a mantenerse firme. Si Erik aseguraba que era lo mejor, es porque así lo era. Tenía que confiar en él, aunque eso lo destruyera por dentro. Pero, ¿por qué? ¿por qué era tan desgarrador? Erik tenía razón en algo: ver a Raven con Hank no le producía esa sensación de que el mundo se estaba destruyendo. No le agradaba del todo, tenía celos de hermano. Sin embargo, el problema era pensar a Raven con Erik. Con ese hombre alto  y apuesto, culto, intelectual, amante del ajedrez y del silencio, tranquilo pero apasionado, inteligente pero no soberbio….Charles sacudió la cabeza, tratando de alejar esos pensamientos. Y esos sentimientos.

-Raven y yo somos muy parecidos. Yo también me he dado cuenta de ello. Y apostaría que ella también.-el ojiazul hacia un esfuerzo tremendo para oír esas palabras, para comprenderlas, sin prestarle atención a sus gritos internos.- Es justamente por eso que no deberíamos estar  juntos.

 Ahora sí Charles no pudo contenerse, y volteó a ver a Erik, confundido.  Si su tesis era cierta, y el polaco y su hermana se comprendían, como parecía ocurrir, ¿cómo podía su amigo concluir que entonces no debían estar juntos, cómo era lógico? Erik tosió, y luego sonrió con satisfacción, siendo todo tan claro para él. El corazón del inglés latía con fuerza, rogándole en silencio que continuase, porque no entendía si tenía que juntar los restos de su mundo o si todavía existía una posibilidad de que no se destruyese.

-Ambos sufrimos mucho por nuestras mutaciones. Y no, ciertamente no compartimos tu utopía de llevarnos bien con los humanos corrientes. Somos más recelosos, rencorosos, y eso nos ha vuelto también más herméticos. Y justamente por ello…..no sería buena idea que estuviésemos juntos. En caso de que quisiéramos, y lo hiciéramos….sólo alimentaríamos los pensamientos negativos que llevamos dentro. Nos comprenderíamos, pero eso sólo nos llevaría a aumentar nuestros propios deseos de destrucción. No quiero decir que no deberíamos llevarlos adelante, pero….es diferente contigo.-y el corazón de Charles dio un vuelco de emoción.-Tú abogas por la paz, por la comprensión, por un futuro de armonía. No estoy del todo de acuerdo, sin embargo, Charles, tú eres quien ha evitado que Raven cometa algo catastrófico en todos estos años de dolor. Porque con tu energía positiva la relajas, y la haces creer que todo puede estar mejor. Le das lo mismo que me diste a mí, y que nadie jamás nos había dado: esperanza. De hecho, también has evitado ya varias veces que yo destruya todo. No digo que adhiero a tu visión del mundo. Lo que sí digo es que tú nos haces bien a ambos. Nosotros solos nos destruiríamos. En cambio, contigo al lado, todo parece…..estar bien.-sus mejillas se encendieron un poco ante esta confesión.- Raven y yo no estamos hechos para estar juntos  porque nos comprendemos demasiado bien. Justamente por eso estamos hechos para estar contigo.-y dejó en el aire a qué tipo de relación se estaba refiriendo entre ellos.

Los ojos de Charles brillaron con emoción, sintiendo como un gran peso que llevaba encima se evaporaba de manera suave y sin dolor. Aquel tormento que venía estando sobre él al sentir que Erik debía estar con su hermana y no con él le parecía ahora tan diferente, ante la clara explicación de Erik…era obvio entonces que ellos debían estar juntos. Fuese como fuese. Porque él siempre relajaría a Erik, siempre le animaría a seguir por un camino pacífico, y aún si no pudiese lograrlo todas las veces, siempre estaría con los brazos abiertos para recibirlo y protegerlo. Siempre le daría esperanza, porque eso era lo que el polaco le daba a él. La esperanza de poder ser feliz. De poder ser verdaderamente querido.

-Si lo planteas de esa manera tiene mucho sentido…-casi fue un murmullo, porque tenía miedo de que si lo decía en voz alta el hechizo en el cual ambos estaban sumidos se rompiese.

Pero no. Porque ese hechizo era demasiado fuerte como para ser quebrado por simples palabras. Y más allá de los miedos personales de cada uno, ambos sabían eso.

-Me alegra que por fin lo comprendas.-y sonrió mostrando todos sus dientes de tiburón.

Charles se acomodó el cabello detrás de la oreja, un poco nervioso. Tenía a un Erik sonriéndole de esa manera, luego de decir palabras tan dulces y honestas, en su propia habitación, en su propia cama….Y él seguía siendo pequeño. Bufó casi sin darse cuenta. Miró a Erik, y notó su expresión contrariada, así que se apresuró a aclarar:

-Oh, lo siento. Es sólo que estoy cansado de tener este tamaño.

Erik pareció comprenderlo, porque asintió levemente con la cabeza en señal de aprobación. Y es que claro que él también quería que Charles tuviese su tamaño normal, y poder verlo a los ojos de verdad, y poder rozar su mano, y quizás hasta abrazarlo…

-Pero-lo interrumpió la vocecita.- Puedes ir a cenar si quieres. Yo…sinceramente creo que me acostaré a dormir. Es un poco temprano, pero las emociones de hoy realmente me agotaron. Además, tengo la esperanza de despertar mañana con mi tamaño normal.-y sonrió con verdadera esperanza, con esa sonrisa que hacía que a Erik se le olvidara como hablar.

-Es cierto que la otra vez amaneciste pequeño.-secundó, tratando de articular las palabras.

Se aclaró la garganta, mientras se levantaba de la cama. Charles sintió como el mueble se acomodaba ante menos peso, extrañando, al igual que él, la presencia de Erik. Suspiró bajito.

-Hasta mañana.-murmuró al ver que Erik se dirigía a la puerta, sintiéndose un tanto solo.

-¿Hasta mañana?-Erik se detuvo, volteándose. Sonrió con diversión.-Charles, vuelvo en un momento. Iré a buscar mi cepillo de dientes y una remera para dormir. Pensé que una persona que cuida su higiene como tú lo entendería.-respondió con burla.

-Oh, es que pensé que irías a cenar, y luego a tu cuarto…

-Sinceramente, yo también estoy agotado. El día de hoy fue demasiado largo…para ambos.-y casi remarcó la palabra.-No tengo hambre.

-¿Entonces vas y vuelves?-dijo sin querer sonar tan frágil, aunque no pudo evitarlo.

-Claro que sí.-respondió con una sonrisa dulce.- ¿Creíste que después de cuidarte todo el día dejaría que durmieras solo? Por favor, piensa un poco más, Charles. Dormiré aquí contigo, así me aseguraré de que estés bien.-pestañeó un momento.-Bueno, quiero decir, si no te molesta…

-¡Claro que no!-se apresuró a aclarar. Luego se acomodó un poco, simulando tranquilidad.-O sea, no. De hecho-y sonrió brillantemente-me encantaría que te quedases esta noche conmigo.

A Erik casi le dio un paro al corazón cuando oyó esa frase. Si tan  sólo Charles la pronunciara con su tamaño normal, en una noche normal…

-Ahora vuelvo.-murmuró rápidamente, saliendo de la habitación con brusquedad. Porque se moriría si Charles oía lo que estaba pensando, o, peor aún, lo veía. Y claro que podría hacerlo, porque su mente lo estaba proyectando con intensidad. Mejor huir rápidamente.

Charles se quedó la puerta, mientras sonreía con verdadera felicidad. Había logrado que Erik Lehnsherr se preocupase por él, al punto de cuidarlo sin que él se lo pidiese. En algún punto, tenía que agradecer a ese mutante que lo había achicado, por haberle ayudado a conocer un lado de Erik que sabía que tenía, pero al cual jamás había logrado arribar tan intensamente. Y era un lado del polaco magnífico. Todo Erik era magnífico. Ahora estaba seguro. Sólo le quedaba saber qué pensaría Erik de él. Quiso desechar esa tonta esperanza que nacía en él. Pero no podía hacerlo del todo, no después del gran día que ambos habían vivido. Aunque si bien había sido, en algún aspecto, genial, ya quería que todo eso acabase.

Porque no podía abrazar a Erik midiendo 10 cm de tamaño.

Notas finales:

¿Y bien? ¿Les gustó? Este cap lo comencé a escribir apenas terminé el anterior, asique no lo escribí de un tirón jajajaja pero bueno, en seiro, por favor si alguien lo lee diaame algo, no importa lo que sea. Sé que es pedir mucho después de lo que me rerasé en actualizar, pero sí sé que alguien sigue leyendo esto, actualizaré mucho más seguido, más corto si, pero más seguido. Gracias~

 

Nos leemos~!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).