Un nuevo día empezaba y con él, el inicio de una nueva etapa para Varia.
Ese día el capitán estratega de la sede regresaba nuevamente a ocupar su habitación, luego de haber pasado dos noches en una camilla de la enfermería su cuerpo se encontraba tenso por las noches pasadas durmiendo con malas posturas pero a pesar de querer llegar a su habitación y tirarse en su acolchada y muy apreciada cama, debía pasar antes a la oficina de su jefe, el que por cierto había estado de muy mal humor en esos días y lo sabía por la gran cantidad de temblores que pudo sentir desde la enfermería.
Mientras se dirigía a la oficina podía apreciar como varias paredes se encontraban destrozadas o completamente derrumbadas lo que le hacía plantearse la idea de contratar algún diseñador de interiores que fuese lo suficientemente hábil como para reconstruir de mejor manera la edificación, pero bueno, eso sería después ahora se encontraba frente a lo único que lo separaba de su jefe en ese instante, recordando que desde que había despertado no lo había vuelto a ver. Esto le preocupaba en realidad ya que no sabía que sería lo que su jefe le diría al respecto.
Soltando un suspiro golpeo con sus nudillos la puerta de madera para posteriormente adentrarse en la amplia oficina, el ingresar sin autorización era un hábito que tenía desde siempre además de que no pensaba cambiarlo.
Una vez adentro pudo apreciar al moreno que se encontraba sentado detrás de su escritorio revisando unos reportes, el oji rojo alzo su mirada unos instantes para observar al peliplata, él sabía que se trataba de su capitán ya que era el único que se atrevía a entrar sin haber dado su autorización.
-Basura – fue lo único que dijo el moreno antes de regresar su mirada a los reportes que estaba revisando.
El peliplata contemplo a su jefe, no estaba seguro de que decir, el moreno parecía decidido a ignorar su presencia. Era irritante.
-¡Voooi! – al no saber cómo actuar opto por lo que le pareció mejor, actuar como si nada hubiera pasado, aunque no sería fácil. – ¿Cuándo volveré a las misiones? – pregunto sabiendo que entre su jefe y él no había mejor tema de conversación.
- No volverás. Verde quiere asegurarse de que todo está bien con tu cuerpo, así que estarás fuera de servicio las siguientes dos semanas – dijo sin mucha emoción devolviendo la mirada nuevamente a los documentos de su escritorio.
- Voooi ¡¿QUÉ?! Oye espera un momento, no puedes hacer eso. ¿Qué se supone que voy a hacer esas dos semanas? lo que paso no se repetirá así que reduce la cantidad del tiempo. Sabes perfectamente bien que no volverá a pasar nada por el estilo ¡Xanxus! – decía de manera sumamente alterada el peli plateado temía ser poca cosa para su jefe, volverse un estorbo, pero este no le prestaba real atención.
- Deja de ser molesto basura. Como has oído no realizaras misiones por dos semanas y sobre que harás pues a partir de mañana me ayudaras con el papeleo a tiempo completo durante las dos semanas, tampoco tienes permitido practicar con la espada. – termino de decir el moreno, había aprovechado su poder como jefe para incluir la prohibición de la practica con la espada del peli plateado, así tendría más tiempo compartido con su tiburón era lo que pensaba el oji rojo.
- No te pases Xanxus, no practicar acaso te volviste loco, preferiría haber muerto antes que abandonar mi espada – exclamo de manera alterada, jamás hubiese imaginado que le diría eso el Boss, acaso era que ya no lo necesitaba, pensaba el ojos plateados pero lo que dijo causo que algunas cicatrices del peli negro aparecieran por su rostro.
De un movimiento rápido el moreno se levantó de su asiento y se dirigió al chico frente a él, como se atrevía el peli plateado a decir semejante locura, prefería morir, pues él no se lo permitiría.
-No la abandonarás, imbécil – dijo ya un poco fuera de sí, como se atrevía ese bastardo a decir aquellas palabras, después de todo lo que había tenido que hacer para salvar su vida. Sin más obstáculos frente a él tomo con su mano derecha el delgado cuello del otro y se dirigió a la puerta para llevar al contrario hasta su habitación mientras lo arrastraba por los pasillos.
- ¿Q.qu…eee estás haciendo…? –pregunto de manera pausada, le estaba costando respirar y no sabía que era lo que quería su jefe.
Una vez frente a la habitación del peli plata el moreno abrió la puerta con una certera patada, y se adentró en está lanzando en el proceso al peli largo en la amplia cama.
Ante la sorpresa de los movimientos de su jefe el peli plateado tardó en reaccionar sobre lo que pasaba a su alrededor, tanto fue su aturdimiento que no noto el cuerpo que se posaba encima de él hasta que el otro hablo.
-Escucha estúpida basura, no dejaras la espada simplemente tomaras un descanso que tu cuerpo necesita, ¿entiendes? – el moreno se encontraba apoyado encima del peliplata con sus brazos y piernas como soporte mientras mantenía la mirada fija en las perlas plateadas de su capitán.
Este no sabía que decir en ese momento, solo observaba los ojos rojos de su jefe dejándose caer en ese maravilloso color, escuchaba lo que le decía pero el significado de esas palabras le parecía lejano, solo podía concentrarse en la persona frente a él.
El peli plateado sentía su respiración chocando con la del otro, podía sentir como su corazón empezaba a acelerarse y todo le parecía más confuso con aquel aroma a alcohol y colonia que desprendía el de arriba.
Poco a poco un ligero sonrojo empezó a cubrir sus mejillas expandiéndose por todo su rostro, como única solución ante el nerviosismo que sentía solamente pudo desviar la mirada de la penetrante oji roja de su jefe.
El moreno se había perdido en sus pensamientos sobre la hermosa cara que tenía su capitán, al cual tenía acorralado entre su cuerpo y la cama, mientras pensaba eso no desviaba su mirada roja del rostro del otro por lo que claramente pudo notar como empezaba a sonrojarse haciéndolo más lindo a su parecer, estuvo así por unos momentos más hasta que el otro le desvió la mirada haciéndolo reaccionar, recordó que estaba enojado con el capitán sobre lo que había dicho aunque del enojo no quedaba nada en realidad.
-Escoria escucha con atención – empezó a hablar captando la atención del peli largo – Eres MÍO, me perteneces, solamente YO puedo decidir cuándo morirás así que no vuelvas a decir estupideces basura – finalizo la discusión mientras el contrario solo lo observaba sin creerse lo que había escuchado.
Se puso de pie nuevamente mientras tomaba algunas sabanas que se encontraban al lado del cuerpo del otro y las lanzaba sobre el peli plata en una indirecta de que durmiera el resto del día, no dijo nada más y salió de la habitación para dejarlo dormir.
El peli plateado aún no se creía lo que había oído; oír ese tipo de palabras de su jefe no era común de hecho no era normal en absoluto, pero aun así no pudo evitar que su rostro se volviera completamente caliente por la vergüenza que sentía.
Decidió evitar pensar más en el asunto o colapsaría así que se acomodó nuevamente entre sus sabanas, estaba cansado y su cuerpo le pedía reposo por lo que en cuestión de segundos cayó profundamente dormido soñando con las últimas palabras de su jefe.