La batalla fuera de esa mansión perdida en ese bosque era brutalmente sangrienta, los hombres más hábiles de Varia eran heridos por alguna que otra bala de los enemigos, lo que demostraba lo fuerte que estos eran.
Pero Varia contaba con sus guardianes gracias a los cuales habían tomado la ventaja en esa batalla. La niebla que se esparcía producto de las ilusiones de Fran ayudaba a esconder las posiciones de los miembros de Varia que disparaban con mayor facilidad a los enemigos, aunque entre ellos había quienes basándose en sus instintos se lanzaban al ataque. Pero eran detenidos por el resto de guardianes que les esperaban escondidos en la neblina.
Los rayos de Levi resplandecían por segundos proyectando en la niebla la silueta de personas electrocutándose antes de desaparecer nuevamente.
Por su parte Lussuria peleaba cuerpo a cuerpo recibiendo uno que otro golpe, pero ninguno lo suficientemente bueno para noquearlo, por lo que de momento seguiría disfrutando de la pelea. Pues como todos los guardianes, tenía la certeza de que su jefe rescataría a Squ-chan.
Finalmente el príncipe rubio no paraba de reír de esa manera tan característica que tenía, mientras avanzaba entre los enemigos haciendo cortes profundos y certeros.
-Shishishi vamos ¿acaso esto es todo lo que tienen? – les preguntaba el rubio mientras lanzaba sus dagas a dos sujetos ignorando por completo al hombre que se posicionaba detrás de él apuntándole con un arma y jalando del gatillo.
El sonido de la bala al dejar el arma llamo la atención del autodenominado príncipe, que giro su cuerpo al origen de este pues había sido cerca, demasiado cerca.
Una vez completamente girado se sorprendió demasiado al notar a un hombre apuntando a su dirección, pero le sorprendió aún más el hecho de tener al pequeño ilusionista frente a él.
Este no se movía, y el enemigo se preparaba para disparar nuevamente pero el autodenominado príncipe fue más rápido y desviando su mirada del más pequeño la fijo en ese sujeto al tiempo que lanzaba sus dagas cortando el cuello ajeno matándolo al instante.
Asegurándose de haber matado a ese hombre volvió su vista para regresarla al pequeño peliverde aunque este ya no se encontraba en esa posición extrañando al rubio que alzo una ceja en desconcierto pero esto no fue notado ya que su inmenso cabello le cubría el rostro como siempre.
-Si sigue distrayéndose va a terminar muerto, sempai. – dijo el peliverde mientras caminaba despreocupadamente por el campo de batalla. Su comentario causo molestia en el rubio que iba a reclamarle tal falta de respeto, pero unos nuevos enemigos en su camino le detuvieron para seguir peleando ahora con mayor concentración.
Una vez que salió del campo de visión del rubio se escondió tras un grueso árbol donde de momento nadie le vería. Recargándose en el árbol se dejó caer hasta sentarse en el suelo. Miro su uniforme completamente cerrado, más específicamente su abdomen donde una mancha oscura aparecía empezando a esparcirse. Con algo de dificultad abrió su chaqueta notando ahora la mancha roja en su camisa de tirantes blanca. Haciendo uso de sus habilidades creo ilusiones de herramientas que le ayudaron a sacar la bala sin hacer demasiado grande la herida, posteriormente la cerro para que esta cicatrizara de manera natural.
-Sempai es demasiado descuidado, un día acabara muerto. – dijo el pequeño con gorro de rana mientras cerraba su chaqueta hasta arriba para que no se notara nada, al tiempo que colocaba una ilusión en la parte delantera de su ropa para ocultar la sangre que se había derramado ensuciando su uniforme.
No paso ni un minuto cuando los últimos enemigos cayeron completamente muertos, dando una victoria aplastante a Varia con algunos heridos pero ningún muerto.
Unos segundos después de haber finalizado la batalla los hombres de Varia pudieron observar la silueta de su jefe acercándose a la entrada de esa mansión cargando en brazos el cuerpo del mejor espadachín de la organización.
Los guardianes se acercaron con expresiones satisfechas por la batalla tenida pero pararon sus pasos al notar la expresión del jefe. A pesar de no tener las cicatrices que le caracterizaban cuando estaba completamente enfadado ellos podían notar la ira bullendo desde su interior solo con observar sus ojos.
-Lussuria. – Llamo al peleador de muay thai – Cura sus heridas. – ordeno Xanxus mientras sostenía en brazos al peli plateado pues no planeaba soltarlo en ningún momento.
Una vez saco a su caja arma las llamas amarillas de Lussuria empezaron a curar las heridas de este, al menos las que se habían agravado cuando el hizo mucho movimiento.
-Belfhegor y Levi busquen en todo el lugar indicios del paradero de ese bastardo. – lo dicho fue acatado por ambos hombres de Varia. Unos minutos después cuando Lussuria había terminado con lo que le ordenaron Xanxus dio sus últimas órdenes.
- Lussuria cura a todos los heridos, una vez recuperados que ayuden al resto a buscar información y Fran, tu vienes conmigo. – fue todo lo que dijo antes de dirigirse a donde habían aparcado los autos anteriormente y donde esperaban los conductores, para que uno de ellos los llevara hasta la base Varia.
~~~ En Varia ~~~
Había pasado alrededor de una hora desde la llegada de Xanxus a la mansión quien no se sorprendió, pero si se tranquilizó, al notar la presencia del Noveno en la entrada esperando por él y Squalo.
Lo primero que hizo fue llevar al espadachín a la enfermería pues quería que revisaran y trataran todas las heridas que pudiera tener su tiburón. Dejando de paso al ilusionista Fran en la enfermería para que atendieran su herida, que al parecer el Boss fue el único en notarla.
-Xanxus ¿Qué piensas hacer ahora? – preguntó el Noveno.
- Obviamente capturare al imbécil que le hizo esto a mi tiburón y recuperaré a mi hijo. – dijo con determinación el oji rubí.
Timoteo contemplo a su hijo, sin duda se había convertido en un hombre fuerte pero no era eso a lo que él se había referido.
-Me refiero a Squalo. –
-¿Qué quieres decir? -
- Xanxus, eres un hombre fuerte y lo sé. Squalo es igual de fuerte que tú, pero ten en cuenta todo lo que ha tenido que pasar hasta ahora. La droga CGP casi toma su vida, por eso dejo la práctica de la espada por un tiempo, sumado al hecho de que estaba en cinta y no lo sabía, los síntomas solo hicieron que su estado empeorará. ¿Qué crees que querrá hacer Squalo ahora? –
- Él querrá buscar a nuestro hijo también. –
- Exactamente, él no pensará en su estado de salud, ni se detendrá a pensar un poco en el cansancio de su cuerpo, lo que el hará será buscar. No descansara hasta haber encontrado a su hijo, pero ¿Estás seguro de que podrás permitirle hacerlo? No sabes cuánto tiempo te tome encontrar a alguien que fue capaz de desaparecer del radar de Varia –.
El anciano no dijo nada más pues sabía que a pesar de todo lo que la actitud de su hijo podía demostrar en el fondo podía pensar seriamente en lo mejor para las personas que estimaba. Además de que en ese momento el doctor de Varia salía de la enfermería donde había estado atendiendo a Squalo.
-¿Cómo está Squalo? – se apresuró a preguntar Xanxus.
- A pesar de la apariencia de la incisión en su abdomen, el procedimiento preliminar fue muy elaborado. Ciertamente como me habían reportado extrajeron el feto de su interior, por suerte para no dañar al feto hicieron cada paso con sumo cuidado por lo que no habrá secuelas en el capitán. Al menos no físicas dañinas a largo plazo. – Escuchar esto tranquilizo un poco al moreno, pero en su interior sabía que no podía dejar que su orgullo se interpusiera en lo mejor para su espadachín.
-En su opinión profesional como médico, ¿Qué sería lo mejor para él? – pregunto viendo al suelo, debía considerar la opinión del médico si quería que su tiburón se recuperase completamente. Su padre le observo complacido y sonrío a su hijo, aunque este no pudiera verle, para después escuchar también la opinión del doctor presente.
- Siempre he respetado la fortaleza del capitán, es un hombre admirable que no se deja doblegar ante cualquier obstáculo. Su entrenamiento como asesino de Varia le ha dado la capacidad de soportar ciertos niveles de fatiga y desvelo, que con el tiempo logró dominar. Sin embargo en esta última revisión puedo decirle jefe que su cuerpo está cansado, completamente cansado. Sus músculos están adoloridos por la tensión puesta en ellos, a pesar de su característico tono de piel ahora está más pálido y ha perdido algo de peso. De momento yo recomiendo que el capitán permanezca en descanso absoluto, sin ningún factor estresante o distractor que lo saque de su descanso. – le dio su opinión más sincera al jefe de Varia.
El moreno contemplo esta opinión lo mejor que pudo, el doctor considero este como el mejor momento para decir lo que estaba esperando decir desde el principio sin molestar a su jefe.
-Además de esto, jefe, lo mejor para él es que descanse mucho pues el capitán Squalo está… -.
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Algunos minutos después de haber escuchado lo que el doctor había dicho este dejo que ambos hombres entraran a la enfermería a ver al capitán, dentro ya se encontraba Fran preparándose para salir pero fue detenido por Xanxus, pues le tenía una orden que debía acatar durante los próximos meses.
-Fran, a partir de los siguientes meses estaré la mayor parte del tiempo fuera de la mansión, estaré enviando a diferentes misiones al resto pero tú te quedaras aquí. Tu misión para los siguientes meses será cuidar de Squalo. ¿Entendido? –.
- Sí, Boss – el peliverde sabía que no debía preguntar por nada más, pues la misión que le estaba dando el jefe era tal como lo había dicho.
Con la seguridad de contar con la ayuda del ilusionista el oji rojo se acercó a la camilla donde se encontraba recostado su espadachín, conectado a sueros y maquinas que vigilaban sus constantes vitales. Le dolía demasiado ver a su peliplata de esa forma, sabía que lo que había escogido podía no ser la mejor solución. Pero estaba decidido a hacer lo mejor para su espadachín.
-Doctor… induzca a Squalo en un coma – dijo sorprendiendo a todos ahí.
- ¿Qué estás diciendo Xanxus? – pregunto sorprendido Timoteo, admitía ser el quien le pidió a su hijo dejar descansar un poco a Squalo, pero no contaba con lo que este había dicho.
Pero nada haría cambiar de opinión al moreno, ya había decidido qué camino tomar. Y este se basaba en dejar dormir a su peli plata por algún tiempo.
Solo lamentaba no haberse despedido adecuadamente de él.
Pero sabía que el tiempo pasaría rápido y pronto volverían a estar juntos, como debió haber sido desde el principio.