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Ni el sabe como pudo haber aceptado tal petición de parte del Magi-Oráculo de Kou, pero una parte de él quería quedarse a su lado y cuidarlo porque ¿lo veía indefenso? No era por lastima Judal en esos momentos se veía débil parecía nervioso con su presencia tal vez porque nunca nadie le mostro preocupación hacia su persona.
Empezó a quitarse la ropa y los objetos que tenia encima para poder dormir más cómodo procurando no emitir ningún ruido se metió en la amplia cama y se tapo sin dejar de ver aquel cuerpo que yacía a su lado, Judal no se movía ¿Se habría dormido? Pensó el cuarto príncipe y se acerco a él.
-Judal…. ¿estás despierto? –dijo casi susurrando-
-Mmm… ¿Qué quieres? – Trató de sonar molesto ocultando los nervios por la cercanía-
-Ah, creí que dormías –le toco la frente sin previo aviso lo cual sobresalto al Magi, la mano del príncipe estaba fría- Todavía tienes temperatura ¿sigues sintiendo frio?
-Si un poco tus manos están frías Hakuryuu… –su voz parecía temblar estaba sonrojado y con los ojos acuosos producto de la fiebre- … ¿Qué pasa? ¿Por qué me ves así…?
-…-*Que lindo* fue el pensamiento que cruzo su mente, se sentía privilegiado de ver a Judal así sin ser violento o arrogante dependía únicamente de él y eso le agradaba.
…Judal – Lo tomo de la cintura acercándolo hacia su cuerpo estaba caliente- tal vez sea mi imaginación pero ¿estás nervioso? -susurro en su oído-
-¿¡Que!? No yo no...! – Trato de sonar calmado pero no podía ¿Qué estaba pasando?- ¡suéltame!
-No quiero –sonrió divertido- Judal nunca creí verte así te ves diferente diría que hasta adorable ¿será por la fiebre? –Lo sintió removerse entre sus brazos tratando de alejarlo inútilmente apretó el agarre haciendo que se detenga- cálmate por favor.
-Suel-tame…- dijo con voz lastimera respirando un poco agitado parecía que hubiera puesto toda la fuerza que le quedaba sin lograr moverlo un centímetro- … ¿sólo viniste a burlarte? Usando esa excusa de cuidar de mi… era sospechoso –sonrió sarcástico- después de todo tu me detestas.
El rostro de Hakuryuu ensombreció- Quiero aclararte algo Judal verte formar parte de Al-Thamen me molesta porque odio a la Organización y a Gyokuen, pero no a ti. –Dijo sin dejar de mirarlo se podía ver la determinación en sus ojos y que no mentía- Yo no te detesto.
Judal no sabía que decir seguía sosteniendo esa mirada que a él tanto le gustaba hasta que algo suave toco sus labios. Hakuryuu lo estaba besando nunca nadie lo había hecho sintió su rostro arder cerrando los ojos lentamente se entrego a esa nueva y dulce sensación.
El beso duro unos segundos, se separaron lentamente sin dejar de mirarse.
-Judal tú me gustas.
-… ¿Qué? –Arqueó una ceja confundido- ¿de qué estás hablando Hakuryuu…?
Se levanto de la cama arrodillándose ante la atenta mirada de Judal haciendo la reverencia del imperio Kou.
-Te deseo a mi lado no solo como Magi del Imperio Kou o mejor dicho del nuevo Imperio que crearé –aclaró- serás mi consorte y juro haré que todos te acepten como mi igual ante sus ojos.
Judal no reaccionaba. Le había pedido que sea su consorte… espera un momento ¿¡su consorte!? el cuarto príncipe Ren Hakuryuu la persona que lo ignoro siempre ahora estaba… ¿declarándosele? ¡No podía creerlo! Además le dijo que le gustaba y respecto a sus sentimientos es verdad que siempre sintió curiosidad por su persona pero no sabía si era “amor” –esa palabra le sonaba desagradable.
-… dime ¿a que te refieres con el nuevo imperio de Kou? –Deseaba saber más y algo le decía que la respuesta seria de su agrado-
-Mataré a Gyokuen –dijo simplemente- y para ello necesito tu poder como Magi.
¡Al fin lo había dicho! Lo que tanto quería escuchar se hizo realidad y no pudo evitar sonreír.
-Te convertiré en Rey tenlo por seguro Hakuryuu juntos destruiremos a esa vieja y todo el que se atraviese en tu camino.
Judal –sonrió complacido para luego enfocarse en algo más importante- no creas que escaparas a mi declaración recuerda que no te quiero sólo por tu poder te deseo como la persona que eres.
-… - Se tenso un poco- Hakuryuu yo…
-¿Acaso no soy correspondido? –Sus ojos reflejaban la inseguridad de alguien que nunca sintió afecto- Judal ¿te desagrado?
-¡No! No, yo no me refiero a eso quiero decir –se apresuro a aclarar para que no lo malinterpretara- nunca sentí algo así por nadie tu si me g-gustas Hakuryuu… -decir aquello sí que le había costado-… pero esto es nuevo para mí.
-Entonces tengo posibilidades de hacer que te enamores de mí, me basta con sólo gustarte por ahora –se acerca a la cama y toma su mano para luego besarla- Judal mírame solo a mi porque yo seré el contenedor de Rey que tanto deseas.
-…no hagas eso soy hombre no una doncella bastardo. –Bufó con molestia fingida y sonrió al recordar sus palabras- esperaré ese momento ansioso.
Hakuryuu volvió a meterse en la cama procurando no destapar a Judal lo abrazo sintiendo el cuerpo de este tensarse.
-Judal –sonríe enternecido- no tengas miedo.
-Tsk. No tengo miedo.
-Entonces relájate no te hare daño solo quiero abrazarte –lo dijo de la forma más dulce dejando un beso en su frente- … vamos.
Hakuryuu besaba su frente y acariciaba su espalda logrando que Judal suspirara relajándose por completo.
-Eres adorable cuando estas así –no lo decía con maldad en verdad adoraba verlo de esa forma-
-Cállate… -dijo adormecido- no me molestes.
-Duerme –beso su mejilla- yo velare tu sueño.
Cerró los ojos rindiéndose en brazos del cuarto príncipe.
-Te amo Judal juro haré que te enamores de mí como yo lo estoy de ti y serás solo mío –deposito un beso en sus labios- descansa.
Pasaron toda la noche juntos hasta el día siguiente.
Judal fue el primero en despertar su temperatura había bajado bastante aunque se sentía débil y ligeramente mareado no pudo evitar sonrojarse al verse en brazos del cuarto príncipe descubriendo que la confesión y el beso que se dieron esa misma noche eran reales y no producto de la fiebre.
-…Después de todo estar enfermo… no fue tan malo. –dijo acurrucándose en el pecho del cuarto príncipe para volver a dormir con una sonrisa decorando su rostro-
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