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El plebeyo del que me enamore. por Kou_bibe

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Notas del capitulo:

 

Cha, cha, cha, chan !!

 

LOL

 

Lean ploxx (?

 

 

XII

 

“Llevo más de 2 horas sentado en el mismo lugar y nada que me dejan ir, es que este sitio es aburrido, no puedo divertirme, debería estar en un antro o bar ahora mismo; Naruto llego hace unos minutos y se la ha pasado con el ceño fruncido, ¿qué le pasa? No entiendo la fascinación que tiene por Sasuke, es un plebeyo, tan ordinario, ¡olvídalo, rubio idiota!, ¡quiero irme ya!”

 

Desde su llegada se mantuvo inerte en la mesa le asignaron, a Kiba no le gustaban ése tipo de reuniones y eventos, él era una persona de salir a divertirse, donde podía desinhibirse, bailar descarado y besuquearse con quien quisiera sin ataduras; alguien tan liberal como él no podía estar tanto tiempo metido en un asfixiante traje y sentado correctamente poniendo expresión inocente a todo el mundo, después de todo, como heredero de los Inozuka y único doncel de la familia tenía una imagen de inocencia que mantener.

 

— ¿Qué tenemos aquí? Una zorra vestida de blanco, tentador… —.

— Lárgate Sai, no necesito que me relacionen contigo —.

— Vamos, la última vez la pasamos bien —.

— Te dije sería la última vez, así que mejor lárgate antes que llame a mis padres —.

— Oh, llámalos —. Se sentó en la silla junto a él con las piernas cruzadas, el codo sobre la mesa recargando su mentón en la palma de la mano, si bien era de mala educación tener un codo en la mesa, parecía un chico muy sexy y atrayente. — Hace mucho que no veo a tus padres, sería bueno saludarlos… —.

— ¡Eres un hijo de…! —.

— ¡Sai, Kiba! —. La alegre voz de Chouji le interrumpió la inapropiada palabra que iba a soltar. — Llevo un rato buscándolos —. El joven de cabellos largos se sentó en la mesa junto a ellos, hizo señas para que Shikamaru se sentara a su lado con desgano y de pronto todo se quedó en silencio.

 

Eso fue peligroso, si bien sus amigos sabían cuál era su verdadera personalidad, no podía permitir que alguien aparte de ellos le escuchara expresarse así, palabras tan fuertes y vulgares no eran apropiadas para él.

 

— Chicos, ¿por qué no vinieron a verme antes? Estaba muy aburrido —.

— Lo siento Kiba, Shikamaru estaba hablando con Sarutobi-sama y Sabaku-sama, parece que está interesado en la política —.

— Solo hacía lo que mi padre mi pidió, como hijo del dueño del Aeropuerto de Narita debo pasar algunos recados cuando él está fuera del país, que fastidio… —.

— Por cierto Sai, ¿no deberías estar en la mesa de los Sabaku? Ya sabes, junto a Gaara —. Chouji tan inocente como siempre.

— Yo pasé a saludar, solo estoy dando una vuelta —. Miro lascivamente al joven Inozuka  y acaricio una de sus piernas por debajo de la mesa, gracias al largo mantel nadie notaria lo que hacía; excepto el castaño, quien dio un ligero brinco y se sonrojo al instante.

— ¿Estás bien Kiba? —.

— No te preocupes, solo es raro —. Intervino Shikamaru percatándose de la situación, él no era tonto.

 

 

(Ramen x tomates)

 

 

— Sasuke… baja la voz… —.

 

La verdad es que no era su intención que el menor se sintiera de esa manera, lo amaba, fue muy estúpido el no haberlo buscado, tenía razón, debía ir con él, necesitaba disculparse, darle respuestas; prácticamente lo abandono, no tenía cara para pedirle nada, pero no podían hacer una escena en ese lugar, no con tanta gente y reporteros por todos lados.

 

— ¿Supones qué eso es lo que quería escucharte decir? —.

— Podemos hablar en otro lugar, donde quieras, si quieres que te lleve a casa lo haré —.

— Dobe idiota, acabo de confesarme y respondes así… yo… —.

— Namikaze-kun —.

 

Su conversación fue interrumpida por un hombre alto de cabellos castaños y alborotados con una seria expresión en el rostro, este iba acompañado de una chica rubia, ambos parecían venir de haber golpeado a alguien.

 

— Tiempo sin verte Naruto-kun, ¿cómo estás? —. Ambos chicos se unieron a su mesa sin preguntar.

— Creí haber dicho que no quería a nadie cerca de mí —. Su semblante se volvió neutral, el tono de voz lúgubre y el ceño fruncido, ¿habrán escuchado la conversación?

— Es nuestro deber saludarte y agradecerte por cuidar de nuestro hermano —.

— Kankuro, Temari, apreció su hipócrita amabilidad, ahora pueden irse —.

— Eres un mocoso, no puedes hablarnos así —. Si bien Kankuro, el hermano mayor de Gaara y segundo hijo de los Sabaku era mayor que Naruto, no era suficiente para que se dirigiera de esa manera al rubio, pero eso poco le importaba.

— Cálmate Kankuro —. La chica rubia era Temari, la mayor de los hermanos, a pesar de su actitud seria era muy inteligente, no era bueno hacer una escena y menos con ése niño rubio; trataba de que su hermano se comportara cuando reparo en la presencia del azabache, vaya… era la primera vez que veía a un chico tan guapo como él. — Hola, disculpa, no te había visto —. Por educación la chica le tendió la mano como saludo mientras sonreía, cuando Sasuke dudoso estrecho su mano se acercó a su rostro. — Mmh, es la primera vez que veo tu cara, ¿de qué familia eres? Tu nombre… —.

— Uchiha Sasuke —.

— Así que Uchiha Sasuke…  ¿Uchiha? —. La chica hizo gestos como si recordara algo, más fue interrumpida cuando el rubio Namikaze jalo del brazo al moreno.

— Dije que se fueran, ¿acaso no escuchan? —.

— No es para que reacciones así —. Se defendió Temari.

— Bien, entonces yo me voy —. Sin decir más se llevó al moreno perdiéndose entre los invitados.

— Tan malcriado como siempre… —.

— Ése niño Sasuke, ¿no te recuerda a alguien? —.

— Para nada, tal vez sea un amigo de Gaara, le has escuchado decir su nombre y por eso te confundes —.

— Estoy casi segura de haberlo visto antes… —.

— Casi —.

 

 

 

 

(Ramen x tomates)

 

 

 

— Lamento interrumpir Namikaze-sama —.

— Solo dime el reporte, ¿se están comportando mis hijos? —.

— Hace dos horas que llegamos, Deidara-san está conversando con Sarutobi-sama en estos momentos, arreglando el tema del nuevo Hospital, tal como ordeno —.

— Excelente, ¿y Naruto aún sigue hablando con los Uzumaki? —.

— Naruto-san… aún no habla con ellos… —.

— ¡¿Qué?! —.

— Naruto-san ha estado solo desde que llego, no deja que nadie se acerque a hablar con él… —.

— Ése niño… envíale a la mesa de los Uzumaki —.

— Lo buscaré enseguida —.

— ¿Acaso lo perdiste de vista? —.

— Estaba en su mesa y… —. No pudo terminar pues la llamada telefónica se acabó, el mayor le había colgado. Guardo el móvil y después de asegurarse que Deidara seguía hablando con el presidente y avisar a Rock Lee se dispuso a buscar al menor entre los invitados. Había sido contratada para ser asistente del mayor de los hermanos, no niñera del menor. Estuvo buscando por varios minutos hasta que lo vio salir hacia uno de los jardines, se apresuró para ir tras él pero la puerta fue cerrada en cuanto el rubio salió y alguien la aseguraba bajo llave. — Disculpe pero necesito salir —. El chico que cerraba se giró para verla a la cara y solo sonrió.

— Lo siento, pero nadie está autorizado a salir del salón —.

— Akasuna-sama, necesito ir por Naruto-san… —. Ése chico pelirrojo, nunca le agrado, no sabías en qué estaba pensando, definitivamente el que estuviera en su residencia y su fiesta era desventaja para ella.

— Ino, no sé por qué querrías ir fuera, hace mucho frío —. Dramatizo abrazándose y temblando.

— Akasuna-sama… —.

— Sasori, ¿qué haces? —.

— ¡¡Gaara!! Te dije me esperaras, ¿me extrañaste? —. Se abrazó al otro chico manteniendo una bonita sonrisa mientras el recién llegado se mantenía con expresión seria. — Vamos Gaara, ya casi es hora del pastel y quiero que estés junto a mí. — Se giró dispuesto a irse del lugar. — Te advierto, no intentes abrir la puerta o salir del salón, no quiero que nadie se pierda nada de esta bonita convivencia. —

 

(Ramen x tomates)

 

— ¿Para qué me has traído aquí si ahora no sabes cómo salir? —.

— Sé exactamente en dónde estamos —.

— Lo único que sé es que hemos dado vueltas sin sentido —.

— No es nada, ya casi salimos-ttebayo —.

— Dobe —.

— Ugh… —.

 

Sasuke no se equivocaba, llevaban 20 minutos caminando prácticamente en círculos dentro del laberinto, ¿por qué había un laberinto de arbustos en la casa de su compañero Sasori? Un cliché de la casa de los ricos, ¿para qué un laberinto? Para lo único que servía era para que dobes idiotas se perdieran, nada más.

Continuo siguiendo al rubio a través del lugar, en serio que parecía perdido, las paredes de arbustos eran frondosas y altas, además parecía no haber nada más, imposible salir; casi 10 minutos después y se rindió dejándose caer de sentón sobre el abundante pasto, no tenía caso seguir con tan absurda caminata.

— Sasuke, ¿estás bien? —.

El rubio se giró al escuchar el ligero ruido, agachándose para comprobar que su compañero se encontrara bien.

— No es nada, estoy cansado —.

Se quedó mirando el pasto debajo de él, sinceramente le dolían las piernas, caminar en círculos siguiendo a alguien no era lo suyo, pero era más el cansancio emocional, lo sabía, sabía perfectamente que enamorarse  de Naruto sería la peor decisión que podría tomar en su joven vida, ¿pero quién es alguien para culparlo? El maldito dobe era alto, rubio, de una hermosa y suave piel tostada, cabello rubio y sedoso, ojos malditamente azules, de cuerpo tonificado y perfecto; un sueño hecho realidad, un príncipe. Naruto sin duda era un chico bastante atractivo que provenía de una excelente familia, pero no era por eso que se había enamorado.

Naruto parecía tener el don de agradarle a la gente y ganárselos, no sabía cómo, pero lo hacía, si bien al principio no le soportaba por todas la veces que le había fastidiado en el Instituto; ahora era diferente, y no por lo que paso en la casa del mayor, no, el sexo no tenía nada que ver, al menos no mucho, ya de antes había empezado a sentir esas asquerosas mariposas en el estómago, ¿por qué? Ese idiota niño rico no tenía nada realmente especial.

 

No era momento de pensar en eso, ahora que estaban solos, podía poner las cosas en claro, era la única razón por la que acepto ir a la fiesta.

 

— Naruto —.

— ¿Sí? —. El rubio se giró a mirarlo de nuevo, al parecer se había distraído tratando de encontrar un camino a seguir.

— Me gustas —.

— ¿Ehh? —.

— Me gustas, Naruto —.

— Yo… —.

— Me gustas, Naruto; me gustas mucho; estos días he podido poner orden a mis pensamientos y emociones, al principio estaba muy molesto, es decir, no podía ni caminar bien, me sorprende que hayas tratado de cortejarme y tener sexo conmigo sin investigar como debes hacerlo, me metiste tu estúpido pene sin prepararme, pudiste lesionarme maldito imbécil —.

— Lo siento… —. OK, se notaba que estaba enojado, y mucho.

— Pero no te culpo, yo tampoco sabía nada, no tuvimos cuidado, a pesar de estar drogado. Quiero decir… estoy nervioso, quiero irme a mi casa —. Se cubrió la cara con ambas manos, el valor que había reunido se estaba desvaneciendo frente a esos ojos azules, ni siquiera podía correr sin sentir las piernas arder, ¡que rayos!

— Sasuke… —. Se sentó también frente a él, lo más cerca que pudo, estiro las piernas para que el azabache quedara entre ellas; con cuidado tomo las blancas manos y las retiro descubriendo las mejillas encendidas del menor, lucía tan hermoso. — Sasuke, quiero que sepas que tú también me gustas, de verdad, nunca había sentido nada por nadie, desde niño me han presentado a muchas chicas y donceles pero, nadie se compara con tu belleza, eres como una hermosa princesa de nieve, tú eres tan bonito y autentico, eres una persona maravillosa que no se vale de nadie más que de sí mismo, Sasuke, me  gustas, te amo como no te imaginas, y me hace realmente feliz que sientas lo mismo —.

— Deja de decir tonterías —.

— Aun insultándome eres hermoso, sé que tienes muchas dudas, también yo, pero créeme cuando digo que voy a hacer lo posible por que estés a mi lado y seas feliz —.

— Puedes hacerme feliz sin tenerme a tu lado —.

— No tendría caso algo como eso, quiero que estés conmigo, solo conmigo-ttebayo —.

— ¿Te han dicho que eres un imbécil egoísta? —.

— Muchas veces —.

Se miraron a los ojos por unos instantes, como queriendo descubrir los secretos más profundos y los sentimientos más arraigados en lo profundo de su ser, negro y azul se observaron con insistencia, conociéndose, aceptándose y haciendo una promesa silenciosa en que intentarían estar juntos a pesar de todos los problemas que seguro les esperarían y que sin dudar, enfrentarían juntos.

 

— Deberíamos regresar, está haciendo frio —.

— Pero no recuerdo en qué dirección esta salida… —.

— No hace falta, sé por dónde vinimos —.

— ¿Si lo sabías por qué no me dijiste antes-dattebayo? —.

— Solo comprobaba cuan dobe eres —.

 

El rubio fue el primero en levantarse, se quitó el saco y lo puso en los hombros del azabache, creyó que lo rechazaría pero en su lugar se lo acomodo con fuerza, sus mejillas se tornaron de un suave rosa y se mantuvo así, extrañamente entendió un poco y se agacho de nuevo para cargarlo en vilo.

— ¿Qué pretendes? —.

— Estás cansado, indícame el camino y saldremos de aquí —.

Los suaves labios que se posaron en su mejilla le desconcertaron un poco, no se esperaba que el Uchiha le besara sin más, a pesar de que los sintió un tanto fríos le transmitieron un cálido sentimiento, mismo que agradeció en silencio y ambos se dirigieron a la salida.

Extraña y misteriosamente una chica de la servidumbre de la mansión les estaba esperando al salir del laberinto, amablemente les ofreció le siguieran pues Sasori había dispuesto una habitación y bebidas calientes para que pasaran un rato a solas.

El rubio se negó a soltar a su precioso chico y le llevo cargando hasta la habitación, apartados y lejos de la vista del resto de los invitados, nadie les molestaría y tendrían absoluta privacidad para hablar y hacer lo que quisieran.

La habitación era realmente bonita. Innecesariamente espaciosa, las paredes y alto techo estilo victoriano de color naranja marfil y crema; al centro una cama King size rodeada de una lisa y transparente tela, todo en tonos blancos y perla. Había un diván marrón bajo la enorme ventana que daba al jardín principal, una mesa de centro de cedro rojo con algunas teteras y charolas brillantes con diversos bocadillos salados y dulces; al fondo se encontraba un ropero y un tocador del mismo color de la mesa, además habían dos puertas anexas. La habitación sin duda tenía el aire de pertenecer a algún príncipe e incluso rey.

Con cuidado el rubio dejo al menor sobre la suave y tibia cama, la chica que les acompañaba sirvió una taza con té blanco y otra con café y leche, retirándose y deseándoles un buen descanso.

 

— Sigo sin entender la necesidad de vivir en enormes espacios —.

— A mí me parece natural —. Tomo la charola de las tazas y la de bocadillos acercándolas a la cama para que comieran más a gusto.

— No sabía que fueses tan caballeroso —. Recibió la taza con té y la bebió de a poco, estaba aún muy caliente pero la sensación del líquido bajando por su garganta hasta el estómago realmente le devolvía calidez a su cuerpo.

— Al menos puedo acercar unas tazas y comida a la mesa, aunque por lo general lo hacen por mí, así no debo levantarme —.

— Debería sentirme halagado por haberme traído la comida a la mesa —.

— Sasuke, qui-quisiera hacerte una pregunta bastante intima —.

— No estés nervioso Naruto, no te queda —.

— Yo entenderé si no quieres contestar… —.

— Solo dilo, no imagino qué quieres preguntar siendo que investigaste todo sobre mí —. Las mejillas de piel bronceada se tornaron rojas, había sido descubierto. — Puedes preguntar lo que quieras Naruto, no tengo nada que ocultar —. Aprovecho para acomodarse mejor sobre la cama y recargarse en los tantos cojines y almohadas.

— ¿Eres un doncel? —.

— Sí —. Dio un mordisco a una galleta de vainilla con queso y kiwi.

— Entonces… ¿estás…? —.

— ¿En cinta? —. Termino su galleta y dio un nuevo sorbo a su té. — Si lo estuviera, ¿qué harías? —. Agacho un poco la mirada y su semblante se volvió un tanto triste.

— ¡Me haría cargo-ttebayo! —.

— ¿Y tus padres? —.

— Ellos no importan, me casaría contigo y me aseguraría que estén bien —.

— ¿Si te obligaran a dejarme? —.

— Eso jamás, incluso si me desheredan no importa, podría trabajar en algo, no seré muy inteligente pero soy muy fuerte, no importa qué puedan intentar, no me alejaré de ti —.

— Dices que trabajarías pero apuesto que ni una escoba sabes usar… —.

— Pu-puedo aprender —.

— Acabas de decir que no eres muy inteligente —.

—… —.

—… ¡Ja, ja, ja! Eres un caso perdido, no hace falta que pienses en eso, no estoy embarazado. Ese día, cuando Sasori me llevo a casa en tu moto pasamos por una farmacia, compro una inyección de emergencia y me la puse al llegar a casa, los tres días siguientes estuve tomando pastillas anticonceptivas y ayer me llevo al médico de su familia, me hicieron exámenes y todos dieron negativo, no te preocupes —.

— Aun así me haría cargo de ti, pero no me vuelvas a hacer eso, de verdad creí que estabas esperando un bebé —.

Los bocadillos se fueron acabando de a poco en compañía de una tranquila conversación, temas como la familia y su relación con la misma fueron tratados, así como sus sueños y aspiraciones, las cosas que les gustaban y lo que preferían hacer en días libres.

Había mucho por contar y descubrir, pero lo que les importaba era pasar el tiempo uno junto al otro, cuando el sueño comenzó a vencerlos dieron por terminada la plática; el rubio se levantó directo al ropero donde encontró dos juegos de pijama, suave tela de algodón egipcio de color blanco, eran realmente bonitas y suaves, una de su talla y otra de la talla de Sasuke, camino de regreso a la cama detrás de él y se encontró con el de cabello negro durmiendo, no era posible, no tardo ni dos minutos en caminar de la cama al ropero.

— Sasuke, despierta, debes cambiarte —.

Movió al chico sin éxito.

— No me dejas opción, te cambiare yo mismo —.

— Hazme lo que quieras… —.

Un susurro en sueños, las mejillas del Namikaze se tiñeron de un rojo intenso hasta las orejas, ¿por qué Sasuke le provocaba sin ser consciente?

Decidió dejar pasar esa oportunidad y prosiguió a despojarle del calzado y del pantalón y saco plateados, no lo había notado pero la tela del mismo era muy suave y brillante, una bonita y delicada tela satinada, la camisa era el mismo caso, suave al tacto, parecía ser de algodón, tal vez era otro tipo de tela; una vez le desvistió le puso el pijama y lo acomodo dentro de la cama; debía estar realmente cansado como para dormirse tan rápido y profundo, o a lo mejor estaba fingiendo, no importaba, estaba agradecido de tenerle a su lado.

Hizo lo propio al quitarse la ropa de gala y vestir el pijama, con cuidado se acostó junto al menor y pasó el brazo por la delineada cintura de piel blanca. La respiración de ambos se relajó y cayeron en un hermoso sueño sin prisa de saber lo que el día de mañana les traería, solo importando que ahora estaban juntos y esperaban estar así mucho tiempo más.

 

 

 

 

Continuara…

 

Notas finales:

 

 

 

Hey ! Hey ! Hey !

 

Han pasado siglos desde la última actualización, creo que un año xdxd, lo siento, ¡no me maten por favor!

Si aún hay alguien que leyó esto en verdad les agradezco mucho, en serio, tuve un bloqueo HORRIBLE de tamaño universal que no me dejaba, sinceramente no me convencía este capítulo, cada que escribía algo no me parecía y lo borraba y escribía de nuevo y volvía a borrar y era un círculo vicioso imposible de superar, siento que quedo muy soso pero ya no quería alargar más la espera.

No, no me fui a hiatus y me disculpo si así lo creyeron, como dije al principio no abandonaré el fic y bueno, más vale tarde que nuca LOL (?

¿Qué les ha parecido? ¿Aún les gusta?

Si tienen algunas dudas no duden en preguntar, con gusto daré respuestas, aunque no spoilers, soy diabólica, lo sé.

Agradezco el tiempo que se han tomado en leer semejante letanía, en serio, ¡muchas gracias por leer!

Si alguien es fan del fandom de Kuroko no basket, estoy publicando ahí una historia omegaverse, dioh, me enamore de tal universo; si gustan darle una checadita lo pueden encontrar en mi perfil.

Muchas gracias por leer !

 

Bye bye ~

 

 


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