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El plebeyo del que me enamore. por Kou_bibe

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Notas del capitulo:

 

Hola chicos hermosos ~

 

 

 

Disfruten la lectura, nos leemos en las notas finales.

IV

 

 

 

 

 

 

— Hah ~ —. Se levantó perezoso de la cama asegurándose de apagar el despertador antes de tiempo. — No puedo creer que me haya despertado antes de que sonara la alarma —.

 

Tomo la ropa que usaría ese día y se metió a la ducha; salió ya vestido, pantalón recto negro, una camisa blanca de manga corta y una sudadera en color crema, se acomodó el cabello, los lentes y fue directo a la cocina.

 

— Nii-san, buenos días, ¿Mnh?, ¿Nii-san? —. Encontró sobre la mesa su desayuno listo y una nota: “Buenos días, Sasuke, espero que te guste el desayuno, tu obentou está listo, que tengas un buen día, ve con cuidado, con cariño, tu hermano favorito”. — Eres mi único hermano, Itachi tonto —.

 

El azabache procedió a desayunarse, en días así comía solo, cuando su hermano tenía el turno de la noche llegaba a casa hasta pasadas la media noche, y peor si era en fin de semana. Término y dejo los trastes sucios en el fregadero, ya los lavaría al regresar; se colocó los zapatos, tomo la mochila y salió despidiéndose con un: “Vuelvo más tarde” que no fue contestado, su hermano seguramente estaba durmiendo.

 

Los rayos del sol se sentían bastante bien, sin duda la caminata a la estación sería perfecta, le esperaba un buen día de escuela.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Suspiro algo cansado dejándose caer sobre el asiento de su escritorio.

 

— Buenos días, plebeyo-kun —. Los pelirrojos iban llegando, cada uno se acomodó en su lugar.

— Sasori… —.

— OK, OK, buenos días, Sasuke —.

— ¿Hoy no usas tu suéter feo? —. Gaara.

— No es feo, es gris, y no, hoy no —.

— Ayer olvide preguntarte, ¿por qué vienes vestido así? —.

— Obviamente no tengo el uniforme, además el director dijo podía usar lo que quisiera, siempre que fuera apropiado para estudiar —.

— ¿Por…? Ahh, entiendo, no puedes pagarlo, supongo que nuestro uniforme de diseñador hecho a la media no está dentro del presupuesto de un plebeyo, no es algo que puedas comprar en una tienda —.

— Gaara, ayer dijiste que dejarían de hablar de mí, entonces, ¿qué es todo eso? —. Ignorando a Sasori.

— ¿Qué? —. Miro alrededor y sus compañeros de clase les observaban, miradas incrédulas, expectantes, analizadoras.

— Creo que me molestan más esas miradas que sus burlas —.

— Ya; bueno, eso es porque ya todos saben que te encontraste con Deidara, y no solo eso, te defendió y viajaste en su limosina junto a Naruto —.

— ¿Y cómo se enteraron? —.

— ¡Entonces es cierto! La verdad no le creí a Naruto cuando nos contó, hablamos por video llamada ayer en la tarde y se notaba muy molesto, pero, no sé, parecía que tenía una rabieta o algo así, se notaba diferente —.

— Es cierto, estás en problemas, Sasuke —.

— ¿Tanto por hablar con ese chico de cabello largo y cara de niña? —. Fastidio.

— No entiendes, Sasuke, Deidara es más importante y famoso que una celebridad, o el presidente, es el hijo mayor de los Namikaze, el heredero, el primogénito; todos aquí le conocen, le respetan y admiran… aunque no es la gran cosa —. El ojeroso bufo irritado.

— A Gaara no le agrada; cuando éramos niños acompañamos a nuestros padres a una de las residencias de los Namikaze, estábamos con Naruto y su sequito jugando, aunque Gaara estaba aparte construyendo una ciudad con legos, cuando Deidara llego, le dijo que eso no era artístico y la destruyo, desde entonces no se llevan muy bien —.

— Nadie te pregunto nada, Sasori, además tú tampoco te llevas bien con él —.

— Eso es mentira, tenemos percepciones distintas de lo que es arte, es todo —.

 

El profesor llego y todos se acomodaron en sus sitios, cuando este dejo sus cosas sobre el escritorio miro de reojo a Sasuke, sí, incluso el profesor, tal parece que en el mundo de los ricos las noticias viajan rápido.

 

— ¡Al fin! Hora del almuerzo —. El pelirrojo lindo se estiro un poco.

— ¿Nos acompañaras al comedor? —.

— No —.

— ¡Eish!, ¿Trajiste tu obentou? —.

— Sí —.

—… Mmh, de acuerdo, regresamos luego —.

— Por cierto, ten cuidado mientras volvemos, es posible que venga Naruto, aunque tampoco vayas a salir de aquí, eso sería peor —. Después de la advertencia dada por el ojos de mapache, salieron, el plebeyo se quedó pensativo, esa era una posibilidad, que el rubio llegara a fastidiarle el almuerzo, pero lo que importaba ahora era llenar su estómago, ya se preocuparía en su momento.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

— ¡Hey!, ¡Sasuke!, ¿A dónde vas? —.

— A la biblioteca, no tardo —.

— ¿Vamos contigo? —.

— NO —.

— Es más divertido juntos, ¿no es así, Gaara? —.

— Ahh ~ —.

 

Sin remedio los tres fueron a la biblioteca principal de la escuela, como los pelirrojos le dijeron el primer día de clases, siempre estaban con él, protegiéndole, aunque para el azabache eran más como sanguijuelas, hasta para ir al sanitario se le pegaban, el único momento en que estaba solo era a la hora del almuerzo, debido a que los pelirrojos iban al comedor o a una de las tantas cafeterías y él se mantenía en el salón.

 

Era la tercera hora, antes del almuerzo, el profesor solo llego a darles unas indicaciones y se fue, dejándolos libres. El Uchiha menor quería aprovechar para estar en la biblioteca, pero ahora que ese par iba con él, de nuevo, no sería posible. Se estuvieron un rato entre libros y después de completar con la solicitud de préstamo se regresaron a su clase; llevaba varios libros, cinco para ser exactos, era viernes y aprovecharía para leer todo el fin de semana.

 

Una vez llegaron se dispuso a guardar los libros y sacar su caja de obentou.

 

— ¿Será que hoy es el día que nos acompañes al comedor? —

— Ya deberías conocer la respuesta, Sasori —.

— Gaara tiene razón, no iré —.

— Que aburrido, cuando me ruegues te lleve no lo haré, vámonos Gaara —.

— Disfruta tu almuerzo, Sasuke —.

 

Y los hermanos (por insistencia de Sasori) salieron, Sasuke se quedó mirando su obentou, la verdad es que tenía curiosidad por conocer el comedor, y por qué no, comer allí, pero los gastos del mismo no estaban dentro de su beca y esa comida debía ser costosa; ni modo, la comida de su hermano también era muy buena, igual o mejor que la de cinco estrellas, ¿cierto?

 

Miro por la ventana, era un día bastante bonito, sería un pecado no aprovechar tan maravilloso clima; salió junto con su caja del aula sin dirección aparente, era un buen día para comer fuera. Camino un rato hasta que llegó a unas bancas frente a uno de los jardines-bosque, estaba bastante apartado de las aulas y áreas de recreo, era un buen lugar, nadie le molestaría.

 

— Que aproveche —.

 

Se dispuso a comer, arroz blanco con trozos de alga y zanahorias dulces, rollitos de huevo, ensalada de lechuga con tomates cherry y pasas y un poco de pollo a la naranja, su hermano tenía aires de chef, ciertamente, algo que le gustaba.

 

— Gracias por la comida —.

 

Acomodó todo al terminar, dejo la caja junto a él con los palillos sobre la misma, se recargo con los brazos por detrás de la nuca para tener un mejor soporte; levanto la vista, el clima era muy agradable, una suave brisa le movía el flequillo, se permitió quitarse los lentes para disfrutar mejor, podía escuchar el canto de distintas aves que tenían sus nidos sobre los árboles, sonrió un poco, el sol brillaba, había pocas nubes pasando, el cielo, tan inmenso, de un color azul profundo, muy hermoso, junto ambos parpados dejándose llevar por la sensación y los recuerdos, sí, el azul del cielo era hermoso, casi tan hermoso como los ojos de… interrumpió sus pensamientos dándose una abofeteada mental, abrió los ojos, ¿qué fue eso? Sin darse cuenta estaba pensando en el idiota de las mejillas infantiles, otra vez; se sonrojo un poco ante eso, la verdad es que no era la primera vez que pensaba en él, pero sí la primera vez que lo hacía de esa forma, no era posible que le dedicara un pensamiento de ese tipo.

 

Ya habían pasado dos meses desde que entro al Instituto; la primer semana había sido víctima de los juegos y acosos del rubio, sus jugarretas eran muy inmaduras y descuidadas, inclusive llego a cerrar la línea del metro que el moreno utilizaba para ir y venir de su casa a la escuela, esa fue una buena jugada, le costó un gasto mayor en el tiempo de transporte, y qué decir de los pasajes; aunque todo eso cambio aquel día…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

/ Flash Back /

 

Era Jueves en la segunda semana desde que el ciclo escolar había comenzado, después del almuerzo tuvieron clase de gimnasia, el uniforme deportivo era sencillo, pantalón en los chicos y short mediano, de color rojo ladrillo con dos franjas blancas a los costados, del mismo color las calcetas, tenis y playera, esta con el escudo del instituto bordado del lado izquierdo, nada fuera de lo normal, Sasuke por otro lado, llevaba una camiseta blanca, al igual que las calcetas y los tenis, pantalón y sudadera amplia azul marino.

 

La clase fue un “hagan lo que quieran”, por un momento creyó que en verdad harían algo de ejercicio, obviamente se equivocó. Cuando la supuesta clase termino todos se dirigieron a los vestidores para regresar al uniforme normal, el oji-negro espero a que estos  se vaciaran para entonces entrar, no se sentía muy confiado desvistiéndose frente a tanto niño rico, tenía un buen cuerpo, aunque él mismo lo dijera, y si fueran dos o tres estaría bien, pero eran diez, estaría expuesto a diez pares de ojos, claro que no se metería en ese lugar, además los pelirrojos habían desaparecido apenas comenzó la clase, así que no se iba a arriesgar a que le hicieran algo.

 

Los vestidores se vaciaron y entonces entro, abrió su casillero asignado para sacar su uniforme, se quitó los lentes y comenzó a desvestirse, primero los tenis y las calcetas, siguió con la sudadera y la camiseta y después el pantalón quedando solamente en bóxer, un bóxer negro, no corto, no largo, tampoco ajustado, un bóxer normal; estaba doblando la ropa aun casi desnudo cuando escucho la puerta abrirse de golpe y unos pasos acercarse mientras gritaba.

 

— ¡Sasori!, ¡Maldito! Te dije que… —.

 

Esa persona se quedó estática al inicio del pasillo donde se encontraba el ojos ónix, este al darse cuenta de quien había llegado le dio cero importancia, así continuo con lo que hacía.

 

— ¿Qué-qué haces aquí? —. Consiguió que las palabras salieran.

— ¿Acaso necesito de tu permiso para hacer uso de los vestidores? —.

— No. Sí, bueno no, es-que… —.

— Deja de balbucear —.

— ¡Ejem! —. Intento aclarar la garganta para sonar serio y calmado, ¡eso fue en vano! Acababa de entrar y se encuentra al plebeyo casi desnudo a mitad del pasillo como si nada, ¡estaba usando únicamente unos malditos boxers! — Por… ¿Por qué andas en esas pin-tas? —.

— Estoy cambiándome de ropa, genio —. Un poco de obviedad.

 

Ambos continuaron en su lugar, Sasuke de lo más tranquilo, pero no detectaba nada del intruso, no decía nada, no se movía, tal vez ya ni respiraba, no le importo; y es que efectivamente no se movía, estaba perdiendo el aliento debido a la vista frente a él.

 

Se permitió observar el cuerpo de Sasuke, tenía la piel tan blanca, lisa y visiblemente suave, su cuerpo delgado, aun así los brazos y piernas se notaban fuertes y firmes al igual que el abdomen, paseo su vista por la espalda del plebeyo deteniéndose donde comenzaba la ropa interior, se sonrojo al instante, con un poco de pudor bajo un poco más la mirada y ¡bingo!, ahí estaba el trasero del menor, no podía apreciarlo bien debido a la tela sobre este, pero no estaba nada mal, se notaba que era muy redondo, suave y firme, se preguntó si su mano apretaría sin problemas uno de esos glúteos y de pronto sintió mucho calor, ¿el aire acondicionaba estaba averiado, o qué?

 

— ¿Hasta cuándo dejaras de mirarme, pervertido? —.

— Yo… estoy, estoy buscando a Sa-sa-sori —.

— Desde que termino el almuerzo no les he visto —.

— Ahh… entien-do —. El moreno se le acerco ya vestido con esa ropa y lentes horribles, ¿cómo se cambió tan rápido?

— Y, ¿qué broma puedo esperar para hoy? —. Estaba cerca, muy cerca, demasiado cerca, se sintió extraño y todos los tonos de rojo pasaron por su cara y orejas, recordó el cuerpo semidesnudo del oji-obsidiana, solo empeoro su situación, sentía que se quemaba por dentro.

— Aah… ehh… gmh… —. Sonidos incoherentes salieron de su boca, no podía articular palabra alguna, de todas formas, ¿qué intentaba decir? Su cabeza estaba en blanco y parecía que el tiempo se había detenido, fijo su vista en los ojos contrarios y se perdió en ellos.

— Te estaré esperando, Naruto —.

 

Susurro cerca de sus labios, había notado el nerviosismo del rubio, ¡¿y quién no lo haría?! El chico parecía una hoja de papel contra en viento, le sonrió de lado, golpeo un poco el hombro del bigotes  quien brinco un poco por tal acto y se alejó, cuando estuvo cerca de la puerta escucho un ruido singular, su “sempai” había caído de rodillas, salió sin mirar atrás y al cerrar la puerta escucho un grito desesperado desde dentro.

 

Tal vez no había sido muy buena idea molestar de esa manera al rubio, pero le pareció una oportunidad única, aunque, ¿por qué había actuado de esa manera?, ¿era la primera vez que veía a alguien más en interiores? Eso era bastante extraño, pero… un momento, ¡ese imbécil acababa de verlo en boxers! OK, OK, no había nada de malo, ¿cierto? Pero en realidad se sentía avergonzado; bueno, pudo molestarlo un poco, se tranquilizó y se alejó del lugar de regreso a su salón, ya lidiaría después con la broma que soportaría del rubio.

 

/ End Flash Back /

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sí, desde ese día el Joven amo no le molesto más y así se mantuvo, a tal grado que no le había vuelto a ver; no se equivoquen, quien más agradecido estaba por ello era él mismo, pero comenzaba a parecerle extraño, ¿qué cosa tan sucia y despiadada estaba tramando? Tenía que ser fuerte, sí, esa fue la razón por la que le recordó mientras miraba el cielo, tal vez estar fuera y solo no era buena idea, no podía bajar la guardia completamente, quien sabe en qué momento el rubio haría su movimiento.

 

Respiro profundo, además, era mejor regresar y leer un poco. Con su caja de obentou se levantó, dio unos pasos de vuelta a su clase, se acomodaba los lentes cuando alguien le detuvo tomándole muy fuerte del brazo izquierdo.

 

— ¡AY! —.

 

Le jalo demasiado fuerte, casi queriendo romper su brazo, debido a ello su caja y lentes cayeron al piso.

 

— Al fin estas solo, ¡plebeyo repugnante! —.

 

Un tipo le tomaba con mucha fuerza, era más fuerte y robusto que él, de tercer grado seguramente.

 

— ¡¿Quién eres tú?!, ¡Suéltame! —. El azabache le propino un golpe con la derecha en la nariz, le soltó llevándose amabas manos a la cara.

— ¡Miserable!, ¡¿Cómo te atreves a estar cerca de nosotros?! Aunque Yondaime-sama te haya aceptado, yo no lo haré, no soporto que algo como tú este cerca de nosotros, ¡no lo permitiré! —.

 

El grandulón ese se acercó con todas la intenciones de golpearle, pero en lugar de huir o temblar de miedo, el inocente peinado de cacatúa tomo posición de combate; en todo el tiempo que llevaba en ese lugar era la primer persona que se le acercaba con esas intenciones, tal vez porque ahora no se encontraba con los pelirrojos, estaba solo, pero no indefenso, no señor, él no es débil, después de todo asistió a clases de Tae Kwan Do en el instituto medio, no se iba a dejar de nadie, y se lo iba a dejar en claro a ese tipo dándole la paliza de su vida, se metió con el plebeyo equivocado.

 

Ya estaba a punto de recibir un golpe directo, no, tonterías, ese golpe era tan fácil de bloquear, lo evitaría y le partiría la cara. Unas gotas pequeñas de sangre salpicaron la nariz del piel nívea, y de la nada alguien estaba frente a él, alguien estaba ¿protegiéndole?

 

— Jirōbō —.

— Jo-joven amo… —.

 

La situación había cambiado; Naruto había aparecido de quien sabe dónde, se puso entre Sasuke y su atacante, fue tan rápido que el rubio solo pudo desviar un poco el puño del peli-naranja, debido a eso el anillo que usaba el gordito le rasguño la mejilla izquierda, de ahí la sangre que salpico al moreno.

 

— Na-… —.

— Vete Jirōbō, no quiero verte cerca, él es mío, si te atreves a hacerle algo te ira muy mal —.

— Pero Joven amo, no puede ser posible que… —.

— ¡¡Que te largues!! —.

 

El mastodonte cara de matón hizo una leve reverencia y se fue casi corriendo, ¿Qué significaba eso? Por un momento creyó que aquello había sido obra del rubio, ordenarle a alguien que lo golpeara a tal grado de mandarlo al hospital, pero esos planes se verían frustrados pues sabia defenderse, ese plan tan cobarde se iba a ir a la basura.

 

Pero nada había resultado así; el señor bigotes apareció de la nada y le había defendido de ese monstruo saliendo herido en el proceso, ¿Por qué le protegió?, ¿Qué planeaba? Era el momento prefecto para preguntar.

 

— Naru-… —.

— ¡¿Estás bien, Sasuke?! —. El rubio se giró tomando al menor por lo hombros. — ¿Te hizo algo?, ¿Te lastimo?, ¿Dónde te duele?, ¡Estás sangrando-ttebayo! —. Se le notaba preocupado, nervioso, ansioso, sus orbes azules le examinaban minuciosamente, estaba asustado.

— Eres tú quien sangra, dobe —.

— ¿Eh? —. Aparto sus manos y comenzó a sonreír sin razón aparente, una sonrisa enorme y sincera, la más hermosa que el moreno había visto en su vida. — Que alivio, me alegra que estés bien, Sasuke —.

— Pero tú no lo estas —. Sus mejillas se tiñeron un poco de carmín. — ¿Qué haces aquí solo? —. Se sintió culpable.

— Eso debería preguntar yo-tteba, ¿Dónde están Gaara y Sasori?, ¿Por qué estás solo acá fuera? Esos inútiles, les ordene que no te dejaran solo para evitar que algo así sucediera, fue una suerte que estuviera cerca-dattebayo —.

— ¿Es que no puedo salir y caminar por el instituto? —.

— No es eso, es que no deberías andar solo, si algo te hubiera sucedido… —.

— Sé defenderme, ¡No necesito que me cuiden! —. La expresión del mayor se entristeció. — pero… gracias por preocuparte —.

— ¡Me alegra que estés bien! —. Esa sonrisa otra vez, tan radiante y cálida, ¿Cómo habían llegado a esto? Era una situación difícil de creer, el oji-obsidiana comenzaba a sentirse nervioso, tener al rubio con esa sonrisa, para él, por él… NO, no era así, ¿qué cosas estaba imaginando?

— Me-mejor vámonos —. ¿Juntos?

— Sí, ¡OH! No puedo dejar que me vean sangrando, ¿qué hago-ttebayo? —.

— Eso es ridículo —.

— No puedo permitir que me vean en estas condiciones —. Se llevó la punta de los dedos a la herida. — ¡Es una cortada grande-ttebayo! —.

— Solo es un rasguño —.

— No, no, no, no, ¡¿Qué hago?! —. ¿Tanto escándalo por un poco de sangre? Aunque tal vez lo entendía, Naruto es el hijo de un súper hombre, no podía mostrarse con una herida frente a los demás, seria humillante y causaría pánico en el instituto, o algo así. — La enfermería más cercana… no, tengo que pasar frente a una cafetería, estoy acabado-ttebayo… —.

— Aquí junto está el auditorio del club de teatro, tienen una pequeña enfermería —. ¿Por qué le estaba ayudando? De alguna manera se sentía responsable, fue por protegerlo que ahora estaba herido, debía hacer algo. — Siempre esta sola, los integrantes del club comienzan actividades después de clases, nadie te vera… —.

— ¡Es perfecto! —.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

— ¿Qué se supone debo hacer? —.

— Desinfectar —.

— Ahh… ¿cuál debo usar para eso?, ¿debería llamar a una ambulancia? No, eso sería peor-ttebayo —.

—… Siéntate, yo me encargo —.

 

Los dos chicos se encontraban en una pequeña sala que funcionaba como enfermería, tenía una camilla, dos bancos, dos muebles, un estante y un escritorio con su respectiva silla, además de una puerta, tal vez un baño. Sasuke se acercó a uno de los muebles mientras Naruto se sentaba sobre la camilla; saco unos frascos, algodón, gasas y cinta, se sentó en uno de los bancos frente al oji-celeste, mojo un algodón con agua oxigenada y comenzó a limpiar la sangre fresca alrededor de la herida.

 

— Gracias por ayudarme, es la primera vez que tengo una herida así, no sabía que hacer-ttebayo —.

— Hmh —. ¿La primera vez?, ¿vivía en una burbuja?

— Suerte que estaba abierto, de haber estado cerrado estaría perdido —.

— ¿Por qué estabas convenientemente cerca? —. Tenía muchas preguntas, ¿por qué lo protegió?, ¿se preocupaba por él?, ¿a qué se refería con decirle a los pelirrojos que lo cuidaran?

— Es una coincidencia, estuve en el comedor con los chicos, cuando terminamos se fueron a atender algunos asuntos en sus clubs, yo iba de regreso al salón pero no tenía ánimos de soportar a nadie; así que vine buscando estar solo, escuche que alguien grito, corrí para comprobar lo que pasaba, entonces los vi-ttebayo —.

— ¿Por qué? —.

— ¿He? —.

— ¿Por qué me defendiste? —.

— Yo, no lo sé —. Desvió la mirada. — no quería que te hiciera daño, no quería que te molestara-ttebayo —. ¿Qué?, ¿acaso olvido quien era el único que le había molestado hasta ahora? No podía creerle, eso era mentira.

— Mientes —. Dejo el algodón en la basura y con un pedazo de gasa mojado en solución desinfectante lo acerco a la mejilla del rubio para curarle.

— ¡No miento-ttebayo! No quería que te lastimaran, ¡AHH! —.

— Solo es desinfectante, dobe, ¡estate quieto! —.

 

El de ojos azules no paraba de alejar la mano de Sasuke, intentando por todos los medios que esa cosa no volviera a tocarlo.

 

— ¡Eso arde como los mil demonios, teme! —.

— ¡¿Cómo me llamaste?! —.

— ¡Teme!, ¡AHH! —.

 

El "teme" con un rápido reflejo había presionado la gasa contra la herida del rubio, tan fuerte como pudo. Ambos forcejeaban, no tardaron en llegar a un acuerdo donde el Namikaze se dejaría hacer, siempre que pudiera apretar la mano del Uchiha para mitigar el ardor, ¿Cómo es que el moreno acepto? Bueno, por alguna razón no pudo negarse ante esos ojitos de borrego a medio morir, nadie se le hubiera negado.

 

Cuando termino le coloco un poco de gel cicatrizante y después de que este fuera absorbido por la piel le cubrió con una cinta; en todo el rato solo hizo uso de su mano derecha, pues la izquierda aun la sujetaba el rubio, no le soltaba y mantenía la mirada gacha con un ligero sonrojo y frunciendo los labios, ¿Qué clase de comportamiento era ese?

 

— Termine —. Pero no recibió respuesta o acción alguna, no le estaba escuchando, ¿se atrevía a ignorarle?, ¿Por qué aun sostenía su mano con tanta fuerza? Aunque, debía admitir que el contacto se sentía bien, tan cálido y suave, era agradable, y por alguna razón eso le molesto. — ¿Hasta cuándo me soltaras? —. Hablo más fuerte.

— ¡Oh! Disculpa —. Le soltó y se encogió de hombros.

— La hora del almuerzo esta por terminar, me voy —.

— ¡Espera! —. Lo detuvo sosteniéndole del brazo izquierdo, no utilizo demasiada fuerza, solo un poco,  pero el oji-obsidiana grito ante el contacto, haciendo una mueca de dolor espantosa. — Perdón, Sasuke, ¿qué…? —.

— No es nada, ya-ya me voy —. Frunció las cejas, el dolor en el brazo le estaba matando, pero ni muerto se mostraría débil ante alguien.

— No, Sasuke, Jirōbō te lastimo, ¿cierto? Déjame ver, ¡¡Sasuke, déjame ver-ttebayo!! —.

 

Comenzaron a forcejear de nuevo, el cabellos de noche intentaba alejarse del rubio y salir del lugar, pero no podía, le impedía acercarse a la puerta; quiso derribarlo para huir, pero fue en vano, y peor, a causa de ese movimiento mal ejecutado el oji-zafiro le jalo del suéter de botones que estaba usando, tan fuerte que se lo quito rompiendo algunos botones de paso; Sasuke ya no pudo esconderlo, estaba usando una camisa de manga corta, por lo que sus brazos se veían sin problema, su izquierdo estaba morado, parecía que lo usaron como costal de boxeo, las marcas de los dedos que su atacante le dejo estaban bien marcadas, el oji-obsidiana solo atino a cubrir los moretones con su mano derecha.

 

— No es nada —. Cabizbajo.

— No… ¿No es nada? Sasuke, ¿por qué no me dijiste? —.

— No es nada grave, se me pasara —. ¿Por se quedaba ahí de pie? Ahora que el rubio estaba quieto podía irse, pero, no podía, se le escuchaba preocupado, al igual que la expresión en su rostro, esos ojos azules le miraban angustiado, simplemente no podía irse.

— Sasuke… —. El marquitas de zorro se acercó, quiso hacerse hacia atrás, pero su cuerpo no respondía, ¿Por qué?

— ¿Qué-qué haces? —. Se sintió nervioso; sus ojos se abrieron cuanto pudo, Naruto le estaba abrazando, paso ambos brazos por sus costados acercando sus cuerpos; se sentía bastante bien, le estaba tratando con mucho cuidado, el cuerpo  del rubio era bastante cálido, se sentía tranquilo y protegido, se dejó abrazar, cerró los ojos y hundió su rostro en el hombro del oji-zafiro correspondiendo al abrazo, era más alto que el moreno, solo un poco.

— Sasuke, deja que me preocupe por ti, deja que te cuide-ttebayo —. No obtuvo respuesta. —No quiero que te lastimen, no perdonare a nadie que te haga daño, Sasuke, quédate a mi lado —. Se separó un poco y le miro a los ojos, el oji-obsidiana tenía las mejillas rojas, los parpados entrecerrados y los labios ligeramente abiertos, trago con dificultad, era una vista bastante hermosa. — Sasuke… —.

 

Coloco sus manos en las mejillas del menor y acerco de a poco sus labios, con un poco de miedo, ya que podía ser rechazo y no de muy buena manera, se estaba arriesgando, pero ya no había vuelta atrás; a cambio el Uchiha solo cerro los ojos lentamente y se acercó también, acorto la distancia entre los dos, sus labios se encontraron, un beso torpe por parte del plebeyo, un beso lleno de cuidado y amor con algo de deseo por parte del Joven amo, un beso que les hizo olvidarse de todo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Continuara...

 

Notas finales:

 

Aquí está el hermoso nuevo capítulo, ¿hermoso? Sí, es hermoso; a mí me gustó mucho, mucho ~

 

Ya no tengo excusas por la tardanza, después de todo ya saben cuál es, sí, el trabajo, estas semanas han sido horribles, papeleo hasta las cejas, no puedo ni respirar –muere-, ya llevo una semana durmiendo tres horas diarias cuando mucho, paciencia por favor –les ruega-.

 

Este capítulo ya tiene más acción (¿?), digo, la interminable introducción termino, se alargó un poco, pero había varias cosas que quería dejar en claro.

 

El próximo capítulo tiene lemon, un lemon suculento –mirada lasciva a todos-. Espérenlo ansiosos.

 

La verdad esperaba que la actividad del fan fic hubiera avanzado más, me entristece un poco, el primer capítulo tuvo más de 800 leídas en menos de un día, y ahora no avanzo mucho, tengo 12 RW, muy lindos por cierto, se los agradezco mucho a esas lindas personitas que comentan algo, que se dan el tiempo, ¡MUCHAS GRACIAS!

 

Si les gusto el capítulo, déjenme un RW, aunque sea una amenaza, está bien, así podre arreglar aquello que no les guste, si es posible –se esconde-; todos serán bien recibidos, de verdad ~

 

Yo les quiero mucho, en serio, escribo para ustedes, y si a ustedes no les gusta, pues ya no lo seguiré, no tendría caso, pero mientras haya una personita que le guste, yo continuare, porque los quiero mucho, ¡los amo!

 

Déjenme sus opiniones, todas son tomadas en cuenta, me hace muy feliz saber lo que opinan.

 

Por ahora esto es todo, nos leemos en el próximo capítulo, cuídense mucho.

 

Bye ~

 


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