Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Momentos por SaraChan

[Reviews - 23]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Tras entrar en el Grand line, y tras su encuentro con la enorme ballena Laboon, los mugiwara escogen, de entre todas las rutas disponibles, aquella que les lleva justo al nido de cazarrecompensas de una organización criminal: Baroque Works. En esa isla descubren muchas cosas, y suceden algunas otras que no dejan indiferentes a algunas personas de la banda.

Zoro y Luffy se enfrentan entre ellos, por primera vez en todo lo que llevaban de viaje. Un enfrentamiento que, de no ser por la fortuita intervención de la pelirroja, podría haberse cobrado la vida de uno de ellos.

La princesa de Arabasta, un pais al borde de la guerra, se une a la tripulación acompañada por su extraña montura.

Este capítulo tiene lugar justo al abandonar Whiskey Peak.

Zoro nunca imaginó cuan inestimables se volverían los momentos de paz y silencio cuando decidió acompañar a Luffy y subir a su barco. Si se paraba a pensarlo, si intentaba buscar un razonamiento o una explicación lógica para justificar por qué demonios Luffy había decidido hacerse cargo del cuidado de una princesa, sabía que se volvería loco antes de hallar una respuesta. Es cierto que tampoco habían tenido otra opción después de que ese extraño gato les hubiera añadido a la lista negra de Baroque Works, pero seguía resultándole cómica la idea de que unos piratas se convirtieran en los guardianes de la realeza de un país al borde de la guerra.

Curioso, cuanto menos, pero se le hacía muy excitante. ¿Su enemigo era un Shichibukai? Quería ver eso, lo ansiaba, y notaba a sus espadas vibrar en su cintura a la espera de tal encuentro. Esbozó una pequeña sonrisa al aire.

En cualquier caso, la limitada tranquilidad con la que usualmente contaba cuando se encontraba a bordo del Merry había sido prácticamente aniquilada con la incorporación de sus dos nuevos acompañantes. Es cierto que Vivi era una mujer tranquila y razonable por lo usual, pero ese extraño pato corredor se había convertido en el nuevo juguete para Luffy, Usopp e, inesperadamente, Sanji. No había ni un solo minuto en el que no le estuvieran persiguiendo, ya fuera para cocinarlo, para montar sobre él o para usarlo como carnaza para peces.

Ya no podía ni dormir con tranquilidad sin que apareciera de repente alguien a su lado para gritar, jugar o pisotearle.

Suspiró con amargura mientras contemplaba las olas impactando sobre el mascarón del barco, apoyado en la barandilla de popa. Ya se había resignado, esa tarde dejaría de intentar echar una cabezada, así que se limitaba a respirar un poco el silencio que, estaba seguro, iba a durar muy poco.

Su mente comenzó a divagar, pues tras su última conversación con Luffy había decidido que quería entrenar. Era débil, lo reconocía y lo había asumido, así que tendría que luchar por mejorar, y no estaba muy seguro de cómo hacerlo. ¿Debía meditar o centrarse en la actividad física? Viajando constantemente en un barco no muy grande, lo segundo era una tarea un tanto complicada. ¿Qué podía hacer? ¿Trabajos de musculación? Había visto en la bodega unas viejas pesas, quizá podía comenzar con ellas. ¿Era eso suficiente? ¿Era fuerza de lo que carecía? ¿O era habilidad?

No se le ocurría ninguna otra forma de mejorar su habilidad que combatiendo, así que lo único que podía hacer en ese momento era entrenar su cuerpo y su mente.

Se irguió, dejando de apoyarse con los codos sobre la barandilla, decidido a bajar y quitarle el polvo a esas pesas, cuando al girarse se encontró con alguien inesperado. Él no se inmutó, pero su nueva acompañante pareció asustarse ante su repentino movimiento.

-          Oh, Mr. Bushido, no sabía que estabas aquí…

-          No te preocupes, ya me iba.

-          ¡Ah! No hace falta que te vayas – se apresuró a añadir Vivi, un poco nerviosa. – No quería molestarte.

-          No lo haces.

Zoro vio cómo Vivi parecía todavía más nerviosa tras su respuesta seca, y un poco molesto por esa reacción, relajó su postura, apoyando su espalda en la barandilla y volviendo la vista hacia el mar. Hubo un par de minutos en los que mantuvo esa pose, esperando a que Vivi hablara o se fuera. Al final, ocurrió lo primero.

-          ¿Podría preguntarte algo? - Zoro la miró, impasible. Vivi jugueteó con sus dedos antes de continuar. – Luffy-san es tu capitán, y aun así… - se mordió levemente el labio, buscando las palabras adecuadas para continuar. – No entiendo qué fue lo que pasó en Whiskey Peak, ¿por qué empezasteis a pelear?

Zoro suspiró, no había esperado que ese tema saliera a flote.

-          Luffy es un idiota que no escucha lo que le dicen los demás. No me dejó otra opción.

-          Parecía que ibais muy en serio…

-          Sí, así era. Yo no lucho si no es para ganar.

-          Pero parecía que queríais mataros.

-          Ya te lo he dicho – respondió, tajante. – Yo no peleo si no es para ganar, y Luffy tampoco.

Vivi miró levemente al espadachín, pero tuvo que apartar la mirada de él rápidamente, pues aún mantenía en su cabeza la masacre que ese único hombre organizó en el poblado que ahora quedaba a sus espaldas.

-          ¿No se supone que sois nakamas?

Zoro entrecerró los ojos y desvió la mirada hacia el mar. Sí, eso se suponía. Entonces, ¿por qué demonios Luffy se había negado a escucharle? Ya sabía de sobra que su capitán era un cabeza hueca sin remedio, pero pensaba que siempre escucharía a sus nakamas, parecía ese tipo de persona que haría lo que fuera por ellos, como ya lo había demostrado anteriormente.

¿Por qué quiso pelear contra él? Zoro no era capaz de entenderlo, por muchas vueltas que le diera.

Vivi, al encontrar silencio como respuesta, se acercó a la barandilla y se apoyó en ella, un par de metros alejada de un espadachín que no se molestó en mirarla.

-          Tengo entendido que tú fuiste el primero en unirte a esta banda – Vivi esperó una confirmación que nunca llegó, así que continuó hablando. – Es una tripulación un tanto curiosa, es la primera vez que me encuentro una banda pirata con tan pocos miembros.

-          Supongo que todavía estamos formándonos.

Vivi soltó una risilla condescendiente, por fin conseguía que ese frío hombre volviera a entablar una pequeña conversación con ella.

-          ¿Por qué aceptaste seguir a Luffy?

Zoro chasqueó la lengua de forma imperceptible. ¿Es que esa mujer no se cansaba de hacer preguntas sin causa? Por el rabillo del ojo podía percibir su mirada fija en él, y era capaz de adivinar que esta vez no iba a aceptar tan fácilmente un silencio por su parte.

Sin quererlo, Zoro comenzó a pensar en una respuesta coherente.

Pero no la había.

Soltó una risotada que sobresaltó a su acompañante.

-          Supongo que por el mismo motivo que todos en este barco – esbozó una media sonrisa burlona mientras se giraba hacia la mujer. – He sido arrastrado.

-          ¿Arrastrado? – repitió Vivi, sorprendida ante tan inesperada explicación.

-          Sí, arrastrado. Luffy nos ha arrastrado y nos ha obligado a todos y cada uno de nosotros a subir a este barco.

-          ¿Cómo es eso posible? – el tono asustado de Vivi divirtió al espadachín, que amplió su sonrisa.

-          Ya haya sido salvándonos la vida, el honor, el hogar o nuestros sueños, Luffy nos ha arrastrado a todos aquí. Todos los que estamos en este barco le debemos algo a él. No tengo ningún otro motivo por el que estar aquí, ni siquiera me interesa la vida pirata, o los botines, o viajar. Simplemente, tengo una deuda que saldar con él.

-          Una deuda… ¿y cómo la saldarás?

La sonrisa de Zoro se difuminó, y dejó de mirar a la mujer para dirigir sus ojos al horizonte.

-          He jurado a Luffy que él sería el próximo rey de los piratas. No me conformaré con menos.

-          ¡Pero eso es imposible! – la emoción a la hora de hablar hizo que Vivi se acercara un par de pasos más al espadachín. - ¡Es algo imposible de conseguir! ¡Hay auténticos monstruos navegando por estos mares, Luffy-san no…!

-          Luffy será el rey de los piratas – cortó con vehemencia el espadachín, mirando con una seriedad imponente a Vivi, que no pudo más que tragarse su discurso y volver a retroceder los pasos que inconscientemente había avanzado. – Espera y verás.

Vivi no era capaz de responder a tal tajante afirmación, pues aún no sabía muy bien cómo comportarse con ese regio hombre, así que, a pesar de que para ella ese nuevo silencio se hacía pesado y embarazoso, decidió mantenerlo hasta encontrar una buena oportunidad para irse.

Pasaron unos cuantos minutos hasta que la mujer, cansada por sentirse tan incómoda y vulnerable, decidió no seguir intentando comprender qué pasaba por la cabeza de ese hombre e irse. Sin embargo, una voz a su espalda le propició una huida menos seca de lo que tenía pensado.

-          ¡Vivi! Así que estabas aquí. Sanji-kun nos ha preparado unos aperitivos, ¿por qué no vienes a la cocina con nosotros?

-          ¡Nami-san! ¡Claro, ahora voy! Gracias por la conversación, Mr. Bushido, ha sido muy interesante.

Zoro hizo un gesto con la cabeza sin alejar la mirada del mar. Esta vez, solo para no mostrar ante la pelirroja su mueca de desagrado al ver que había irrumpido en su espacio. De repente, no se sentía de humor como para aguantar a nadie.

-          ¡Anda, Zoro! ¡Si también estás aquí! Que sepas que Sanji-kun no ha preparado nada para ti.

-          ¡Y a mí qué me importa! – gruñó, molesto por ese comentario.

-          ¿Estabais hablando de algo?

-          Oh… Nada importante, simplemente sentía curiosidad por lo sucedido en Whiskey Peak.

-          ¿Lo sucedido? ¿A qué te refieres?

-          A su pelea con Luffy-san.

-          ¡Ah, eso! No te preocupes, solo son un par de idiotas que no saben hacer otra cosa más que comer, dormir y pelear.

Zoro murmuró mil maldiciones entre dientes mientras escuchaba a Nami reír con soltura. Pareció que Vivi se dio cuenta de su irritación, o tal vez solo lo hizo por cortesía, pues intentó aplacar las burlas de la pelirroja.

-          Nami-san, Sanji-kun nos estaba esperando, ¿no? ¿Nos vamos ya?

-          Adelántate un momento, ahora te alcanzo.

Vivi dudó, no estaba segura de si sería correcto dejar a esos dos solos, pues no necesitó llevar mucho tiempo en el barco para darse cuenta de que solían discutir a menudo. Sin embargo, tras dudar unos segundos, asintió y decidió irse sola a la cocina. Al fin y al cabo, no era más que una invitada, y tras hablar con el espadachín, no estaba muy segura de entender la relación que tenían los miembros de esa tripulación entre ellos.

No iba a negar que le parecía interesante, pero extraño al mismo tiempo. Algo dentro de ella le decía que podría aprender muchas cosas en ese viaje, muchas cosas gracias a la tripulación sombrero de paja.

Nami esperó hasta ver a Vivi desaparecer escaleras abajo, y se acercó a Zoro hasta situarse a su lado.

-          ¿Qué fue lo que le dijiste a Vivi?

-          ¿Huh? – gruñó malhumorado, no le apetecía nada hablar con esa bruja.

-          Cuando te preguntó por tu pelea con Luffy, ¿qué le respondiste?

-          ¿A ti qué más te da?

-          Zoro – la seriedad en la voz de Nami, poco usual, atrajo la atención del espadachín, que pasó a mirarla. – Es cierto que Luffy es un idiota descerebrado, pero no me parece el tipo de persona que desconfiaría de sus nakamas, en ninguna situación. Sin embargo, a ti no quiso escucharte. ¿Por qué?

Zoro gruñó, sintiendo cómo una punzada apretaba su pecho ante esas palabras. ¿Luffy no confiaba en él? Eso era un golpe bajo.

Frunció el ceño y bajó la mirada, no entendía qué motivos podría tener su capitán para no confiar en él. ¿Había hecho algo malo? Si ese había sido el caso, no se le ocurría qué podía ser. No recordaba haber hablado con Luffy desde…

Algo en el rostro de Zoro cambió, algo que hizo que Nami suspirara y siguiera hablando.

-          Es realmente extraño. Si Luffy no me hubiera escuchado a mí, podría haberlo entendido. Si no escuchara a Sanji-kun o a Usopp, supongo que me extrañaría, pero jamás me imaginaría a Luffy ignorándote… y mucho menos, intentando matarte – Nami tomó aire antes de continuar, quería medir bien sus palabras. – No sé qué tipo de relación tenéis vosotros dos, pero puedo afirmar con total seguridad que tú eres la persona más importante para Luffy en este barco. No me malinterpretes – se apresuró a añadir ante la réplica que estuvo a punto de salir de los labios del espadachín -, eso no significa que los demás no le preocupemos. Simplemente, Luffy te tiene más en cuenta de lo que tú mismo crees.

Nami hizo una pausa, esperando ver la reacción o contestación de Zoro. Por su parte, el espadachín dejó de mirar a la pelirroja, pues a pesar de que no se había metido con él, ésta había encontrado otra forma igual de eficaz de molestarle.

¿Qué pretendía conseguir con ese discurso? Primero Sanji, luego el propio Luffy, ¿ahora ella? ¿Es que todos se habían vuelto en su contra? ¿Es que era un complot o una broma pesada?

Sabía de sobra lo importante que él era para Luffy. Todavía se negaba a darle el nombre que ese cocinerucho había pretendido insinuar, pero sí debía reconocer que, hasta ese momento, Luffy siempre le había tenido alta consideración.

Él mismo lo había confesado, ¿no? Algo que Zoro prefería olvidar, pues nunca unas palabras tan sinceras le habían dolido tanto. No le gustaba ser así de importante para Luffy, no podía interponerse en su camino. Había visto lo impensable en Logue Town: Luffy había conseguido salir vivo de su propia ejecución gracias a lo que, a ojos de cualquiera, podría catalogarse como un acto divino. No iba a permitir que desperdiciara su vida, destinada a ser algo grande, por unos insulsos sentimientos que no valían nada.

Al menos, esa había sido la postura de Zoro hasta ese momento. Que Luffy pudiera no fiarse de él se sentía como una bofetada, y no le gustaba nada. ¿Es que ese chiquillo no se iba a conformar hasta que todo en su interior diese un vuelco y cambiara por completo? ¿Qué podía hacer él?

Apretó la mandíbula, gesto que no pasó nada desapercibido para Nami. La pelirroja suspiró de nuevo y agachó la cabeza en un acto de dramatismo.

-          Sabía que habías hecho algo. ¿Qué demonios ha pasado entre vosotros dos?

-          Nada – gruñó el espadachín, girando el rostro en dirección contraria a la pelirroja.

-          Vale, no me lo digas, no me importa en realidad – rodeando a Zoro, Nami se posicionó frente a él, mirándolo con dureza. – Pero arréglalo.

-          ¿Qué quieres…?

-          Estoy completamente segura de que es tu culpa – cortó Nami, ganándose una mirada de rabia por parte del espadachín. – Luffy es como un niño: inocente y simple, y tú eres un cascarrabias orgulloso. Así que, hayas hecho lo que hayas hecho, quiero que lo soluciones.

-          No te entrometas.

-          No lo estoy haciendo – Nami sonrió y dio la espalda al espadachín, comenzando a alejarse de él en dirección a la cocina. Levantó una mano como despedida mientras agregaba -. En cualquier caso, soluciona tus problemas con él o tu deuda conmigo se duplicará.

-          ¿¡Qué!?

-          ¡Lo que has oído! – soltando una risilla fresca, Nami se detuvo un momento y se giró hacia él con una amplia sonrisa en los labios. – Usopp está echándose una siesta en su cama y Carue está en la cocina. Vivi y yo nos encargaremos de distraer a Sanji-kun. Luffy está sentado en el mascarón. ¡Suerte!

El espadachín no respondió a la pelirroja, y tampoco la detuvo, por lo que volvió a encontrarse solo en la barandilla de popa, con el silencio aún gobernando el barco. No sabía cuáles eran las intenciones reales de esa mujer, aún le costaba fiarse de ella. ¿Quería entrometerse y divertirse a su costa o de verdad pretendía ayudarle?

Zoro alzó la vista al cielo, observando cómo las nubes se desplazaban por él imperceptiblemente. ¿Tanto hirieron a Luffy sus palabras? ¿Lo suficiente como para cambiar su perspectiva de él? Parecía que ese era el caso, y una parte de Zoro lo entendía y se maldecía a sí mismo por haber pisoteado unos sentimientos tan honestos como los que Luffy le había confesado aquel día, bajo la tormenta.

Seguía negándose a darle la razón al cocinero. No porque tuviera algo en contra de una relación de ese tipo, a pesar de que no le interesaba particularmente, sino por todo lo que podría cambiar entre él y Luffy de ser ese el caso. Le gustaba su relación actual con Luffy, eran nakamas y amigos, y se entendían el uno al otro de una manera que nunca antes había experimentado. Luffy y él eran muy parecidos en muchos aspectos, era agradable saber que podía contar con él en las situaciones más desesperadas.

No quería arriesgarse a perder eso. Incluso cuando se daba cuenta de que la idea de mantener una relación más fuerte con su capitán no le desagradaba del todo, no quería que Luffy volviera a sentir nunca más algo como lo que sintió en Logue Town.

Pero parecía que, si no hablaba con él, toda esa conexión que habían creado entre ellos se acabaría perdiendo, y todo por haber sido un estúpido y haberse comportado de esa manera con él.

Tampoco quería deberle a Nami el doble de lo que ya le debía.

No sabía qué decir, ni cómo hacerlo, ni siquiera sabía cómo acercarse a él, pues sentía que soltándole un mero “hola” haría el ridículo.

Acarició la empuñadura de sus espadas, un instinto que siempre aparecía cuando sentía que se aproximaba una situación escabrosa.

Comenzó a caminar hacia la proa del barco. Pasara lo que pasase, al menos ese día no se mojaría.

Notas finales:

Antes de nada, no he leido con detenimiento lo que he escrito, así que es posible que haya fallos, incoherencias o cualquier otra cosa de ese estilo. Intentaré corregirlo lo antes posible.

Hay algunas cosas que por pereza he omitido en este capítulo. Por ejemplo, mi idea era que Nami se apresurara a irse al escuchar la voz de Sanji llamándola. Igualmente, creo que habría sido oportuno realizar alguna mención a Robin, que aparece justo al final de este pequeño arco, introduciendo la siguiente isla de la ruta.

En cualquier caso, considero un logro actualizar este fic. Cada vez se me hace más difícil pensar en cómo continuarlo, a pesar de que disfruto de sobremanera al introducirme en la cabeza de Zoro xD

En cualquier caso, ya no voy a prometer actualizaciones rápidas, he tardado... ¿un par de meses? No lo sé, mucho tiempo en general, en escribir este capítulo.

MI RECOMENDACIÓN: No sigais leyendo este fic hasta que esté finalizado, porque no sé cuánto puedo tardar en hacerlo, y con estas actualizaciones tan largas comprendo perfectamente que se haga pesado de leer, pues uno acaba olvidándose de todo lo que sucedió anteriormente (yo la primera, tuve que releer el fic dos veces antes de saber cómo demonios continuarlo).

En cualquier caso, a pesar de que no sé cuándo me pondré a escribirlo, puedo adelantar algunas cosillas.

Mi idea para el siguiente capítulo, será una especie de "Momento 5", aunque quizá haga alguna variación del título. Ocurrirá justo tras esta escena, y será la conversación entre Zoro y Luffy. ¿De qué hablarán? Buena pregunta, no tengo ni la más mínima idea de cómo escribir eso xD

El siguiente capítulo a ese será fijo (a no ser que el "Momento 5" se me vaya de las manos y sea completamente diferente a mi idea inicial) un "Momento 6" como todos los momentos anteriores, y me gustaría ver a Luffy quejarse de que Zoro intentara cortarse los pies en Little Garden para poder escapar de la trampa de cera. En fin, algo así xD

El siguiente capítulo se producirá en el barco, de camino a la isla de Chopper, y tendrá que ver con Nami y su enfermedad, y el siguiente tras ese estará relacionado con Chopper y su isla, aunque por ahora no se me ocurre nada respecto a eso. Y bueno, tras todo eso ya llega Arabasta, aparece Ace, Luffy se va a pelear contra Crocodile él solo y acaba muy malherido... ahí hay material para un par de capítulos como mínimo, y cabe la posibilidad de que se produzca el primer lemon en ese arco, a no ser que en la isla de Chopper se me ocurra alguna cosa de ese estilo xD.

Eso es todo por ahora, gracias por leer este capítulo, espero que os haya gustado, y a pesar de que contradiga mi anterior recomendación, espero que sigáis leyendo este fic, aunque no sea a medida que vaya subiendo los capítulos, pero que os acordéis de él para poder leerlo algún día terminado :).

 

Nota 1 año después: Nice, Sara del pasado! Con esta mega nota final que dejaste, podría plantearme continuar el fic. Very nice! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).