Abrió los ojos poco a poco, estaba en una habitación desconocida aunque el olor le era familiar.
-Por fin despertaste, me estaba empezando a preocupar.-Giró la cabeza y lo vio, Shion, ahí sentado al lado suya mirandole con aquella inocencia que recordaba, ¿habría sido un sueño? El dolor de su hombro le hizo darse cuenta de que no, fue real. De repente sintió miedo, preocupación,culpabilidad, todo a la vez.
-¿Qué te ha pasado?-Shion bajó la cabeza-
-Ocurrieron demasiadas cosas cuando te fuistes,tuve que cambiar, hubo mucha gente que se volvió loca, yo al menos solo acabé siendo... esto, lo que ya has visto, tenía gente a la que proteger.-Le miró a los ojos-Nezumi...te he echado de menos.-Esas palabras fueron como un jarro de agua fría,lo había dejado solo, solo pudo pensar en eso. Dios, seguía siendo más bajo que él e incluso estaba más delgado que la úlima vez que lo vio, no era gran cosa, algo fácil de derribar, tenía un aire triste, cansado, como si llevara un gran peso a hombros, no quiso imaginar todo lo que había tenido que hacer, tenía ante él una persona apunto de derrumbarse pero que de cara al resto era imbatible, era el héroe que iba a venir a rescatarlos.
-Shion...-Logró decir sin fuerzas, extendió su brazo entrelazando sus dedos en algunos mechones blancos de su compañero.-Yo también te he echado de menos.-Le miró intentando transmitirle cuanto lo sentía. Se incorporó a duras penas, examinó a Shion de arriba a abajo- Eh...tienes el pelo más largo que yo.-Medio sonrió tratando de cambiar de ambiente. El peliblanco acarició su pelo negro-azulado con cuídado.
-Al ver que no despertabas tuve miedo de perderte.-Musitó con un leve sonrojo el ojirojo mientras le miraba a los ojos. Sí aquel seguía siendo aquel al que un día conoció, esas palabras dichas con tanta dulzura solo las podía haber dicho él, de algún modo sintió como se le quitaba un peso de encima. Acarició la cicatriz de su mejilla sujetando con delicadeza su barbilla, Shion lo miró un poco sorprendido aunque sabía lo que iba a hacer, simplemente cerró los ojos; acercó sus labios a los del peliblanco lentamente, nunca lo reconocería pero había echado de menos demasiado aquellos labios, aquella sensación. Aquel fue un beso digno de una novela romántica.
-Yo también te he echado de menos.-En realidad le resultaba incómodo lo que aquel chico le hacía sentir, tener sentimientos por alguien es malo, es lo que siempre se decía, pero la esperanza de volver a verlo fue lo que más de una vez le ayudó a seguir, lo había aceptado, le quería, maldijo el día que se le ocurrió la idea de irse, pero ningúno se hubiera dado cuenta de la falta que le hacía el otro si no lo hubiera hecho.
Ahora todo daba igual, había vuelto y esta vez para quedarse.
Se tumbaron mirando al techo uno al lado del otro pero sin llegar a tocarse. Nezumi se encontraba en otro mundo, entre todo lo ocurrido y el dolo ya había llegado a su límite; por otro lado Shion estaba simplemente cansado, aunque la presencia de su compañero le quitaba un gran peso de encima, ambos necesitaban descansar, tomarse un tiempo para ellos solos, aunque sabían que eso no iba a ocurrir, al menos próximamente.
El ojigris estaba apunto de dormirse cuando decidió decir algo que llevaba pensando un rato.
-En realidad,no has cambiado, sigues siendo el mismo...-Shion le miró interrogante.-no sabes cuanto me alegra...-cerró los ojos, había llegado a su límite aquel día. Shion sonrió recostandose en el pecho de Nezumi con cuidado.
Mañana será otro día.