La mañana llegó y Tarble aún estaba muy profundamente dormido, en sus sueños sentía como una enorme montaña lo aplastaba… - HAAAAAAAAAAAA
-¿Qué sucede? – preguntó Raditz besándole el cuello, ya lo tenía desnudo y posicionado encima le estaba restregando su enorme palo en medio de las nalgas al príncipe
El menor al escuchar su ronca voz estabilizó su respiración, dejándose llevar por las bellas caricias que le eran otorgadas movió sus nalgas, el líquido pre eyaculador ya le estaba mojando, echó sus manos hacia atrás para alcanzar la nuca del más alto y obligarlo a juntar sus mejillas
El mayor aumentó el ritmo de sus caderas amenazando con adentrarse en la desesperada cavidad de su amante - ¿te gusta? – Insinuó con picardía - ¿Qué tal si hago esto? – Se enterró lentamente sacándole unos cuantos jadeos ahogados, casi dejándolo sin respiración - Vamos ¿no que querías tener sexo?
El príncipe rio por lo bajo – sí, pero es que está grande – apretó sus dientes dejando escapar unas dos lágrimas, tenerlo dentro era muy placentero pero vaya que estaba grande ese pedazo de carne – Espera, no te muevas – se levantó lentamente hasta quedar en cuatro, el otro obedecía su mandato, llevó la mano derecha del mayor a su miembro para que lo relajara un poco con un suave masaje, no hacía falta dirigir la otra, ya estaba agarrado de su pecho y muy listo para dar su primera estocada
La estreches del menor era tan apretada y muy tibia, poder apoderarse de ese pequeño y sensual cuerpo lo hacía sentirse orgulloso de sí mismo; Raditz había pasado por mucho sólo para estar con el príncipe, movió su cadera para sacar un poco su miembro para luego volverse a meter, inmediatamente la entrada se dilató, señal de que ya estaba listo – amor así no aguataré mucho - anunció moviéndose una vez más
-tenemos todo el día - gimió al sentirlo tan dentro como siempre, el mayor aumentaba las estocadas y por cada una no podía evitar que sus sonidos de placer no escaparan, la mano del mayor estaba haciendo maravillas en su ya palpitante pene, sentía resbalarse bajando parte del prepucio
Ambos jadeaban al sentir que el aire que entraba en sus pulmones era poco, el choque que sus pieles sonaba fuerte, pero no tanto como los roncos gemidos de Raditz, el mayor estaba masturbando con ganas al príncipe mientras lo hacía doblar la espalda al cogerlo de su corta cabellera para profundizar más sus embestidas - estúpido – bufó al dejarse correr tan rápido, sus semilla fue derramada en el interior del menor
El mayor se había retirado y parte del semen estaba saliendo de su entrada; Tarble esperó a que estuviese despistado y le dio un golpe mandándolo a la esquina de la habitación, soltó una risilla al ver que el otro se estaba sobando
-¿Por qué fue eso?
El príncipe no lo dejó parase sino que lo acomodó para que se quedase algo recostado - es para que aprendas a no se grosero – se apoderó de su boca dándole un suave beso - estúpidos labios -
-no los insultes, ellos hacen maravillas –Raditz lo agarró del miembro para acercarlo más, lo acomodó en su regazo abriéndole las piernas para poder poner su aún necesitado miembro en el interior del menor.
Una vez más el príncipe ya estaba lleno, no había necesidad de ir lento, él se ocuparía de hacerse penetrar hasta enloquecer mientras el mayor fervientemente movía su mano a lo largo de la extensión de su bien dotado palo
Esta vez los besos no faltaron, iban desde suaves a salvajes, parte de la saliva escapaba por la poca precisión, el estar cabalgando en esa posición se le hacía difícil a Tarble que mejor decidió parar unos segundos para rodear la mayor con sus piernas, ahora se apoyaba en sus manos para subir y bajar, ser un Saiyajin le daba fuerza para eso y mucho más
Estaba a punto de soltar un enorme gemido, su clímax llegaba, su gesto de placer se notó en su cara pero antes de poder hacer algo el mayor lo tomó posesivamente de la nuca para darle un beso obligándolo a soltar el grito que desapareció en sus gargantas
El abdomen de Raditz fue empapado de la blanquecina y viscosa sustancia, en ningún momento pararon para tomar un respiro, él quería llegar nuevamente. – Vamos hazlo otra vez - retó al menor volviendo a recorrer su miembro mientras con su mano libre recogía el semen de su pecho para llevarlo a su boca y degustarlo.
Minutos después entre respiraciones que casi los dejaban al borde del infarto se corrieron. Ambos exhaustos no se movieron de ahí por lo que el príncipe quedó dormido en los brazos del mayor y con ese enorme pedazo de carne en su interior, una bella sonrisa quedó en sus rostros al haber saciado sus ganas de unir sus cuerpos.
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RINGGGGGGGG, RINGGGGGGGGG
El teléfono de Tarble sonó en eso de las tres de la tarde desconcentrando el sueño de los dos
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- T: Hola Bulma
- B: Tarble me alegra oírte
- T: Cuéntame ¿Qué más de tu vida?
- B: Bien, tratando de aguantar al amargado de tu hermano, ese príncipe es complicado
- T:Lo sé, es algo raro
- B: oye ¿te acuerdas del experimento que desarrollábamos juntos?
- T: sí, no me digas que lo lograste
- B: sí te llamo porque es un logro en el que tu aportaste mucho
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Raditz veía con recelo la escena, a él esa mujer no le agradaba en lo más mínimo, por el contrario parecía de demasiada confianza para Tarble, el príncipe se escuchaba a gusto con ella, pero no sería capaz de reclamarle algo.
Por otra parte; Tarble estaba muy fascinado por la conversación después de terminar de hablar con la mujer se quedó pensando en hacerle una visita corta °°° será sorpresa para Raditz °°°. Se dirigió a la cocina donde el de larga cabellera se encontraba cocinando para recuperar fuerzas, algo sí sabía; este nuevo planeta debía ser conocido, irían a pasear más rato, después de todo Bulma ya había anunciado su llegada, estúpida mujer, aunque no quisiese aceptarlo loa había ayudado.
Mientras tanto en Vegita…